Creencia Adventista Resurección de Moisés

17 Septiembre 2008
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La Resurrección De Moisés
“Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová. Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy” (Deut. 34:5, 6). Por lo tanto, con estos pocos versículos, Moisés, tan crucial en la vida de Israel, un hombre cuyos escritos perduran, no solo en Israel, sino también en la iglesia y en las sinagogas en la actualidad, murió.
Moisés murió, fue sepultado, el pueblo hizo luto, y eso fue todo. Por cierto, el principio de las palabras de Apocalipsis se aplica aquí: “Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen” (Apoc. 14:13).
Sin embargo, la muerte de Moisés no fue el capítulo final de la historia de su vida.
Lee Judas 9. ¿Qué sucede aquí y cómo ayuda este versículo a explicar la presencia de Moisés más adelante en el Nuevo Testamento?
Aunque solo tenemos un atisbo, qué escena increíble se describe aquí. Miguel, Cristo mismo, disputó con el diablo sobre el cuerpo de Moisés. ¿Cómo es esto? No cabe duda de que Moisés era pecador; de hecho, el último pecado que se le conoce, asumir como propia la gloria que era de Dios, era el mismo tipo de pecado (“Sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo” [Isa. 14:14]) que hizo que el mismo Lucifer fuera arrojado del cielo en primer término. La disputa sobre su cuerpo debió de haberse motivado porque Cristo ahora estaba reclamando para Moisés la resurrección prometida.
Pero ¿cómo pudo Cristo hacer eso por un pecador como Moisés, que había violado su Ley? La respuesta, por supuesto, solo podría ser la Cruz. Así como todos los sacrificios de animales apuntaban a la futura muerte de Cristo, obviamente el Señor ahora, anticipando la Cruz, ordenó que el cuerpo de Moisés resucitara. “Como consecuencia del pecado, Moisés había caído bajo el dominio de Satanás. Por sus propios méritos, era legalmente cautivo de la muerte; pero fue resucitado a la vida inmortal por el derecho que tenía a ella en el nombre del Redentor. Moisés salió de la tumba glorificado, y ascendió con su Libertador a la Ciudad de Dios” (PP 512).
¿Cómo nos ayuda este relato a comprender la profundidad del plan de salvación: que incluso antes de la Cruz fuese Moisés a la vida eterna?

Comentarios Elena G.W​

Miguel, o sea Cristo, y los ángeles que sepultaron a Moisés, descendieron del cielo después que permaneció en la tumba por algún tiempo y lo resucitaron para llevarlo al cielo.
Cuando Cristo y los ángeles se aproximaron a la tumba, Satanás y sus ángeles aparecieron junto a ella y montaron guardia en torno del cuerpo de Moisés para que no fuera retirado de allí. Al acercarse Cristo y sus ángeles, Satanás resistió ese avance, pero fue obligado a retroceder por la gloria y el poder de Cristo y sus ángeles. El adversario reclamó el cuerpo de Moisés por causa de esa única transgresión; pero Cristo mansamente recurrió a su Padre al decir: “El Señor te reprenda”. Judas 9. Cristo dijo a Satanás que sabía que Moisés se había arrepentido humildemente de ese único error, que no había más manchas en su carácter, y que su nombre permanecía en los libros del cielo sin mácula alguna. Entonces el Señor resucitó el cuerpo de Moisés que el diablo había reclamado (La historia de la redención, pp. 177, 178).
Dios no creó el mal. Solo hizo lo bueno, que era semejante a sí mismo. Pero Satanás no quedaría satisfecho con conocer y hacer la voluntad de Dios. Su curiosidad se esforzaba por extenderse a lo que Dios no se proponía que él conociese. El mal, el pecado y la muerte no fueron creados por Dios; son el resultado de la desobediencia, la cual tuvo su origen en Satanás. Pero el conocimiento del mal que hay ahora en el mundo fue introducido por la astucia de Satanás. Estas son lecciones duras y costosas; pero los hombres las aprenderán, y muchos nunca quedarán convencidos de que es una dicha ignorar cierta clase de conocimiento, el que brota de los deseos frustrados y los propósitos no consagrados. Los hijos e hijas de Adán son tan plenamente curiosos y presuntuosos como lo fue Eva al buscar el conocimiento prohibido. Alcanzan una experiencia, un conocimiento que Dios nunca quiso que tuviesen, y el resultado será, como lo fue con nuestros primeros padres, la pérdida del hogar edénico. ¿Cuándo aprenderán los seres humanos lo que ha sido expuesto tan plenamente ante ellos? (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 475, 476).
El mismo Salvador misericordioso que designó esas ciudades temporales de refugio proveyó por el derramamiento de su propia sangre un asilo verdadero para los transgresores de la ley de Dios, al cual pueden huír de la segunda muerte y hallar seguridad. No hay poder que pueda arrebatar de sus manos las almas que acuden a él en busca de perdón. “Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”. “¿Quien es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, quien además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”, “para que … tengamos un fortísimo consuelo, los que nos acogemos a trabarnos de la esperanza propuesta”. Romanos 8:1, 34; Hebreos 6:18 (Historia de los patriarcas y profetas, p. 553).
 
