"Y la mujer estaba vestida de púrpura y de escarlata, y dorada con oro, y adornada de piedras preciosas y de perlas, teniendo un cáliz de oro en su mano lleno de abominaciones y de la suciedad de su fornicación; y en su frente un nombre escrito: MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE...
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- El Cardenal Joseph Ratzinger, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, guardian de la ortodoxia de la iglesia, habla bajo el emblema del Vaticano mientras presenta el 5 de septiembre el documento "Dominus Iesus", enfatizando en la primacía de la iglesia católica.
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"La Madre de las rameras"...
(Apocalipsis 17:4-5)
Mientras el mundo religioso se reunía en el mayor evento ecuménico de la historia, la iglesia católica establecía claramente su posición. No nos sorprende. La iglesia que se jacta de no cambiar nunca, al defender su posición como "la madre de las iglesias", se acomoda proféticamente en el lugar que le corresponde.
Unas semana antes de la publicación del controversial documento "Dominus Iesus", la iglesia católica distribuía de manera privada otro que buscaba resolver los problemas del diálogo ecuménico --que ponia a la Iglesia católica en igual nivel con las otras iglesias--, enfatizando en su identidad única como "la madre" de todas las iglesias particulares. Dice el documento:
"La una, santa, católica y apostólica iglesia universal no es la hermana, sino la 'Madre' de todas las iglesias particulares."
La Santa Palabra hace referencia a la "Madre" en Apocalipsis 17 como Babilonia. La palabra "Babilonia" derivada de "Babel", significa confusión. Se emplea en la Bilblia para designar las varias formas de religiones falsas y apóstatas. En el capítulo 17 del Apocalipsis, Babilonia está simbolizada por una mujer, --figura que en la Biblia se emplea para representar una iglesia, siendo una mujer virtuosa símbolo de una iglesia pura, y una mujer vil, de una iglesia apóstata.
La mujer Babilonia de Apocalipsis 17 está descrita como "vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro y piedras preciosas y perlas, teniendo en su mano un cáliz de oro, lleno de abominaciones, es decir, las inmundicias de sus fornicaciones; y en su frente tenía un nombre escrito: Misterio: Babilonia la grande, madre de las rameras." El profeta dice: "Ví a aquella mujer embriagada de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús." Se declara además que Babilonia "es aquella gran ciudad, la cual tiene el imperio sobre los reyes de la tierra." (Apocalipsis 17: 4 - 6, 18, V.M.) Esta potencia que aquí se describe es la iglesia católica. La púrpura y la escarlata, el oro y las piedras preciosas y las perlas describen como a lo vivo la magnificencia y la pompa más que reales de que hace gala el Vaticano. Y de ninguna otra potencia se podría decir con más propiedad que estaba "embriagada de la sangre de los santos" que de aquella iglesia que ha perseguido tan cruelmente a los discípulos de Cristo. Se acusa además a Babilonia de haber tenido relaciones ilícitas con "los reyes de la tierra." Por su alejamiento del Señor y su alianza con los paganos la iglesia judía se transformó en ramera; Roma se corrompió de igual manera al buscar el apoyo de los poderes mundanos, y por consiguiente recibe la misma condenación.
Se dice que Babilonia es "madre de las rameras." Sus hijas simbolizan entonces las iglesias que se atienen a sus doctrinas y tradiciones, y siguen su ejemplo sacrificando la verdad y la aprobación de Dios, para formar alianza ilícita con el mundo. El mensaje de Apocalipsis 14, que anuncia la caída de Babilonia, debe aplicarse a comunidades religiosas que un tiempo fueron puras y luego se han corrompido. En vista de que este mensaje sigue al aviso del juicio, debe ser proclamado en estos días, previos al advenimiento de Cristo, y no puede por consiguiente referirse sólo a la iglesia católica, pues ella está en condición caída desde hace muchos siglos. Además, en el capítulo 18 del Apocalipsis se exhorta al pueblo de Dios a que salga de Babilonia. Según este pasaje de la Escritura, muchos del pueblo de Dios deben estar aún en Babilonia. ¿Y en qué comunidades religiosas se encuentra actualmente la mayoría de los discípulos de Cristo? Sin duda alguna, en las varias iglesias que profesan la fe protestante. Al nacer, esas iglesias se decidieron noblemente por Dios y la verdad, y la bendición divina las acompañó. Aun el mundo incrédulo se vio obligado a reconocer los felices resultados de la aceptación de los principios del Evangelio. Se les aplican las palabras del profeta a Israel: "Salió tu renombre entre las naciones, en atención a tu hermosura, la cual era perfecta, a causa de mis adornos, que yo había puesto sobre ti, dice Jehová el Señor." Pero esas iglesias cayeron víctimas del mismo deseo que causó la maldición y la ruina de Israel: el deseo de imitar las prácticas de los impíos y de buscar su amistad. "Pusiste tu confianza en tu hermosura, y te prostituíste a causa de tu renombre." (Ezequiel 16: 14, 15, V.M.)
