MÉXICO, D.F., 07/09/2009 (Oscar Moha, Voz de los Mártires / ACPress.net. )
Los evidentes abusos a evangélicos, que no han cesado en los últimos meses en algunas regiones de México, sigue intentando ocultarse o –aún peor- justificarse por parte de la Iglesia católica. La última actuación es la del portavoz de la Arquidiócesis de Oaxaca, que defendió a los indígenas católicos de Ixtlán (Oaxaca) y a las autoridades locales, que agredieron a un grupo de 70 evangélicos por no profesar la religión mayoritaria, calificándolos de «sectas» que pretenden dividir a los pueblos.
El sacerdote acusó a los evangélicos de «sectas» que lo que buscan es «dividir a las comunidades en nombre de Cristo». Por ello, considera que la respuesta de los católicos «no es intolerancia religiosa, sino es una defensa a un valor suyo que es la dignidad, a su valor y sus costumbres». Además acusó a los evangélicos de moverse «no por una cuestión religiosa, sino por cuestión política».
El pasado 31 de agosto pobladores de La Palma incendiaron el templo cristiano evangélico, quemaron el mobiliario y algunas biblias, al tiempo que prohibieron la entrada o salida de 70 miembros de la congregación pentecostés «Más que Vencedores» del poblado y amenazaron con lincharlos. Barragán Oliva sostuvo que la presencia de «sectas» es un instrumento político que se está utilizando para dividir a los pueblos, «subsidiado por fuerzas económicas».
Fuente: http://www.protestantedigital.com/new/nowleernoticia.php?n=14534
Los evidentes abusos a evangélicos, que no han cesado en los últimos meses en algunas regiones de México, sigue intentando ocultarse o –aún peor- justificarse por parte de la Iglesia católica. La última actuación es la del portavoz de la Arquidiócesis de Oaxaca, que defendió a los indígenas católicos de Ixtlán (Oaxaca) y a las autoridades locales, que agredieron a un grupo de 70 evangélicos por no profesar la religión mayoritaria, calificándolos de «sectas» que pretenden dividir a los pueblos.
El sacerdote acusó a los evangélicos de «sectas» que lo que buscan es «dividir a las comunidades en nombre de Cristo». Por ello, considera que la respuesta de los católicos «no es intolerancia religiosa, sino es una defensa a un valor suyo que es la dignidad, a su valor y sus costumbres». Además acusó a los evangélicos de moverse «no por una cuestión religiosa, sino por cuestión política».
El pasado 31 de agosto pobladores de La Palma incendiaron el templo cristiano evangélico, quemaron el mobiliario y algunas biblias, al tiempo que prohibieron la entrada o salida de 70 miembros de la congregación pentecostés «Más que Vencedores» del poblado y amenazaron con lincharlos. Barragán Oliva sostuvo que la presencia de «sectas» es un instrumento político que se está utilizando para dividir a los pueblos, «subsidiado por fuerzas económicas».
Fuente: http://www.protestantedigital.com/new/nowleernoticia.php?n=14534