»Si tú haces que uno
de estos pequeños que confían en mí
caiga en pecado,
sería mejor que te arrojaran
al mar con una gran piedra
de molino atada al cuello.
[8] Pues Jerusalén tropezará,
y Judá caerá,
porque hablan contra el Señor
y se niegan a obedecerlo.
Lo provocan descaradamente.
[9] El aspecto mismo de su rostro los delata.
Exhiben su pecado
como la gente de Sodoma
y ni siquiera tratan de esconderlo.
¡Están condenados!
Han traído destrucción
sobre ellos mismos.
Isaías 3:8-9 NTV
«El orgullo va delante de la destrucción,
y la arrogancia antes de la caída.»