Avivamiento matutino y alimento diario (Martes)
SEMANA 1 — DÍA 2
Alimento matutino
Ef. 3:9-11 Y de alumbrar a todos para que vean cuál es la economía del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; a fin de que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor.
La palabra economía procede del término griego oikonomía, que significa “ley doméstica” o “administración familiar” y, por derivación, “distribución administrativa”, “plan”, “economía”.La economía divina es, pues, el plan eterno divino de impartir a Cristo en Sus elegidos a fin de producir, conformar y edificar el Cuerpo orgánico de Cristo (Ef. 1:10; 3:8-10; 1 Ti. 1:4). Puesto que Cristo es la corporificación del Dios Triuno, cuando Cristo es impartido en Sus elegidos, en realidad es Dios mismo, en Cristo, quien se imparte en ellos. En pocas palabras, la economía de Dios consiste en obtener un Cuerpo para Cristo, y este Cuerpo viene a ser el agrandamiento del Dios Triuno con miras a Su expresión a fin de que Él sea satisfecho. (Life-study of Job, pág. 205)
Lectura para hoy
La economía de Dios es el plan de Dios, lo dispuesto por Él, con el fin de impartirse —en Su elemento, Su vida, Su naturaleza, Sus atributos, y todo cuanto Él ha conseguido y logrado— en Su pueblo escogido, a fin de que ellos puedan ser reedificados al forjarse en ellos la esencia divina en el elemento divino que procede de la fuente divina y, así, llegar a ser conjuntamente una entidad divina. Antes de recibir esta impartición divina, nosotros éramos solamente humanos; pero después que somos reedificados al forjarse en nuestro ser el elemento divino, nosotros, al igual que el Señor Jesús, llegamos a ser divinamente humanos y humanamente divinos. Antes de la encarnación, Cristo poseía únicamente el elemento divino, pero después de Su encarnación, Él se convirtió en el Dios-hombre, es decir, un hombre con naturaleza divina. Ahora Él es divinamente humano y es, también, humanamente divino. Puesto que fuimos regenerados por Cristo, ahora formamos parte de Él y somos iguales a Él, es decir, somos divinamente humanos y humanamente divinos.
Las personas que han sido regeneradas, quienes son divinamente humanas y humanamente divinas, espontáneamente llegan a ser un organismo, el Cuerpo de Cristo, el cual es la iglesia de Dios como nuevo hombre en la nueva creación de Dios que tiene como finalidad llevar a cabo la nueva “profesión” de Dios, la cual consiste en edificar el Cuerpo de Cristo con miras a que se manifieste la plenitud del Dios Triuno, Su expresión. Esta plenitud, que es el organismo del Dios Triuno, hallará su consumación en la Nueva Jerusalén. La Biblia comienza hablándonos de Dios en Su obra de creación y concluye con la Nueva Jerusalén, la cual es la mezcla del Dios Triuno con Su pueblo tripartito que ha sido elegido, redimido, regenerado, transformado, conformado a la imagen del Hijo y glorificado. Así pues, la Nueva Jerusalén es una entidad constituida de Dios y el hombre, la cual expresa a Dios por la eternidad.
Cristo no solamente es el centro de toda la Biblia, sino también la centralidad y universalidad de la economía de Dios. Al realizar esta economía, Cristo se encarnó, fue a la cruz en donde experimentó la crucifixión, y después salió de la muerte para entrar en resurrección y, finalmente, en resurrección, fue engendrado por Dios como el Hijo primogénito de Dios. Además, como el postrer Adán, Él llegó a ser el Espíritu vivificante para regenerar a todos Sus creyentes y hacerlos igual a Él en vida y naturaleza, de modo que llegaran a ser Sus hermanos e hijos de Dios. Estos hijos conjuntamente con el Hijo primogénito de Dios, llegan a ser el nuevo hombre, en el cual Cristo es la Cabeza y la iglesia el Cuerpo de este Cristo, a fin de llevar a cabo el propósito eterno de Dios que halla su consumación en la Nueva Jerusalén.
