Re: DEBE LA IGLESIA PREOCUPARCE POR EL HAMBRE Y AL POBREZA DEL MUNDO?
La iglesia, desde sus comienzos hasta el giro constantiniano del siglo IV (año313), está principalmente constituida por pobres. El contenido del mensaje de Jesús, que promete ante todo el Reino y la salvación a los pobres, a los que llama vienabenturados (Lc 6,20) y preferidos del Padre (Mt 11,25-26), respondía a las demandas religiosas de los pobres, favoreciendo con ello la penetración del naciente cristianismo. Lo que dice Pablo es una verdad histórica: "Mirad quienes habeis sido llamados: No hay muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos de nobleza. Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo... lo debíl... lo plebeyo y lo despreciable... lo que no es (1Cor 1, 26-28). desde un principio se plantea la cuestión de la riqueza, porque se desea facilitar también la conversión a los ricos. Las radicales exigencias de Jesús de venderlo todo y dárselo a los pobres (Mt 19, 16-22: Mc 10, 17-22: Lc 18, 18,30: 12, 33-34) se espiritualizan en un sentido ascetico y moral, en la línea de Santiago y de san Pablo: la riqueza puede ser una mediación de la caridad y de la asistencia a los pobres.
La iglesia, desde sus comienzos hasta el giro constantiniano del siglo IV (año313), está principalmente constituida por pobres. El contenido del mensaje de Jesús, que promete ante todo el Reino y la salvación a los pobres, a los que llama vienabenturados (Lc 6,20) y preferidos del Padre (Mt 11,25-26), respondía a las demandas religiosas de los pobres, favoreciendo con ello la penetración del naciente cristianismo. Lo que dice Pablo es una verdad histórica: "Mirad quienes habeis sido llamados: No hay muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos de nobleza. Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo... lo debíl... lo plebeyo y lo despreciable... lo que no es (1Cor 1, 26-28). desde un principio se plantea la cuestión de la riqueza, porque se desea facilitar también la conversión a los ricos. Las radicales exigencias de Jesús de venderlo todo y dárselo a los pobres (Mt 19, 16-22: Mc 10, 17-22: Lc 18, 18,30: 12, 33-34) se espiritualizan en un sentido ascetico y moral, en la línea de Santiago y de san Pablo: la riqueza puede ser una mediación de la caridad y de la asistencia a los pobres.