Moisés—...Cristo mismo, acompañado de los ángeles que enterraron a Moisés, descendió del cielo para llamar al santo que dormía. Satanás se había regocijado por el éxito que obtuviera al inducir a Moisés a pecar contra Dios y a caer así bajo el dominio de la muerte. El gran adversario sostenía que la sentencia divina: “Polvo eres, y al polvo serás tornado” (Génesis 3:19), le daba posesión de los muertos. Nunca había sido quebrantado el poder de la tumba, y él reclamaba a todos los que estaban en ella como cautivos suyos que nunca habían de ser libertados de su lóbrega prisión. SVC 96.3
Por primera vez Cristo iba a dar vida a uno de los muertos. Cuando el Príncipe de la vida y los ángeles resplandecientes se aproximaron a la tumba, Satanás temió perder su hegemonía. Con sus ángeles malos, se aprestó a disputar la invasión del territorio que llamaba suyo. Se jactó de que el siervo de Dios había llegado a ser su prisionero. Declaró que ni siquiera Moisés había podido guardar la ley de Dios; que se había atribuido la gloria que pertenecía a Jehová—decir que había cometido el mismo pecado que hiciera desterrar a Satanás del cielo—, y por su transgresión había caído bajo el dominio de Satanás. El gran traidor reiteró los cargos originales que había lanzado contra el gobierno divino, y repitió sus quejas de que Dios había sido injusto con él. SVC 97.1
Cristo no se rebajó a entrar en controversia con Satanás. Podría haber presentado contra él la obra cruel que sus engaños habían realizado en el cielo, al ocasionar la ruina de un gran número de sus habitantes. Podría haber señalado las mentiras que había dicho en el Edén y que habían hecho pecar a Adán e introducido la muerte entre el género humano. Podría haberle recordado a Satanás que él era quien había inducido a Israel a murmurar y a rebelarse hasta agotar la paciencia longánime de su jefe, y sorprendiéndolo en un momento de descuido, le había arrastrado a cometer el pecado que lo había puesto en las garras de la muerte. Pero Cristo lo confió todo a su Padre, diciendo: “El Señor te reprenda”. Judas 9. El Salvador no entró en disputa con su adversario, sino que en ese mismo momento y lugar comenzó a quebrantar el poder del enemigo caído y a dar la vida a los muertos. Satanás tuvo allí una evidencia incontrovertible de la supremacía del Hijo de Dios. La resurrección quedó asegurada para siempre. Satanás fue despojado de su presa; los justos muertos volverían a vivir. SVC 97.2
Como consecuencia del pecado, Moisés había caído bajo el dominio de Satanás. Por sus propios méritos era legalmente cautivo de la muerte; pero resucitó para la vida inmortal, por el derecho que tenía a ella en nombre del Redentor. Moisés salió de la tumba glorificado, y ascendió con su Libertador a la ciudad de Dios. SVC 98.1
Nunca, hasta que se ejemplificaron en el sacrificio de Cristo, se manifestaron la justicia y el amor de Dios más señaladamente que en sus relaciones con Moisés. Dios le vedó la entrada a Canaán para enseñar una lección que nunca debía olvidarse; a saber, que él exige una obediencia estricta y que los hombres deben cuidar de no atribuirse la gloria que pertenece a su Creador. No podía conceder a Moisés lo que pidiera al rogar que le dejara participar en la herencia de Israel; pero no olvidó ni abandonó a su siervo. El Dios del cielo comprendía los sufrimientos que Moisés había soportado; había observado todos los actos de su fiel servicio a través de los largos años de conflicto y prueba. En la cumbre de Pisga, Dios llamó a Moisés a una herencia infinitamente más gloriosa que la Canaán terrenal.SVC 98.2
En el monte de la transfiguración, Moisés estuvo presente con Elías, quien había sido trasladado. Fueron enviados como portadores de la luz y la gloria del Padre para su Hijo. Y así se cumplió por fin la oración que elevara Moisés tantos siglos antes. Estaba en el “buen monte”, dentro de la heredad de su pueblo, testificando en favor de Aquel en quien se concentraban todas las promesas de Israel. Tal es la última escena revelada al ojo mortal con referencia a la historia de aquel hombre tan altamente honrado por el cielo.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 510-512. SVC 98.3 Ellen G White
 
