Por: Jackie Cook
Yo trato de caminar unas cuantas millas cada mañana por lo
menos cuatro días por semana, dependiendo de nuestro horario de
viaje y el clima. Mi esposo y yo hacemos la mayoría de las cosas juntos,
pero ésta es una cosa que yo hago sola — mi tiempo para hablar
con Dios.
La marcha diaria parece como una aventura nueva para mí.
Estamos bendecidos de vivir en un área hermosa con calles amplias,
muy poco tránsito, y una linda área verde para caminar. Yo sé que
Dios camina conmigo, por eso tomo la oportunidad para pedir Su
consejo y contarle mis preocupaciones sobre mi familia y amigos.
También tomo este tiempo para admirar la naturaleza. Dios deber
haberse divertido bastante haciendo tantas flores con colores brillantes,
así como también los hermosos pájaros.
Mientras me maravillo en la belleza, o veo hacia el cielo, a veces
me encuentro saliéndome del borde de la vereda. Hay áreas más ásperas
del camino que se prestan para perder el paso si me descuido.
Esto me recuerda que la marcha Cristiana puede ser lo mismo: Si
desvío mi atención de Dios y del camino que ha trazado, las preocupaciones
y posesiones mundanas podrían distraerme fácilmente. O
también puedo tropezar y caer en mi marcha espiritual. Debo entonces
mantener siempre mi vista en la trayectoria trazada ante mí,
ambas física y espiritual.
Durante estas caminatas diarias, nunca olvido agradecer a Dios
por las muchas bendiciones que Él me ha dado. Le agradezco por
mi salud, por mi vista, y por la movilidad para tomar estas caminatas.
Dios me ha bendecido con una familia maravillosa y muchos
buenos amigos en mi familia de iglesia. Yo les llevo a cada uno de
ustedes conmigo en “mi caminata y charla con Dios.”
BIBLE ADVOCATE PRESS
GENERAL CONFERENCE CHURCH OF GOD (Seventh Day)