Ayudenle a nacer
No le condenen a muerte
Salmos 139:13-16
Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables,
maravillosas son tus obras; Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo,
Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
Jeremías 1:4-5
Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo:
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué,
te di por profeta a las naciones.
Salmos 127:3.
He aquí, herencia de Jehová son los hijos;
Cosa de estima el fruto del vientre.
La matanza de los inocentes clama al cielo.
Una vida truncada, una promesa abortada. No iluminará este mundo con su sonrisa. Lo acogen las manos misericordiosas del que también ha sido asesinado siendo inocente. El Señor ama a todos los que han participado de alguna manera en el asesinato de este niño porque les amenaza una muerte eterna. ¿Vuelvan y conviértanse, asesinos, para obtener vida eterna!
http://www.mscperu.org/caricaturas/...to/unto_me.html<!-- / message --><!-- sig -->
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No le condenen a muerte
Salmos 139:13-16
Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables,
maravillosas son tus obras; Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo,
Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
Jeremías 1:4-5
Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo:
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué,
te di por profeta a las naciones.
Salmos 127:3.
He aquí, herencia de Jehová son los hijos;
Cosa de estima el fruto del vientre.
La matanza de los inocentes clama al cielo.
Una vida truncada, una promesa abortada. No iluminará este mundo con su sonrisa. Lo acogen las manos misericordiosas del que también ha sido asesinado siendo inocente. El Señor ama a todos los que han participado de alguna manera en el asesinato de este niño porque les amenaza una muerte eterna. ¿Vuelvan y conviértanse, asesinos, para obtener vida eterna!
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