CRISTO, EL SÁBADO, LA REDENCIÓN y la MARCA DE LA BESTIA

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3 Julio 2001
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Los Adventistas del 7º Día son la única denominación Cristiana además de los Judíos Mesianicos que guarda el 4º mandamiento de la ley de Dios (o sábado) (Ex 20:3-17, Deut 5:7-21)

Exponemos esta doctrina confiando en la promesa de Nuestro Señor jesucristo Juan 16:13 "Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir"

Para todos, les deseo Números 6:24-26

<IMG SRC="leyendo.gif" border="0"> La Biblia <IMG SRC="saltofuego.gif" border="0"> y sólo la Biblia <IMG SRC="corazon.gif" border="0">

Cristo, el sábado, la redención y la Marca de la Bestia

"Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico" (Ezequiel 20:12) HORAS SAGRADAS: El sábado podría ser sólo un día de la semana, pero Dios ha llenado sus horas sagradas con muca verdad. El día está saturado de verdades: verdad acerca de quiénes somos, de quién es Dios y, lo más importante, qué ha hecho él por nosotros en la persona de su Hijo, Jesucristo. De este modo, lo peor que podríamos hacer es transformar el sábado en una estructura semanal de actividades monótonas, secas y legalistas. El diablo fue muy astuto al tomar una de las señales más claras y explícitas del avangelio y transformarla en una expresión de los intentos vanos de la humanidad para salvarse a sí misma. Sería casi mejor si no guardáramos ese día, que guardarlo como la base de nuestra justicia propia por medio de obras humanas. A pesar de la mala publicidad con que a menudo se liga al sábado, ese día segrado, más que ninguna otra cosa, tiene que ver con las obras de Dios, no con las nuestras. El mandamiento nos dice, específicamente, que sábado es el día en que no hemos de trabajar. El simbolismo es profundo. Esta semana veremos, específicamente, qué tiene el sábado que no tiene ningún otro día.

UN VISTAZO AL TEMARIO:
¿Por qué Dios eligió el séptimo día en lugar de cualquier otro día, para que fuera su sábado?
¿Tiene alguna importancia qué día guardamos?
¿Qué lecciones espirituales están contenidas en el sábado?
¿Qué significado tiene ese día con respecto a lo que Dios hizo por nosotros, y aun en nosotros?

* EL SÁBADO: ¿ES UN DÍA ARBITRARIO?

(Génesis 2:2,3; Éxodo 20:8-10; 35:2; Hebreos 4:4). Lee los textos indicados arriba. ¿Cuál es el punto específico que todos tienen en común? Tal vez hayas escuchado a un pastor o a un miembro de otra denominación afirmar:"Claro, yo creo que debo obedecer el cuarto mandamiento. Pero yo tomo el martes como mi sábado, porque ese es el día más conveniente para mí". Aunque podemos estar contentos porque estas personas reconocen el Sábado, hay una falla fundamental en esa manera de pensar. Dios no eligió el tercer día de la semana, ni el primero, ni ningún otro día para santificarlo. Él dijo, específicamente, que era el séptimo día. Dios lo eligió como día de reposo. ¿Qué razón puede tener la gente que cree que el día mismo no importa, a pesar del claro mandato de Dios, siempre que guarden un día como su Sábado? Durante años los estudiantes de la Biblia notaron la aparente arbitrariedad del séptimo día. En otras palabras, no parece haber razón lógica para que el séptimo día fuera elegido como el Sábado, en lugar de cualquier otro. A diferencia de los ciclos diarios, mensual o anual, el séptimo día es totalmente independiente de los movimientos celestes. Nada en la naturaleza le da al séptimo día un significado práctico por sobre el primer día, el tercero o cualquier otro día. Y, sin embargo, ése es el día que Dios eligió específicamente.

A diferencia de los mandatos contra el robo, el asesinato y el adulterio, los cuales tienen resultados morales muy prácticos (y que aun los ateos siguen), la única razón para guardar el sábado es que Dios nos dijo que lo hiciéramos. Observa que la naturaleza aparentemente arbitraria del sábado, lejos de darle a la persona la posibilidad de elegir el día que quiera, nos obliga a obedecerlo como fue ordenado.

