¿Cristianos en Política? ¿ Es conveniente?¡
En los países latinoamericanos han surgido dos tendencias cada vez más crecientes en las iglesias cristianas con relación a la participación en política: por un lado,la tendencia de llevar candidatos a las corporaciones póblicas a destacados pastores evangèlicos y, en segundo lugar, la posición de respaldar a sectores políticos tradicionales.
Pero la primera tendencia es la que se ha venido implementando, la cual ha sido objeto de crìticas fuertes de algunos sectores evangélicos que la consideran como una posición no conveniente. No obstante, hay quienes la defienden, con el argumento de que la iglesia cristiana no se puede cruzar de brazos frente a la corrupción de la política tradicional. Y que los evangélicos, con la autoridad moral que poseen, pueden ser una alternativa diferente en los escenarios políticos.
La otra crìtica, tiene que ver con la participación de los pastores en los debates electorales como candidatos. Algunos piensan que Dios no los ha llamado para ser políticos, sino para que cumplan con la Gran Comisión. Pero ellos se defienden diciendo que en los parlamentos pueden predicar el evangelio.
Mi posición es que los pastores no deben participar como candidatos, ellos tienen una misión especial.Un llamado que no es para hacer política, entre otras cosas, porque en los escenarios políticos, no se va a predicar el evangelio, sino a tratar temas de interés nacional.
Tampoco estoy de acuerdo en que las iglesias den su voto público a determinados sectores políticos. No es conveniente hipotecar el ministerio a ningun sector proselitita,salvo para defender la libertad religiosa.
Lo que sí me parece lógico es que las iglesias cristianas se unan para elegir candidatos autenticamente cristianos a las corporaciones públicas.
Lo que si veo con agrado es que en la
En los países latinoamericanos han surgido dos tendencias cada vez más crecientes en las iglesias cristianas con relación a la participación en política: por un lado,la tendencia de llevar candidatos a las corporaciones póblicas a destacados pastores evangèlicos y, en segundo lugar, la posición de respaldar a sectores políticos tradicionales.
Pero la primera tendencia es la que se ha venido implementando, la cual ha sido objeto de crìticas fuertes de algunos sectores evangélicos que la consideran como una posición no conveniente. No obstante, hay quienes la defienden, con el argumento de que la iglesia cristiana no se puede cruzar de brazos frente a la corrupción de la política tradicional. Y que los evangélicos, con la autoridad moral que poseen, pueden ser una alternativa diferente en los escenarios políticos.
La otra crìtica, tiene que ver con la participación de los pastores en los debates electorales como candidatos. Algunos piensan que Dios no los ha llamado para ser políticos, sino para que cumplan con la Gran Comisión. Pero ellos se defienden diciendo que en los parlamentos pueden predicar el evangelio.
Mi posición es que los pastores no deben participar como candidatos, ellos tienen una misión especial.Un llamado que no es para hacer política, entre otras cosas, porque en los escenarios políticos, no se va a predicar el evangelio, sino a tratar temas de interés nacional.
Tampoco estoy de acuerdo en que las iglesias den su voto público a determinados sectores políticos. No es conveniente hipotecar el ministerio a ningun sector proselitita,salvo para defender la libertad religiosa.
Lo que sí me parece lógico es que las iglesias cristianas se unan para elegir candidatos autenticamente cristianos a las corporaciones públicas.
Lo que si veo con agrado es que en la