CONSULTA PARA CATOLICOS

Vamos ahora a estudiar cuál fue la respuesta a esa pregunta que dieron los católicos a lo largo de la historia. Para este mensaje estoy utilizando el libro "¿Hay salvación fuera de la Iglesia?", del padre Francis A. Sullivan S.J (jesuita), editado por Desclée De Brower en el 1999 (ISBN 84-330-1442-0). Si os interesa este tema es altamente recomendable que compréis ese libro si os resulta posible. Empezaremos por citar los primeros Padres de la Iglesia:

Padres anteriores a San Agustín


San Ignacio de Antioquía (principios s.II)
Carta a los filadelfios 3,3 "No os engañéis, hermanos míos: si alguno sigue al que se separa `no heredará el Reino de Dios´. El que camina en sentencia ajena, ese tal no se conforma a la Pasión".


Por tanto, según San Ignacio, no sólo es sólo el provocador del cisma el que se condena, sino también todos los que le siguen.


San Ireneo de Lyon (finales s.II)
Adversus haereses 3:24,1 "En la Iglesia Dios ha puesto apóstoles, profetas, maestros y todos los demás dones del Espíritu, que no comparten aquellos que no se apresuran a la Iglesia, sino que se autoexcluyen de la vida, por una mente perversa y un modo de actuar peor. Porque donde está la Iglesia, está el Espíritu de Dios, y donde está el Espíritu de Dios está la Iglesia y toda gracia"


San Ireneo, que escribió esas palabras contra los gnósticos, que eran los cismáticos de aquella época, deja muy claro que los que no están en la Iglesia, se autoexcluyen de la vida. Y, ya de paso, afirma esa verdad tan importante que enseña que donde está la Iglesia, está el Espíritu de Dios.


Orígenes (principios y mediados del s.III)
Él, siendo el pionero de la exégesis alegórica de las Escrituras, incluye la advertencia de que no hay salvación fuera de la Iglesia, en una homilía basada en el segundo capítulo de Josué, que relata la historia de los dos espías hebreos en Jericó, que se refugiaron en la casa de la prostituta Rajab. Orígenes vio en esta casa un símbolo de la Iglesia, dado que fue lugar de salvación en la ciudad que estaba a punto de ser destruida. Su aplicación de la historia del AT a la vida de la Iglesia fue la siguiente: Homiliae in Jesu Nave 3,5 "Se da esta orden a la muejr que había sido antes prostituta: `Todo aquellos que se encuentren en tu casa serán salvos. Pero con respecto a aquellos que salgan de tu casa, estaremos libres de este juramento que te hemos hecho´. Por lo tanto, si alguien quiere salvarse, que entre en la casa de esta que fue una vez prostituta. Incluso si alguien de ese pueblo quiere salvarse déjenle entrar en esta casa, para que pueda encontrar la salvación. Déjenle entrar en esta casa en la que la sangre de Cristo es signo de redención... Así, que nadie se engañe: fuera de esta casa, esto es, fuera de la Iglesia, nadie se salva. Si alguien sale, es responsable de su propia muerte" Pueden resultar útiles aquí algunas indicaciones exegéticas. La "mujer que había sido prostituta" sugiere la imagen de la Iglesia de los gentiles como el pecador arrepentido: ella que había vivido en un vicio pagano es ahora la casta esposa de Cristo. El cordón escarlata que Rajab descolgó por su ventana era el símbolo dirigido a los invasores hebreos para que su casa duera respetada. Para Orígenes significa la sangre de Cristo, signo de redención de la Iglesia. La invitación de Orígenes a los miembros de "ese pueblo" se dirige claramente a los judíos que no habían aceptado el mensaje cristiano de salvación, pero la advertencia más importante de este pasaje se dirige claramente a aquellos que salen de la única casa en que se encuentra la salvación. De la misma forma que pasaba en Jericó, cualquiera quesaliera sería también responsable de su propia muerte. Esto se refiere claramente a los cristianos que, habiendo estado una vez en la Iglesia, la dejaban para unirse a una herejía o secta cismática. No hay salvación fuera de la Iglesia y aquellos que se van son los únicos culpables de su propia perdición.


San Cipriano de Cartago (mediados s.III)
Epist 4,4 "Que no piensen que el camino de la vida o la salvación existe para ellos, si han rehusado obedecer a los obispos y presbíteros, dado que el Señor dice en el libro de Deuteronomio: ´Si alguno procede insolentemente, no escuchando al sacerdote ni al juez, ese hombre morirá´. Y entonces se les mataba con la espada... pero ahora, los orgullosos e insolentes son muertos con la espada del Espíritu cunado son arrojados fuera de la Iglesia. Porque no pueden vivir fuera, ya que sólo hay una casa de Dios, y no puede haber salvación para nadie si no es en la Iglesia" En esa epístola estaba hablando de aquellos que estaban en peligro de excomunión. Pero ciertamente para Cipriano la unidad de la Iglesia era esencialmente una unidad de amor, y por tanto, cualquiera que violara esa unidad mediante herejía o cisma estaba pecando contra la virtud de la caridad. Llega a la conclusión que era de esperar: Epist 73,21 Y no puede servir para la salvación al hereje ni el bautismo de la confesión pública ni el de sangre ,porque no hay salvación fuera de la Iglesia


Y antes había escrito sobre los cismáticos:
Epist 52,1 "¿Cómo puede un hombre que no está con la esposa de Cristo y en su Iglesia, estar con Cristo?"


