Biblia y salvación eterna

17 Agosto 2006
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Biblia y salvación eterna


En un intervalo de unas pocas horas se me juntaron, por así decirlo, y venidas de distintos lugares de la red, dos referencias a una realidad que, en esencia, era la misma: la escasa atención que los españoles prestan a la Biblia, por un lado y, por otro, la dificultad de enfrentarse con un texto tan citado, utilizado en referencias múltiples y, sobre todo, al que se dirigen muchas personas cuando quieren encontrar respuestas a muchos de sus problemas.

En primer lugar, al parecer, sólo el 20% de los españoles ha leído un pasaje de las Sagradas Escrituras en el último año. Y esto, dicho así, podría no tener importancia. Sin embargo si, por ejemplo, atendemos al número de personas que se dicen católicas en España (quizá entre un 70 y un 80%) y hacemos, al menos con idealismo, una equiparación con las que podrían acercarse a páginas bíblicas, entonces podremos empezar a preocuparnos porque algo no funciona como debería.

Pero si atendemos a otra especie (de la genérica número de personas que se consideran católicas) de cifras (presentadas por Aceprensa) veremos que, mientras que un porcentaje muy alto (ya lo hemos dicho arriba) se considera católico, sólo un 30% dice ser practicante.

¿Cómo es posible que pueda suceder tal cosa? o, también ¿qué ha de querer decir eso de “practicante?

Dice P. Oscar Pezzarini, en www.es.catholic.net, que “Ser practicante es llevar una vida lo más coherente posible con la Fe que profeso, y que en definitiva es la búsqueda de imitar al Jesús, quien es la Revelación de Dios y a quien debemos seguir”

Y, seguramente, aquí está el problema o, mejor dicho, la dificultad porque ya sabemos que el mundo no ofrece, digamos, muchas facilidades a hacer tal cosa. Tanto el relativismo como el nihilismo imperantes impiden que alguien que quiera llevar, acaso, una vida algo similar (cumpliendo una doctrina enseñada por Cristo) pueda, siquiera, levantar el brazo para defender lo que su corazón piensa.

Pero, como decía arriba, la otra fuente de información venía a tratar el por qué de la falta de acercamiento a la Biblia que es, seguramente, el origen de tanto despego a la fe a la que se dice pertenecer. Se trata de un artículo de don Curtis Martín publicado en www.voxfidei.com “La Sagrada Escritura y el Católico Moderno” que viene a señalar, a la perfección, la causa de todo esto pero, lo que es mejor, nos dice lo que, quizá, pueda ser el remedio a tal enfermedad espiritual.

Se trata, sin duda, de un libro que es “algo intimidante, con más de 1000 páginas y raramente con imágenes”

Sin embargo, muchos libros actuales vendidos por millones de ejemplares tienen, seguramente, más páginas. No parece ser un problema el número de líneas a leer. Sí lo es, por otro lado, el contenido de lo que se lee.
Así se requiere una especie de compromiso que quien se acerca a la Biblia ha de cumplir; una forma de hacer posible lo que allí se dice (lejos de cualquier lectura fundamentalista) y que consigue, si así se lleva a cabo, la perfección (como la del contrato) de la Palabra de Dios: se ha entregado la misma y ha llegado donde estaba previsto que llegara que no es a otro lugar que al corazón del hombre. Ha sido, pues, recibida.

Sólo de esa manera se podrá “experimentar el gozo, la sabiduría y los efectos transformadores de vida” porque, en realidad, lo que hay que experimentar al leer las Sagradas Escrituras es, precisamente, la alegría del alma que supone reconocer a Dios entre las páginas de sus libros y saber, también, que nuestra vida puede dar un cambio radical si no estaba muy de acuerdo con aquellas palabras o confirmar que, efectivamente, así era como quería el Creador que fuera.

Porque, además, todo bien se encuentra en las páginas que, desde el Génesis al Apocalipsis, van recorriendo lo que, en realidad, es la mismísima historia de la humanidad. Fácilmente se puede comprobar que, si bien, los personajes son distintos a los de ahora, las situaciones vienen a ser las mismas: egoísmo, avaricia, gula, falta de amor y de comprensión. Por eso no se puede decir, en propiedad y en certeza, que las Sagradas Escrituras sean algo antiguo y caduco ya que, puede comprobarse esto por cualquiera, nos sirve exactamente igual (incluso más) como enseñanza de lo que sirvieron en su día cuando fueron redactadas.

Pero es que, además, también sabemos que existe una relación directa entre las Sagradas Escrituras y la salvación eterna ya que de las páginas de aquellas se deduce el camino que, seguido, puede llevarnos a alcanzar el definitivo Reino de Dios.

Sin embargo, también hemos de ser conscientes de que “La Iglesia no tiene por qué empeñarse en agradar a los hombres, ya que los hombres -ni solos, ni en comunidad- darán nunca la salvación eterna: el que salva es Dios”. Estas palabras, escritas por San Josemaría en “Amar a la Iglesia” (12) nos muestran otra verdad que, además, aún perjudica más, por así decirlo, el sentir del mundo hacia los cristianos: hemos de confiar, además de hacer un esfuerzo propio, en la misericordia de Dios.

Queda, por otra parte, una esperanza cierta: durante los días 5 y 26 de octubre próximos se va a celebrar un Sínodo de los Obispos que tratará el tema de las Sagradas Escrituras bajo el lema “La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia”

Y como los cristianos somos hijos de la Iglesia y piedras vivas de la misma, esperemos que sirva, tal reunión sinodal para revitalizar el ansia de conocimiento de la Biblia y, lo que es más importante, el hecho de que los que nos sentimos hijos de Dios seamos capaces de llevar a la práctica lo que tantas veces hemos leído.

http://blogs.periodistadigital.com/principioyfin.php/2008/05/01/p162894#more162894
 
Re: Biblia y salvación eterna

De verdad crees que la España que abanderó la contrarreforma en Europa, la que le dió la espalda a la ciencia, la que expulsó a los judíos, la de la incultura, etc, va a recuperarse así como así.

Por lo menos es lo que se ve a medida q pasan los años. En España existe un odio literal hacia el catolicismo aún más de lo que yo pensaba. Gente que no quiere oir hablar de religión. Los medios de comunicación se encargan por sí mismos de desacreditar el cristianismo.

El arrastre de la España católica de la poca cultura, de los santos, de los estigmas, de las apariciones, del culto a la virgen, de las imágenes, del culto a la muerte, está todavía en el colectivo común (no hay más q ver el programa de los domingos 4º milenio)

Pero lo que más me desespera es cómo la gente común de la calle tiene ya metido en sus mentes lo antirreligioso de manera radical, desprecian la Biblia sin leerla, levantan argumentos en contra sin una pizca de curiosidad por su contenido.

Yo, hace tiempo que ante esto, la única actitud que podemos tomar es la de dar ejemplo en nuestra forma de actuar.