"Al tomar en cuenta el sábado y guardarlo como santo, el cristiano lo hace exclusivamente en respuesta al mandato de Dios, y sencillamente porque Dios es su Creador. De este modo, el mandato del sábado está más cerca de ser la medida verdadera dela espiritualidad que cualquier otro mandamiento y, como en los días del Israel antiguo, a menudo es más una prueba de lealtad a Dios que cualquiera de los otros" -Raoul Dederen, [Reflexiones acerca de una teología del sábado], p.302.

* EL SÁBADO: LA SEÑAL DE LIBERACIÓN

(Deut. 5:12-15) Compara el mandamiento del sábado como está expresado en Éxodo 20:8 al 11 y en Deuteronomio 5:12 al 15. ¿Qué diferencias grandes descubres? Es fascinante que en estos dos incidentes el mandamiento del sábado está ligado a dos eventos diferentes. En el informe del Éxodo el sábado está unido específicamente con el acto divino de la creación del mundo; en Deuteronomio el sábado está ligado no con la creación sino con la liberación de Israel de la esclavitud de Egipto. Una comparación cuidadosa de los textos muestra que, en ambos casos, también los siervos deben descansar el sábado. En Deuteronomio, las palabras acerca del descanso de los siervos actúa como la transición para recordarles a los hebreos su esclavitud en Egipto. De este modo, así como se les dio en un sentido "descanso" de su trabajo, ellos debían dar también descanso a sus siervos.

Hay un problema aún más profundo en permitir que los siervos descansaran el sábado. La liberación de los hebreos de Egipto ha sido considerada como un ejemplo de una liberación mayor. Lee 1 Corintios 10:1 al 6. ¿Qué nos enseñan estos versículos con respecto a las lecciones que Dios quiere que aprendamos, usando el éxodo de Egipto, acerca de ser liberados de la paga del pecado? Lee los siguientes versículos y anota qué dicen acerca de qué hemos sido librados. Rom. 8:21

2 Cor. 1:10
Col. 1:13
1 Tes. 1:10

En Deuteronomio, ligar el mandamiento del sábado con la liberación de la esclavitud sencillamente añade otra dimensión a la observancia del sábado, además de la de la creación. Como la creación está ligada con la redención, el Deuteronomio muestra cómo el sábado nos recuerda que el mismo Dios que nos creó también nos redimió. Si el sábado es para recordarnos nuestra liberación, ¿cómo puedes usar ese día para reforzar en tu mente las cosas de las cuales Cristo te liberó personalmente? ¿Por qué es tan importante recordar de qué hemos sido liberados?

* EL SÁBADO: SEÑAL DE SALVACIÓN.

"Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia" (Heb. 4:9-11) La creación demandó un Creador, y fue necesario el mismo Creador para proveer la redención (Col. 1:14-16; Heb. 1:2, 3). Como Dios celebró la terminación de su obra de Creación al separar el sábado y santificarlo, así él celebra su obra de redención por nosotros haciendo que el mismo sábado sea una señal de esa redención. Ése es el eslabón entre el sábado semanal y la justificación por la fe. Así como la creación fue una obra hecha para nosotros, lo mismo ocurre con la salvación. Es lo que Dios hace por nosotros; nunca la salvación puede obtenerse por lo que nosotros hagamos por nosotros mismos. El sábado ayuda a mostrar que la fuente de nuestra justificación es Dios, y nadie más, y ciertamente no son nuestras obras. El sábado también nos recuerda que así como no nos creamos a nosotros mismos, no podemos redimirnos a nosotros mismos.

¿Qué quiere decir Hebreos 4 cuando habla de cesar de nuestras obras? Cuando una persona acepta a Cristo, ¿deja de hacer buenas obras? (Ver Efe. 2:10; Mat. 5:16; 1 Tim. 6:18; 2 Tim. 3:17; Tito 2:7; Heb. 10:24.)

¿O significa dejar de buscar la salvación por medio de nuestras obras?

¿De qué reposa una persona salvada por la fe, si no es de las buenas obras?

"A todos los que reciban el sábado como señal del poder creador y redentor de Cristo, les resultará una delicia. Viendo a Cristo en él, se deleitan en él. El sábado les indica las obras de la creación como evidencia de su gran poder redentor. Al par que recuerda la perdida paz del Edén, habla de la paz restaurada por el Salvador" (DTG 255, 256).

¿De qué modo el reposo del sábado refleja la paz que tenemos mediante la salvación en Jesucristo? Ver Romanos 5:1. ¿Podría realmente existir esa paz si dependiera de nosotros mismos? ¿De qué maneras prácticas puedes expresar el gozo y la esperanza que tenemos por causa de lo que Cristo hizo por nosotros? ¿De qué modo el expresar ese gozo y esa paz puede fortalecerlos en nuestra vida?

