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Ex estudiantes revelan que fueron víctimas sexuales de sacerdotes
Fachada del Instituto Antonio Provolo para sordos en Verona, donde 67 de sus estudiantes firmaron una declaración jurada en la que aseguran que las violaciones ocurrieron desde el 1950 al 1980.
Por NICOLE WINFIELD / The Associated Press
VERONA, Italia - Ocurría todas las noches cuando él era niño, según el hombre sordo. A veces en la habitación del sacerdote, a veces en el baño, incluso en el confesionario.
Alessandro Vantini dijo que, cuando era niño y asistía a un instituto católico para sordos, los sacerdotes lo sodomizaron tan a menudo que llegó a sentir “que estaba muerto”. Este año, él y decenas de personas que asistieron a la misma escuela hicieron algo inusual en Italia: denunciaron públicamente que los curas los obligaron a realizar actos sexuales con ellos.
Durante años reinó la cultura del silencio en torno a los abusos sexuales de los religiosos en Italia, donde la Iglesia es considerada una de las instituciones más respetables, según varios estudios, pero ahora está ganando fuerza una campaña para ventilar los abusos y castigar a los culpables en el propio patio trasero del Vaticano.
Una investigación de The Associated Press contabilizó 73 denuncias de abusos sexuales de menores por parte de curas en la última década en Italia. Las víctimas ascienden a por lo menos 235 personas. El cálculo toma en cuenta informes de la prensa y la información de los portales y blogs de las víctimas. Casi todos los casos salieron a la luz luego de que estalló un escándalo de abusos en Estados Unidos.
Según la investigación de AP, la Iglesia italiana pagó compensaciones por algunos cientos de miles de dólares, una cifra ínfima comparado con los $2,600 millones que lleva pagados la diócesis estadounidense o los $1,500 millones de la Iglesia irlandesa.
El hecho de que ya haya habido compensaciones en un país donde hace una década no habían circulado denuncias de abusos refleja la mayor disposición que hay a hacerle frente a este problema.
Los casos registrados en Italia se asemejan mucho a los de Estados Unidos e Irlanda, e indican que los curas generalmente se aprovechaban de los más pobres, de personas con trastornos físicos o mentales, y de drogadictos.
En un país tan católico como Italia, rara vez se critica a la Iglesia. Tampoco se habla mucho del sexo y, sobre todo, de relaciones entre un cura y un niño, especialmente en los pueblos chicos.
“Es algo doblemente tabú”, dijo Jacqueline Monica Magi, fiscal de varios casos de pederastia. “Italia es muy provinciana”.
Rompen el silencio
El muro de silencio comenzó a derrumbarse cuando 67 personas que habían asistido al Instituto Antonio Provolo para sordos en Verona firmaron una declaración denunciando abusos sexuales, pederastia y castigos corporales en la escuela entre las décadas de 1950 y 1980 a manos de los sacerdotes de la Compañía de María.
Si bien no todos dijeron haber sido víctimas de los abusos, 14 de los 67 firmantes juraron en declaraciones escritas y filmadas haber sufrido de abusos por años en Verona. Im####n en total a 24 personas, incluidos varios sacerdotes.
Al explicar por qué se calló durante tanto tiempo, Vantini, quien tiene 59 años, dijo a la AP: “¿Cómo le iba a decir a mi padre que un cura había tenido relaciones sexuales conmigo? Uno no podía decirles a los padres, porque los sacerdotes le pegaban”.
Vantini denunció con nombre y apellido a dos sacerdotes y dos hermanos laicos, tres de los cuales están vivos, pero pidió que no se hiciesen públicos sus nombres por temor a acciones legales. Se mostró nervioso y agitado al hablar, y dijo que no tiene sosiego desde que un cura lo violó cuando era niño.
“Sufrí de depresión hasta los 30 años”, expresó, usando el lenguaje de signos. “Mi esposa me dijo que era bueno que hablase porque me sacaba una carga de encima”, agregó el hombre, quien estuvo en el instituto desde los seis años hasta los 19.
Un viejo compañero de Vantini, Gianni Bisoli, de 60 años, nombró a los mismos cuatro y a otras 12 personas, incluidos curas de la congregación, a los que acusó de sodomizarlo, de forzarlo a tener sexo oral y a masturbarlos.
Bisoli acusó asimismo a un finado obispo de Verona, monseñor Giuseppe Carraro -quien está siendo considerado para la beatificación-, de molestarlo en cinco ocasiones.
Carraro fue absuelto en una investigación que dispuso la diócesis, pero los investigadores no entrevistaron a ninguna de las supuestas víctimas. El proceso de beatificación fue suspendido durante la investigación, pero fue reanudado posteriormente.
Bisoli dice que todavía recuerda el recorrido que hizo un día a lo largo del río Adige, desde el instituto hasta la residencia del obispo detrás de la Piazza del Duomo. Lo acompañó uno de los acusados de abusos.
“Empezó a toquetearme”
“Me llevó a la curia. Alguien abrió la puerta y me hicieron entrar. Estaba oscuro”, relata. “Vino el obispo y empezó a toquetearme. Traté de alejarme, pero siguió manoseándome por 15 ó 20 minutos. Yo no sabía qué hacer”.
En otra ocasión, dijo Bisoli, el obispo trató de sodomizarlo con una banana. Otra vez, estaban en un sofá y lo sodomizó con un dedo, ofreciéndole golosinas para calmarlo, indicó.
En una oportunidad, según Bisoli, el obispo le ofreció unas cruces de oro que le habían llamado la atención.
