Introducción
Muchas veces la sociedad mide el valor de una persona por su apariencia, posición social o logros. Sin embargo, Dios tiene otros estándares: Él mira el corazón. La Biblia está llena de historias donde lo pequeño y menospreciado termina siendo lo que Dios usa para manifestar su gloria.
Hoy veremos cómo:
- David, el menor e ignorado, fue escogido como rey.
- Jesús, despreciado y rechazado, fue exaltado como Señor.
- Y cómo tú y yo, aunque seamos pequeños, podemos tener un final glorioso en Cristo.
Aunque tu principio sea pequeño, tu final será grande
Job 8:7 – “Y aunque tu principio haya sido pequeño, tu postrer estado será muy grande.” Eclesiastés 7:8 – “Mejor es el fin del negocio que su principio…”
Dios se deleita en levantar lo que empieza en lo humilde.
Lo primero será postrero, y lo postrero primero
Mateo 20:16 – “Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros…” La lógica divina rompe con la lógica humana: lo que el mundo desprecia, Dios lo honra.
David: el menospreciado que fue escogido
1 Samuel 16:11–12 – “¿Son éstos todos tus hijos? … Queda aún el menor, que apacienta las ovejas.” David no fue invitado al banquete, pero Dios lo invitó al trono. Salmos 78:70–71 – “Eligió a David su siervo, y lo tomó de las majadas de las ovejas…”
Lo vil y menospreciado escoge Dios
1 Corintios 1:27–28 – “Sino que lo necio del mundo escogió Dios… lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios.” El patrón divino sigue vigente: Dios transforma debilidad en fortaleza.
Jesús: el Hijo de David, despreciado pero exaltado
Isaías 53:3 – “Despreciado y desechado entre los hombres…” Mateo 21:9 – “¡Hosanna al Hijo de David!…” Apocalipsis 22:16 – “Yo Jesús… soy la raíz y el linaje de David.” La gente lo menospreció en la cruz, pero el Padre lo exaltó a la diestra en gloria.
Anecdota ilustrativa
Se cuenta que un director de orquesta mundialmente famoso visitó una escuela de música. Cuando los estudiantes se presentaron, la mayoría hablaba de sus logros y talentos. Sin embargo, un joven tímido permanecía en silencio. Al preguntarle, solo dijo: “Yo apenas sé tocar, pero quiero aprender con todo mi corazón.”
El maestro sonrió y respondió: “Ese es el que quiero enseñar, porque lo que importa no es cuánto sabes ahora, sino lo que está dispuesto tu corazón para crecer.”
Así es Dios: no se fija en la grandeza aparente, sino en un corazón dispuesto.
Conclusión
- David fue despreciado, pero ungido como rey.
- Jesús fue menospreciado, pero exaltado como Señor.
- Tú puedes ser considerado pequeño por el mundo, pero grande en los planes de Dios.
2 Corintios 4:17 – “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.” Romanos 8:18 – “Las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.”
Pregunta desafiante al seguidor de Cristo
¿Estás dispuesto a ser menospreciado por los hombres con tal de ser exaltado por Dios al final?