Avivamiento matutino
Jn.17:1 …Dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a Tu Hijo, para que Tu Hijo te glorifique a Ti.
22-23 La gloria queme diste, Yo les he dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno. Yo en ellos, y Tú en Mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo conozca que Tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a Mí me has amado.
Ro.8:30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.
Ef.3:21 AÉl sea gloria en la iglesia y en Cristo Jesús, en todas las generaciones por los siglos de los siglos. Amén.
La impartición de Dios corresponde a Su justicia, es decir, se basa en Su justicia. Además, se lleva a cabo por medio de Su santidad. Esto quiere decir que Su impartición se efectúa por medio de Su propia santidad. Por último, esta impartición tiene como objetivo la gloria de Dios, o sea, culmina en Su gloria.
La glorificación empezó en el día de Pentecostés. Pero la iglesia nació no en el día de Pentecostés, sino en el día de la resurrección de Cristo. En 1 Pedro 1:3 dice que fuimos regenerados cuando Cristo resucitó. Cuando Él resucitó, el grano único de trigo llegó a ser los muchos granos que forman parte del único pan, esto es, la iglesia (Jn. 12:24; 1Co. 10:17).Por consiguiente, la iglesia fue producida el día de la resurrección. ¿Qué fue entonces lo que sucedió en el día de Pentecostés? En aquel día la iglesia fue glorificada. Si nosotros hubiésemos estado en la reunión de la iglesia el día de Pentecostés, habríamos exclamado: “¡Qué glorioso!”. Ciertamente no habríamos hablado acerca de la justicia ni de la santificación, porque nos habría invadido una sensación de gloria. (Estudio-vida de Romanos, págs. 687, 700)
Lectura para hoy
El Señor Jesús empezó Su oración en Juan 17 con las palabras: “Padre, la hora ha llegado; glorifica a Tu Hijo, para que Tu Hijo te glorifique a Ti” (v.1). ¿Cómo glorifica el Hijo al Padre? Él lo glorifica por medio de la unidad. La unidad en Juan 17 es la iglesia. La unidad de los santos es la vida apropiada de iglesia. Cuando la unidad se hace realidad de manera cabal, el Hijo glorifica al Padre en la iglesia. Esto indica que dondequiera que hay una vida apropiada de iglesia, el Padre es glorificado, porque la vida de iglesia expresa al Padre. Por lo tanto, si nos reunimos juntos como iglesia de una manera normal, percibiremos la gloria en nuestras reuniones. La vida de iglesia está estrechamente relacionada con el asunto de la glorificación. La iglesia es la meta de Dios, y no solamente el procedimiento de Dios ni el medio que Él utiliza para lograr Su objetivo. La intención de Dios es ser glorificado en Su iglesia.
La glorificación de la iglesia que empezó en el día de Pentecostés, aún no ha alcanzado su consumación; por el contrario, este proceso de glorificación todavía se está llevando a cabo hoy en día. De acuerdo con la condición de la iglesia, puede haber más gloria en ciertos momentos que en otros. El grado de gloria que se manifieste en la iglesia dependerá del grado al que hayamos sido santificados.
La glorificación comenzó en el momento de la resurrección de Cristo y alcanzará su consumación a Su regreso … Por lo tanto, podemos decir que la muerte de Cristo satisface los requisitos de la justicia de Dios, Su resurrección satisface los requisitos de Su santidad, y Su ascensión satisface los requisitos de Su gloria. Cuando Cristo regrese, la glorificación de los santos será consumada.
Tal como la justicia denota el proceder de Dios, y la santidad denota Su naturaleza, así también, la gloria se refiere a Su expresión. La meta final de la impartición del Dios Triuno es que Dios sea expresado por medio del Cuerpo de Cristo. Cuando el Cuerpo de Cristo sea la expresión de la gloria de Dios, ese será el momento de la plena glorificación. Según se revela en Romanos capítulo 8, el universo entero aguarda con anhelo ese día, en el cual entrará a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. En esta gloria Dios será expresado de una manera plena. Éste será el resultado final de la impartición del Dios Triuno. (Estudio-vida de Romanos, págs. 700-701, 694, 696)
Lectura adicional: Estudio-vida de Romanos, mensajes 32, 61-62;
El resultado de la unión del Espíritu consumado del Dios Triuno y el espíritu regenerado de los creyentes, cap. 6
Witness Lee
Derehos reservados a: “Living Stream Ministry”
¡Jesús es el Señor!