* EL SÁBADO: SEÑAL DE SANTIFICACIÓN

Lee Éxodo 20:8, junto con Levítico 20:7 y 1 Pedro 1:15 y 16. ¿Qué tienen en común estos versículos? Dios nos dice que guardemos el sábado como día santo (Éxo. 20:8). Pero, con el fin de hacerlo, nosotros mismos debemos ser santos. ¿Cómo podrían las personas, que no son santas en sí mismas, guardar un día como santo? No pueden hacerlo. Resulta, entonces, claro: Dios nos llama a la santidad. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento testifican de este llamado sagrado. Pedro aun se refiere a la iglesia del Nuevo Testamento como una nación santa: "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido" (1 Ped. 2:9). Esa santidad, sin embargo, es algo que sólo Dios puede hacer en nosotros. Necesitamos aprender cómo cooperar con Dios con el fin de que él pueda hacer que seamos la clase de personas que pueden realmente guardar el sábado como día santo. Y el sábado es una señal de esa santidad. "Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis sábados; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico" (Éxo. 31:13; ver también Eze. 20:12). ¿Qué revelan estos versículos acerca del eslabón entre el sábado y la santificación?

La palabra "santificación" en ambos textos significa "hacer santo". El sábado, por lo tanto, no es sólo una señal de justificación, de la obra que Dios ha hecho en favor de nosotros; también simboliza lo que quiere hacer en nosotros, lo que se conoce también como santificación. Como todo el plan de redención involucra la restauración, el sábado, como símbolo de la creación y de la re-creación, simboliza el poder creador de Dios actuando en nosotros, restaurándonos a lo que Dios quiere que seamos. Considera 2 Corintios 5:17 y Gálatas 6:15. Esa obra, por supuesto, será completada recién en la segunda venida de Cristo, pero el proceso, el de nuestra santificación, está actuando ya hoy.

Aunque es cierto que no podemos santificarnos a nosotros mismos como tampoco justificarnos a nosotros mismos, podemos cooperar con Dios, el único que puede hacernos santos. ¿De qué maneras el guardar el sábado nos ayuda a cooperar en este proceso? Considera tu propia experiencia de observancia del sábado, y pregúntate si, en realidad, realmente lo estás guardando como día "santo", como se nos ha ordenado.

* EL SÁBADO: SEÑAL DE LEALTAD (Apoc. 14:1-12).

Los adventistas del séptimo día creemos que el libro del Apocalipsis enseña que el mandamiento del sábado desempeñará un papel especial en los eventos de los últimos días. Será, en un sentido, una "prueba" de lealtad a Dios. Sin embargo, no será la primera vez que el sábado ha sido una prueba.

Lee de nuevo Éxodo 16, el relato de la caída del maná y el sábado. ¿Qué versículo, en particular, muestra que la lealtad del pueblo a Dios fue probada por su disposición a obedecer el mandamiento del sábado? Lee cuidadosamente el mensaje del primer ángel (Apoc. 14:6, 7). La invitación a adorar "a aquél que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas" introduce un claro vínculo con el mandamiento del sábado, aunque el lenguaje no sea idéntico al de Éxodo 20 (el Apocalipsis nunca cita directamente el Antiguo Testamento). Lo que hace que este enlace sea aún más importante es que el problema básico en los últimos días se centrará en la adoración: la gente adorará a "aquél que hizo el cielo y la tierra" (Apoc. 14:7), o adorará " a la imagen de la bestia" (13:15). Y como sólo deseamos adorar a nuestro Creador, y por cuanto el sábado fue instituido para recordarnos a ese Creador, es razonable que el sábado desempeñará un papel muy grande en el clímax de la historia de la Tierra.

Lee cuidadosamente los tres mensajes angélicos en Apocalipsis 14:1 al 12.

¿Qué versículo, en especial, añade una prueba bíblica a nuestra posición con respecto al sábado?

"El sábado será la gran piedra de toque de la lealtad; pues es el punto especialmente controvertido. Cuando esta piedra de toque les sea aplicada finalmente a los hombres, entonces se trazará la línea de demarcación entre los que sirven a Dios y los que no lo sirven. Mientras la observancia del falso día de reposo (domingo), en obediencia a la ley del Estado, y en oposición al cuarto mandamiento, será una declaración de obediencia a un poder que está en oposición a Dios, la observancia del verdadero día de reposo (el sábado), en obediencia a la ley de Dios, será señal evidente de la lealtad al Creador" (CS 663).

