¿Como endurece Dios a las personas? Vea la respuesta biblica

totos

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13 Noviembre 2009
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"Yo endureceré su corazón"

Ex. 4:21, "dijo Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo".

¿Por qué haría Dios tal cosa? ¿Por qué en*dureció el corazón de Faraón? ¿Qué quiere decir esto? ¿Fue dominada la mente de Faraón enteramente por Dios para que fuera conde*nado? ¿Perdió él la facultad de decidir y de ejercer su propia voluntad?

Los siguientes textos dicen que el Señor endureció el corazón de Faraón: Ex. 7:13; 9:12; 10:1, 20, 27; 11:10; 14:8; Deut. 2:30.

Faraón endureció su propio corazón

Pero también la Biblia dice que Faraón endureció su propio corazón; por ejemplo, Ex. 8:15, "Pero viendo Faraón que le habían dado reposo endureció su corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho". El v. 32 dice, "Mas Faraón endureció aun esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo". Ex. 9:34, "endurecieron su corazón él y sus siervos". Aun los sacerdotes filisteos reconocieron esta ver*dad: "¿Por qué endurecéis vuestro corazón, como los egipcios y Faraón endurecieron su corazón?" (1 Sam. 6:6).

El corazón de Faraón se endureció

Otras veces dice sencillamente que el corazón de Faraón se endureció, y no dice que el Señor lo hizo ni que Faraón lo hizo; por ejemplo, Ex. 7:14, "está endurecido"; 7:22, "se endureció"; 8:19, "se endureció"; 9:7, "se en*dureció"; 9:35, "se endureció". Sin embargo, Ex. 9:34, 35 dice claramente que Faraón y sus sier*vos endurecieron su corazón.

¿Quién, pues, endureció el corazón a Faraón?

Sin duda, los dos, tanto Dios como Faraón. Seguramente Dios tuvo algo que ver con el en*durecimiento del corazón de Faraón, porque el texto lo dice claramente. ¿En qué forma lo hizo Dios? Dios hace lo que hace por medio de Sus enseñanzas y hechos. Dios obraba por medio de los mandamientos entregados a Faraón por medio de Moisés y Aarón. Dios obraba tam*bién a través de los milagros. Dios no obró en forma milagrosa directamente sobre el corazón de Faraón. No dominó milagrosamente la vo*luntad de Faraón, haciéndole solamente un títere bajo el control de Dios. Dios no obra así.

Es indispensable entender que Dios obra por medio de Sus enseñanzas y hechos. Ob*servemos que Dios hizo algo que tuvo su efecto sobre el corazón de Faraón. ¿Qué fue? ¿Manipuló en alguna forma misteriosa la mente y voluntad del rey? De ninguna manera. ¿Qué hizo, pues? Entregó el mandamiento de que Faraón dejara salir a su pueblo Israel y por la mano de Moisés y Aarón hizo milagros para demostrar su poder y autoridad para ejecutar Su voluntad. Con este mandamiento y con es*tos milagros Dios endureció el corazón de Faraón. De esta manera Dios causó indirecta*mente el endurecimiento del corazón de Faraón. Pero en fin de cuentas cada individuo endurece su propio corazón por su reacción negativa y rebelde hacia los mandamientos de Dios. Cuando Dios nos da mandamientos, El provee la ocasión o la oportunidad para que nosotros obedezcamos o desobedezcamos. Los que desobedecen también se endurecen.

Obsérvese este principio en Los Hechos


El día de Pentecostés (Hech. 2:41), tres mil personas recibieron la palabra y fueron bauti*zadas. En lugar de endurecer su corazón se humillaron delante de Dios, pero poco después (Hech. 5:33) el mismo evangelio endureció a otros: "Ellos, oyendo esto, se enfurecían y querían matarlos".

Un contraste claro entre los que se humi*llan y los que se endurecen se puede observar en Hech. 13:44-48. "El siguiente día de reposo se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios. Pero viendo los judíos la muchedum*bre, se llenaron de celos, y rebatían lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando. Entonces Pablo y Bernabé, hablando con de*nuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles ... Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban or*denados para vida eterna". El mismo evangelio que endureció a los judíos abrió los corazones de los gentiles. Dios hizo las dos cosas a través del mismo evangelio.

Otro ejemplo se ve en Hech. 16:14, "una mujer llamada Lidia ... estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella". Ella estaba dispuesta a oír. Así se describen los gentiles en el v. 48, estaban dispuestos o ordenados; se arreglaron a sí mismos, se dispusieron, para oír y recibir la palabra de Dios.