En su obra "Sobre la Unidad de la Iglesia", San Cipriano retoma su idea de que el martirio no puede purgar la pena del cisma: La unidad de la Iglesia, 14 "Estos, aunque dieran la vida por la confesión del Nombre, no lavarían si mancha siquiera con su propia sangre. Inexpiable y grave es el pecado de la discordia, hasta el punto de que no con el martirio se perdona. No puede ser mártir quien no está en la Iglesia. No podrá llegar al reino quien abandona a la que ha de reinar. Cristo nos dio la paz, nos ordenó vivir concordes y unánimes, nos mandó guardar íntegros e inviolados los vínculos del amor y de la caridad. No puede, por tanto, presentarse como mártir quien no ha mantenido la caridad fraterna. Esto es lo que enseña y atestigua el apóstols Pablo `aunque entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha´" Un poco antes, en el mismo libro, dice lo siguiente acerca de los cismáticos: La unidad de la Iglesia 6,77 "La esposa de Cristo no puede ser adúltera, inmaculada y pura como es. Quien separándose de la Iglesia, se une a una adúltera, se separa de las promesas de la Iglesia, y no alcanzará los premios de Cristo quien abandona su Iglesia. Éste se convierte en un extraño, un sacrílego y un enemigo. No puede ya tener a Dios por padre quien no tiene a la Iglesia por madre. Si pudo salvarse alguien fuera del arca de Noé, también se salvará quien estuviera fuera de la Iglesia. Quien destruye la paz de Cristo y la concordia, actúa contra Cristo. Y quien recoje en otra parte, fuera de la Iglesia, desparrama la Iglesia de Cristo. Quien no mantiene esta unidad, tampoco tiene la ley de Dios, ni la fe en el Padre y el Hijo, ni la vida y la salvación".

Bien, como podéis ver, el juicio de los primeros Padres de la Iglesia contra los que decidían salirse de la Iglesia era durísimo. Recordemos que el Vaticano II afirma que no es lo mismo el que se separa HOY de la Iglesia que el que nace ya en una de esas comunidades cristianas separadas. El primero es culpable -aunque esto hay que matizarlo-, mientras que el segundo no lo es. Ahora bien, como ya veremos más adelante en otros escritos, no es lo mismo el que sale de la Iglesia porque no ha recibido una educación o catequesis adecuada que el que lo hace por puro orgullo o maledicencia.


A continuación seguiré con lo que enseñó San Agustín y sus contemporáneos, así como lo que dijeron en los siglos siguientes.


Dios os bendiga
 
En los anteriores mensajes hemos visto la enseñanza actual de nuestra Iglesia acerca de este tema, así como cuál era el pensamiento de lo primeros padres de la Iglesia anteriores a San Agustín de Hipona.
Ahora nos toca ver cuál fue la enseñanza del santo de Hipona acerca de los que estaban separados de la Iglesia católica. Bien está que recordemos que San Agustín fue el teólogo preferido de Lutero y de Calvino, los cuales hacen depender sus doctrinas sobre la gracia y la predestinación de las enseñanzas de aquel gran santo que vivió en el norte de África. Lástima que no le tuvieran en cuenta cuando él dijo cosas como estas.....

Epist 141,5
"Cualquiera, pues, que se haya separado de esra Iglesia Católica, aunque crea que vive virtuosamente, está separado de la unidad de
Cristo por ese solo crimen: no alcanzará la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él"

De Baptismo III,16.21
"El amor del que el Apóstol dice:`El amor de Dios ha sido derramado sobre nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado´(Rom5,5), es la caridad que no tienen los que se han desgajado de la comunión de la Iglesia Católica; y, por esto, aunque `hablaran las lenguas de los hombres y de los ángeles´(1Cor 13,1-3)... en nada les aprovecha. Porque no tienen el amor de Dios, los que no aman la unidad de la Iglesia, por lo cual se dice con razón que el Espíritu Santo no se recibe si no es en la Iglesia Católica"

Epist 185,50
"No será partícipe de la divina caridad quien es enemigo de la unidad. Y así, no tienen el Espíritu Santo los que están fuera de la
Iglesia".

En cuanto a los sacramentos recibidos en una secta cismática o herética, San Agustín era menos drástico que San Cipriano de Cartago,
el cual los consideraba nulos de pleno derecho, pero con todo, el santo de Hipona no era especialmente "optimista" ante los frutos
finales de dichos sacramentos si la persona que los recibía permanecía en la secta:
De Baptismo III,10.13
"Quien recibe el bautismo entre los herejes o en algún cisma fuera de la comunión de la Iglesia, se queda sin percibir fruto alguno en cuanto participa de la perversidad de los herejes y cismáticos".

Y, refiriéndose a un obispo donatista (protestante de aquellos tiempos), Agustín decía:
Sermo ad Caesariensis ecclesiae plebem 6
"Fuera de la Iglesia él puede tenerlo todo menos la salvación: puede tener el honor del episcopado, puede tener los sacramentos, puede cantar el `aleluya´, puede responder `amén´, puede tener el Evangelio, puede tener y predicar la fe en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo; pero nunca podrá encontrar la salvación sino en la Iglesia Católica"

Aún más, San Agustín, al igual que algunos de sus predecesores, mantenía una opinión igualmente muy drástica acerca de las posibilidad de que el martirio les sirviera a los cismáticos de algo:
De Baptismo IV,17.24
"Ni este bautismo aprovecha el hereje, aunque haya perdido la vida fuera de la Iglesia confesando a Cristo. Y es una gran verdad: al
morir fuera de la Iglesia manifiesta bien claramente que no tiene la caridad de que habla del Apóstol".