No necesitamos esperar hasta el fin del tiempo para ver cómo el sábado puede ser una prueba de lealtad.

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee el Salmo 92, que es un canto para el sábado. ¿Por qué es un canto apropiado para el sábado? En este salmo ¿dónde encuentras un vínculo entre la creación y la redención divinas? "Al tener comunión con Dios, realmente participamos de su santidad. De este modo, como sus horas están llenas con un compañerismo íntimo entre el hombre y Dios, el sábado llega a ser una señal, el compendio, de toda la vida de santificación. "Dios ha puesto una oportunidad y un privilegio glorioso delante de nosotros. De una manera especial, durante el sábado podemos poner a un lado nuestro trabajo diario y participar de una profunda comunión con el Santo de Israel, y en esa relación íntima llegar a ser transformados más y más a su semejanza".—Richard Davidson, A Love Song for the Sabbath [Un canto de amor por el sábado] (Hagerstown, MD, Review and Herald Publ. Assn., 1988), p. 89.


RESUMEN: Guardamos el sábado, en vez de cualquier otro día, porque Dios así lo ordenó. El sábado es un símbolo de liberación, de justificación, de santificación y de nuestra lealtad a él. Con todo lo que incluye el sábado, no es extraño que lo veamos como algo muy importante. Después de todo, si Dios piensa que es importante, también deberíamos pensarlo nosotros.
 
Originalmente enviado por David ADV:
<STRONG>Los Adventistas del 7º Día son la única denominación Cristiana además de los Judíos Mesianicos que guarda el 4º mandamiento de la ley de Dios (o sábado) (Ex 20:3-17, Deut 5:7-21)
Después de todo, si Dios piensa que es importante, también deberíamos pensarlo nosotros.</STRONG>

Hola David ADV.

Tu lo has dicho, al igual que los Judios Mesianicos. Pero, ¿tambien guardais el resto de mandamientos y leyes? Por que son muchas, y como dice el AT, se deben respetar todas y no algunas. Amigo David, suerte tienes que el Sabado te sea de paracleto.

David. Me gustaria saber, para conoceros un poco mas de vosotros, los adventitas,¿Tambien practicais la circusicion y otras doctrinas mesianicas que estan en la ley?
 
David:

Si quieres cumplir la ley, debes acatar también las normas de este foro, y una de ellas expresa que no se pueden abrir dos epígrafes en los que se esté tratando el mismo tema. En este caso, no solo es elmismo tema, sino que has repetido un texto íntegro en el otro.


Por cierto, te dejo con el testimonio de alguien que salió del adventismo, espero que te abra los ojos; aunque supongo que dirás que se trata de una apóstata que se ha unido a la Gran Ramera.

> Hola:
>
> Soy de Tenares, Republica Dominicana.
> Aqui te mando mi testimonio sobre porque ya no soy adventista.
>
> Felix xxxxx xxxxxx