¿Cuál fue el origen de la gran apostasía? ¿Cómo empezó a apartarse la iglesia de la sencillez del Evangelio? -Conformándose a las prácticas del paganismo para facilitar a los paganos la aceptación del cristianismo. El apóstol Pablo dijo acerca de su propio tiempo: "Ya está obrando el misterio de iniquidad." (2 Tesalonicenses 2: 7.) Mientras aún vivían los apóstoles, la iglesia permaneció relativamente pura. "Pero hacia fines del siglo segundo, la mayoría de las iglesias asumieron una forma nueva; la sencillez primitiva desapareció, e insensiblemente, a medida que los antiguos discípulos bajaban a la tumba, sus hijos, en unión con nuevos convertidos, . . . se adelantaron y dieron nueva forma a la causa." -Roberto Robinson, Ecclesiastical Researches, capítulo 6, pág. 51. Para aumentar el número de los convertidos, se rebajó el alto nivel de la fe cristiana, y el resultado fue que "una ola de paganismo anegó la iglesia, trayendo consigo sus costumbres, sus prácticas y sus ídolos." -Gavazzi, Lectures, pág. 278. Una vez que la religión cristiana hubo ganado el favor y el apoyo de los legisladores seculares, fue aceptada nominalmente por multitudes; pero mientras éstas eran cristianas en apariencia, muchos "permanecieron en el fondo paganos que seguían adorando sus ídolos en secreto." -Ibid.
¿No ha sucedido otro tanto en casi todas las iglesias que se llaman protestantes? Cuando murieron sus fundadores, que poseían el verdadero espíritu de reforma, sus descendientes se adelantaron y "dieron nueva forma a la causa." Mientras se atenían ciegamente al credo de sus padres y se negaban a aceptar cualquiera verdad que fuese más allá de lo que veían, los hijos de los reformadores se alejaron mucho de su ejemplo de humildad, de abnegación y de renunciación al mundo. Así "la simplicidad primitiva desaparece." Una ola de mundanalidad invade la iglesia "trayendo consigo sus costumbres, sus prácticas y sus ídolos."
¡Ay, hasta qué grado esa amistad del mundo, que es "enemistad contra Dios," es fomentada actualmente entre los que profesan ser discípulos de Cristo! ¡Cuánto no se han alejado las iglesias nacionales de toda la cristiandad del modelo bíblico de humildad, abnegación, sencillez y piedad! Juan Wesley decía, al hablar del buen uso del dinero: "No malgastéis nada de tan precioso talento, tan sólo por agradar a los ojos con superfluos y costosos atavíos o con adornos innecesarios. No gastéis parte de él adornando prolijamente vuestras casas con muebles inútiles y costosos, con cuadros costosos, pinturas y dorados.... No gastéis nada para satisfacer la soberbia de la vida, ni para obtener la admiración de los hombres.... 'Siempre que te halagues a ti mismo, los hombres hablarán bien de ti.' Siempre que te vistas 'de púrpura y de lino fino blanco, y tengas banquetes espléndidos todos los días,' no faltará quien aplauda tu elegancia, tu buen gusto, tu generosidad y tu rumbosa hospitalidad. Pero no vayas a pagar tan caros sus aplausos. Conténtate más bien con el honor que viene de Dios." -Wesley, Works, sermón 50, sobre el uso de dinero. Pero muchas iglesias actuales desprecian estas enseñanzas.
