Re: ¿ DE QUE MANERAS PODEMOS ACUMULAR LOS TESOROS EN EL CIELO?
UN REQUISITO INDISPENSABLE PARA ACUMULAR TESOROS EN EL CIELO : LA HUMILDAD
DIOS HA AMADO TANTO LA HUMILDAD QUE DEJÒ LA GLORIA DEL CIELO PARA VENIR A LA TIERRA A CUBRIRSE CON LA MAS PRECIOSA DE LAS VIRTUDES.
La verdadera humildad no consiste solo en palabras, en decir que somos nada y que no servimos para nada, ni tampoco en un simple retraimiento exterior .Esto no es humildad; puede ser más bien un disfraz de la soberbia.La humildad es un reconocimiento sincero de la propia nada, y una voluntad resuelta a humillarse, acompañada de una disposición decidida a dejarse también humillar por los demás.
QUIEN ES DE VERAS HUMILDE, SE DICE A SI MISMO:
- No tengo nada que sea realmente mío.
- Mi alma con sus facultades (memoria, voluntad, inteligencia) la creo Dios; ingenio, memoria, acierto para obrar, todo es don de Dios, quien de un momento a otro puede privarme de esos dones, incluso puede privarme hasta del uso de la razón;
-El cuerpo no es mío, recibió de Dios la forma, la belleza y las habilidades, y Dios puede, con una enfermedad, reducirlo a estado lastimoso.
-Si llego a efectuar algún bien para mi mismo o para los demás, es todo por el auxilio de la gracia divina; por mi mismo no sería capaz de pronunciar una palabra edificante ni de concebir un buen pensamiento.
- para colmo de miserias he incurrido en multitud de ofensas a Dios que me hacen acreedor a los desprecios y castigos de una condenación eterna.
-No tengo titulo alguno para estimarme yo mismo, ni mucho menos para pretender que los otros me estimen.
-La verdad, me prueba que por mi mismo no puedo hacer nada meritorio.
-La justicia exige que yo me trate y sea tratado como tal.
-La razón enseña a mantenerme en la verdad, a no engañarme y a no engañar a los demás, por eso, mas bien que estimarme y pretender que los otros me estimen, es necesario hacerme pequeño, SENCILLO como son los niños.
Siendo esto así, para conocer si caminamos por la vía que conduce al cielo, podremos examinar nuestra conciencia y nos daremos cuenta que hallaremos muchos reproches al constatar que:
- Nos hemos excedido en el amor propio.
-Hemos amado la vanidad, el aplauso y el reconocimiento de los hombres.
-Nos hemos llenado de orgullo, auto satisfacción y una vana complacencia con la cual se ha aumentado nuestros sentimientos de grandeza.
-Hemos hecho creer a muchos que gracias a nuestros esfuerzos y arduas labores hemos hecho obras brillantes y por tanto hemos albergado en nuestros corazones deseos de ser amados , deseados y felicitados e incluso hemos llegado a ser soberbios y jactanciosos desagradando en gran manera a quien por todo fue hecho y sin quien nada de lo que existe o de lo que se hace pudiera hacerse.
EXCELENCIAS DE LA HUMILDAD y RECOMPENSAS PARA QUIENES SON HUMILDES
-La humildad tiene un gran precio ante Dios,ÈLl ama la humildad y la premia “exalta a los humildes y derriba a los impíos”.(Salmo 147,6)
-La humildad no solamente es una virtud necesaria sino que es también aconsejable para que las obras que hagamos sean meritorias.
-Es un deber buscar la humildad porque de no ser humildes caeremos en grandes pecados o defectos, si somos humildes podremos contrarrestar nuestras malas inclinaciones. (Proverbios 28,14)(1corintios 10,12)
-Para triunfar sobre las tentaciones es necesario reconocer que solos no podemos, sino que necesitamos la ayuda de Dios para obtener victorias sobre los enemigos del alma.
-Hay que tener humildad para poder tener caridad con el prójimo y poder hacer obras de misericordia ya que si despreciamos a los pobres ,humildes o sencillos y los consideramos inferiores o desgraciados nuestro corazón permanecerá duro como una piedra ,insensible y falto de amor.
-Dios da gracias especiales a quien es humilde. (1 Pedro 5,5)
-Jesús nos enseña y nos invita a ser humildes cuando nos dice “Aprended de mi que soy manso y humilde de corazón” (Mateo 11,29).
-Dios consuela a los humildes (2 corintios 7,6)
-Dios se complace en la humildad de quienes se consideran sus siervos y trabajan para él (Lucas 1,48)
-Dios quiere que reconozcamos su dignidad y nuestra debilidad (Lucas 3,16)
-Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes (Santiago 4,6)
-Dios elige a los humildes para ejecutar grandes obras (1 corintios 1,27-28)
-Dios se inclina hacia los humildes, les revela sus secretos, los invita y los atrae dulcemente hacia él y les concede la abundancia de sus dones. (Ejemplos en la biblia: David, Ana la madre de Samuel, José, maría la madre de Jesús, los apóstoles, Juan el bautista).
-La oración del humilde es siempre escuchada, penetra las nubes y hace descender las divinas misericordias (Eclesiástico 35,21).
DEBEMOS PRACTICAR LA HUMILDAD EN NUESTROS PENSAMIENTOS, SENTIMIENTOS, PALABRAS Y OBRAS
-Teniendo un concepto de si mismo no mas alto del que se debe tener.