>
> POR QUE YA NO SOY ADVENTISTA
>
>
> Un ex miembro de la iglesia adventista del séptimo día explica la razón
por
> la que después de 6 años sale de su feligresía.
>
> 10 de Enero del año 2001. -
>
>
> Antecedentes:
>
> Nací en Tenares, provincia Salcedo, Republica Dominicana, el 23 de Mayo
del
> ano 1969.
> Fui criado en el seno de una familia muy católica, que no dejaba de
asistir
> a su iglesia y no daba lugar a otras creencias religiosas dentro de
nuestro
> clan familiar.
> Mi vida fue casi igual que la de mis demás familiares y los creyentes de
> esta iglesia; iba a misa y a algunas reuniones católicas regularmente,
pero
> no iba más allá de esta conducta pasiva.
> En 1987 me sentí impulsado al estudio de la Biblia. Mi padre era en ese
> entonces diácono, catequista y presidente de asamblea, por lo que cada vez
> que no entendía algo de lo que leía, iba donde él a que me ayudara.
> Aunque mi padre leía mucho la Biblia, casi nunca me sentía conforme con la
> respuesta que le daba a mis preguntas, porque su respuesta estaba siempre
> condicionada por los patrones religiosos de la iglesia católica, y muchas
> veces veía contradicción entre lo que yo leía y su interpretación.
>
> Mi ingreso a la Iglesia Adventista:
>
> En 1988 fui invitado a una conferencia en la iglesia adventista de
Tenares.
> Empecé a asistir a la conferencia cuando ya esta tenía unos días de haber
> empezado.
> Las películas y los temas tratados en aquella conferencia por el pastor
> Rosa me dejaron sumamente impresionado, porque hasta entonces yo solo
había
> escuchado las versiones católicas sobre la salvación, el pecado, el juicio
y
> el arrepentimiento.
> Antes de terminar la conferencia ya estaba convencido que la Iglesia
> adventista tenía un mejor mensaje que la religión de mis padres, por lo
que
> al final de esta fui bautizado junto con otros candidatos.
> Tuve mucha oposición en mi familia, especialmente de mi abuelo, quien
> diariamente le hacía énfasis a mis padres que no permitieran que yo
siguiera
> esa iglesia, porque ella estaba opuesta al catolicismo y que nadie en la
> familia se había inclinado a seguir otra religión que no fuera la de
> nuestros padres.
> En mi primer año en la iglesia me sentí muy bien y estaba de acuerdo con
> todo lo que se enseñaba. Creía que en realidad pertenecía al pueblo de
Dios
> y me dispuse a seguir estudiando la Biblia y los libros de la iglesia para
> llevar el mensaje a todos los que conociera y por donde quiera que fuera.
> En ese mismo año de 1988 ingresé a la Pucamaima, que en ese entonces era
> Ucamaima, en la carrera de Ingeniería en Sistemas. Pero debido a una
> depresión mental que me aquejaba desde hacía un año y también por motivo
del
> mandamiento del sábado, dejé la universidad. Esto me causó más problemas
en
> mi familia, especialmente con mi hermano mayor, quien me ayudaba con los
> estudios y me había buscado los fiadores para mi crédito educativo, que me
> fue aprobado en categoría 1, en 1987.
> Al mes de dejar la universidad me sentía un poco mejor y decidí a entrar a
> la Agencia de Publicaciones Adventistas de Santiago. Ingresé al cuerpo de
> corportores (promotores de las publicaciones adventistas). Fui enviado a
> Constanza, donde permanecí por cuatro meses vendiendo las publicaciones
> adventistas sobre salud, sicología familiar y religiosa.
> Para ese entonces ya había leído muchos libros de la iglesia y sentía que
> en cada libro de Elena G. De White (la profeta del pueblo adventista), y
de
> variados autores de la iglesia, se me adentraba a nuevas doctrinas y
> practicas, que no se me dijeron cuando se me predicó el mensaje sencillo
de
> la salvación, y de Jesús como mi único Salvador Personal. No ostante, no
> estaba en desacuerdo con estas nuevas doctrinas.
> Debido al intenso itinerario de mi trabajo y por las normas de salud de la
> iglesia que estaba adoptando cada dia, empecé a perder peso rápidamente y
a
> sentir de nuevo esporádicas depresiones.
>
> Mi Salida de la Iglesia:
>
> Me sentí muy desilusionado cuando vi que la Agencia de publicaciones
vendía
> libros (ej. La Biblia Vulgata Latina), que eran puramente católicos, y
> tenían ilustraciones y enseñanzas de todas esas cosas de las cuales
nosotros
> predicábamos en contra. Cuando le hice esta observación a mi Compañero
> José Manzueta, a mi director asociado Olivo Mercado y al presidente de
> publicaciones, el pastor Carlos Acosta, me dieron los tres una respuesta