La Resurrección De Moisés
“Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová. Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy” (Deut. 34:5, 6). Por lo tanto, con estos pocos versículos, Moisés, tan crucial en la vida de Israel, un hombre cuyos escritos perduran, no solo en Israel, sino también en la iglesia y en las sinagogas en la actualidad, murió.
Moisés murió, fue sepultado, el pueblo hizo luto, y eso fue todo. Por cierto, el principio de las palabras de Apocalipsis se aplica aquí: “Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen” (Apoc. 14:13).
Sin embargo, la muerte de Moisés no fue el capítulo final de la historia de su vida.
Lee Judas 9. ¿Qué sucede aquí y cómo ayuda este versículo a explicar la presencia de Moisés más adelante en el Nuevo Testamento?
Aunque solo tenemos un atisbo, qué escena increíble se describe aquí. Miguel, Cristo mismo, disputó con el diablo sobre el cuerpo de Moisés. ¿Cómo es esto? No cabe duda de que Moisés era pecador; de hecho, el último pecado que se le conoce, asumir como propia la gloria que era de Dios, era el mismo tipo de pecado (“Sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo” [Isa. 14:14]) que hizo que el mismo Lucifer fuera arrojado del cielo en primer término. La disputa sobre su cuerpo debió de haberse motivado porque Cristo ahora estaba reclamando para Moisés la resurrección prometida.
Pero ¿cómo pudo Cristo hacer eso por un pecador como Moisés, que había violado su Ley? La respuesta, por supuesto, solo podría ser la Cruz. Así como todos los sacrificios de animales apuntaban a la futura muerte de Cristo, obviamente el Señor ahora, anticipando la Cruz, ordenó que el cuerpo de Moisés resucitara. “Como consecuencia del pecado, Moisés había caído bajo el dominio de Satanás. Por sus propios méritos, era legalmente cautivo de la muerte; pero fue resucitado a la vida inmortal por el derecho que tenía a ella en el nombre del Redentor. Moisés salió de la tumba glorificado, y ascendió con su Libertador a la Ciudad de Dios” (PP 512).
¿Cómo nos ayuda este relato a comprender la profundidad del plan de salvación: que incluso antes de la Cruz fuese Moisés a la vida eterna?

