Introducción
Muchas veces la sociedad mide el valor de una persona por su apariencia, posición social o logros. Sin embargo, Dios tiene otros estándares: Él mira el corazón. La Biblia está llena de historias donde lo pequeño y menospreciado termina siendo lo que Dios usa para manifestar su gloria.
Hoy veremos cómo:
- David, el menor e ignorado, fue escogido como rey.
- Jesús, despreciado y rechazado, fue exaltado como Señor.
- Y cómo tú y yo, aunque seamos pequeños, podemos tener un final glorioso en Cristo.
Aunque tu principio sea pequeño, tu final será grande



Lo primero será postrero, y lo postrero primero


David: el menospreciado que fue escogido



Lo vil y menospreciado escoge Dios


Jesús: el Hijo de David, despreciado pero exaltado




Anecdota ilustrativa
Se cuenta que un director de orquesta mundialmente famoso visitó una escuela de música. Cuando los estudiantes se presentaron, la mayoría hablaba de sus logros y talentos. Sin embargo, un joven tímido permanecía en silencio. Al preguntarle, solo dijo: “Yo apenas sé tocar, pero quiero aprender con todo mi corazón.”
El maestro sonrió y respondió: “Ese es el que quiero enseñar, porque lo que importa no es cuánto sabes ahora, sino lo que está dispuesto tu corazón para crecer.”

Conclusión
- David fue despreciado, pero ungido como rey.
- Jesús fue menospreciado, pero exaltado como Señor.
- Tú puedes ser considerado pequeño por el mundo, pero grande en los planes de Dios.


Pregunta desafiante al seguidor de Cristo
