Avivamiento matutino
1 Co.1:30 Mas por Él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho de parte de Dios sabiduría: justicia y santificación y redención.
Ro.8:10 Pero si Cristo está en vosotros…el espíritu es vida a causa de la justicia.
12:2 …Transformaos por medio de la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable y lo perfecto.
Fil.3:21 El cual transfigurará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea conformado al cuerpo de la gloria Suya, según la operación de Su poder, con la cual sujeta también a Sí mismo todas las cosas.
Cristo nos fue hecho de parte de Dios sabiduría en tres aspectos vitales de la salvación de Dios: (1) justicia (en cuanto a nuestro pasado), por la cual fuimos justificados por Dios, a fin de que renaciéramos en nuestro espíritu para recibir la vida divina (Ro. 5:18); (2) santificación (en cuanto a nuestro presente), por la cual estamos siendo santificados en nuestra alma, es decir, transformados en nuestra mente, parte emotiva y voluntad, con Su vida divina (Ro. 6:19, 22); y (3) redención (en cuanto a nuestro futuro), es decir, la redención de nuestro cuerpo (Ro. 8:23), por la cual nuestro cuerpo será transfigurado con Su vida divina para tener Su semejanza gloriosa (Fil. 3:21). Es por Dios que participamos de una salvación tan completa y perfecta, la cual hace que todo nuestro ser —espíritu, alma y cuerpo— sea orgánicamente uno con Cristo y que Cristo sea todo para nosotros. Esto proviene totalmente de Dios, no de nosotros mismos, para que nos jactemos y nos gloriemos en Él, y no en nosotros mismos. (1 Co. 1:30, nota 2)
Lectura para hoy
Cristo santifica a la iglesia purificándola (Ef. 5:25-27). Cristo se entregó a Sí mismo por la iglesia con el propósito de santificarla, no sólo al separarla de todo lo profano para Sí mismo, sino también al saturarla de Su elemento para que ella sea Su complemento.
Cristo santifica a la iglesia a fin de presentársela a Sí mismo. En el pasado, se entregó a Sí mismo por la iglesia; en el presente, la santifica; y en el futuro, se la presentará a Sí mismo como Su complemento, para Su satisfacción. Por consiguiente, Cristo amó a la iglesia a fin de santificarla, y la santifica a fin de presentársela a Sí mismo.
Cristo amó a la iglesia y se entregó a Sí mismo por ella a fin de redimirla e impartirle Su vida. Según Juan 19:34, del costado herido del Señor salió sangre y agua. La función de la sangre es redimir, mientras que la del agua es impartir vida a fin de producir la iglesia. En Efesios 5:25 vemos que la iglesia es el fruto del amor de Cristo y de Su entrega por ella.
Una vez que la iglesia llega a existir, necesita ser santificada. El proceso de santificación incluye la saturación, la transformación, el crecimiento y la edificación. Aunque la santificación incluye la separación, su aspecto principal es la saturación. La iglesia necesita ser saturada de todo lo que Cristo es. La saturación va acompañada de la transformación, el crecimiento y la edificación. Mediante este proceso de santificación, el cual incluye los aspectos ya mencionados, la iglesia llega a ser completa y perfecta, llega a ser la realidad de lo que tipificaba Eva en Génesis 2.
Asimismo, la iglesia será presentada a Cristo, quien es su origen. Aquel que se presentará la iglesia a Sí mismo no será Dios, sino el propio Cristo. Efesios 5:27 declara que Cristo se presentará a Sí mismo una iglesia gloriosa. Así que, Él será tanto el que la presentará como el que la recibirá.
Si la iglesia no es separada, saturada y transformada, si no crece ni es edificada, no podrá ser perfeccionada ni crecerá a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Solamente por medio de un proceso completo de santificación, podrá la iglesia llegar a ser completa y alcanzar la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, lo cual hará posible que Cristo se presente a Sí mismo una iglesia perfecta. (Estudio vida de Efesios, págs. 460, 461)
Lectura adicional: Estudio-vida de Efesios, mensajes 54, 57
Witness Lee
Derechos reservados a: “Living Stream Ministry”
¡Jesús es el Señor!