Comentarios Elena G.W​

Miguel, o sea Cristo, y los ángeles que sepultaron a Moisés, descendieron del cielo después que permaneció en la tumba por algún tiempo y lo resucitaron para llevarlo al cielo.
Cuando Cristo y los ángeles se aproximaron a la tumba, Satanás y sus ángeles aparecieron junto a ella y montaron guardia en torno del cuerpo de Moisés para que no fuera retirado de allí. Al acercarse Cristo y sus ángeles, Satanás resistió ese avance, pero fue obligado a retroceder por la gloria y el poder de Cristo y sus ángeles. El adversario reclamó el cuerpo de Moisés por causa de esa única transgresión; pero Cristo mansamente recurrió a su Padre al decir: “El Señor te reprenda”. Judas 9. Cristo dijo a Satanás que sabía que Moisés se había arrepentido humildemente de ese único error, que no había más manchas en su carácter, y que su nombre permanecía en los libros del cielo sin mácula alguna. Entonces el Señor resucitó el cuerpo de Moisés que el diablo había reclamado (La historia de la redención, pp. 177, 178).
Dios no creó el mal. Solo hizo lo bueno, que era semejante a sí mismo. Pero Satanás no quedaría satisfecho con conocer y hacer la voluntad de Dios. Su curiosidad se esforzaba por extenderse a lo que Dios no se proponía que él conociese. El mal, el pecado y la muerte no fueron creados por Dios; son el resultado de la desobediencia, la cual tuvo su origen en Satanás. Pero el conocimiento del mal que hay ahora en el mundo fue introducido por la astucia de Satanás. Estas son lecciones duras y costosas; pero los hombres las aprenderán, y muchos nunca quedarán convencidos de que es una dicha ignorar cierta clase de conocimiento, el que brota de los deseos frustrados y los propósitos no consagrados. Los hijos e hijas de Adán son tan plenamente curiosos y presuntuosos como lo fue Eva al buscar el conocimiento prohibido. Alcanzan una experiencia, un conocimiento que Dios nunca quiso que tuviesen, y el resultado será, como lo fue con nuestros primeros padres, la pérdida del hogar edénico. ¿Cuándo aprenderán los seres humanos lo que ha sido expuesto tan plenamente ante ellos? (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 475, 476).
El mismo Salvador misericordioso que designó esas ciudades temporales de refugio proveyó por el derramamiento de su propia sangre un asilo verdadero para los transgresores de la ley de Dios, al cual pueden huír de la segunda muerte y hallar seguridad. No hay poder que pueda arrebatar de sus manos las almas que acuden a él en busca de perdón. “Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”. “¿Quien es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, quien además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”, “para que … tengamos un fortísimo consuelo, los que nos acogemos a trabarnos de la esperanza propuesta”. Romanos 8:1, 34; Hebreos 6:18 (Historia de los patriarcas y profetas, p. 553).
Lo siento, pero todas las sectas herejes de siglo 19 en Estados Unidos siguen la misma receta. 1. se inventan un profeta, 2. nueva revelacion, 3. claman que la biblia esta incorrecta, 4. claman que hay "mas verdad oculta" y 5. solo ellos son poseedores y guardianes de la nueva verdad revelada. Sin falta, ese es el mapa que siguen. Ya sean ASD, Mormones, TDJ, La luz del Mundo, en fin. Es la misma pelicula simpre.

"Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo. Porque si alguien viene y predica a otro Jesús, a quien no hemos predicado, o recibís un espíritu diferente, que no habéis recibido, o aceptáis un evangelio distinto, que no habéis aceptado, bien lo toleráis?" 2 Cor. 3-4

"Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anunciara otro evangelio contrario al que les hemos anunciado, sea anatema (maldito). Como hemos dicho antes, también repito ahora: Si alguno os anuncia un evangelio contrario al que recibisteis, sea anatema. Gal 1:8-9


Saludos
 
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Reacciones: Javier Andrés
La asunción de Moisés
Obra judía, escrita en hebreo y arameo durante el siglo I d.C., de la cual sobreviven sólo partes en 2 fragmentos latinos traducidos de la versión griega perdida. Los fragmentos contienen el discurso de Moisés a Josué prediciendo la historia de Israel, pero se ha perdido el registro de su muerte y ascensión.
La asunción de Moisés tal vez originalmente consistía de dos libros diferentes: el Testamento de Moisés y La asunción.
El autor, fariseo, trató de llevar a sus compatriotas de nuevo a las antiguas sendas de obediencia implícita a la Torah. Movido por su patriotismo, esperaba el regreso de las diez tribus y creía que el deber de Israel era guardar la ley y orar para que Dios interviniera en favor de la nación.
Los primeros autores cristianos relacionaron el vers. 1:9 de Judas con este libro. Sin embargo, las palabras de Judas no se encuentran en las secciones de La asunción que existen ahora.
 