> tan superficial y liviana, que hizo generar en mi mente varias dudas en
> cuanto a la meta final que se nos enseñaba en los campamentos de
> entrenamiento que teníamos cada cierto tiempo.
> También me di cuenta que la Agencia de Publicaciones cometía varias
> irregularidades con el propósito de cobrar las deudas que muchos
corportores
> tenían con ellos.
> En cada libro de Salud o familiar que vendíamos, se nos daba un pequeño
> libro adicional con los mensajes de la iglesia y de Elena G. De White.
Este
> libro lo entregábamos a cada persona que compraba un libro, para que
> recibiese y leyese el mensaje adventista.
> Algunos de los vendedores que tenían deuda con la agencia no entregaban la
> mayoría de los libros adicionales y los traían a la agencia para que les
> fueran abonados a su cuenta, ya que si estos pequeños libros, se compraban
> por separado, tenían su precio. Todavía creo que estaba mal por esos
> vendedores retener esos libros adicionales que no eran para ellos, y mucho
> peor por parte de la agencia al recibírselos.
> Me sentía incomodo por los altos precios en que se cotizaban los libros de
> la iglesia, y esto me lo repetían mis clientes a diario por donde quiera
que
> iba.
> Hice la comparación con muchos libros que venden los Testigos de Jehová y
> otros religiosos, que son del mismo material y hasta tienen el mismo olor,
y
> comprobé que, viniendo todos del extranjero y pagando la misma cuota
> aduanal, que muchas veces tenía exoneraciones, los libros adventistas se
> vendían y se venden todavía a más de tres veces el precio de lo que lo
> venden las demás denominaciones y publicadores seculares.
> Por esta causa y por el aumento de la depresión, decidí salir de la
agencia
> a principios de 1989, cuando ya había sido trasladado a La Isabela, en
> Puerto Plata. El pastor Acosta y mi director asociado se mostraron
> renuentes a que yo dejara de colportar, porque a pesar de que era nuevo,
> tuve buen índice de ventas, alcanzando mejor blanco que mi compañero, que
se
> le encargó la labor de entrenarme en Constanza. Cuando Acosta vio que mi
> decisión era firme, me regaló el libro El Colportor Evangélico, para que
> cuando lo leyera tratara de reconsiderar mi decisión.
> Esto causó una impresión negativa en mi familia, en la iglesia y en la
> familia de la novia que tenía en ese entonces. Desde ese momento empecé a
> notar cierta indiferencia en muchos miembros de la iglesia.
> Aun creía plenamente en el mensaje adventista. Por mi mente no había
> pasado la idea de dejar las filas de la iglesia.
> Empecé a estudiar Inglés, y en lo que me desempeñaba pasando trabajos a
> máquina, llenando diplomas y haciendo letreros, seguía activo en las cosas
> de la iglesia y dedicando tiempo a la predicación del mensaje.
> A mi salida de la agencia, cancelé la pequeña cuenta que tenía pendiente
> con la casa publicadora y con parte del dinero que me sobró compré unos 8
ó
> 10 libros para mi estudio personal. Entre estos libros estaban los del
> pastor Morris Venden acerca de la justificación por la fe. Me causaron
una
> gran impresión y motivación, por que hasta entonces casi nunca había oído
a
> los hermanos de la iglesia hablando sobre esto, sino que su principal
empeño
> y prédica era la predicación del día de reposo, los diezmos y las normas
de
> conducta y salud de Elena G. De White.
> Aunque estos libros eran de la iglesia, al hablar sobre ellos con los
> hermanos de la iglesia, me di cuenta que la justificación por la fe solo
se
> trataba de manera teórica en las filas de la iglesia, porque la mayoría de
> los hermanos me refutaban muchos de mis argumentos que eran tomados de la
> Biblia y de los libros Las 95 Tesis De La Justificación Por La Fe y la Vid
> Verdadera, del pastor Morris Venden. A veces concordaban vagamente
> conmigo.
> Casi nadie asintió conmigo en la necesidad de que estas cosas se pusiesen
> en práctica y no solo que estuviesen en libros olvidados en el polvo de
los
> estantes. Algunos me decían que la iglesia todavía no estaba preparada
para
> esto y que llegaría la etapa espiritual para la practica y enseñanza de
> estos.
> A partir de ahí empezaron mis diferencias con las doctrinas de la iglesia;
> porque la justificación por la fe fue el punto más tratado por Pablo y los
> Apóstoles en sus cartas. Pablo en sus cartas instruía a sus hermanos a
> poner en practica el nuevo pacto inmediatamente en sus vidas, y no a vivir