Conclusión

Faraón tenía toda la culpa en el asunto del endurecimiento de su corazón. La parte de Dios era simplemente dar órdenes y confirmarlas con milagros y esto endureció a Faraón porque se rebeló contra Dios y no es*taba nada dispuesto a obedecerle.


¿quien fue piedta de tropiezo para los que se pierden?
¿porque?


Un saludo,

TOTOS
 
Re: ¿Como endurece Dios a las personas? Vea la respuesta biblica

Sí, ¿verdad?

Hay personas que tienen el coco tan duro que no les entra ya nada que Dios quiera enseñarles...

Y esta clase de personas están en peor riesgo porque creen en su propia justicia, anulando la de Cristo, y se acarrean condenación.

De ahí viene la falsa confianza de que se es salvo pa' siempre...
 
Re: ¿Como endurece Dios a las personas? Vea la respuesta biblica

Sí, ¿verdad?

Hay personas que tienen el coco tan duro que no les entra ya nada que Dios quiera enseñarles...

Y esta clase de personas están en peor riesgo porque creen en su propia justicia, anulando la de Cristo, y se acarrean condenación.

De ahí viene la falsa confianza de que se es salvo pa' siempre...

Asi es.


Dios te bendiga


Totos
 
Re: ¿Como endurece Dios a las personas? Vea la respuesta biblica


¿quien fue piedta de tropiezo para los que se pierden?
¿porque?


2 Tesalonisences
8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;
9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos,
10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira,
12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
 
Re: ¿Como endurece Dios a las personas? Vea la respuesta biblica

2 Tesalonisences
8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;
9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos,
10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira,
12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

No hermano, la piedra de tropiezo es otra persona.

Cristo, piedra de tropiezo

En el evangelio de Mateo capítulo 11:2-6: “... Y al oír Juan en la cárcel los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos para preguntarle: ¿Eres tu el que había de venir o esperaremos a otro? Respondiendo Jesús les dijo: Id y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es anunciado el evangelio, y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí.”

En los días de su carne, muchos encontraron tropiezo en la persona del Señor. Hoy, en nuestros días, su persona, su obra y su mensaje, permanecen invariables y muchos son los que siguen tropezando en él.

Veamos también una palabra en Romanos 9:33: “... Como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; y el que creyere en él, no será avergonzado.”

Esa palabra está unida también a 1Corintios 1:22-24: “...Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios.”

Aquí hay un gran contraste: mientras para unos el Señor vino a ser tropiezo, para otros vino a ser poder, para unos vino a ser roca de caída, para otros vino a ser roca de salvación. Esto sigue plenamente vigente hoy, el Señor Jesús, siendo la luz y la salvación para todos los hombres, resulta ser un tremendo tropiezo para muchos.

El contraste entre Caifás y Simeón

El sumo sacerdote Caifás interrogó con vehemencia al Señor Jesús, diciéndole: “Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.” Viene la serena respuesta: “Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.” (Mateo 26:63-65). Entonces, Caifás, en un acto de celo religioso exacerbado, rompe sus vestiduras diciendo: “Qué más necesidad tenemos de testigos? ¡Ha blasfemado! Y los demás dijeron ¡es reo de muerte!”. ¡Qué tropiezo! ¡La Luz vino, estaba delante de él y no fue capaz de reconocerla! Está frente a su Mesías ...y lo condena!!

Distinto es el caso de Simeón. Anciano ya, va al templo en el día preciso, guiado por el Espíritu Santo, se acerca a una pareja muy sencilla, la mujer carga un pequeño niño. Simeón, movido por el Espíritu pide al niño para tomarlo en sus brazos y bendijo a Dios diciendo: “Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra; porque han visto mis ojos tu salvación.” (Lucas 2:28-30). ¡Simeón no encontró tropiezo en Cristo! Tuvo el privilegio de reconocerle y adorarle.

La razón del tropiezo

Amados hermanos, ¿por qué es un tropiezo el Señor Jesucristo? ¿por qué Aquel que sólo vino para beneficiarnos llegó a ser un problema para mucha gente? Aun en nuestros días el Señor sigue siendo un tropiezo para muchos. ¿Por qué? Porque todo aquel que se acerca al Señor tendrá que reconocer que es en sí mismo una persona débil. Tendrá que aceptar que su orgullo y su egoísmo sean destruidos.

Cuando llegamos al Señor Jesús, nos encontramos con una cruz; nos encontramos con que allí nuestra vida se acaba, que nuestros planes se trastocan. En un sentido, es como si la vida misma se nos terminara.