1 Co.1:30 Mas por Él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho de parte de Dios sabiduría: justicia y santificación y redención.
Ro.8:10 Pero si Cristo está en vosotros…el espíritu es vida a causa de la justicia.
12:2 …Transformaos por medio de la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable y lo perfecto.
Fil.3:21 El cual transfigurará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea conformado al cuerpo de la gloria Suya, según la operación de Su poder, con la cual sujeta también a Sí mismo todas las cosas.
Cristo nos fue hecho de parte de Dios sabiduría en tres aspectos vitales de la salvación de Dios: (1) justicia (en cuanto a nuestro pasado), por la cual fuimos justificados por Dios, a fin de que renaciéramos en nuestro espíritu para recibir la vida divina (Ro. 5:18); (2) santificación (en cuanto a nuestro presente), por la cual estamos siendo santificados en nuestra alma, es decir, transformados en nuestra mente, parte emotiva y voluntad, con Su vida divina (Ro. 6:19, 22); y (3) redención (en cuanto a nuestro futuro), es decir, la redención de nuestro cuerpo (Ro. 8:23), por la cual nuestro cuerpo será transfigurado con Su vida divina para tener Su semejanza gloriosa (Fil. 3:21). Es por Dios que participamos de una salvación tan completa y perfecta, la cual hace que todo nuestro ser —espíritu, alma y cuerpo— sea orgánicamente uno con Cristo y que Cristo sea todo para nosotros. Esto proviene totalmente de Dios, no de nosotros mismos, para que nos jactemos y nos gloriemos en Él, y no en nosotros mismos. (1 Co. 1:30, nota 2)
Lectura para hoy
Cristo santifica a la iglesia purificándola (Ef. 5:25-27). Cristo se entregó a Sí mismo por la iglesia con el propósito de santificarla, no sólo al separarla de todo lo profano para Sí mismo, sino también al saturarla de Su elemento para que ella sea Su complemento.
Cristo santifica a la iglesia a fin de presentársela a Sí mismo. En el pasado, se entregó a Sí mismo por la iglesia; en el presente, la santifica; y en el futuro, se la presentará a Sí mismo como Su complemento, para Su satisfacción. Por consiguiente, Cristo amó a la iglesia a fin de santificarla, y la santifica a fin de presentársela a Sí mismo.
Cristo amó a la iglesia y se entregó a Sí mismo por ella a fin de redimirla e impartirle Su vida. Según Juan 19:34, del costado herido del Señor salió sangre y agua. La función de la sangre es redimir, mientras que la del agua es impartir vida a fin de producir la iglesia. En Efesios 5:25 vemos que la iglesia es el fruto del amor de Cristo y de Su entrega por ella.
Una vez que la iglesia llega a existir, necesita ser santificada. El proceso de santificación incluye la saturación, la transformación, el crecimiento y la edificación. Aunque la santificación incluye la separación, su aspecto principal es la saturación. La iglesia necesita ser saturada de todo lo que Cristo es. La saturación va acompañada de la transformación, el crecimiento y la edificación. Mediante este proceso de santificación, el cual incluye los aspectos ya mencionados, la iglesia llega a ser completa y perfecta, llega a ser la realidad de lo que tipificaba Eva en Génesis 2.
Asimismo, la iglesia será presentada a Cristo, quien es su origen. Aquel que se presentará la iglesia a Sí mismo no será Dios, sino el propio Cristo. Efesios 5:27 declara que Cristo se presentará a Sí mismo una iglesia gloriosa. Así que, Él será tanto el que la presentará como el que la recibirá.
Si la iglesia no es separada, saturada y transformada, si no crece ni es edificada, no podrá ser perfeccionada ni crecerá a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Solamente por medio de un proceso completo de santificación, podrá la iglesia llegar a ser completa y alcanzar la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, lo cual hará posible que Cristo se presente a Sí mismo una iglesia perfecta. (Estudio vida de Efesios, págs. 460, 461)
Lectura adicional: Estudio-vida de Efesios, mensajes 54, 57
Witness Lee
Derechos reservados a: “Living Stream Ministry”
¡Jesús es el Señor!