«Atacar al cristianismo es un deporte sin riesgos»
Intelectuales franceses responden con contundencia al «Tratado de Ateología» de Michael Onfray, que trata a los creyentes como «débiles mentales»
Mar Velasco
Madrid- Seguidor de Nietzsche, Onfray afirma que la idea de Dios, muy presente en la vida cotidiana, es una ficción inventada, un narcótico para que -qué paradoja- el ser humano no busque respuestas. «La humanidad progresa en la medida en que se libera de Dios», asegura.
Pero, según el filósofo francés Matthieu Baumier, el eco de esta obra se debe al avance de la incultura religiosa en la sociedad, asociada «a un auténtico bloqueo de la inteligencia». Así lo aseguraba hace unos días en el diario italiano «Avvenire»: «Hoy se buscan respuestas simples frente a fenómenos complejos. ¿Y qué hay más simple que la teoría del complot? Sería interesante estudiar los puntos comunes entre los fantasmas de Onfray y los de Dan Brown». Baumier, autor del libro «Antitratado de Ateología», forma parte del grupo de intelectuales franceses, no sólo católicos, que se ha sublevado ante la avalancha de calumnias anticristianas del célebre Tratado. «El ataque gratuito a la religión se está difundiendo en toda la sociedad europea. Atacar al cristianismo se ha convertido en una especie de deporte sin riesgos. Creo que los intelectuales deberían reaccionar y rechazar la violencia con la que se está tratando a la fe cristiana. Con ocasión de la elección de Benedicto XVI, algunas reacciones han sido inadmisibles: en Francia, una televisión ha presentado una marioneta del Papa con el uniforme nazi», señala Baumier.
«El libro lanza acusaciones infundadas y sin la mínima ética intelectual que encuentran un eco importante en los medios y que, de esta manera, terminan haciéndose pasar por “evidencias”. Está fundado en una confusión de conceptos, reducciones y postulados falsos. Por ejemplo, rechaza de un brochazo simplista la realidad del paganismo nazi, y lo convierte en un “lugar común”. Esta afirmación es deshonesta, y permite allanar el camino del odio: si el nazismo no era pagano, deja caer Onfray, es porque Hitler era cristiano...», señala Baumier.
Otro de estos pensadores, René Remond, declaraba al respecto: «Todo cristiano debería interrogarse por el éxito de un ensayo que ha vendido ya tantos ejemplares. Onfray es libre de expresar sus convicciones, pero uno se encuentra con un panfleto que contiene controversias estúpidas, como la presunta connivencia entre nazismo y cristianismo. El libro muestra soberbia e intolerancia, y no una voluntad científica. Estoy convencido de que este pseudotratado busca un desprecio contra la fe de nuestros contemporáneos y contra ellos mismos. Onfray presenta a los cristianos como débiles mentales. No me explico esta forma de odio, inverosímil por parte de un intelectual que se presenta como filósofo».
Larazon.es
Intelectuales franceses responden con contundencia al «Tratado de Ateología» de Michael Onfray, que trata a los creyentes como «débiles mentales»
Mar Velasco
Madrid- Seguidor de Nietzsche, Onfray afirma que la idea de Dios, muy presente en la vida cotidiana, es una ficción inventada, un narcótico para que -qué paradoja- el ser humano no busque respuestas. «La humanidad progresa en la medida en que se libera de Dios», asegura.
Pero, según el filósofo francés Matthieu Baumier, el eco de esta obra se debe al avance de la incultura religiosa en la sociedad, asociada «a un auténtico bloqueo de la inteligencia». Así lo aseguraba hace unos días en el diario italiano «Avvenire»: «Hoy se buscan respuestas simples frente a fenómenos complejos. ¿Y qué hay más simple que la teoría del complot? Sería interesante estudiar los puntos comunes entre los fantasmas de Onfray y los de Dan Brown». Baumier, autor del libro «Antitratado de Ateología», forma parte del grupo de intelectuales franceses, no sólo católicos, que se ha sublevado ante la avalancha de calumnias anticristianas del célebre Tratado. «El ataque gratuito a la religión se está difundiendo en toda la sociedad europea. Atacar al cristianismo se ha convertido en una especie de deporte sin riesgos. Creo que los intelectuales deberían reaccionar y rechazar la violencia con la que se está tratando a la fe cristiana. Con ocasión de la elección de Benedicto XVI, algunas reacciones han sido inadmisibles: en Francia, una televisión ha presentado una marioneta del Papa con el uniforme nazi», señala Baumier.
«El libro lanza acusaciones infundadas y sin la mínima ética intelectual que encuentran un eco importante en los medios y que, de esta manera, terminan haciéndose pasar por “evidencias”. Está fundado en una confusión de conceptos, reducciones y postulados falsos. Por ejemplo, rechaza de un brochazo simplista la realidad del paganismo nazi, y lo convierte en un “lugar común”. Esta afirmación es deshonesta, y permite allanar el camino del odio: si el nazismo no era pagano, deja caer Onfray, es porque Hitler era cristiano...», señala Baumier.
Otro de estos pensadores, René Remond, declaraba al respecto: «Todo cristiano debería interrogarse por el éxito de un ensayo que ha vendido ya tantos ejemplares. Onfray es libre de expresar sus convicciones, pero uno se encuentra con un panfleto que contiene controversias estúpidas, como la presunta connivencia entre nazismo y cristianismo. El libro muestra soberbia e intolerancia, y no una voluntad científica. Estoy convencido de que este pseudotratado busca un desprecio contra la fe de nuestros contemporáneos y contra ellos mismos. Onfray presenta a los cristianos como débiles mentales. No me explico esta forma de odio, inverosímil por parte de un intelectual que se presenta como filósofo».
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