Está de moda en el mundo hacer profesión de religión. Gobernantes, políticos, abogados, médicos y comerciantes se unen a la iglesia para asegurarse el respeto y la confianza de la sociedad, y así promover sus intereses mundanos. Tratan de cubrir todos sus procederes injustos con el manto de la religiosidad. Las diversas comunidades religiosas robustecidas con las riquezas y con la influencia de esos mundanos bautizados pujan a cual más por mayor popularidad y patrocinio.
Iglesias magníficas, embellecidas con el más extravagante despilfarro, se yerguen en las avenidas más ricas y más pobladas. Los fieles visten con lujo y a la moda. Se pagan grandes sueldos a ministros elocuentes para que entretengan y atraigan a la gente. Sus sermones no deben aludir a los pecados populares, sino que deben ser suaves y agradables como para los oídos de un auditorio elegante. Así los pecadores del mundo son recibidos en la iglesia, y los pecados de moda se cubren con un manto de piedad.
Hablando de la actitud actual de los profesos cristianos para con el mundo, un notable periódico profano dice: "Insensiblemente la iglesia ha seguido el espíritu del siglo, y ha adaptado sus formas de culto a las necesidades de la actualidad." "En verdad, todo cuanto contribuye a hacer atractiva la religión, la iglesia lo emplea ahora y se vale de ello." Y un escritor apunta, en el Independent de Nueva York, lo siguiente acerca del metodismo actual: "La línea de separación entre los piadosos y los irreligiosos desaparece en una especie de penumbra, y en ambos lados se está trabajando con empeño para hacer desaparecer toda diferencia entre su modo de ser y sus placeres." "La popularidad de la religión tiende en gran manera a aumentar el número de los que quisieran asegurarse sus beneficios sin cumplir honradamente con los deberes de ella."
Howard Crosby dice: "Motivo de hondo pesar es el hecho de que la iglesia de Cristo esté cumpliendo tan mal los designios del Señor. Así como los antiguos judíos dejaron que el trato familiar con las naciones idólatras alejara sus corazones de Dios, . . . así también ahora la iglesia de Jesús, merced al falso consorcio con el mundo incrédulo, está abandonando los métodos divinos de su verdadera vida y doblegándose a las costumbres perniciosas, si bien a menudo plausibles, de una sociedad anticristiana, valiéndose de argumentos y llegando a conclusiones ajenas a la revelación de Dios y directamente opuestas a todo crecimiento en la gracia." -The Healthy Christian: An Appeal to the Church, págs. 141, 142.
En esta marea de mundanalidad y de afán por los placeres, el espíritu de desprendimiento y de sacrificio personal por el amor de Cristo ha desaparecido casi completamente. "Algunos de los hombres y mujeres que actúan hoy en esas iglesias aprendieron, cuando niños, a hacer sacrificios para poder dar o hacer algo por Cristo." Pero "ahora si se necesitan fondos, . . . no hay que pedirle nada a nadie. ¡Oh no! Organícese un bazar, prepárese una representación de figuras vivas, una escena Jocosa, una comida al estilo antiguo o a la moderna, cualquier cosa para divertir a la gente."
El espíritu de conformidad con el mundo está invadiendo las iglesias por toda la cristiandad. Roberto Atkins, en un sermón predicado en Londres, pinta un cuadro sombrío del decaimiento espiritual que predomina en Inglaterra: "Los hombres verdaderamente justos están desapareciendo de la tierra, sin que a nadie se le importe algo. Los que hoy profesan religiosidad, en todas las iglesias, aman al mundo, se conforman con él, gustan de las comodidades terrenales y aspiran a los honores. Están llamados a sufrir con Cristo, pero retroceden ante el simple oprobio.... ¡Apostasía, apostasía, apostasía! es lo que está grabado en el frontis mismo de cada iglesia; y si lo supiesen o sintiesen, habría esperanza; pero ¡ay! lo que se oye decir, es: Rico soy, y estoy lleno de bienes, y nada me falta." -Second Advent Library, folleto No. 39.
Salid de ella pueblo mío
La iglesia católica, en estos momentos ha reestablecido principios que siempre han estado allí, sólo ha reafirmado sus doctrinas. Esto no debe tomar ahora por sorpresa a quienes por años han venido formando vínculos con Roma, aprendiendo de sus prácticas, copiando de sus sistemas, permitiendo que la mundanalidad destruya la espiritualidad de las iglesias, impidiendo que el pueblo marche en conocimiento de la verdad, creciendo en el conocimiento profético que permitirá la debida preparación para el segundo advenimiento de Jesucristo.