El contenido principal del Nuevo Testamento es que el Dios Triuno tiene una economía eterna conforme a Su beneplácito, la cual consiste en que Él mismo, en Su vida y naturaleza, se imparte a Sus elegidos y redimidos para hacerlos a todos ellos iguales a Él en vida y en naturaleza, es decir, para hacerlos Su réplica a fin de que lo expresen a Él. La consumación de esta expresión corporativa será la Nueva Jerusalén. Por tanto, la Nueva Jerusalén es simplemente el agrandamiento, el acrecentamiento, de la encarnación que alcanza su plena consumación, es decir, la plenitud del Dios Triuno, con miras a que Él se exprese en Su divinidad mezclada con la humanidad. (Life-study of Job, págs. 57-59, 64)
Lectura adicional: The Governing and Controlling Vision in the Bible, cap. 1; Life-study of Job, mensajes 9-10, 38
Witness Lee
Derechos reservados a: “Living Stream Ministry”
¡Jesús es el Señor!
Hechos de los apóstoles
Semana 20--- Las siete iglesias en Apocalipsis
Lunes --- Leer con oración: Hch 19:4-12, 17-19; Mt 20:2, 13; 1 Ts 1:9
“Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata” (Hch. 19:19)
ELIMINAR LAS COSAS NEGATIVAS DE NUESTRO VIVIR
El tema del mensaje de esta semana es “Las siete iglesias en Apocalipsis”, de entre las cuales la primera es la iglesia en Éfeso. En la semana pasada vimos que Pablo, en su tercer viaje ministerial, al llegar a Éfeso corrigió a los santos con relación al bautismo de Juan, que era solamente para arrepentimiento “diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús” (Hch 19:4-5). Pablo entonces, les impuso las manos y vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas y profetizaban (v. 6).
A partir de ahí, durante tres meses, Pablo frecuentó la sinagoga, donde persuadía, discutía y disertaba con respecto al reino de Dios (v. 8). Pero algunos de ellos se mostraban duros e incrédulos, hablando mal del Camino delante de la multitud. Pablo entonces tuvo una actitud muy buena: simplemente se apartó de ellos, separó a los discípulos y se cambió a otro lugar, la escuela de Tirano, donde continuó cada día persuadiendo por espacio de dos años. Eso dio ocasión para que todos los habitantes de Asia oyesen la palabra del Señor, tanto judíos como griegos (vs. 9-10). En la escuela de Tirano, un lugar totalmente fuera de la religión judía, el Señor tuvo un camino para propagar el evangelio.
Hechos 19:11-12 dice: “Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían”. La expulsión de demonios, sanidades y milagros ocurren especialmente durante la predicación de evangelio; a veces, es necesario que eso ocurra para que las personas teman al Señor y de hecho crean en Él (v. 17). La enseñanza de la palabra ministrada en la escuela de Tirano era acompañada de señales y milagros, por el poder del Espíritu Santo.
En los versículos 18 y 19 vemos una reacción espontánea de alguien que fue salvo: terminar con su pasado y liberarse de cosas y objetos impropios: “Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata”. Cada pieza de plata era aproximadamente la paga de un día de trabajo (cfr. Mt 20:2,13). El valor no era pequeño, pero los santos de allí se liberaron de esas cosas negativas de su pasado. Podemos ser iluminados por esos versículos y aprender a eliminar de nuestro vivir todas las cosas negativas. A veces, en la casa de algunos hermanos hay cuadros o figuras, no necesariamente satánicas, pero sí de influencia maligna, que muchas veces pueden ser una barrera en nuestra comunión con Dios. Hermanos que tienen más experiencia, cuando perciben que la casa de ciertos hermanos tiene problemas constantes, ya sea conyugal, en las relaciones familiares o con enfermedades, aconsejan a los padres de familia que no dejen ninguna brecha para Satanás. Necesitamos tener la práctica de terminar con las cosas negativas y con todo tipo de idolatría (1 Ts 1:9; 1 Jn 5:21). Después de ser salvos tenemos que hacer una limpieza general a nuestra casa, dando fin a todos los libros, revistas, cuadros, figuras, objetos y otras cosas que no compatibilizan con el vivir cristiano. Esto es terminar con nuestro pasado para tener un futuro limpio y sin impedimentos con el Señor.
Punto Clave: Terminar con el pasado
Pregunta: ¿Usted ya recibió luz suficiente y terminó cabalmente con los ídolos? De ejemplos.