Muchos tropiezan porque asociarse con Aquél que fue crucificado en la cruz, les significa una vergüenza, un vituperio. Ser cristiano, asociarse con aquel que murió en la cruz, no es popular. Asociarse tal vez con un gran pensador del mundo como Heidegger, por ejemplo, o declararse discípulo de Sartre o de Jacques Maritain, sí que resulta prestigioso y bien ponderado en los círculos académicos de la tierra. Nuestra sociedad está basada en la exaltación de los atributos del hombre, pero quien viene a Cristo, se encuentra con alguien que le dice:..“Si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese a si mismo, tome su cruz y sígame” (Mateo 16:24).

¡Qué tropiezo es la cruz! ¡Qué gran problema! El mundo hoy día ha encontrado en el Señor un tremendo tropiezo. “Podríamos aceptar –dirá el mundo– las enseñanzas del amor al prójimo, de preocuparnos por los pobres, de alimentar a las multitudes hambrientas. Eso nos gusta de ti, Jesucristo; ese amor es bueno, es útil para los planes de nuestra sociedad ..., pero si nos vienes a hablar de que es necesario caer en tierra como un grano de trigo y morir... entonces, ¡así no nos conviene Cristo! ¡Qué tropiezo es el Señor para todos los sistemas del mundo! ¡Es piedra de tropiezo y roca que hace caer!

Quebrantamiento

Veamos ahora otra palabra de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 21:42: “¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser la cabeza del ángulo...?..y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará”.

Hermanos, a todos los hombres, ¡a todos!, les ocurrirá una de estas dos cosas: o caemos nosotros sobre esta Piedra o ella caerá tarde o temprano sobre nosotros.

“Quebrantado....” Sí, hermano, porque es imposible que tú vengas al Señor y permanezcas entero. De lo contrario, seguirías siendo un mero religioso. Si aún no has sido quebrantado, entonces todavía estás “entero” (firme en tu manera natural de ver las cosas), todavía altivo, orgulloso y soberbio. Pero el que de verdad ha caído sobre esta Piedra, ha sido quebrantado, se ha vuelto dócil en las manos del Señor y de su Espíritu. Este es el gran tropiezo de muchos: no quieren ser quebrantados. Quieren seguir incólumes; quieren los beneficios de Cristo, que multiplique los panes, que sane los enfermos etc. “Lo queremos tan sólo para que nos socorra.” ¡Esto es indigno del Señor!

“Quebrantado ...”El que cae sobre esta piedra ya no es el mismo. Muchos tropiezan porque temen, porque presienten que se les acerca una sentencia: habrá un cambio absoluto en su manera de ser, de pensar y de vivir. ¡Bienaventurado aquel que no halla tropiezo en el Señor!

No tropiezo, sino salvación

Finalmente, hermanos, que nada nos impida la gloria de esta palabra. “Los ciegos ven los sordos oyen, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los muertos son resucitados y a los pobres es anunciado el evangelio”. Estas seis expresiones definen la condición del hombre. Así ve el Señor a todos los hombres. Porque todo aquel que no tiene ojos para ver la salvación de Dios en Cristo es un ciego. ¡Así éramos! “Los cojos ...” Así éramos; hasta que nos encontramos con el Camino, la Verdad y la Vida ... “Los leprosos son limpiados”. La lepra en la Biblia es el pecado, y ¿qué hijo de Adán no ha pecado? ¡Esta tierra ha sido pisada por un solo justo, Jesús, el Hijo de Dios! Todos tuvimos esta lepra.

Así es el hombre: muerto en “delitos y pecados”. Así estábamos: muertos; hasta que el Señor vino a darnos vida. Cuando se menciona aquí a los pobres, ningún rico de este mundo queda excluido, porque si ellos mueren sin conocer las riquezas de la gracia de Dios en Cristo, aparecerán ante él como pobres, miserables ciegos y desnudos.

Amados, esto éramos nosotros sin Cristo. Pero ahora, en vez de ser tropiezo para nosotros, ¡el Señor ha venido a ser nuestra luz y vida! En vez de piedra de tropiezo, ha venido a ser nuestro camino y sustento, esperanza y gloria, nuestro Redentor y Sumo sacerdote, cabeza y fundamento, ¡el Amado y el Señor!

Hermanos, sigamos predicando su glorioso evangelio sin importarnos que para muchos les signifique un tropiezo oír de Cristo. Si lo hacemos, habremos librado nuestra responsabilidad, y a la vez, tendremos la recompensa de ver a muchos corazones recibiendo la salvación de Dios. Y les oiremos alabar diciendo: “Tú abriste mis ojos, tú sanaste mi cojera, y mi lepra, perdonaste mis pecados, me pasaste de muerte a vida, me enriqueciste, me adoptaste, soy tu hijo... ¡Aleluya, soy un hijo de Dios!”.
 
