De Enseñanza 1

12 Diciembre 2000
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De Enseñanza 1

26 Muchos velos quedarán rotos. Mi palabra es espada de luz que destruye las tinieblas.

27 Lecciones ocultas saldrán a la luz y enseñanzas desconocidas os serán reveladas. Muchos misterios se disiparán. Mas estas revelaciones no las hallaréis en los libros del mundo sino en esta palabra.

28 Todo aquel que quiera ser en verdad hijo de la luz, penetre respetuosamente al fondo de mi palabra y ahí verá a su Maestro esperándole para enseñarle.

29 En verdad, en verdad, no serán las doctrinas de los hombres las que hagan la paz en el mundo y salven de su abismo a esta Humanidad.

30 He ahí a las religiones desconociéndose las unas a las otras, diciendo estar enseñando mi Doctrina.

32 En el Segundo Tiempo fueron doce los discípulos que esparcieron mi Doctrina por el mundo. En el Tercero doce mil de cada tribu serán los que hagan conocer mi enseñanza de verdad y de amor a toda la Humanidad.

33 ¿En dónde están esos ciento cuarenta y cuatro mil? Elías los está reuniendo sin que sea obstáculo que unos se encuentren en espíritu y otros encarnados. Todos estarán unidos espiritualmente en esta Obra divina.

34 Grandes acontecimientos contemplaréis, muchos de ellos os sorprenderán, mas Yo os daré la luz con mis lecciones, para que nunca os confundáis. Estudiad mi palabra, que ella os inspirará amor a vuestro Padre y a vuestros hermanos. No es necesario formar parte de los ciento cuarenta y cuatro mil, para poder servir al Padre o nombrarse discípulos del Maestro. Los que forman parte de ese número, sólo son los que tienen que abrir el camino y ser como guardianes de mi Obra.

35 Hoy vengo en Espíritu. En el Segundo Tiempo fui visible a los ojos de los hombres porque me hice hombre.

36 Muchos al verme se preguntaron: ¿Quién es ese que habla en nombre de Dios? Y otros les decían: -Es el hijo de María y de José el carpintero, es el Galileo-. Entonces se burlaban de Jesús.

37 Mas el hijo del carpintero hacía que los ciegos de nacimiento contemplaran la luz, y en medio de ella, la faz de Jesús, quien les había sanado. Estos, al sentir el milagro de la caricia del Maestro, caían a sus pies gritando a voz en cuello que le reconocían como el Salvador prometido.

38 Asombrados los incrédulos se preguntaban: ¿Cómo era posible que aquel hombre humilde, a quien conocían como uno de tantos, hiciera tales maravillas?

39 Hoy vengo en Espíritu y no podrá la Humanidad llamarme el hijo del carpintero, mas en verdad os digo, que ni en aquel tiempo hubo justicia para llamarme así. Escrito estaba que una virgen concebiría y en su seno tomaría carne el Verbo. José el patriarca, fue en la senda de la virgen y del niño, sólo un ángel guardián visible a los ojos de los hombres; en cambio, María fue la encarnación del amor maternal divino y Madre de Jesús, que es la parte humana de Cristo.

41 En todos los tiempos se os ha enseñado la oración.

42 Moisés os hizo orar la última noche que pasasteis en Egipto y a lo largo de vuestro paso por el desierto.

43 En el Segundo Tiempo, Yo os enseñé la oración del Padre Nuestro