Re: Curiosidades de los evangelios
Reconozco que durante un tiempo fui algo reacio a aceptar la idea de cómo a Jesucristo le dieron unos 40 latigazos. 40 según la tradición hebrea. Ciertos comentaristas bíblicos explican como los romanos daban latigazos hasta agotar de dolor a la victima, esto era: “more romano”. Por lo que el numero de 40 en el caso de Jesús puede que resulte ser empequeñecido.
Pero ¿Por qué fui reacio a la idea de que a Jesús le azotaran de esa manera?
En la lectura del evangelio, según quien lo lea y sobre todo si es pobre en historia(…), puede encontrarse con un Pilato un tanto responsable. Condolido con Jesús pienso. Las citas siguientes me permiten pensar de esta manera:
Juan 18:38
“Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito.”
En esta primera ocasión y después de compartir unas palabras Pilato expresa lo antedicho. Los religiosos insisten en acusar mediante las muchedumbres a Jesús. Ante ello Pilato dice lo siguiente:
Marcos 15: 4 y 5
“Otra vez le preguntó Pilato, diciendo: ¿Nada respondes? Mira de cuántas cosas te acusan. Mas Jesús ni aun con eso respondió; de modo que Pilato se maravillaba.”
Mateo y Marcos arrojan intriga ya que según la aportación de estos Pilato percibió la envidia de los religiosos judíos, por lo que, en lo que parece un primer intento por salvar a Jesús, Pilato decide lo siguiente:
Juan 18:39
“Pero vosotros tenéis la costumbre de que os suelte uno en la pascua. ¿Queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos?”
Pero eso no es todo, Mateo también explica como su esposa, a través de un intermediario, le hizo llegar el siguiente mensaje:
“Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó aviso, diciendo: No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por causa de El.”
Ante esa situación agobiante para Pilato, tensa por la situación en la que se encontraba, Roma a un lado, al otro, la presión del grupo judío decide enviar a Jesús a Herodes. Nuevamente la respuesta que me despistaba es la siguiente:
“y les dijo: Me habéis presentado a este hombre como uno que incita al pueblo a la rebelión, pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado ningún delito en este hombre de las acusaciones que hacéis contra El. Ni tampoco Herodes, pues nos lo ha remitido de nuevo; y he aquí que nada ha hecho que merezca la muerte.”
Fue tal la insistencia en “ayudar?” a Jesús que Lucas escribe:
“Y él les dijo por tercera vez: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho éste? No he hallado en El ningún delito digno de muerte; por tanto, le castigaré y le soltaré.”
Llegado este punto entiendo que, aun si castigarlo, también deseaba soltarlo, sin embargo lo que relata el vs.23 pudo ser una escena espantosa, una situación difícil y “eterna” para Pilato.
“Pero ellos insistían, pidiendo a grandes voces que fuera crucificado. Y sus voces comenzaron a predominar.” Interesante palabra: predominar.
Al final entrego al Maestro a los deseos, pero de ¿quién?
Antes de analizar gracias a los sinópticos y algunos comentaristas esta historia, sinceramente, pensaba que Pilato poseía cierto grado de “perdón”, ¿lo tenia? ¿lo tendrá? ¿lo puede tener?
Teniendo en cuenta este juego de citas expuesto viene la segunda parte en la que, ahora si, pongo en duda esa supuesta inocencia de Pilato, aunque bien es cierto que puede que llegue ese momento esperado en el que Pilato, temeroso e intrigado, se le otorgue cierto margen de duda para una posible y supuesta inocencia.
En un primer cuadro sinóptico tres de los cuatro evangelistas están de acuerdo en que Pilato ‘hizo’ azotar a Jesús, y tal como comenta un estudioso lo hizo allí, en el tribunal. Cosa muy rara teniendo en cuenta los procesos típicos. Cabe señalar y preguntarse si Pilato se encontraba presente en la zona donde los romanos flagelaron a Jesús.
Si Pilato no estuvo presente, ¿Dónde estaría? ¿Con Herodes? ¿con su esposa?... Si estuvo presente, sin duda honró con honores la reputación malvada con la que le tildan. Pero es muy capcioso y realmente sobrecogedor los siguientes versículos:
Un segundo contexto sinóptico lo encontramos cuando el grueso romano prende a Jesús, le cambian las ropas, le colocan la corona de espinos, y dándolo una caña empezaron de nuevo a burlarse y a mofarse de el.
Lo que si sabemos es que llevaron a Jesús al patio de la casa del gobernador ( Pilato) para practicar lo descrito. ¿Estaría Pilato presente?
Yo lo dudo pues Juan 19:4 dice así: “Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él.” pero también es cierto que pudo haberlo presenciado a cierta distancia.
Ahora Pilato después de la tortura psicológica y sin saber nosotros si le vio después o durante la flagelación, por dos veces dice: “yo no hallo delito en él”. Nosotros los estudiosos tenemos un serio planteamiento, si Pilato sabia perfectamente lo que le hicieron a Jesús, en este momento, cuando dice estas palabras, se comporta como el más cruel de crueles. Sus palabras quedarían en nada, palabrería practicada ‘in extremis’.
Por otro lado, si Pilato no estuvo presente, cosa muy lógica teniendo en cuenta, parece ser, que sus soldados llevaron a Jesús a otros soldados tras la orden dada por el, por lo que tampoco fue testigo ocular de las burlas y demás fechorías practicadas por la compañía romana. Llegados aquí y si asi es, puede que no nos sorprenda tanto porque Pilato intenta salvarlo nuevamente.
“Tuvo mas miedo” dice el relato. Cuando las muchedumbres con ese antagonismo y esa poca sensibilidad nuevamente culpan a Jesús con un nuevo delito: “Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.”
Acto seguido dice el vs.12:
“Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone.”
Mas tarde como a la ora sexta Pilato entrego a Jesús para que fuera colgado.
Llegado aquí no tengo mas remedio que preguntarme: ¿le dieron latigazos, o no?
La respuesta, muy posiblemente, la encontremos en este texto profético:
Isaias 50:6
“He dado mis espaldas a los que me herían, y mis mejillas a los que me arrancaban la barba. Y no escondí mi rostro ante las injurias y los esputos.”
“Di mis espaldas a los que me herían, y mis mejillas a los que me arrancaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y esputos.”
“Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos.”
En este vs. tenemos tres aspectos:
“Las injurias y esputos”
Realmente ¿dudaríamos de ello a la luz del evangelio?
“Mis mejillas a los que me arrancaban la barba.“
¿dudaríamos de ello a la luz del evangelio?
Y por ultimo:
“He dado mis espaldas a los que me herían.”
No puedo evitar inclinarme a pensar que dieron latigazos a Jesús hasta el punto de dejarle agotado de dolor, ¿le dieron 39 o 40? Quien sabe.
* En mi humilde opinión, pienso que Pilato no estuvo presente, ni tuvo constancia de la crueldad de los actos bélicos y encarnizados de los soldados romanos hasta que se lo volvio a verlo.