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Arvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
SEMANA 1 — DÍA 2
Alimento matutino
Ef. 3:9-11 Y de alumbrar a todos para que vean cuál es la economía del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; a fin de que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor.
La palabra economía procede del término griego oikonomía, que significa “ley doméstica” o “administración familiar” y, por derivación, “distribución administrativa”, “plan”, “economía”.La economía divina es, pues, el plan eterno divino de impartir a Cristo en Sus elegidos a fin de producir, conformar y edificar el Cuerpo orgánico de Cristo (Ef. 1:10; 3:8-10; 1 Ti. 1:4). Puesto que Cristo es la corporificación del Dios Triuno, cuando Cristo es impartido en Sus elegidos, en realidad es Dios mismo, en Cristo, quien se imparte en ellos. En pocas palabras, la economía de Dios consiste en obtener un Cuerpo para Cristo, y este Cuerpo viene a ser el agrandamiento del Dios Triuno con miras a Su expresión a fin de que Él sea satisfecho. (Life-study of Job, pág. 205)
Lectura para hoy
La economía de Dios es el plan de Dios, lo dispuesto por Él, con el fin de impartirse —en Su elemento, Su vida, Su naturaleza, Sus atributos, y todo cuanto Él ha conseguido y logrado— en Su pueblo escogido, a fin de que ellos puedan ser reedificados al forjarse en ellos la esencia divina en el elemento divino que procede de la fuente divina y, así, llegar a ser conjuntamente una entidad divina. Antes de recibir esta impartición divina, nosotros éramos solamente humanos; pero después que somos reedificados al forjarse en nuestro ser el elemento divino, nosotros, al igual que el Señor Jesús, llegamos a ser divinamente humanos y humanamente divinos. Antes de la encarnación, Cristo poseía únicamente el elemento divino, pero después de Su encarnación, Él se convirtió en el Dios-hombre, es decir, un hombre con naturaleza divina. Ahora Él es divinamente humano y es, también, humanamente divino. Puesto que fuimos regenerados por Cristo, ahora formamos parte de Él y somos iguales a Él, es decir, somos divinamente humanos y humanamente divinos.
Las personas que han sido regeneradas, quienes son divinamente humanas y humanamente divinas, espontáneamente llegan a ser un organismo, el Cuerpo de Cristo, el cual es la iglesia de Dios como nuevo hombre en la nueva creación de Dios que tiene como finalidad llevar a cabo la nueva “profesión” de Dios, la cual consiste en edificar el Cuerpo de Cristo con miras a que se manifieste la plenitud del Dios Triuno, Su expresión. Esta plenitud, que es el organismo del Dios Triuno, hallará su consumación en la Nueva Jerusalén. La Biblia comienza hablándonos de Dios en Su obra de creación y concluye con la Nueva Jerusalén, la cual es la mezcla del Dios Triuno con Su pueblo tripartito que ha sido elegido, redimido, regenerado, transformado, conformado a la imagen del Hijo y glorificado. Así pues, la Nueva Jerusalén es una entidad constituida de Dios y el hombre, la cual expresa a Dios por la eternidad.
Cristo no solamente es el centro de toda la Biblia, sino también la centralidad y universalidad de la economía de Dios. Al realizar esta economía, Cristo se encarnó, fue a la cruz en donde experimentó la crucifixión, y después salió de la muerte para entrar en resurrección y, finalmente, en resurrección, fue engendrado por Dios como el Hijo primogénito de Dios. Además, como el postrer Adán, Él llegó a ser el Espíritu vivificante para regenerar a todos Sus creyentes y hacerlos igual a Él en vida y naturaleza, de modo que llegaran a ser Sus hermanos e hijos de Dios. Estos hijos conjuntamente con el Hijo primogénito de Dios, llegan a ser el nuevo hombre, en el cual Cristo es la Cabeza y la iglesia el Cuerpo de este Cristo, a fin de llevar a cabo el propósito eterno de Dios que halla su consumación en la Nueva Jerusalén.
