Re: CA to LI ci DAD
JUAN ANTONIO MONROY
UCD, PSOE, PP: ni unos ni otros
Arturo del Villar ha escrito un editorial sugestivo en el número de la revista LA LUZ correspondiente a enero-febrero 2004, que publica la Iglesia Española Reformada Episcopal. Su título: Ante las elecciones del 14 de marzo. La experiencia que comparte Villar pone de manifiesto lo poco que importamos los evangélicos a los dirigentes de los grandes partidos políticos. Cuenta que antes de las elecciones se dirigió por fax y cartas a Mariano Rajoy, del partido popular, a Rodríguez Zapatero, del partido socialista, y a Gaspar Llamazares, de Izquierda Unida. Les preguntaba por sus opiniones respecto a las relaciones del Estado con las confesiones religiosas existentes en España y por los privilegios millonarios que se están dando año tras año a la Iglesia católica.
Con el desencanto reflejado en las teclas del ordenador –ya nadie escribe a mano- Villar confiesa que a pesar de su insistencia con los jefes de prensa, los prohombres de los dos grandes partidos se excusaron diciendo que no tenían tiempo.
¿No tenían tiempo o andaban sobrados de cobardía política? ¿No tuvieron tiempo para dedicar media hora, con media hora habría bastado, a representantes de una minoría religiosa siempre ignorada, siempre machacada, a la que sin embargo pedían el voto? Lo que ellos llaman no tener tiempo yo llamo vileza, mierdica, huida ante el compromiso.
Solamente Izquierda Unida, que ha sufrido un tremendo descalabro electoral, se dignó contestar a las preguntas del editorialista de LA LUZ.
En líneas que siguen, Arturo Villar llega a una conclusión cuyos cálculos no son nuevos. Escribe: “La verdad es que los dos partidos, cuando sucesivamente han gobernado, y con mayoría absoluta, no se han diferenciado apenas en sus actuaciones con relación a la discriminación favorable a la Iglesia católica romana frente a las demás confesiones”.
Acierta. A los dos partidos que cita Villar yo añadiría un tercero: la Unión de Centro Democrático.
El 3 de julio de 1976 Adolfo Suárez fue designado por el rey nuevo presidente del Gobierno, en sustitución de Arias Navarro. La U.C.D. se hizo con el poder político. El 6 de diciembre de 1978 los españoles aprobaron en referéndum la Constitución vigente. Desaparecía el Estado confesional, el nuevo Estado español se definía laico y se comprometía a mantener “las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones”.
Ahí, en la letra constitucional, esto quedaba de maravilla. Pero nunca se ha cumplido esa norma. Al Estado que firmó la Constitución habría que llevarlo ante el Tribunal de La Haya, ante el Tribunal de Estrasburgo, ante todos los tribunales del mundo, también ante el Tribunal de Dios, por no haber cumplido lo que pactó.
¿Qué hizo el presidente Suárez para dar a los evangélicos españoles los derechos que les correspondían? Absolutamente nada. Bajo su mandato se promulgó la Ley Orgánica de Libertad Religiosa en 1980, pero no fue una concesión a los evangélicos, estuvo obligado a ello para desarrollar el artículo 16 de la Constitución.
A Suárez le sucedió el partido socialista. Felipe González gobernó España desde noviembre de 1982 hasta marzo de 1996. En julio de 1987 se iniciaron las conversaciones entre el gobierno socialista y las iglesias representadas en la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España para establecer acuerdos que supuestamente habrían de beneficiar a la minoría evangélica. Dichas conversaciones no fueron pan comido. Durante seis largos años los negociadores socialistas sacaban punta a todas las propuestas evangélicas. Nos tenían agotados. Más de una vez quisimos mandar los Acuerdos al río Manzanares, por donde juega el Atlético de Madrid.
Por fin, los Acuerdos quedaron firmados por ambas partes en noviembre de 1992.
Otra vez surge la pregunta: ¿Nos regaló algo el partido socialista? Los acuerdos eran obligatorios para desarrollar el artículo 16 de la Constitución y la Ley Orgánica de Libertad Religiosa de 1980. De no haber existido estas dos imposiciones de Ley, ni Felipe González, ni mucho menos Alfonso Guerra, habrían levantado un dedo a nuestro favor. Antes, en enero de 1979, el Estado español había firmado importantes Acuerdos de cooperación con la Iglesia católica española, representada por el Estado Vaticano.
Cayó el Psoe, se fue Felipe González, gobernó el partido popular, llegó José María Aznar, ¿y qué? Pues que pasamos de Guatemala a Guatepeor. Aznar aumentó los millones a la Iglesia católica todo lo que pudo, y pudo mucho, y no se dignó desarrollar el Acuerdo sobre asuntos económicos pactado con los evangélicos. No nos dio ni un miserable euro.
Concedo razón a Villar : ni unos ni otros. Los tres partidos que han gobernado España desde la muerte de Franco nos han ninguneado. No hemos contado para ellos.
Estamos a la espera de lo que pueda hacer Rodríguez Zapatero. Mucho dependerá de la persona que el Ministerio de Justicia, que presidirá un canario de tono simpático –me parece a mi- coloque al frente de la Dirección General de Asuntos Religiosos. Por favor, a quien corresponda, que sepa que los evangélicos españoles también existimos y tenemos corazón.
Juan Antonio Monroy es un conocido escritor y conferenciante internacional
© J. A. Monroy, ProtestanteDigital.com, 2004 (España)
Respecto a esto:
Debe de ser como la decimocuarta vez que se repite este cruce de mensajes entre Tobi y un servidor. Siempre con los mismos argumentos, tanto por su parte como por la mía. Voy a ver si mañana busco el epígrafe donde más se pudo avanzar en este tipo de debate para poner el link y zanjar de una vez la cuestión. Porque es que YA ABURRE
Sólo una detalle. Yo me di de baja de afiliado del PP por su actitud vergonzante en temas como el del aborto, así que da la puñetera casualidad de que cuando yo defiendo al PP respecto al PSOE y sus aliados no lo hago porque piense que el PP es la santidad política personificada sino porque los populares son un mal menor comparados con el mal enorme que supone para este país la alianza de la izquierda y el nacionalismo periférico. Vale
Estas palabras no se refieren al PP sino una muy determinada Institución:
Homosexualidad: La tenis en casa.
Pederastia: La teneis en casa.
Corruptelas: Las teneis en casa con lo del Ambrosiano y las inversiones en el Fondo que resultó una estafa.
Intoleracia religiosa: La teneis en Chiapas y con inumerables asesinatos.
¿Que narices tiene que ver el PP en todo esto?
Claro que esto aburre. Faltaría más.