Para entender estos versículos, debemos entender la situación en la que trabajaban Pablo y Timoteo. En el primer siglo de la cultura judía, a las mujeres no se es permitía estudiar. Cuando Pablo dice que las mujeres deben aprender en silencio y total sumisión, les está ofreciendo una sorprendente nueva oportunidad. Pablo no quiso que las mujeres de Éfeso enseñaran porque aún no tenían suficientes conocimiento o experiencia.
La iglesia en Efeso tenía un problema particular con los falsos maestros. Evidentemente las mujeres eran especialmente susceptibles a sus falsas enseñanzas (2 Tm 3.1-9) porque todavía no habían recibido instrucción bíblica suficiente para poder discernir la verdad.
Además, algunas de las mujeres, aparentemente hacían alarde de su nueva libertad cristiana usando ropa inadecuada (1 Tm 2.9). Pablo decía a Timoteo que no debía poner a nadie (en este caso, mujeres) en posición de liderazgo si todavía no era maduro en la fe (véase 5.22). El mismo principio se aplica a las iglesias hoy.
I. 1 Corintios 14.34,35.
“Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación”.
¿SIGNIFICA ESTO QUE LA MUJER NO PUEDE HABLAT EN LOS SERVICIOS RELIGIOSOS DE HOY?
Es claro, por 11.5, que la mujer oraba y profetizaba en la adoración pública. También es claro, por los capítulos 12 al 14, que a ella se le dan los dones espirituales y se la anima a ejercitarlos dentro del cuerpo de Cristo. Las mujeres tienen mucho que contribuir para participar en los servicios religiosos.
En la cultura de Corinto no le estaba permitido a la mujer confrontar al hombre en público. Aparentemente algunas mujeres que se convirtieron pensaban que el cristianismo les daba libertad de hacerlo. Esto causó división en la iglesia. Más aún, las mujeres de aquella época no recibían formación religiosa formal como los hombres. Ellas podían formular preguntas en el servicio de adoración que podrían ser respondidas en la casa sin necesidad de interrumpir una actividad pública.
Pablo respondió que la mujer no podía alardear de su libertad en Cristo durante la adoración pública. La exhortación de Pablo apuntó a promover la unidad, no a enseñar acerca del rol de la mujer en la iglesia.
II. 1 Timoteo 2.12.
“Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio”.
Algunos interpretan este pasaje como que las mujeres nunca debería enseñar en las reuniones de la iglesia. Sin embargo, otros comentaristas dicen que Pablo no prohibió siempre a que la mujer enseñará. La reconocida colaboradora de Pablo, PRISCILA, enseñó a Apolos, el gran predicador (Hch.18.24-26)
Es muy probable que Pablo haya prohibido a las mujeres de Éfeso, no a todas las mujeres que enseñaran.
En la referencia de Pablo de que las mujeres estén en silencio, la palabra silencio expresa una actitud de quietud y compostura. (Para comunicar “completo silencio” usualmente se utiliza en el griego una palabra diferente) Además, el propio Pablo reconoce que las mujeres públicamente oraban y profetizaban (1 Corintios 11.5).
Aparentemente, sin embargo, las mujeres en la iglesia de Éfeso estaban abusando de su recién adquirida libertad cristiana. Debido a que estas mujeres eran recién convertidas, no tenían la experiencia necesaria, el conocimiento o la madurez cristiana para enseñar a aquellos que ya podían una buena educación bíblica.
Ø Mujeres misioneras.
Al buscar en los escritos de Pablo, descubrimos que les da del nombre de “Compañeras de trabajo” a varias mujeres: Priscila (Ro. 16.3); Evodia y Síntique (Fil. 4.2-3)
Pablo envía saludos en Roma a Andrónico y Junias, probablemente un equipo de misioneros veteranos integrado por esposo y esposa, de quienes se dice que “se han distinguido entre los apóstoles” (Ro. 16.7)
Ø Mujeres que profetizaban.
Según la enseñanza de Pablo, tanto hombre como mujeres tenían acceso a este ministerio en la iglesia primitiva (1Co.11.4-5) – (Hch 21:8-9)
Ø Mujeres maestras.
Bajo la instrucción de Priscila y Aquila, Apolos se transformó en un pastor capaz; Priscila y Aquila actuaron como profesores de seminarios para alguien que se preparaba para el pastorado y prometía mucho. Pablo y las iglesias cosecharon los beneficios de sus enseñanzas en el ministerio de Apolos. (Hch. 18.24-28).