Como veis, muy "ecuménico" no era nuestro querido hermano, :-)
No obstante, Agustín sabía diferenciar entre los causantes del cisma y aquellos que nacían y se bautizaban en un grupo cismático:
De Baptismo 1,5.6
"Por lo que se refiere a los que por ignorancia s ebuatizan allí (en un grupo cismático), pensando que aquella es la Iglesia de Cristo, si se les compara con los anteriores (culpables de iniciar el cisma), su pecado es menor, aunque queden malhereidos por el pecado del cisma. Y no dejan de pecar gravemente porque los otros pequen todavía más gravemente.

Podría añadir algún otro texto pero creo que con esos es más que suficiente para que os deis cuenta de que el más grande teólogo
latino de la Antiguedad, tenía las cosas muy claras respecto a la salvación de los que no formaban parte de la Iglesia católica.
En los debates de católicos con protestantes que sí tienen en gran aprecio a los primeros Padres de la Iglesia, incluído el santo de Hipona, los católcios se encontrarán con que los protestantes usan un argumento al que se agarran como lapas; "la Iglesia católica de aquellos tiempos no tiene nada que ver con la del siglo XVI o la del s XXI"....
NECESITAN ese argumento porque si no tendrían que aceptar que los cristianos de los primeros siglos les acusan con el dedo como
cismáticos. El problema es que se puede demostrar muy fácilmente -eso sería motivo para otro mensaje- que la Iglesia católica del siglo XVI o de nuestros días, aún con todos sus errores y fallos, es la misma Iglesia católica de los primeros siglos. Y desde luego el protestantismo NO PUDO NUNCA haber sido la fe de Agustín, de Cipriano, de Ireneo y de todos los padres de la Iglesia. Todavía los ortodoxos podrían mantener que ellos son herederos de la Iglesia de los primeros siglos. Los protestantes, JAMÁS.

En otro mensaje veremos la opinión de Santo Tomás de Aquino y las de diversos papas y concilios.

Dios os bendiga
Luis Fernando
 
Acabaré con este breve estudio histórico dando un salto mortal con doble pirueta hacia adelante, desde el siglo V, donde dejamos a San Agustín, hasta el siglo XIII, siglo donde desarrolló su magisterio Santo Tomás de Aquino, quizás el más grande teólogo que ha dado la Iglesia Católica en toda su historia. No es que entre medias no hubiera nadie que tratara el tema, pero no nos sirve de mucho su opinión dado que no estoy tocando para nada las respuestas a la pregunta de este epígrafe en lo referente a los no cristianos sino que sólo estoy tratando las respuestas que tienen que ver con los cristianos separados de la Iglesia católica.

A principios del siglo XIII (1208) el papa Inocencio III impuso una confesión de fe a los valdenses que querían reconciliarse con la Iglesia católica. En dicha confesión aparecía el siguiente párrafo: "Creemos de todo corazón y profesamos con nuestros labios una sola Iglesia, no la de los herejes, sino la Iglesia Romana, católica y apostólica, fuera de la cual creemos que nadie puede salvarse"


En el cuarto concilio Lateranense (1215), bajo el mismo papa, promulgó una definición de fe católica contra los herejes albigenses: "Y hay una sola Iglesia universal de los fieles, fuera de la cual no se salva absolutamente nadie"


Leamos ahora a Santo Tomás de Aquino en su comentario dobre el decreto de Inocencio III: In I Decret., 16,305 "Seguidamente, él (Papa Inocencio) llega al artículo sobre el efecto de la gracia. En primer lugar, habla sobre el efecto de la gracia en relación a la unidad de la Iglesia, diciendo: `Hay una Iglesia universal de los fieles, fuera de la cual no se salva nadie en absoluto´. Así la unidad de la Iglesia depende primariamente de su unidad de fe, porque la Iglesia no es otra cosa que la congregación de los fieles. Dado que es imposible agradar a Dios sin fe, no puede haber lugar se salvación más que en la Iglesia. Además, la salvación de los fieles es consumada mediante los sacramentos de la Iglesia, en los que es operativo el poder de la pasión de Cristo".


En su comentario al "Libro de las Sentencias" de Pedro Lombardo, Tomás dice: In IV Sent. d9, qI, a.5, sol.4, ad2 "La res (realidad) de este sacramento es la unidad de la Iglesia, fuera de la cual no hay ni salvación ni vida"


En su comentario al Credo Apostólico, explicando el artículo sobre la "Iglesia una", dice: In Symbolum art 9 "Nadie debería despreciar a la Iglesia, o permitir que le echen y le expulsen de ella, porque hay una sola Iglesia en la que los hombres se salvan, del mismo modo que no pudo salvarse nadie que estuviera fuera del arca de Noé".


Algo así vuelve a repetir en su Summa theologiae: Summa theologiae III, q.73, a.3. "La cosa significada es la unidad del cuerpo místico sin la que no puede haber salvación, ya que fuera de la Iglesia no hay salvación, como tampoco la había en tiempo del diluvio fuera del arca de Noé, que significaba la Iglesia".


Y, por si la cosa no quedaba clara, Santo Tomás dijo también lo siguiente en su libro contra los ortodoxos (griegos): Contra errores graecorum, pars 2, cap 32 "Ostenditur etiam, quod subess Romano Pontific sit de necessitate salutis" (rogaría a quien conozca bien el latín que nos traduzca literalmente esa frase que viene a decir algo así como que es necesario estar bajo el Romano Pontífice para ser salvo)


Como veis, Santo Tomás no hace sino retomar lo que la Iglesia había venido enseñando desde tiempos muy antiguos.