El gran pecado de que se acusa a Babilonia es que ha hecho que "todas las naciones beban del vino de la ira de su fornicación." Esta copa embriagadora que ofrece al mundo representa las falsas doctrinas que ha aceptado como resultado de su unión ilícita con los magnates de la tierra. La amistad con el mundo corrompe su fe, y a su vez Babilonia ejerce influencia corruptora sobre el mundo enseñando doctrinas que están en pugna con las declaraciones más claras de la Sagrada Escritura.
Muchas iglesias están siguiendo el ejemplo de Roma, y se unen inicuamente con "los reyes de la tierra." Un ejemplo claro de esto: la Cumbre de la Paz en las Naciones Unidas. Líderes religiosos, en alianza con las Naciones Unidas para traer la "paz" al mundo. Además, grupos religiosos recibiendo dinero de organismos de las Naciones Unidas, mientras, con engaños, tratan de mantener calmados a los miembros de sus congregaciones. Y la expresión "Babilonia" -confusión- puede aplicarse acertadamente a esas congregaciones que, aunque declaran todas que sus doctrinas derivan de la Biblia, en su estado de confusión no se dan cuenta de que han comprado a la Bestia su "idea" de "paz y seguridad", una idea que es imposible, pues va en contra de todo lo que la Palabra de Dios plantea.
Además, los movimientos ecuménicos han logrado equiparar la mayoría de las religiones de manera que muchos de los errores que en tiempos de la reforma se atribuían sólo a la iglesia católica, pueden atribuirse ahora a casi todas las iglesias cristianas.
La Biblia dice Satanás obrará con potencia y con "todo engaño de iniquidad" y que todos aquellos que "no admitieron el amor de la verdad para" ser "salvos", serán dejados para que reciban "la eficaz operación de error, a fin de que crean la mentira.(2 Tes. 2:9-11). La caída de Babilonia no será completa sino cuando la iglesia se encuentre en este estado, y la unión de la iglesia con el mundo se haya consumado en toda la cristiandad. El cambio es progresivo, y el cumplimiento perfecto de Apocalipsis 14:8 está aún reservado para lo porvenir. (EGW, CS 440-441)
Sirva esto advertencia a la cristiandad de que Roma no ha cambiado. De que los mismos eventos que marcaron las edades más oscuras de la tierra volverán a repetirse y que esta vez el castigo final vendrá sobre la "madre" y las "hijas".
Dice el Señor: "Así que a ella la arrojaré en el lecho del dolor. Y a los que adulteran con ella, los arrojaré en gran tribulación, si no se arrepienten de sus obras. Y a sus hijos heriré de muerte. Así todas las iglesias sabrán que Yo Soy el que sondeo la mente y el corazón. Y daré a cada uno según sus obras. (Apocalipsis 2:22-24)
"Salid de ella, pueblo mío, porque no seáis participantes de sus pecados, y que no recibáis de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades." (Apocalipsis 18:4-5)
- Moderador JesusViene
-Con información publicada en inglés por John Norton del CNS (Catholic News Service) en Ciudad del Vaticano el 24 de agosto de 2000. Contiene además segmentos del libro "El Conflicto de los Siglos" de Elena G. de White, capítulo 23.
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- "Clamaba con fuerza: <<Rindan a Dios honor y gloria, porque llegó la hora de su Juicio. Adoren al que hizo el cielo, la tierra, el mar y las fuentes.>>" Ap.14:7
- "Otro angel lo siguio, gritando: <<Cayó, cayo Babilonia la grande, la prostituta que dio de beber a todas la naciones y las emborrachó con su vino.>>" Ap.14:8
- "Un tercer ángel pasó después clamando: <<Si alguien adora a la bestia o su imagen o se hace marcar en la frente o en la mano, éste también tomará el vino puro del furor de Dios, que ya esta preparado en la copa de su enojo. Sufrirá el suplicio del fuego y del azufre en presencia de los ángeles santos y del Cordero.>> Ap.14:9-10