Cosas sorprendentes

25 Agosto 2002
230
0
usuarios.lycos.es
Queridos hermanos,

quisiera compartir con vosotros algo que me ha ocurrido ayer:

Andaba este fin de semana predicando el evangelio de Jesucristo a una mujer católica de la familia de mi mujer. Es un caso difícil, puesto que ya tiene 86 años y la tradición de su iglesia ha arraigado muy profundo en el corazón. Las cosas del Señor son así. Un día tu piensas que ya no puedes hacer nada, y al día siguiente el te da las palabras y te dice: "habla". El sábado me escuchó la mujer durante 3 horas todo lo que el Espíritu tenía que decir. Al día siguiente, domingo, ocurrió lo sorprendente para mi. Le encendí la televisión, cosa que yo casi nunca hago, y me puse a pasar los canales, y de repente, en un canal donde no salía absolutamente nada, salía una voz de un hombre leyendo un pasaje del evangelio de Marcos. Justamente sus palabras en ese momento fueron: "Si vosotros siendo malos dais buenas dádivas a vuestros hijos, como vuestro Padre celestial no dará el Espíritu Santo al que se lo pida". Yo estaba sorprendido y no paraba de dar gloria a Dios, la mujer perpleja, mi mujer me miraba sin pronunciar palabra. Al parecer era un canal de alguna radio cristiana que se había colado por la onda en aquel canal donde sólo había nieve. Para mi fue un suceso extraordinario. Mas extraordinario lo he visto, cuando hoy he puesto el canal, y ya no se oye nada ni se ve nada. Yo no se si el Señor ha conseguido su propósito en la mujer, pero para mi ha sido un auténtico testimonio de su inmenso poder.

No se si he sabido explicarme bién, sólo quería contarlo para testimonio y gloria del Señor

:angel:
 
Re: Cosas sorprendentes

Originalmente enviado por: 2Timoteo4:2


No se si he sabido explicarme bién, sólo quería contarlo para testimonio y gloria del Señor

:angel:
¡Amen, amado hermano Timoteo!

¡El Señor sea contigo por siempre!

Ya llegando a la cama, en vuelo rasante paso por aquí para toparme con tan sugestivo título (“Cosas sorprendentes”). “¿Qué será lo que le sorprende a esta persona que escribe?”, me pregunto; porque lo que soy yo, ya prácticamente que no me sorprendo de nada.

Amado hermano, para mí te has explicado más que bien. ¡Gracias a Dios por ti y gracias a ti por compartir tan hermoso testimonio! Siendo de gran agrado su lectura para mí, éste me da aún más motivos para caer en un placentero como reparador sueño inmediatamente después de que termine de escribir esta nota.

Dice el Señor:
El viento* sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va…
Juan 3:8

*Vale decir que la palabra griega (del texto original) que aparece traducida al castellano como ‘viento’ también significa ESPÍRITU.

¡Quiera tener nuestro Señor misericordia de la señora, pariente de tu esposa! Es bastante posible que para ella este maravilloso hecho que vivisteis no pase de ser una historieta más del diario vivir. Sin embargo, para nosotros tal vivencia es la viva manifestación de nuestro Papá en nuestras vidas quien viene así —a través del Hijo— a proveernos el AGUA VIVA que tanto reclaman nuestras almas sedientas. Mediante la lectura de este importante y significativo testimonio tuyo, siento que mi sed ha sido satisfecha al punto de poder irme a dormir con gran placidez y con la Paz que sólo nuestro Señor Jesucristo sabe dar.

Entre tantas buenas nuevas que me trae tu mensaje es la ratificación de que lo que realmente necesitamos pedir a nuestro Papá es que Él nos dé Su Espíritu Santo para que nos revele, nos enseñe, la presencia de Su Hijo que ya vive en nosotros.

Recibe un fuerte abrazo de tu hermano por la mera gracia de nuestro Señor,

En el Ungido,

Caleb Joshua
P.D. Tu testimonio ha removido en mí el recuerdo de un hecho que viví hace unos años, el cual, guardando cierta similitud al que hoy narras, me conmovió mucho y me sirvió de gran orientación. En su momento, he de compartirlo contigo y con todo aquél que pudiera serle de interés.