El contenido principal del Nuevo Testamento es que el Dios Triuno tiene una economía eterna conforme a Su beneplácito, la cual consiste en que Él mismo, en Su vida y naturaleza, se imparte a Sus elegidos y redimidos para hacerlos a todos ellos iguales a Él en vida y en naturaleza, es decir, para hacerlos Su réplica a fin de que lo expresen a Él. La consumación de esta expresión corporativa será la Nueva Jerusalén. Por tanto, la Nueva Jerusalén es simplemente el agrandamiento, el acrecentamiento, de la encarnación que alcanza su plena consumación, es decir, la plenitud del Dios Triuno, con miras a que Él se exprese en Su divinidad mezclada con la humanidad. (Life-study of Job, págs. 57-59, 64)
Lectura adicional: The Governing and Controlling Vision in the Bible, cap. 1; Life-study of Job, mensajes 9-10, 38
Witness Lee
Derechos reservados a: “Living Stream Ministry”
¡Jesús es el Señor!
Hechos de los apóstoles
Semana 20--- Las siete iglesias en Apocalipsis
Lunes --- Leer con oración: Hch 19:4-12, 17-19; Mt 20:2, 13; 1 Ts 1:9
“Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata” (Hch. 19:19)
ELIMINAR LAS COSAS NEGATIVAS DE NUESTRO VIVIR
El tema del mensaje de esta semana es “Las siete iglesias en Apocalipsis”, de entre las cuales la primera es la iglesia en Éfeso. En la semana pasada vimos que Pablo, en su tercer viaje ministerial, al llegar a Éfeso corrigió a los santos con relación al bautismo de Juan, que era solamente para arrepentimiento “diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús” (Hch 19:4-5). Pablo entonces, les impuso las manos y vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas y profetizaban (v. 6).
A partir de ahí, durante tres meses, Pablo frecuentó la sinagoga, donde persuadía, discutía y disertaba con respecto al reino de Dios (v. 8). Pero algunos de ellos se mostraban duros e incrédulos, hablando mal del Camino delante de la multitud. Pablo entonces tuvo una actitud muy buena: simplemente se apartó de ellos, separó a los discípulos y se cambió a otro lugar, la escuela de Tirano, donde continuó cada día persuadiendo por espacio de dos años. Eso dio ocasión para que todos los habitantes de Asia oyesen la palabra del Señor, tanto judíos como griegos (vs. 9-10). En la escuela de Tirano, un lugar totalmente fuera de la religión judía, el Señor tuvo un camino para propagar el evangelio.
Hechos 19:11-12 dice: “Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían”. La expulsión de demonios, sanidades y milagros ocurren especialmente durante la predicación de evangelio; a veces, es necesario que eso ocurra para que las personas teman al Señor y de hecho crean en Él (v. 17). La enseñanza de la palabra ministrada en la escuela de Tirano era acompañada de señales y milagros, por el poder del Espíritu Santo.
En los versículos 18 y 19 vemos una reacción espontánea de alguien que fue salvo: terminar con su pasado y liberarse de cosas y objetos impropios: “Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata”. Cada pieza de plata era aproximadamente la paga de un día de trabajo (cfr. Mt 20:2,13). El valor no era pequeño, pero los santos de allí se liberaron de esas cosas negativas de su pasado. Podemos ser iluminados por esos versículos y aprender a eliminar de nuestro vivir todas las cosas negativas. A veces, en la casa de algunos hermanos hay cuadros o figuras, no necesariamente satánicas, pero sí de influencia maligna, que muchas veces pueden ser una barrera en nuestra comunión con Dios. Hermanos que tienen más experiencia, cuando perciben que la casa de ciertos hermanos tiene problemas constantes, ya sea conyugal, en las relaciones familiares o con enfermedades, aconsejan a los padres de familia que no dejen ninguna brecha para Satanás. Necesitamos tener la práctica de terminar con las cosas negativas y con todo tipo de idolatría (1 Ts 1:9; 1 Jn 5:21). Después de ser salvos tenemos que hacer una limpieza general a nuestra casa, dando fin a todos los libros, revistas, cuadros, figuras, objetos y otras cosas que no compatibilizan con el vivir cristiano. Esto es terminar con nuestro pasado para tener un futuro limpio y sin impedimentos con el Señor.
Punto Clave: Terminar con el pasado
Pregunta: ¿Usted ya recibió luz suficiente y terminó cabalmente con los ídolos? De ejemplos.
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Arvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!