-Rechazando todo pensamiento de vanagloria.
-Rechazando todo deseo de estimación ajena para satisfacer el amor propio.
-Sufriendo con paciencia y calma las demostraciones de desprecio.
-Evitando hablar de si mismo para satisfacer la vanidad.
-Procurando en nuestras conversaciones suprimir ese “yo” que desagrada a los hombres tanto como a Dios.
-Evitando narrar, anunciar y proclamar las cosas propias como para hacer ver que uno es acreedor de admiración o elogio.
-Evitando discusiones provenientes de nuestra soberbia, de creernos infalibles en nuestros juicios.
-Guardarnos de soltar burlas malignas y palabras mordaces, causa de soberbia y fruto de discordia no reprimida.
-Conteniendo las agudezas de ingenio que pretenden recibir la admiración:” (¡oh que brillante eres ¡ )”pero que fácilmente conducen a la satisfacción de nuestro amor propio.
-Buscando en todo cuanto hacemos, únicamente el agrado de Dios.
¿CON QUIEN DEBEMOS PRACTICAR LA HUMILDAD?
-CON DIOS
-Recordando en su presencia que sin ÈL no somos nada, que dependemos absolutamente de ÈL.
-Confesando que no somos perfectos, que somos pecadores y necesitamos su perdón.
-Reconociendo que solo ÈL es grande y perfecto, digno de honor y de gloria.
-Siendo agradecidos por sus inmensos beneficios y favores que recibimos a diario.
CON EL PROJIMO
-Demostrando nuestra estima sincera en todos sus meritos.
-Dando buen trato y empleando palabras amables, sin llegar a adular.
-Cediéndole el mejor puesto y escogiendo nosotros el último.
-Aceptando con gusto o por lo menos con calma sus consejos, observaciones, reproches.
-Soportando las contradicciones y tolerando los desprecios.
-Amando a todos, no despreciando a pobres, pequeños, sencillos, ignorantes, incultos empleando con ellos la mayor paciencia y caridad posibles, a semejanza de Jesús.
-Perdonando las ofensas.
-No buscando imponer nuestra voluntad sobre los demás, ni de eliminar al rival, ni de dar curso a la venganza.
CON NOSOTROS MISMOS
-Corrigiéndonos sin lastima de los defectos que en nosotros descubrimos.
-Estimando en poco la propia inteligencia y el propio juicio.
-Reconociendo la insignificancia de nuestra virtud y de nuestros meritos.
-Desechando esa sed de estima y esa necesidad de que todos nos quieran.
-Suprimiendo de nuestro corazón esos delirios imposibles de ser deseados por el mundo.
-perdonando nuestros errores y fracasos, apartando el rencor.
-Impidiendo que las críticas nos lastimen.
-Desechando la egolatría y ese deseo de ser el mejor en apariencia, en inteligencia, en hermosura, o en éxitos.
-Aceptándonos tal cual somos, respetando y amando nuestro cuerpo, no buscando la auto exaltación ni la auto conmiseración.
-Rompiendo esas gruesas cadenas que quieren apropiarse de todo cuanto hacemos, pensamos o decimos.
-Eliminando de nuestro vocabulario frases como: “Esto es mío”, “yo lo pensé”, “yo fui el que lo dije primero”,” esa idea es mía”, “esto es mío y de nadie más”, “gracias a mi,” “gracias a lo que hice” o” gracias a lo que he hecho o lo que estoy haciendo”.
-Aceptando las críticas y las contradicciones o al menos dudar de nosotros mismos cuando nos corrijan.
-Haciendo tranquilamente la autocritica, examinando nuestras actuaciones a conciencia, reconociendo los errores.
-Manteniéndonos serenos en los desprecios, olvidos e indiferencias.
-Sintiéndonos verdaderamente felices en el anonimato..
-No fomentando autosatisfacciones en los sentimientos palabras o hechos.
-Buscando tener un corazón desprendido y vacio, un corazón manso, paciente y bondadoso como el de Jesús.
¿CUANDO DEBEMOS PRACTICAR LA HUMILDAD?
-En la alegría
-En el dolor
-En la salud.
-En la enfermedad.
-En la prosperidad.
-En la adversidad.
-Estando solos.
-Estando acompañados.
-ES FACIL SER HUMILDES O POR LO MENOS MOSTRARSE ASI Y ACONSEJAR A LOS DEMÀS LA HUMILDAD, LA PACIENCIA, LA RESIGNACIÒN, CUANDO NADA MALO NOS PASA NI NOS HUMILLA; PERO QUE DIFICIL ES PERMANECER EN LA HUMILDAD CUANDO NOS VEMOS SOMETIDOS A LA CONTRADICCION O A LA HUMILLACION.
Si han hablado mal de nosotros, si hemos sido calumniados o puestos en ridículo, si se nos ha dejado en el olvido, no nos escucharon o tuvieron por tonta nuestra opinión; En tales circunstancias nuestra humildad ha sido puesta a prueba como el oro y la plata son purificados en el fuego, humillémonos por tanto, en todas las cosas y encontraremos gracia de lante de el Señor.(Job 3,20)
“”JESUS MANSO Y HUMILDE DE CORAZÒN HAZ NUESTRO CORAZÒN SEMEJANTE AL TUYO.