Lo siento, pero todas las sectas herejes de siglo 19 en Estados Unidos siguen la misma receta. 1. se inventan un profeta, 2. nueva revelacion, 3. claman que la biblia esta incorrecta, 4. claman que hay "mas verdad oculta" y 5. solo ellos son poseedores y guardianes de la nueva verdad revelada. Sin falta, ese es el mapa que siguen. Ya sean ASD, Mormones, TDJ, La luz del Mundo, en fin. Es la misma pelicula simpre.

"Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo. Porque si alguien viene y predica a otro Jesús, a quien no hemos predicado, o recibís un espíritu diferente, que no habéis recibido, o aceptáis un evangelio distinto, que no habéis aceptado, bien lo toleráis?" 2 Cor. 3-4

"Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anunciara otro evangelio contrario al que les hemos anunciado, sea anatema (maldito). Como hemos dicho antes, también repito ahora: Si alguno os anuncia un evangelio contrario al que recibisteis, sea anatema. Gal 1:8-9


Saludos
El Origen de Esta Creencia de la resurección de Moisés se apoya en el libro no canónico de Moisés. La Asunción de Moisés (también llamado el Testamento de Moisés , heb.: עליית משה) es una obra Judia del siglo I.
 
Lo siento, pero todas las sectas herejes de siglo 19 en Estados Unidos siguen la misma receta. 1. se inventan un profeta, 2. nueva revelacion, 3. claman que la biblia esta incorrecta, 4. claman que hay "mas verdad oculta" y 5. solo ellos son poseedores y guardianes de la nueva verdad revelada. Sin falta, ese es el mapa que siguen. Ya sean ASD, Mormones, TDJ, La luz del Mundo, en fin. Es la misma pelicula simpre.

"Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo. Porque si alguien viene y predica a otro Jesús, a quien no hemos predicado, o recibís un espíritu diferente, que no habéis recibido, o aceptáis un evangelio distinto, que no habéis aceptado, bien lo toleráis?" 2 Cor. 3-4

"Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anunciara otro evangelio contrario al que les hemos anunciado, sea anatema (maldito). Como hemos dicho antes, también repito ahora: Si alguno os anuncia un evangelio contrario al que recibisteis, sea anatema. Gal 1:8-9


Saludos
Ninguna denominación Cristiana habla que las Sagradas Escrituras son Incorrectas.
16 Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia,
17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruido para toda buena obra. 2 de Timoteo.
 
Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda” (Jud. 9). Apoyándose en el texto de Judas 9 Moisés Murió y después de Ser enterrado fue Resucitado, en el libro Judío Testamento de Moisés se habla de la Asunción de Moisés al Cielo. El otro texto Bíblico que se toma de base es el de la transfiguración de Jesús

Mateo 17
Reina-Valera 1960

La transfiguración​

(Mr. 9.2-13; Lc. 9.28-36)​

17 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; 2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. 3 Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. 4 Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. 5 Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia;a él oíd. 6 Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor. 7 Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis. 8 Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo.
 
El Origen de Esta Creencia de la resurección de Moisés se apoya en el libro no canónico de Moisés. La Asunción de Moisés (también llamado el Testamento de Moisés , heb.: עליית משה) es una obra Judia del siglo I.
Hermano, es una perdida de tiempo leer esos textos apocrifos. Son textos falsos que han sido rechazados por la iglesia desde el siglo 1ro. Esos textos siempre han existido pero nada tienen que ver con nosotros los Cristianos.

Saludos