> bajo la ley.
> Según el Evangelio de San Juan, especialmente el capitulo 15, primero hay
> que tener a Cristo en el corazón y por medio de El cumpliremos los
> mandamientos automáticamente, y no ofenderemos a Dios ni al hermano.
> En los datos históricos de la iglesia leí que desde 1888 se empezó en la
> congregación a hablar y escribir sobre la justificación por la fe en
Jesús.
> Me pregunté para mí mismo: Para cuando entonces estará la iglesia
preparada
> para este mensaje, si a diario se predica el inminente regreso de Cristo y
> el cumplimiento de la mayoría de las profecías bíblicas, hasta el punto de
> que siempre me encontraba con hermanos que acostumbraban a poner dos o
tres
> años para el decreto de lo que en la iglesia se conoce como la Ley
Dominical
> (Observancia del domingo en lugar del sábado), y lógicamente, que el
mundo
> se acabara y Cristo volviese a la tierra?
> Ya para ese entonces tenía a mi suegra y a la mayoría de los hermanos de
> la iglesia que se oponían a mis inquietudes.
> En cierta ocasión pasó por mi casa un amigo mío que me llevó una canción
de
> Ricardo Arjona (Jesús es verbo, no sustantivo) para que yo la escuchara.
Me
> dijo que quería que yo la escuchara y que analizara el mensaje, que a él
le
> había gustado mucho.
> Desde la primera vez que escuché la canción, me sentí muy acorde con sus
> dichos y recibí sus letras y mensajes como si hubiesen sido dirigidos a
mí.
> La persona que me llevó la canción no vive una vida ejemplar; es un
> metafísico espiritista y un buscador de faldas eterno. Ricardo Arjona, en
la
> mayor parte de sus canciones promueve el adulterio y la filosofía
> existencialista y extraterrestre de la Nueva Era. Pero al analizar las
> letras y el mensaje de esta canción, creí que, o Ricardo Arjona no es el
> autor original de esta canción, o cuando la escribió estaba siendo
inspirado
> por parte de la voluntad divina que mueve el mundo, no habiendo caído aún
en
> la apostasía moral que vive en la actualidad, y que se reflejan en sus
> canciones.
> Al llevarle esta canción a miembros de mi iglesia y de otras
religiones,
> pasó lo que siempre pasa; el religioso iba de acuerdo con la canción en
> todo lo que esta hablaba en contra de los demás, hasta que ella tocaba sus
> errores. Una de mis amigas personales de la iglesia hasta me manifestó
> sentir odio por esa canción. Según ella, esa era la causa principal de mis
> disparidades con la iglesia.
> En 1994, cuando ya el ambiente en la iglesia era casi completamente hostil
> e indiferente hacia mí, decidí dejar de asistir a la iglesia, y solo iba
> esporádicamente a algunos de sus cultos.
> Algo que me incomodaba mucho era que los dirigentes de la iglesia no
> mostraban mucho empeño por solucionar, o predicar por lo menos, en contra
de
> graves errores (adulterios, borrachera, juegos de azar), que eran el pan
> diario de muchos de los nuevos y viejos miembros de la iglesia, que tenían
y
> tiene todavía la sociedad constantemente hablando y criticando a estos que
> dicen ser verdaderos cristianos. Pero cuando la feligresía se descuidaba
en
> el pago de los diezmos y las ofrendas, venía como relámpago una semana de
> mayordomía, para enseñarle a los hermanos “a devolver fielmente la
> parte que le toca a Dios”.
> No faltaron las críticas y difamaciones de hermanos, que decían que mi
> desacuerdo con la iglesia era por la ruptura con mi novia, o por los
> impedimentos que tuve tres años posteriores a esa ruptura, al querer
> establecer relaciones amistosas y amorosas con otra joven de la iglesia,
> donde tuve la insistente oposición de cinco familiares y allegados a ella.
> Tres años después de mi salida de la iglesia, todavía seguía guardando el
> sábado, pero había dejado de leer los libros de Elena de White, porque
> sentía que mientras más los leía, más me colocaban por debajo de la ley.
> Al seguir estudiando la Biblia sin la influencia de Elena G. De White,
> leyendo literatura variada y bajando informaciones de la red, sobre
> diferentes temas, me di cuenta que las principales doctrinas de la Iglesia
> Adventistas están contradiciendo la Biblia; y que administran el diezmo de
> forma diferente a como lo hacía el pueblo de Israel y a como la iglesia
> apostólica administraba también las ofrendas (Deut. 14:22-29; 26:12-14)
> (Hech. 2:45; 18:3; 1 Cor. 4:12; 1 Tes. 2:9).
> En la actualidad, muchos de mis amigos adventistas me dicen que tengo que
