Queridos hermanos,
quisiera compartir con vosotros algo que me ha ocurrido ayer:
Andaba este fin de semana predicando el evangelio de Jesucristo a una mujer católica de la familia de mi mujer. Es un caso difícil, puesto que ya tiene 86 años y la tradición de su iglesia ha arraigado muy profundo en el corazón. Las cosas del Señor son así. Un día tu piensas que ya no puedes hacer nada, y al día siguiente el te da las palabras y te dice: "habla". El sábado me escuchó la mujer durante 3 horas todo lo que el Espíritu tenía que decir. Al día siguiente, domingo, ocurrió lo sorprendente para mi. Le encendí la televisión, cosa que yo casi nunca hago, y me puse a pasar los canales, y de repente, en un canal donde no salía absolutamente nada, salía una voz de un hombre leyendo un pasaje del evangelio de Marcos. Justamente sus palabras en ese momento fueron: "Si vosotros siendo malos dais buenas dádivas a vuestros hijos, como vuestro Padre celestial no dará el Espíritu Santo al que se lo pida". Yo estaba sorprendido y no paraba de dar gloria a Dios, la mujer perpleja, mi mujer me miraba sin pronunciar palabra. Al parecer era un canal de alguna radio cristiana que se había colado por la onda en aquel canal donde sólo había nieve. Para mi fue un suceso extraordinario. Mas extraordinario lo he visto, cuando hoy he puesto el canal, y ya no se oye nada ni se ve nada. Yo no se si el Señor ha conseguido su propósito en la mujer, pero para mi ha sido un auténtico testimonio de su inmenso poder.
No se si he sabido explicarme bién, sólo quería contarlo para testimonio y gloria del Señor

quisiera compartir con vosotros algo que me ha ocurrido ayer:
Andaba este fin de semana predicando el evangelio de Jesucristo a una mujer católica de la familia de mi mujer. Es un caso difícil, puesto que ya tiene 86 años y la tradición de su iglesia ha arraigado muy profundo en el corazón. Las cosas del Señor son así. Un día tu piensas que ya no puedes hacer nada, y al día siguiente el te da las palabras y te dice: "habla". El sábado me escuchó la mujer durante 3 horas todo lo que el Espíritu tenía que decir. Al día siguiente, domingo, ocurrió lo sorprendente para mi. Le encendí la televisión, cosa que yo casi nunca hago, y me puse a pasar los canales, y de repente, en un canal donde no salía absolutamente nada, salía una voz de un hombre leyendo un pasaje del evangelio de Marcos. Justamente sus palabras en ese momento fueron: "Si vosotros siendo malos dais buenas dádivas a vuestros hijos, como vuestro Padre celestial no dará el Espíritu Santo al que se lo pida". Yo estaba sorprendido y no paraba de dar gloria a Dios, la mujer perpleja, mi mujer me miraba sin pronunciar palabra. Al parecer era un canal de alguna radio cristiana que se había colado por la onda en aquel canal donde sólo había nieve. Para mi fue un suceso extraordinario. Mas extraordinario lo he visto, cuando hoy he puesto el canal, y ya no se oye nada ni se ve nada. Yo no se si el Señor ha conseguido su propósito en la mujer, pero para mi ha sido un auténtico testimonio de su inmenso poder.
No se si he sabido explicarme bién, sólo quería contarlo para testimonio y gloria del Señor