Justo a comienzos del siglo siguiente (1302)- el XIV-, el papa Bonifacio VIII publicó su Bula Unam sanctam en la que dijo lo siguiente: "Por imperativo de la fe estamos obligados a creer y a sostener que hay una santa Iglesia católica y apostólica. Nosotros la creemos firmemente y abiertamente la confesamos. Fuera de ella no hay salvación ni remisión de los pecados... Ella representa el único cuerpo místico, cuya cabeza es Cristo, y Dios la cabeza de Cristo. En ella hay `un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo´(Ef 4,5). Porque, en efecto, una sola fue el arca de Noé... tenía un solo piloto y un único jefe: Noé. Fuera de ella pereció todo cuanto existía sobre la tierra". "La Iglesia, pues, que es una y única, tiene un solo cuerpo, una sola cabeza; no dos, como un monstruo. Es decir, Cristo y el vicario de Cristo: Pedro y el sucesor de Pedro. Pues dice el Señor al mismo Pedro: `Apacienta mis ovejas´(Jn 21,17). `Mis ovejas´, dijo, y de modo general, no éstas o aquellas en particular; por lo que se entiende que se las confió todas. Si, pues, los griegos (ortodoxos) u otros afirman que ellos no han sido confiadosa Pedro y sus sucesores, tendrán que confesar que no son ovejas de Cristo; puesto que el Señor dice en Juan que hay `un solo rebaño y un solo pastor´(Jn 10,16)". Y al final de la Bula dice esa famosa frase que tanta polémica causó después: "Por consiguiente, declaramos, afirmamos, definimos y pronunciamos que el someterse al Romano Pontífice es a toda creatura humana absolutamente necesario para la salvación". (Recordad las palabras de Santo Tomás)


El conocido, no me preguntéis porqué, como concilio de Florencia (que empezó en Basilea -1431-, siguió en Ferrara -1438-, luego en Florencia -1439- y acabo en Roma -1445) tuvo como objetivo el lograr la reunificación con las Iglesias orientales separadas. Entre dichas iglesias estaban las Coptas, también conocidas como Jacobitas (fundadas por el apóstol Santiago). Para que dichos jacobitas volvieran a la comunión con Roma se les propuso un credo que deberían aceptar, en el cual aparecía, entre otras cosas, lo siguiente: "La sacrosanta Iglesia romana... cree firmemente, confiesa y predica que ninguno que esté fuera de la Iglesia católica, no sólo pagano, sino aun judío o hereje o cismático, podrá alcanzar la vida eterna; por el contrario, que irán al fuego eterno que está preparado para el diablo y sus ángeles, a menos que antes de morir sean agregados a ella. Y tan importante es la unidad del cuerpo de la Iglesia, que sólo los que permanecen en ella les aprovechan los sacramentos de la Iglesia para vida eterna. Y que sólo a esllos les proporcionan frutos de vida eterna los ayunos, las limosnas y las restantes obras de piedad y los ejercicios de la ascética cristiana. Y que por muchas limosnas que haga, aunque derrame su sangre por Cristo, nadie puede salvarse si no permaneciere en el seno y en la unidad de la Iglesia católica".


Como intuyo que algunos de los católicos deben de estar sudando la gota gorda al comparar la creencia de la Iglesia en aquellos tiempos con la que tenemos hoy reflejada en el Vaticano II y en el Catecismo, conviene recordar algo: el dogma católico ha estado en constante evolución desde el primer siglo. Dicho dogma no cambia pero sí crece. Me explico. Sabemos que la doctrina de la trinidad está más o menos implícita en la Escritura, pero no fue hasta Nicea cuando el dogma, como tal, se definió. Sabemos que María es Madre de Dios porque la Escritura dice que es Madre del Señor Jesucristo, pero no fue hasta el concilio de Éfeso cuando el título de "teotokos" fue dogma de fe. ¿Qué pasa, entonces, con el dogma "Extra Ecclesiam Nulla Salus"? ¿Acaso no ha cambiado radicalmente una vez que se ha aceptado que los nacidos en iglesias protestantes pueden salvarse? NO. Nuestra Iglesia enseña que sólo a través de ella, que es el verdadero Cuerpo de Cristo, los hombres pueden salvarse. La diferencia es que ahora entendemos que aquellos que de alguna manera confiesan a Cristo y comparten los sacramentos salvíficos (p.e bautismo), están en comunión, aunque sea imperfecta, con la Iglesia católico-romana y por eso pueden ser salvos. Ahora toca ver cómo algunos teólogos católicos entendieron la responsabilidad de aquellos que no querían ser católicos por el mal testimonio de la Iglesia.


Francisco de Vitoria, dominico, vivió en la primera mitad del siglo XVI y fue maestro de teología en la Universidad de Salamanca en un tiempo vital para la expansión de la fe cristiana: la colonización española de Latinoamérica. Fijaos bien en lo que decía Vitoria acerca de los indígenas (bárbaros) y la forma de "evangelizarlos": Relecciones sobre los Indios y el Derecho de guerra, 78: "No me consta el que la fe cristiana haya sido hasta el presente propuesta y anunciada a los bárbaros en la forma antedicha, de modo que estén obligados a creerla bajo pena de pecado. Digo esto porque, como se infiere en la segunda parte de la proposición, no están obligados a creer si la fe no se les propone con motivos probables de persuasión. Pues buen, yo no he oído hablar de milagros ni de otras señales, ni tampoco de religiosos ejemplos de vida: antes, por el contrario, tengo noticias de muchos escándalos, de hechos inhumanos y de actos de impiedad perpretados en esas regiones. No se ve, en consecuencia, qe les haya sido predicada la religión de Cristo lo bastante piadosa y convenientemente para que estén obligados a asentir. Pues si bien es cierto que muchos religiosos y eclesiásticos, con su vida y ejemplos y diligente predicación hubieran consagrado a esta tarea el trabajo e industria necesarios, no pudieron hacerlo estorbados por otros cuyos intereses son muy ajenos a esto."