> ser humilde y aceptar que las doctrinas de la iglesia no se cambian de un
> día para otro; que no tengo la verdad porque dejé de congregarme, y tratan
> de justificar las contradicciones de Elena y la Biblia, asegurando y
citando
> lo que, según ellos, son contradicciones de la propia Biblia.
>
> A continuación se citan algunas de las irregularidades administrativas y
> doctrinales que se pueden notar en esta iglesia en la actualidad:
>
> 1. La observación de un día de reposo que era solo para el Israel
político.
> (Gál. 4:9-11; Rom. 5,6; 14:1-13; Col. 2: 16,17; Hech. 15: 10).
> 2. El pago de los diezmos a levitas modernos. (Hech. 18:3; 1 Cor. 4:12; 1
> Tes. 2:9; Col. 2:14; Deut. 14:22-29; 26:12-14)
> 3. El utilizar los libros de Elena G. De White como patrón exclusivo para
el
> entendimiento de la Biblia. (Isaías 8:20).
> 4. Tratar de probar con la Biblia que Elena de White es una verdadera
> profeta, mientras por otro lado dicen que la Santa Escritura se
Contradice.
> (Juan 17:17; Deuteronomio 32:4; Salmos 12:6; 19:7; Proverbios 30:5)
> 5. La iglesia no espera que los empleados de sus universidades, colegios,
> casas publicadoras, etc, den el diezmo voluntariamente, sino que se los
> descuenta automáticamente en la nómina de pagos.
> 6. Predicar que Cristo entró en el lugar santísimo en el 1844, cuando
según
> la Biblia, lo hizo desde su ascensión al cielo. (Leer carta a los
hebreos).
> 7. Predicar muchas profecías del Apocalipsis como ya cumplidas en algunas
> partes del mundo, cuando los relatos bíblicos las puntualizan con un
efecto
> global contundente.
> 8. La prohibición a ingerir alimentos que Dios creó para el disfrute de
sus
> hijos.
> 9. El programar a los miembros de la iglesia para que solo acepten lo que
> se les sugiere y ni siquiera leer lo que escriba quien no es miembro de la
> iglesia.
> 10. El poner al papado como la primera bestia de Apocalipsis 13, cuando en
> realidad este es la segunda, el falso profeta que viene disfrazado de
> cordero (el Anticristo).
> 11. No amonestar a los incontables miembros de su iglesia que tienen un
afán
> desmedido por hacerse ciudadanos de Estados Unidos, el país o potencia que
> ellos dicen que es la segunda bestia del Apocalipsis 13.
> 12. La separación o muro doctrinal y social con quienes no pertenecen a
sus
> filas.
> 13.
>
>
> Que creo y que hago ahora?
>
>
> Nunca he dejado de estudiar la Biblia. Creo fírmente en Jesús y en su plan
> de redención y salvación para los hombres.
> No creo que la iglesia de Dios pueda vivir tan cómoda, como lo están todas
> las religiones que conozco hasta ahora. En el Nuevo Testamento veo una
> iglesia perseguida y atribulada hasta el final de los tiempos.
> Las Escrituras dicen que los que quieran vivir piadosamente padecerían
> persecución. En ellas no se nos habla de tiempos de tregua. En el
> Apocalipsis 12 se nos habla de una iglesia perseguida hasta el mismo
momento
> de la venida del Señor.
> Creo que si las religiones que tú y yo conocemos no padecen persecución o
> dificultades, es porque su vida y sus doctrinas no son una amenaza para la
> Babilonia Espiritual (El conjunto de congregaciones, gobiernos, sistemas y
> creencias opuestas a la voluntad de Jesús).
> Trato de escucharlo todo y retener lo bueno.
> Aunque estoy convencido de la influencia del Espíritu Santo en mi vida, no
> trato de imponer mis creencias a nadie, ni siquiera a mis hijos y esposa.
>
> Si quieres saber más sobre lo que has leído, sobre los problemas en la
> historia de los adventistas del séptimo día, de las contradicciones entre
> Elena G. De White y la Biblia, la ciencia, el sentido común y entre ella
> misma, sobre las falsas doctrinas que te predican las religiones que
> conoces; puedes constatarme al teléfono 545-6450 (Beeper 209-0576).
> Si tienes acceso al Internet, puedes escribirme al correo electrónico
> ([email protected])
>
>
>
> Nota: Si crees que este testimonio podría ayudar a otras personas, o a
que
> miembros de la iglesia adventista que conoces eviten mantenerse por debajo
> de la ley y creyendo en una profeta que los baja un escalón más para el
> infierno en cada capítulo que leen de sus libros, te agradecería que
> hicieras llegar una copia de este material a esa persona, pero ten
presente
> primero, que esto podría causarte cierta oposición de parte de los
> afectados.
>
 
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