Jn.17:1 …Dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a Tu Hijo, para que Tu Hijo te glorifique a Ti.
22-23 La gloria queme diste, Yo les he dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno. Yo en ellos, y Tú en Mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo conozca que Tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a Mí me has amado.
Ro.8:30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.
Ef.3:21 AÉl sea gloria en la iglesia y en Cristo Jesús, en todas las generaciones por los siglos de los siglos. Amén.
La impartición de Dios corresponde a Su justicia, es decir, se basa en Su justicia. Además, se lleva a cabo por medio de Su santidad. Esto quiere decir que Su impartición se efectúa por medio de Su propia santidad. Por último, esta impartición tiene como objetivo la gloria de Dios, o sea, culmina en Su gloria.
La glorificación empezó en el día de Pentecostés. Pero la iglesia nació no en el día de Pentecostés, sino en el día de la resurrección de Cristo. En 1 Pedro 1:3 dice que fuimos regenerados cuando Cristo resucitó. Cuando Él resucitó, el grano único de trigo llegó a ser los muchos granos que forman parte del único pan, esto es, la iglesia (Jn. 12:24; 1Co. 10:17).Por consiguiente, la iglesia fue producida el día de la resurrección. ¿Qué fue entonces lo que sucedió en el día de Pentecostés? En aquel día la iglesia fue glorificada. Si nosotros hubiésemos estado en la reunión de la iglesia el día de Pentecostés, habríamos exclamado: “¡Qué glorioso!”. Ciertamente no habríamos hablado acerca de la justicia ni de la santificación, porque nos habría invadido una sensación de gloria. (Estudio-vida de Romanos, págs. 687, 700)
Lectura para hoy
El Señor Jesús empezó Su oración en Juan 17 con las palabras: “Padre, la hora ha llegado; glorifica a Tu Hijo, para que Tu Hijo te glorifique a Ti” (v.1). ¿Cómo glorifica el Hijo al Padre? Él lo glorifica por medio de la unidad. La unidad en Juan 17 es la iglesia. La unidad de los santos es la vida apropiada de iglesia. Cuando la unidad se hace realidad de manera cabal, el Hijo glorifica al Padre en la iglesia. Esto indica que dondequiera que hay una vida apropiada de iglesia, el Padre es glorificado, porque la vida de iglesia expresa al Padre. Por lo tanto, si nos reunimos juntos como iglesia de una manera normal, percibiremos la gloria en nuestras reuniones. La vida de iglesia está estrechamente relacionada con el asunto de la glorificación. La iglesia es la meta de Dios, y no solamente el procedimiento de Dios ni el medio que Él utiliza para lograr Su objetivo. La intención de Dios es ser glorificado en Su iglesia.
La glorificación de la iglesia que empezó en el día de Pentecostés, aún no ha alcanzado su consumación; por el contrario, este proceso de glorificación todavía se está llevando a cabo hoy en día. De acuerdo con la condición de la iglesia, puede haber más gloria en ciertos momentos que en otros. El grado de gloria que se manifieste en la iglesia dependerá del grado al que hayamos sido santificados.
La glorificación comenzó en el momento de la resurrección de Cristo y alcanzará su consumación a Su regreso … Por lo tanto, podemos decir que la muerte de Cristo satisface los requisitos de la justicia de Dios, Su resurrección satisface los requisitos de Su santidad, y Su ascensión satisface los requisitos de Su gloria. Cuando Cristo regrese, la glorificación de los santos será consumada.
Tal como la justicia denota el proceder de Dios, y la santidad denota Su naturaleza, así también, la gloria se refiere a Su expresión. La meta final de la impartición del Dios Triuno es que Dios sea expresado por medio del Cuerpo de Cristo. Cuando el Cuerpo de Cristo sea la expresión de la gloria de Dios, ese será el momento de la plena glorificación. Según se revela en Romanos capítulo 8, el universo entero aguarda con anhelo ese día, en el cual entrará a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. En esta gloria Dios será expresado de una manera plena. Éste será el resultado final de la impartición del Dios Triuno. (Estudio-vida de Romanos, págs. 700-701, 694, 696)
Lectura adicional: Estudio-vida de Romanos, mensajes 32, 61-62;
El resultado de la unión del Espíritu consumado del Dios Triuno y el espíritu regenerado de los creyentes, cap. 6
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¡Jesús es el Señor!