Re: Cristianos sin iglesia e iglesias sin cristianos
Siempre ha habido y siempre habrá quien pregunte:
¿Necesito congregarme para ser salvo?
y alguien más responderá: NO
y el que pregunta entonces se sentirá libre de aislarse del resto de los cristianos apenas algo le caida mal de alguno de ellos.
La verdad es que quien tiene a Cristo no sólo necesita congregarse, el congregarse es parte de ser cristiano, somos todos un cuerpo, miembros los unos de los otros. Claro que el congregarse no tiene necesariamente que cumplir con los estereotipos a los que nos hemos acostumbrado.
Me cuesta imaginarme un pretexto válido para que alguien pase mucho tiempo aislado del resto de los cristianos, quizá si es naufrago

o si está en un lugar donde no hay más cristianos que él.
Les pego a continuación un estudio de mi autoría sobre el tema:
Muchos en todo el mundo reconocen a Cristo como su Salvador en campañas evangelísticas, o por programas de TV o Radio, o por que alguien de alguna manera les hizo conocer a cerca de la salvación por medio de la fe en nuestro señor Jesucristo. Luego de haber invitado a Cristo a su vida muchos no saben que hacer, a dónde acudir o cómo utilizar la vida abundante que se les ha regalado. Lamentablemente un gran número de estos cristianos recién nacidos se pierden en poco tiempo ya sea porque vuelven al mundo o ya sea porque en su búsqueda de la verdad tropiezan con lobos vestidos de oveja que con apariencia de piedad les inculcan doctrinas torcidas.
El congregarse no es de ninguna manera un requisito para la salvación (como algunos grupos desean que se piense), sin embargo es de gran importancia que un nacido de nuevo se congregue allá donde pueda crecer y desarrollarse espiritualmente sano.
1. ¿Porqué debemos reunirnos?
a) Por la promesa de Jesucristo.
Mt 18.19-20
Otra vez os digo que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecho por mi Padre que está en los cielos, porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
b) Porque la Palabra lo ordena.
Heb 10.24-25
Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca
c) Porque la iglesia es la congregación de los primogénitos.
Heb 12.22-24.
Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos. Os habéis acercado a Dios, Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús, Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.
2. ¿Para qué debemos reunirnos?
a) Para alabar a Dios
Heb 2.10-12
Convenía a aquel por cuya causa existen todas las cosas y por quien todas las cosas subsisten que, habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionara por medio de las aflicciones al autor de la salvación de ellos, porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo:
«Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré»
b) Para orar
Hechos 1:14
Todos ellos se reunían siempre para orar con algunas mujeres, con María, la madre de Jesús, y con sus hermanos
c) Para exhórtanos
Heb 10.24-25
Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca
d) Para edificarnos en amor y ejercitar los dones
Efesios 4:11
11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
3. ¿Dónde debemos reunirnos?
a) La cultura cristiana actual llama templos o iglesias a los edificios donde la gente se congrega, sin tratar de satanizar ésta manera de utilizar los términos debemos saber que en realidad el templo de Dios, su Iglesia son todos aquellos que han nacido de nuevo.
Primera de Corintios 6:19
¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes?
Efesios 1:22-23
Sometió todas las cosas bajo los pies de Cristo, y a Cristo mismo lo dio a la iglesia como cabeza de todo. Pues la iglesia es el cuerpo de Cristo, de quien ella recibe su plenitud, ya que Cristo es quien lleva todas las cosas a su plenitud
b) En cuanto al lugar físico donde se reúnen los cristianos la Palabra señala que dado que ahora somos nosotros mismos el templo de Dios entonces el lugar geográfico no tiene mucha importancia, siempre y cuando nos reunamos.