Ahí lo tenéis. Francisco de Vitoria no consideraba culpables a los que no habían creído en Cristo por culpa del mal ejemplo de los cristianos. No hace falta que os diga que podemos aplicar eso exactamente igual a aquellos cristianos no católicos que no pasan a nuestra Iglesia por culpa del mal ejemplo de otros "católicos". Si Vitoria no consideraba culpables a los nativos no cristianos, ¿cómo considerar nosotros culpables a los CRISTIANOS que no ven una sana predicación de la verdad católica acompañada de una vida de santidad? ¿cómo culpar a aquellos que han salido de nuestra Iglesia por culpa del testimonio nefasto de determinados eclesiásticos que eran indignos de su ministerio? Si queremos que muchos de ellos vuelvan a casa, hemos de comportarnos como fieles siervos de Cristo, como ejemplos de santidad. Yo puedo decir con mucho orgullo que una de las cosas que más me ayudaron a volver a la Iglesia católica fue el ejemplo que me dio el padre Nelson Medina y la increíble ayuda que recibí de los católicos cuando mi madre murió, muy superior a la recibida nunca por hermanos evangélicos.


Pero no nos quedamos sólo con Francisco de Vitoria. Veamos qué dijo Juan de Lugo, jesuita que desarrolló una labor docente en el Colegio Romano desde el 1621 hasta el 1643 y que acabó siendo cardenal:
De virtute fidei divinae 12, n50-51
"Aquellos que no creen con la fe católica pueden dividirse en diversas categorías. Hay algunos que, aunque no creen todos los dogmas de la religión católica, reconocen al único Dios verdadero; estos son los turcos y todos los musulmanes, así como los judíos. Otros reconocen el Dios trino y a Cristo, como hacen la mayoría de los herejes (protestantes)... Ahora bien, si esas gentes están excusadas del pecado de infedilidad por ignorancia invencible, pueden salvarse. En cuanto a aquellos que están en ignorancia invencible sobre algunos artículos de fe pero creen en otros, no son formalmente herejes, sino que tienen fe sobrenatural por la que creen artículos verdaderos, y sobre esta base pueden realizar actos de contricción perfecta, por los que pueden ser justificados y salvados. Lo mismo hay que decir de los judíos, si hay algunos que están invenciblemente equivocados sobre la religión cristiana; porque aún así pueden tener ua fe sobrenatural verdadera en Dios, y en otros artículos basados en la Escritura que ellos aceptan, y así, con esta fe pueden tener contrición, por la cual pueden ser justificados y salvados, con tal de que la fe explícita en Cristo no se requiera con necesidad de medios, como será explicado después. Por último, si algunos turcos o musulmanes estuvieran en un error invencible sobre Cristo y su divinidad, no hay razón por la que no puedieran tener una fe sobrenatural verdadera sobre Dios como el que recompensa sobrenaturalmente, dado que su fe en Dios no está basada en argumentos deducidos de la creación natural, sino que tienen su fe de la tradición, y esta tradición deriva de la Iglesia de los fieles, y ha sido transmitidia aunque está mezclada con los errores de su secta. Dado que tienen relativamente suficientes motivos para la fe en las doctrinas verdaderas, no se ve por qué no podrían tener una fe sobrenatural en ellas, dado que en otros aspectos no son culpables de pecar contra la fe. En consecuencia, con la fe que tienen, pueden llegar a un acto de perfecta contricción".


Como veis, De Lugo se acercó a la postura actual de la Iglesia católica más que ninguno de sus contemporáneos y antecesores, pero ya vemos cómo Dios iba "afinando" el dogma. Ahora bien, veamos qué cosa tan "curiosa" dijo el propio De Lugo:
De virtute fidei divinae, disp 20, n.149 "Alguien que es bautizado siendo niño por herejes, y es criado por ellos en una falsa doctrina, cuando alcanza la edad adulta, podría no ser culpable durante un tiempo de pecado contra la fe católica, dado que no le ha sido presentada en una forma suficiente como para obligarle a aceptarla. Sin embargo, si la fe católica le fuera propuesta posteriormente de una manera suficiente como para obligarle a su aceptación, y a abandonar los errores contrarios a ella, y él todavía persistiea en su error, antonces sería hereje"
En mi opinión, De Lugo dio en el centro de la diana. Y creo que es nuestra responsabilidad como católicos el presentar la fe católica de "una forma suficiente" como para que nadie pueda escaparse a la pregunta "¿aceptas la fe de la Iglesia?". Que luego cada cual responda como le parezca, pero quedemos nosotros limpios ante Dios.


Durante la segunda mitad del siglo XVII el jansenismo (una especie de calvinismo a lo católico) ganó mucha simpatía entre los católicos, especialmente en Francia y Bélgica. Finalmente, el papa Alejandro VIII, en 1690, autorizó la publicación de un decreto del Santo Oficio, en el cual se condenaban treinta y una proposiciones jansenitas, entre ellas la siguiente:
"5. Paganos, judíos, herejes y otros de esa clase no reciben absolutamente ninguna influencia de Jesucristo; de donde se deduce que sus voluntades son débiles e indefensas, totalmente faltas de gracia suficiente". (proposición condenada)