Re: ¿Como endurece Dios a las personas? Vea la respuesta biblica

Dios endurece el corazon de las personas a traves de su palabra y los castigos justos.

Pero la palabra de Dios y los justos castigos tambien quebrantan el corazon, el asunto es que Dios endurece y renueva solo a aquel que tiene la disposicion buena o mala, pero Dios nnunca endurece en forma directa siempre es en forma indirecta.

Jesus es piedra de tropiezo pero solo para los orgullosos, pero no para los humildes.

Un saludo,

Totos
 
Re: ¿Como endurece Dios a las personas? Vea la respuesta biblica

No hermano, la piedra de tropiezo es otra persona.

Cristo, piedra de tropiezo

En el evangelio de Mateo capítulo 11:2-6: “... Y al oír Juan en la cárcel los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos para preguntarle: ¿Eres tu el que había de venir o esperaremos a otro? Respondiendo Jesús les dijo: Id y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es anunciado el evangelio, y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí.”

En los días de su carne, muchos encontraron tropiezo en la persona del Señor. Hoy, en nuestros días, su persona, su obra y su mensaje, permanecen invariables y muchos son los que siguen tropezando en él.

Veamos también una palabra en Romanos 9:33: “... Como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; y el que creyere en él, no será avergonzado.”

Esa palabra está unida también a 1Corintios 1:22-24: “...Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios.”

Aquí hay un gran contraste: mientras para unos el Señor vino a ser tropiezo, para otros vino a ser poder, para unos vino a ser roca de caída, para otros vino a ser roca de salvación. Esto sigue plenamente vigente hoy, el Señor Jesús, siendo la luz y la salvación para todos los hombres, resulta ser un tremendo tropiezo para muchos.

El contraste entre Caifás y Simeón

El sumo sacerdote Caifás interrogó con vehemencia al Señor Jesús, diciéndole: “Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.” Viene la serena respuesta: “Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.” (Mateo 26:63-65). Entonces, Caifás, en un acto de celo religioso exacerbado, rompe sus vestiduras diciendo: “Qué más necesidad tenemos de testigos? ¡Ha blasfemado! Y los demás dijeron ¡es reo de muerte!”. ¡Qué tropiezo! ¡La Luz vino, estaba delante de él y no fue capaz de reconocerla! Está frente a su Mesías ...y lo condena!!

Distinto es el caso de Simeón. Anciano ya, va al templo en el día preciso, guiado por el Espíritu Santo, se acerca a una pareja muy sencilla, la mujer carga un pequeño niño. Simeón, movido por el Espíritu pide al niño para tomarlo en sus brazos y bendijo a Dios diciendo: “Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra; porque han visto mis ojos tu salvación.” (Lucas 2:28-30). ¡Simeón no encontró tropiezo en Cristo! Tuvo el privilegio de reconocerle y adorarle.

La razón del tropiezo

Amados hermanos, ¿por qué es un tropiezo el Señor Jesucristo? ¿por qué Aquel que sólo vino para beneficiarnos llegó a ser un problema para mucha gente? Aun en nuestros días el Señor sigue siendo un tropiezo para muchos. ¿Por qué? Porque todo aquel que se acerca al Señor tendrá que reconocer que es en sí mismo una persona débil. Tendrá que aceptar que su orgullo y su egoísmo sean destruidos.

Cuando llegamos al Señor Jesús, nos encontramos con una cruz; nos encontramos con que allí nuestra vida se acaba, que nuestros planes se trastocan. En un sentido, es como si la vida misma se nos terminara.

Muchos tropiezan porque asociarse con Aquél que fue crucificado en la cruz, les significa una vergüenza, un vituperio. Ser cristiano, asociarse con aquel que murió en la cruz, no es popular. Asociarse tal vez con un gran pensador del mundo como Heidegger, por ejemplo, o declararse discípulo de Sartre o de Jacques Maritain, sí que resulta prestigioso y bien ponderado en los círculos académicos de la tierra. Nuestra sociedad está basada en la exaltación de los atributos del hombre, pero quien viene a Cristo, se encuentra con alguien que le dice:..“Si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese a si mismo, tome su cruz y sígame” (Mateo 16:24).

