Lo que se corrompe no es la carne y los huesos, sino la sangre. Es de suponer que un cuerpo vivificado no es un cuerpo diferente del que solíamos tener antes de la resurrección. Si hipotéticamente la sangre no se corrompiese, el cuerpo no seria mortal. Luego la diferencia debe ser que, no seria ya la sangre la que vivifique el cuerpo físico sino, el mismo que vivifica a Cristo resucitado. Es obvio que, estando aun vivos y con la sangre corruptible, este cuerpo actual no puede heredar el reino de Dios.
Cuando Jesucristo resucito, los apóstoles le reconocieron, indicación que es el mismo cuerpo, porque comía y bebia como antes, pero glorificado. Este ultimo es la diferencia.