Pasamos ya al siglo XIX, concretamente al pontificado de Pío IX (1846- 1878). Como quiera que algunos estaban empezando a sugerir la idea de que cualquier religión era válida para salvarse, el papa vino a poner las cosas en su sito en el documento Singulari quadam, en el que podemos leer lo siguiente:
Singulari quadam, Acta Pii IX, I/I, pg 626 "No sin pesar, hemos sabido que otro error, no menos nocivo, ha tomado posesión de ciertas partes del mundo católico, y ha entrado en las mentes de muchos católicos, que creen que bien pueden esperar la salvación eterna de todos aquellos que de ninguna manera han vivido en la verdadera Iglesia de Cristo. Por esta razón están acostumbrados a preguntar frecuentemente cual va a ser el destino y la condición de aquellos que nunca se han entregado a la fe católica, y guiados por las más absurdas razones, esperan una respuesta que favorezca a su depravada opinión. Lejos de nosotros intentar establecer límites a la misericordia divina, que es infinita. Lejos de nosotros quere escrutar los consejos y juicios escondidos de Dios, que son un `inmenso abismo´ que el pensamiento humano nunca puede penetrar. De acuerdo con Nuestro deber apostólico deseamos alentar vuestra solicitud y vigilancia episcopal para echar de las mentes de los hombres, hasta el punto en que seáis capaces de usar todas vuestras energías, esa impía y nociva idea: que el camino de la salvación eterna puede encontrarse en cualquier religión. Con toda la habilidad y el saber a vuestra disposición, deberíais probar a la gente encomendada a vuestro cuidado, que los dogmas de la fe católica no se oponen de ninguna manera a la misericordia y la justicia divinas. Ciertamente debemos mantener que es parte de la fe que nadie puede salvarse fuera de la Iglesia apostólica Romana, que es el único arca de salvación y que quien no entra en ella va a perecer en el diluvio. Pero, sin embargo, debemos de la misma manera defender como cierto que aquellos que se afanan en la ignorancia de la fe verdadera, si esa ignorancia es invencible, nunca serán acusados por esto ante los ojos del Señor. ¿Quién hay que se arrogaría el poder de señalar la extensión de tal ignorancia según la naturaleza y variedad de pueblos, regiones, talentos y tantas otras cosas?"
Más adelante, en otro escrito, aclara aún más el asunto:
Quanto conficiamur moeror, Acta Pii IX, I/3, pg 613:
"Es conocido por Nos y por vosotros que aquellos que se afanan en ignorancia invencible sobre nuestra muy santa religión y que, observando asiduamente la ley natural y sus preceptos que Dios ha inscrito en los corazones de todos, y estando dispuestos a obedecer a Dios, vivir una vida honesta y honrada pueden, mediante la acción de la luz divina y de la gracia, alcanzar la vida eterna, dado que Dios, que ve claramente, escruta y conoce la mente, las intenciones, los pensamientos y los hábitos de todos, en razón de su suprema bondad y misericordia, nunca permite que nadie que no es culpable de pecado deliberado, sea castigado en los sufirmientos eternos. Pero es también un dogma católico perfectamente conocido que nadie puede salvarse fuera de la Iglesia Católica, y que aquellos que son contumaces en contra de la autoridad y las definiciones de la misma Iglesia, y que están pertinazmente separados de la unidad de esa Iglesia y del sucesor de Pedro, el Romano Pontífice, a quien ha sido confiada la custodia de la viña por el Salvador, no pueden obtener la salvación eterna".
En otras palabras, Pío IX venía a decir que "no hay salvación para aquellos que están CULPABLEMENTE fuera de la Iglesia". Esto fue ratificado por el Concilio Vaticano I, presidido por el propio Pío IX


Poco más queda que añadir. Hemos dado un paseo hermoso por la evolución del dogma "Extra Ecclesiam Nulla Salus". Os toca a vosotros, católicos, el ver cómo aplicar todo esto a los protestantes que os pregunten en los foros sobre esta doctrina. Que el Señor os dé sabiduría para ello

En Cristo y en María,
Luis Fernando
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por Luis Fernando:
Como no quiero que las objeciones de Jetonius se queden sin respuesta, reproduzco aquí un estudio que realicé para unos hermanos católicos acerca de la pregunta "¿hay salvación fuera de la Iglesia?"
No es mi intención entrar en un debate ulterior sobre lo que aquí será mostrado, sino simplemente dar elementos de juicio para los hermanos católicos participantes en este foro. Por tanto, esta será mi única intervención en este epígrafe y, desde ya, les digo a los que están obsesionados con mi participación en este foro, que se olviden de provocarme porque no conseguirán nada.
Espero que Jetonius entienda la razón por la que no entraré en un debate con él. Seguro que otros católicos podrán hacerlo tan bien o mejor que yo.
[/quote]

Estimado Luis Fernando y resto de los foristas:
En realidad, no estoy seguro comprender tus razones, pero en cualquier caso, respeto tu decisión. Los textos que citas son muy útiles a los efectos de una mejor comprensión de la historia.
Una sola cosa no puedo dejar pasar, y es la alusión al argumento al cual los protestantes "nos pegamos como lapas", a saber, que los antiguos no tenían particularmente en mente a la Iglesia de Roma cuando negaban que fuera de la Iglesia no hubiera salvación. Esto sin entrar a analizar si estaban en lo correcto o no. La cuestión es que la Iglesia de Roma era una parte, muy prominente, sin duda, pero parte al fin, de la Iglesia Católica Antigua. Por tanto, la Iglesia de Roma sencillamente usurpa el nombre de Iglesia Católica (Universal) cuando toma para sí lo dicho acerca de aquella.
La cuestión acerca del argumento no es su necesidad, sino su verdad.
En los textos que transcribe Luis Fernando, la transición se halla obviamente cuando salta de Agustín a Inocencio III, que exige aceptar la Iglesia ROMANA, Católica, etc.
Por lo demás, el resto de los foristas juzgará según su leal saber y entender si nos hallamos ante un desarrollo (evolución) doctrinal, o ante una flagrante mutación.
Un cordial saludo en Cristo,
Jetonius
 
Jetonius:
En realidad, no estoy seguro comprender tus razones, pero en cualquier caso, respeto tu decisión.