Juan 4:21-24
Jesús le contestó:
—Créeme, mujer, que llega la hora en que ustedes adorarán al Padre sin tener que venir a este monte ni ir a Jerusalén. Ustedes no saben a quién adoran; pero nosotros sabemos a quién adoramos, pues la salvación viene de los judíos. Pero llega la hora, y es ahora mismo, cuando los que de veras adoran al Padre lo harán de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios. Pues el Padre quiere que así lo hagan los que lo adoran. Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios.
c) En realidad Tanto Cristo como sus discípulos acostumbraban reunirse a toda hora y en todo lugar, la mayor parte de las congregaciones hoy tiene un edificio y horarios en los que se reúnen, ésta costumbre data del siglo III y la verdad no tiene nada de mala, lo malo sería hacer pensar a la gente que la presencia de Dios está en un solo lugar o que sus hijos sólo deben reunirse en un horario específico.
Hechos 2:45
Todos los días se reunían en el templo, y en las casas partían el pan
4. ¿Cuándo debemos reunirnos?
a) Israel fue instruida para guardar el sábado como día de reposo y como los primeros cristianos fueron judíos seguramente acostumbraban guardarlo también, pero eso lo hacían como judíos y teniendo siempre presente lo que Cristo les enseñó
Marcos 2:27-28
Jesús añadió:
—El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado. 28Por esto, el Hijo del hombre tiene autoridad también sobre el sábado.
b) En todo el nuevo testamento vemos que las reuniones de los cristianos se hacían varias veces en la semana y no sólo un día específico
Hechos 2:45
Todos los días se reunían en el templo, y en las casas partían el pan y comían juntos con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y eran estimados por todos; y cada día el Señor hacía crecer la comunidad con el número de los que él iba llamando a la salvación
Muchas congregaciones acostumbran reunirse Domingo para celebrar las primicias, por ser el primer día de la semana. Ésta costumbre no es condenable sin embargo cada cristiano debe saber que la vida en Cristo no consiste únicamente en reunirse sino en tener una relación personal cercana y diaria con Dios y con los otros cristianos, sus hermanos.
5. ¿Con quiénes nos reunimos?
a) Deben reunirse los hermanos, es decir aquellos que han nacido de nuevo, los que han recibido a Cristo como Señor y Salvador
Salmos 133:1
¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es
Habitar los hermanos juntos en armonía!
Juan 1:12
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
6. ¿Con quién no debemos reunirnos?
a) No debemos reunirnos con quien llamándose hermano no hace la voluntad de Dios, es idólatra o avaro, o fornicario, o borracho, etc
Primera de Corintios 5:11
...no deben tener trato con ninguno que, llamándose hermano, se entregue a la prostitución, o sea avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón. Con gente así, ni siquiera comer juntos.
b) No debemos reunirnos con los falsos maestros, aquellos que dicen hablar de parte de Dios y contradicen su Palabra, aquellos cuyos frutos no son buenos
Mateo 7:15-20
Cuídense de esos mentirosos que pretenden hablar de parte de Dios. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Ustedes los pueden reconocer por sus acciones, pues no se cosechan uvas de los espinos ni higos de los cardos. 17Así, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. El árbol bueno no puede dar fruto malo, ni el árbol malo dar fruto bueno. Todo árbol que no da buen fruto, se corta y se echa al fuego. De modo que ustedes los reconocerán por sus acciones
c) No debemos reunirnos con quien desobedece al Señor
Primera de Tesalonicenses 3:13-14
Pero ustedes, hermanos, no se cansen de hacer el bien. Si alguno no hace caso a lo que decimos en esta carta, fíjense en quién es y no se junten con él, para que le dé vergüenza.
7. ¿Cómo debemos reunirnos?
a) Unánimes
Hechos 1:14
Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
b) En amor
Juan 13:35
Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos
c) Con orden
1 Corintios 14:39-40
Así pues, hermanos míos, aspiren al don de profecía, y no prohíban que se hable en lenguas; pero háganlo todo decentemente y con orden.
d) Con devoción y reverencia
Hebreos 12:28
El reino que Dios nos da, no puede ser movido. Demos gracias por esto, y adoremos a Dios con la devoción y reverencia que le agradan
e) Con alegría
Salmos 100:1-2
Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra.
Servid a Jehová con alegría;
Venid ante su presencia con regocijo.