¡Qué tropiezo es la cruz! ¡Qué gran problema! El mundo hoy día ha encontrado en el Señor un tremendo tropiezo. “Podríamos aceptar –dirá el mundo– las enseñanzas del amor al prójimo, de preocuparnos por los pobres, de alimentar a las multitudes hambrientas. Eso nos gusta de ti, Jesucristo; ese amor es bueno, es útil para los planes de nuestra sociedad ..., pero si nos vienes a hablar de que es necesario caer en tierra como un grano de trigo y morir... entonces, ¡así no nos conviene Cristo! ¡Qué tropiezo es el Señor para todos los sistemas del mundo! ¡Es piedra de tropiezo y roca que hace caer!

Quebrantamiento

Veamos ahora otra palabra de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 21:42: “¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser la cabeza del ángulo...?..y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará”.

Hermanos, a todos los hombres, ¡a todos!, les ocurrirá una de estas dos cosas: o caemos nosotros sobre esta Piedra o ella caerá tarde o temprano sobre nosotros.

“Quebrantado....” Sí, hermano, porque es imposible que tú vengas al Señor y permanezcas entero. De lo contrario, seguirías siendo un mero religioso. Si aún no has sido quebrantado, entonces todavía estás “entero” (firme en tu manera natural de ver las cosas), todavía altivo, orgulloso y soberbio. Pero el que de verdad ha caído sobre esta Piedra, ha sido quebrantado, se ha vuelto dócil en las manos del Señor y de su Espíritu. Este es el gran tropiezo de muchos: no quieren ser quebrantados. Quieren seguir incólumes; quieren los beneficios de Cristo, que multiplique los panes, que sane los enfermos etc. “Lo queremos tan sólo para que nos socorra.” ¡Esto es indigno del Señor!

“Quebrantado ...”El que cae sobre esta piedra ya no es el mismo. Muchos tropiezan porque temen, porque presienten que se les acerca una sentencia: habrá un cambio absoluto en su manera de ser, de pensar y de vivir. ¡Bienaventurado aquel que no halla tropiezo en el Señor!

No tropiezo, sino salvación

Finalmente, hermanos, que nada nos impida la gloria de esta palabra. “Los ciegos ven los sordos oyen, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los muertos son resucitados y a los pobres es anunciado el evangelio”. Estas seis expresiones definen la condición del hombre. Así ve el Señor a todos los hombres. Porque todo aquel que no tiene ojos para ver la salvación de Dios en Cristo es un ciego. ¡Así éramos! “Los cojos ...” Así éramos; hasta que nos encontramos con el Camino, la Verdad y la Vida ... “Los leprosos son limpiados”. La lepra en la Biblia es el pecado, y ¿qué hijo de Adán no ha pecado? ¡Esta tierra ha sido pisada por un solo justo, Jesús, el Hijo de Dios! Todos tuvimos esta lepra.

Así es el hombre: muerto en “delitos y pecados”. Así estábamos: muertos; hasta que el Señor vino a darnos vida. Cuando se menciona aquí a los pobres, ningún rico de este mundo queda excluido, porque si ellos mueren sin conocer las riquezas de la gracia de Dios en Cristo, aparecerán ante él como pobres, miserables ciegos y desnudos.

Amados, esto éramos nosotros sin Cristo. Pero ahora, en vez de ser tropiezo para nosotros, ¡el Señor ha venido a ser nuestra luz y vida! En vez de piedra de tropiezo, ha venido a ser nuestro camino y sustento, esperanza y gloria, nuestro Redentor y Sumo sacerdote, cabeza y fundamento, ¡el Amado y el Señor!

Hermanos, sigamos predicando su glorioso evangelio sin importarnos que para muchos les signifique un tropiezo oír de Cristo. Si lo hacemos, habremos librado nuestra responsabilidad, y a la vez, tendremos la recompensa de ver a muchos corazones recibiendo la salvación de Dios. Y les oiremos alabar diciendo: “Tú abriste mis ojos, tú sanaste mi cojera, y mi lepra, perdonaste mis pecados, me pasaste de muerte a vida, me enriqueciste, me adoptaste, soy tu hijo... ¡Aleluya, soy un hijo de Dios!”.


Yo nunca he negado que Cristo es la piedra que desecharon los edificadores de babilonia (las religiones) pues desecharon la piedra y se hicieron sus propios ladrillos
 
Re: ¿Como endurece Dios a las personas? Vea la respuesta biblica

Cuando Dios "endurece" a las personas, no es que las vuelva malas, sino que las deja en su ceguera.

En pocas palabras deja que satanás haga su trabajo en la consciencia sin esa vocecita que te advierte que estás haciendo mal.