Luis:
Si quieres que te dé una explicación más pormenorizada de dichas razones, por favor escríbeme a [email protected]

Por cierto, ya expliqué las razones del "salto" de Agustín, que aceptaba por cierto la primacía del Obispo de Roma, al siglo XI. Y otra cosa más: la Iglesia Ortodoxa es bastante más estricta que la católica en relación a este tema.

Bendiciones
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>les digo a los que están obsesionados con mi participación en este foro, que se olviden de provocarme porque no conseguirán nada[/quote]
NO PUEDE SER!!!!!!!!!!!!!
Y todos los "fans" nos quedaremos sin nuestro héroe????
buuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, propongo que hagamos el "Club de Fans Obsesionados", antes de que este foro desaparezca ante tan sensible ausencia. URGENTE!!!!
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Jetonius:
Las múltiples tareas de coordinación de las filas católicas no dan tiempo para más, hay que preparar a muchos para que aprendan cómo deben responder, cualquier parecido con las prácticas de los "Testigos de Jehová", es pura coincidencia!!!!
 
¿Ves, Jetonius?
¿empiezas a entender mis razones?

Así es imposible

Dios te bendiga
 
Ves Jetonius, después del debate contigo, donde quedó muy mal parado, y dijo lo habías hecho investigar, algo que creía imposible en este foro, su orgullo está herido, pero no te preocupes, después de que termine de entrenar a los católicos, podremos seguir debatiendo con él, aunque indirectamente, así su orgullo estará a buen resguardo y los que tendrán problemas serán otros nicks.
Por cierto, lo de los fans era una broma, el único que cree que hay obsesionados con que vuelva es él mismo.
De todos modos, no hay que preocuparse tanto, un día dijo que odiaba todo lo que había hecho en el foro, y al poco tiempo, ese intento de humildad fue debidamente aplastado y de nuevo volvió a la carga.
Otro día dijo... y después también apareció, etc, etc. Así que no pierdas la esperanza, directa o indirectamente siempre lo tendremos por aquí, irradiando su luz y conocimiento a nosotros los mortales.
 
Hnos,

Por lo que alcanzo a dilucidar de este estudio, expuesto por Luis Fernando, todos los que no somos católicos, estamos (según este "picudisimo" estudio) fuera de la gracia de Dios..!!! vaya, vaya, se parecen al PRI (partido político de mi país) que ya no sabe que hacer para tener mas votos......

Mizpa
Daniel Ortega
 
Gracias Maripaz

Efectivamente, yo pense que muchos contestarían la respuesta 5, es decir ninguna de las anteriores.

La razón es que la salvación viene de tener una perfecta relación con Dios a trevés de su Hijo Jesucristo, esto en esencia es la base no sólo de la salvación sino de la iglesia misma.

No es por sucesión (abuelo, hijo, nieto), no es por agupación (iglesia "x"ó "y"), los hijos de Dios son enjendrados por la pura volutad y potestad del Padre. Tiene misericordia de quien tiene misericordia.

Ahora bien, el Padre le dió a su Hijo Jesucristo esta rica herencia de los que creemos en su Nombre.

Por eso pregunto ¿quien es el cristiano? el católico nominal quien no tiene una relación directa con el eterno Hijo de Dios o el (desde el punto de vista católico romano)"bastardo" (es decir hijo ilegítimo) quien tiene como bien dices una relación personal con Dios?.

Y esto que se dice como lo digo, irrita desde tiempos inmemorables a Roma provocando no pocos celos y disputas sobre la salvación esta salvación que le pertenece a otros.

El problema se vuelve mayúsculo cuando aún el pueblo judío estaba excento de la salvación sólo por no pertenecer a Roma.

Es decir, Roma se ha vuelto en estos últimos tiempos benevolente, incluso complaciente hacia la descendencia de de los hijos de la reforma, pero se vuelve nuevamente intolerante para cuantos por convicción abandonan sus filas para ir en pos de Jesucristo unicamente.

Esto pone en un predicamento al hombre "x" que comentaba en el caso anterior: O Jesucristo o la iglesia de Roma. Y este hombre "x" representa ni mas ni menos a la América Latina volviendose el asunto no en teología sino en política religiosa para quienes hasta hace unos años no tenían opción de elección, conocía únicamehte la versión no reformada del cristianismo, pero he aquí que llega una versión reformada de las cosas y deciden convertirse a un cristianismo cada vez mas evangélico y mas escriturario y eso no lo puede tolerar Roma.

¿Y cómo decirselo al mundo con palabras pacíficas?...ese es el papel del papa precisamente, ya no como guía religioso ni de "representante" de Jesucristo, sino de un habil estadista quien esta perdiendo súbditos y sabe convencer y atraer hacia este juego de pelota que el hombre desde siempre ha querido jugar, pero que sólo pertenece al Todopoderoso que es la salvación y el perdón de Dios.

Baste recordar un hecho histórico: ¿Sabes quien ha reinado sobre los reyes de la tierra vendiendo, compartiendo, concediendo o quitando este "perdón" a conveniencia?

Bueno hermana, esto es para meditar un poquitín sobre el hombre "x".

Bendiciones.
 