Ø Mujeres que ayudan.
1 Corintios 12.28
Hechos 9.36
Ø Mujeres que administran
Romanos 16.1-2
ESTUDIO REALIZADO POR EFRAIN BERNAL
La iglesia en Efeso tenía un problema particular con los falsos maestros. Evidentemente las mujeres eran especialmente susceptibles a sus falsas enseñanzas (2 Tm 3.1-9) porque todavía no habían recibido instrucción bíblica suficiente para poder discernir la verdad.
Además, algunas de las mujeres, aparentemente hacían alarde de su nueva libertad cristiana usando ropa inadecuada (1 Tm 2.9). Pablo decía a Timoteo que no debía poner a nadie (en este caso, mujeres) en posición de liderazgo si todavía no era maduro en la fe (véase 5.22). El mismo principio se aplica a las iglesias hoy.
I. 1 Corintios 14.34,35.
“Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación”.
¿SIGNIFICA ESTO QUE LA MUJER NO PUEDE HABLAT EN LOS SERVICIOS RELIGIOSOS DE HOY?
Es claro, por 11.5, que la mujer oraba y profetizaba en la adoración pública. También es claro, por los capítulos 12 al 14, que a ella se le dan los dones espirituales y se la anima a ejercitarlos dentro del cuerpo de Cristo. Las mujeres tienen mucho que contribuir para participar en los servicios religiosos.
En la cultura de Corinto no le estaba permitido a la mujer confrontar al hombre en público. Aparentemente algunas mujeres que se convirtieron pensaban que el cristianismo les daba libertad de hacerlo. Esto causó división en la iglesia. Más aún, las mujeres de aquella época no recibían formación religiosa formal como los hombres. Ellas podían formular preguntas en el servicio de adoración que podrían ser respondidas en la casa sin necesidad de interrumpir una actividad pública.
Pablo respondió que la mujer no podía alardear de su libertad en Cristo durante la adoración pública. La exhortación de Pablo apuntó a promover la unidad, no a enseñar acerca del rol de la mujer en la iglesia.
II. 1 Timoteo 2.12.
“Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio”.
Algunos interpretan este pasaje como que las mujeres nunca debería enseñar en las reuniones de la iglesia. Sin embargo, otros comentaristas dicen que Pablo no prohibió siempre a que la mujer enseñará. La reconocida colaboradora de Pablo, PRISCILA, enseñó a Apolos, el gran predicador (Hch.18.24-26)
Es muy probable que Pablo haya prohibido a las mujeres de Éfeso, no a todas las mujeres que enseñaran.
En la referencia de Pablo de que las mujeres estén en silencio, la palabra silencio expresa una actitud de quietud y compostura. (Para comunicar “completo silencio” usualmente se utiliza en el griego una palabra diferente) Además, el propio Pablo reconoce que las mujeres públicamente oraban y profetizaban (1 Corintios 11.5).
Aparentemente, sin embargo, las mujeres en la iglesia de Éfeso estaban abusando de su recién adquirida libertad cristiana. Debido a que estas mujeres eran recién convertidas, no tenían la experiencia necesaria, el conocimiento o la madurez cristiana para enseñar a aquellos que ya podían una buena educación bíblica.
Ø Mujeres misioneras.
Al buscar en los escritos de Pablo, descubrimos que les da del nombre de “Compañeras de trabajo” a varias mujeres: Priscila (Ro. 16.3); Evodia y Síntique (Fil. 4.2-3)
Pablo envía saludos en Roma a Andrónico y Junias, probablemente un equipo de misioneros veteranos integrado por esposo y esposa, de quienes se dice que “se han distinguido entre los apóstoles” (Ro. 16.7)
Ø Mujeres que profetizaban.
Según la enseñanza de Pablo, tanto hombre como mujeres tenían acceso a este ministerio en la iglesia primitiva (1Co.11.4-5) – (Hch 21:8-9)
Ø Mujeres maestras.
Bajo la instrucción de Priscila y Aquila, Apolos se transformó en un pastor capaz; Priscila y Aquila actuaron como profesores de seminarios para alguien que se preparaba para el pastorado y prometía mucho. Pablo y las iglesias cosecharon los beneficios de sus enseñanzas en el ministerio de Apolos. (Hch. 18.24-28).
Ø Mujeres que ayudan.
1 Corintios 12.28
Hechos 9.36
Ø Mujeres que administran
Romanos 16.1-2
ESTUDIO REALIZADO POR EFRAIN BERNAL