Originalmente enviado por karolusin:
<STRONG>DTB MARIPAZ
Oye ¿Y nos puedes decir el comentario de ese librito de Ed. Caribe, respecto a lo de Jueces Cap. 19?
Si, y sobre todo SI lo relaciona con lo de Lot en Sodoma, pues a lo mejor NI LO MENCIONA, seria esa una forma muy comun de MANIPULAR la informacion !!!
Saludos en XTO y Maria de tu hno. karolusin</STRONG>
Karolo, aquí los tienes:
Capítulo 19
19.1 Véase la sección 4 de «Verdad en acción» al final de Jueces.
19.1 Cuando no había rey en Israel: El relato de los caps. 19–21 ilustra la anarquía que prevalecía en Israel antes de la institución de la monarquía centralizada. Levita: Este levita anónimo no es el mismo que sirvió a Micaía. Concubina: Véase la nota a 8.31.
19.7–9 Aparentemente, la hospitalidad ofrecida por el suegro del levita se menciona como un tipo de presión destinada a hacerlo sucumbir. Las vacilaciones de éste se consideran un elemento que precipitó el desastre (vv. 22–30).
19.10 Jebús: Nombre de Jerusalén utilizado sólo aquí (vv. 10, 11) y en 1 Crónicas 11.4, 5.
19.12 Ciudad de extranjeros: Como los jebusitas dominaban la ciudad, el levita debía haber pensado que su vida estaba en peligro. Gabaa (la moderna Tel el-ful) estaba localizada a cinco km al norte de Jerusalén. Las excavaciones arqueológicas han revelado que Gabaa fue destruida por el fuego (20.37–40) y más tarde reconstruida. De ella provino Saúl (1 S 10.26) y después se convirtió en la capital de su reino (1 S 15.34).
19.15 Porque no hubo quien los acogiese en casa: Los benjamitas no estaban dispuestos a ofrecerle hospitalidad al levita y su concubina. La única persona que los acogió fue un forastero que moraba en Gabaa (vv. 16–21).
19.21 Se lavaron los pies: Lavarle los pies a un visitante constituía un acto común de cortesía y un signo de hospitalidad en el antiguo Medio Oriente.
19.22 Hombres perversos: Esta expresión, que literalmente significa «hijo de Belial», se refiere a la gente moralmente corrompida que no respeta ni las leyes divinas ni las humanas. Saca al hombre: Las sádicas intenciones de estos hombres perversos (20.5), que buscaban satisfacer sus deseos homosexuales, revelan la decadencia que experimentaron las costumbres en este período. Los hombres de Sodoma demandaron lo mismo (Gn 19.5). Para que lo conozcamos: La palabra hebrea «conocer» denota aquí una relación sexual.
19.24 Mi hija virgen, y la concubina de él: Lo atroz de esta historia no está dado solamente por las intenciones degeneradas de los hombres de Gabaa, sino por la facilidad con que el viejo y el levita entregaron a las indefensas mujeres para que fuesen sometidas a brutales abusos. Humilladlas: Eufemismo empleado por el viejo para indicar a los hombres que podían violarlas.
19.29 La partió por sus huesos en doce partes: Literalmente, el levita descuartizó a su concubina dividiéndola en doce partes, un pedazo para cada tribu. Con ello buscaba movilizar a las tribus de Israel para que se reunieran en consejo. El propósito de este sería determinar la acción disciplinaria que tomarían contra los hombres de Gabaa y los benjamitas que los apoyaron.
Hayford, Jack W., General Editor, Biblia Plenitud, (Nashville, TN: Editorial Caribe)
9.1–21.25 ¿Cuál es la importancia de esta trágica historia? Cuando se arruinó la fe en Dios de los israelitas, también se arruinó su unidad como nación. Si hubieran obedecido a Dios y confiado en que cumpliría sus promesas, habrían poseído toda la tierra. Pero cuando olvidaron incluirlo a Él en sus vidas, perdieron su propósito y muy pronto «cada uno hacía lo que bien le parecía» (21.25). Cuando dejaron de tener la dirección de Dios, no se volvieron mejores que los malvados que los rodeaban. Cuando hicieron sus leyes para su beneficio, establecieron normas por debajo de las normas de Dios. Cuando usted deja a Dios fuera de su vida, se sorprenderá al ver lo que es capaz de hacer (19.30).
19.1 La sociedad israelita aceptaba que se tuviera concubinas, aun cuando esto no era lo que Dios quería (Génesis 2.24). Una concubina tenía los deberes pero no los privilegios de una esposa. A pesar de que estaba legalmente atada a un hombre, por lo general ella y sus hijos no tenían los derechos de herencia que tenían la esposa y los hijos legítimos. Su propósito principal era darle al hombre placer sexual, traer hijos adicionales y contribuir con más ayuda para la casa y el estado. Las concubinas eran casi siempre prisioneras de guerras con otras naciones. Pero también podían ser israelitas, como quizás fue el caso de esta historia.
19.24 En ningún lado es tan fuerte la ley no escrita de la hospitalidad como en el Medio Oriente. La protección a un huésped a cualquier precio estaba en el primer lugar del código de honor de un hombre. Pero aquí el código de hospitalidad se convirtió en fanatismo. La violación y el abuso de una hija y de su acompañante era preferible a la posibilidad de un conflicto entre un huésped y su vecino. Los dos hombres eran egoístas (no querían resultar heridos), les faltó valor (no querían enfrentar un conflicto aunque peligraran otras vidas) y desobedecieron la Ley de Dios (permitiendo el abuso y el asesinato deliberado). ¡Qué consecuencias tan funestas obtenemos cuando un protocolo social tiene más autoridad que las convicciones morales!
19.29, 30 Aun cuando este hecho fue terrible, comunicó con eficacia el horror del crimen y llamó al pueblo a la acción. Saúl utilizó un método similar en 1 Samuel 11.7. Es irónico, pero el hombre que alertó a Israel sobre el asesinato de su concubina era tan culpable de su muerte como los hombres que realmente la mataron.
19.30 El horrible crimen descrito en este capítulo no fue la peor ofensa de Israel. Peor fue el fracaso de la nación en establecer un gobierno basado en los principios morales de Dios, donde su Ley fuera la ley de la tierra. Por consiguiente, las leyes no se cumplieron y el crimen se pasó por alto. La perversión moral y el desorden fueron el producto de la desobediencia a Dios. Los israelitas no estaban dispuestos a hablar hasta que los hechos iban demasiado lejos.
Cada vez que nos alejamos de Dios o de su Palabra pueden ocurrir toda clase de cosas malas. Nuestro aislamiento de Dios puede ser lento y casi imperceptible, con resultados finales que afectan una generación futura. Continuamente debemos llamar a nuestra nación a que se vuelva a Dios y trabajar para el establecimiento de la moral y el reino espiritual de Dios en el corazón de cada persona.
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.