Hasta ahora sigo en la duda
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Las respuestas recibidas por parte de católicos solo me hablan de Catecismos y otra "hierbas humanas"; pero como sabéis a mi me encanta el uso de la Palabra de Dios para argumentar y necesito argumentos bíblicos que respondan a mis preguntas.

¿Alguien puede darmelos?


Sigo esperando.


Maripaz
 
Maripaz,

Hna. Sientate, no te vayas a cansar de esperar respuestas Biblicas, porque no las hay.

La Palabra de Dios dice: Acts:2:21 Y será que todo aquel que invocare el NOMBRE del Señor, será salvo. (notese que no dice "iglesia")
Acts:4:12 Y en ningún OTRO hay salud; porque no hay OTRO nombre debajo del cielo, dado á los hombres, en que podamos ser salvos. (RVA)


Como notaran NO DICE que "iglesia" nos salvará. Quien afirme que es necesario pertenecer a alguna institución o creerle a algun "lider" para ser salvo, esta afirmado y propagando herejias.

Mizpa
Daniel Ortega
 
Maripaz:
Te acuerdas del pasaje donde Jesús dice que Él dirá con qué autoridad hacía las cosas si le respondían si el bautismo de Juan era de Dios o de los hombres???? Te acuerdas que ellos decían, si decimos que de Dios, nos dirá que por qué no lo aceptamos, pero si decimos que no... le tememos al pueblo que lo tenía como profeta????
Pues bien, igual que los fariseos (otra vez), están los católicos con tu pregunta, porque si dicen que eres salva, van contra su iglesia, contra sus papas infalibles, la gente podría salir de esa institución y encontrar salvación, etc, etc. Por otro lado, si dicen que no, que su iglesia es la única arca de salvación, pues quedarían muy mal, se descubrirían como la secta que son, etc, etc.
Por lo tanto, no le hagas caso al consejo que te dio Daniel, no esperes sentada, espera acostada, porque mientras se ponen de acuerdo, o deciden (si ya no lo hicieron) mejor no contestar (como hicieron los fariseos), sentada se te van a dormir las piernas, mejor recuéstate y si te puedes "echar un sueñito", pues mucho mejor!!! Ah, y cuidado con las llagas, porque a la gente que está demasiado tiempo acostada dicen que le salen llagas.

DTB

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PD: será esta otra pregunta sin respuesta????
 
Vamos a ver si alguien me da finalmente alguna respuesta bíblica; ¿o pasará al tema de "Sindonizados"?


¡¡¡ No me hagan pensar que no tienen respuesta !!!


Maripaz
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por Maripaz:
Vamos a ver si alguien me da finalmente alguna respuesta bíblica; ¿o pasará al tema de "Sindonizados"?


¡¡¡ No me hagan pensar que no tienen respuesta !!!


Maripaz
[/quote]


¿Cómo? ¿Todavía tienes duda?
 
??????

A qué tanta bambolla ????

La famosa pregunta de Maripaz está completamente respondida en la primera respuesta de SINDONE3 en este tópico.
Si no les gusta la respuesta, eso es otro asunto.
Pero ya está (católicamente)respondida.



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Ev. San Mateo cap. 28,18-20
Acercándose, Jesús les dijo: "Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.
Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré
siempre con ustedes hasta el fin del mundo".

Juan Manuel

e-mail: [email protected]
 
Querido Juan Manuel:

El epígrafe se titula: "Consulta para CATOLICOS" (no para un católico); y como comprenderás y como decimos aquí en España: "Una rueda no hace un carro".


¿Te importaría darme tu opinión?


Maripaz
 
Hermana Maripaz:

Si estoy citando al primer mensaje de SIENDONE3, es porque lo comparto plenamente.

No podría ser de otra manera, porque él expresó exactamente lo que es el Magisterio actual y vigente de la Iglesia Católica al respecto, después del Concilio Vaticano II.

Ten en cuenta que los católicos no tenemos cada uno una postura particular, sino que con gusto obedecemos a nuestra Madre Iglesia y su Magisterio.

No sucede así contigo y los demás hermanos separados, mi querida hermana.

Por eso pides tú una opinión a cada católico, pero eso es un absurdo.

Hay una sóla postura católica, en este como en todos los demás asuntos.

Dios nos bendiga.


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Ev. San Mateo cap. 28,18-20
Acercándose, Jesús les dijo: "Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.
Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré
siempre con ustedes hasta el fin del mundo".

Juan Manuel

e-mail: [email protected]
 
Querido Juan Manuel:

Como cita un hermano llamado José de Segovia en una revista:

EN COSAS ESENCIALES DEBE HABER UNIDAD
EN COSAS SECUNDARIAS LIBERTAD
EN TODO CARIDAD

¡¡ Justo lo que ocurre entre los EVANGÉLICOS que escribimos en este foro, y lo que pasa con otros hermanos de otras denominaciones: TENEMOS UNIDAD EN LO ESENCIAL !!

Con el pueblo católico el Señor me está ejercitando en la caridad, ya que por desgracia, no puede haber unidad si nuestra base es diferente.


Vosotros la Santa Madre Iglesia ; nosotros el Espíritu Santo.

Vosotros Jesús y María (muchas veces Maria y Jesús); nosotros SOLO CRISTO.

Vosotros Biblia y Tradición; nosotros SOLO PALABRA DE DIOS.

Vosotros Magisterio; nosotros ESPIRITU SANTO y algunos creyentes ejerciendo el don de "maestros".


Y por desgracia un largo etcetera..........En lo ESENCIAL no hay unidad entre vosotros y nosotros.

¿Ves como no podemos?. ¿Que sentido tendría el ecumenismo?.

El verdadero Ecumenismo ha de estar basado en la Palabra de Dios sin Tradiciones humanas.


Maripaz