El libro de Apocalipsis presenta la iglesia final de Jesucristo. Creo sinceramente que esa iglesia es la Adventista del Séptimo Día. Casi en cada capítulo de este singular libro se presenta, tanto la historia, como las doctrinas relevantes de esta iglesia.
Veamos le primer capítulo. El verso 3 anuncia la primnera bienaventuranza a los que leen, oyen y guardan las palabras del libro, que al a vez se extienden a toda la Biblia. Los Adventistas creemos tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento. "Toda Escritura es inspirada divinamente", nos dijo Pablo, y nadie tiene derecho a omitir parte de ella.
Los versos 4-6 muestran la Trinidad, no el concepto común trinitario, donde ponen a Dios en tres manifestaciones de un mismo Dios, sino a tres Entes que forman el conjujnto que llamamos DIOS.
En el verso 7, vemos la doctrina más querida del adventismo: la segunda venida de Cristo, la que justamente da nombre a nuestra denominación. El texto nos muestra una venida real, visible y audible, contrastando con la doctrina que cree y enseña la mayoría de las iglesias: el rapto secreto. "Todo ojo le verá" calla la boca de los que enseñan tan perniciosa doctrina.
El verso 10 habla del "día del Señor", que no es otro que el sábado (Exodo 31:13-17, Isaías 58:13, Mateo 12:8). Los Adeventistas nos distinguimos en el mundo por guardar, defender y predicar la obediencia al Decálogo como la ley que el mismo Dios habló (Exodo 20) y escribió (Exodo 31:18). En el corazán de esta ley vemos el mandamiento que ordena la observancia del séptimo día. En esto nos distiguimos del resto del mundo evangélico, que sigue al romanismo con su día del sol, el primer día de la semana.
Los versos 11 hasta el fin del capítulo nos presentan el ministerio sacerdotal de Cristo en el Santuario celestial, una de las doctrinas cardinales del adventismo.
En los capítulos 2 y 3 se nos presentan los mensajes de Cristo a las siete iglesias de Asia. Creemos, como la mayoría del cristianismo, que estas iglesias representan a toda la iglesia durante la era cristiana. La última iglesia es LAODICEA, nombre que significa PUEBLO DEL JUICIO. Representa el mundo cristiano en general y la Iglesia Adventista en particular. Es interesante visualizar que la Iglesia Adventista del Séptimo Día se organizó justamente luego del 1844, cuando se verificó el chasco milerista. Un grupo de los creyentes, que eran de iglesias diversas, decidió formar una iglesia que fundara su fe en el segundo advenimiento de Cristo y levantara todas las doctrinas bíblicas que habían sido olvidadas. Fue en el 1863, con su primer concilio generel, que se fundó esta iglesia.
El error milerista fue echado a un lado, y el nuevo pueblo vio en el 1844 el inicio del juicio pre advenimiento y comenzó a predicar el mensaje de Apocalipsis 14:7: "la hora del juicio ha llegado". He aquí porque esa última iglesia se llama "El Pueblo del Juicio".
Continuará.
Veamos le primer capítulo. El verso 3 anuncia la primnera bienaventuranza a los que leen, oyen y guardan las palabras del libro, que al a vez se extienden a toda la Biblia. Los Adventistas creemos tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento. "Toda Escritura es inspirada divinamente", nos dijo Pablo, y nadie tiene derecho a omitir parte de ella.
Los versos 4-6 muestran la Trinidad, no el concepto común trinitario, donde ponen a Dios en tres manifestaciones de un mismo Dios, sino a tres Entes que forman el conjujnto que llamamos DIOS.
En el verso 7, vemos la doctrina más querida del adventismo: la segunda venida de Cristo, la que justamente da nombre a nuestra denominación. El texto nos muestra una venida real, visible y audible, contrastando con la doctrina que cree y enseña la mayoría de las iglesias: el rapto secreto. "Todo ojo le verá" calla la boca de los que enseñan tan perniciosa doctrina.
El verso 10 habla del "día del Señor", que no es otro que el sábado (Exodo 31:13-17, Isaías 58:13, Mateo 12:8). Los Adeventistas nos distinguimos en el mundo por guardar, defender y predicar la obediencia al Decálogo como la ley que el mismo Dios habló (Exodo 20) y escribió (Exodo 31:18). En el corazán de esta ley vemos el mandamiento que ordena la observancia del séptimo día. En esto nos distiguimos del resto del mundo evangélico, que sigue al romanismo con su día del sol, el primer día de la semana.
Los versos 11 hasta el fin del capítulo nos presentan el ministerio sacerdotal de Cristo en el Santuario celestial, una de las doctrinas cardinales del adventismo.
En los capítulos 2 y 3 se nos presentan los mensajes de Cristo a las siete iglesias de Asia. Creemos, como la mayoría del cristianismo, que estas iglesias representan a toda la iglesia durante la era cristiana. La última iglesia es LAODICEA, nombre que significa PUEBLO DEL JUICIO. Representa el mundo cristiano en general y la Iglesia Adventista en particular. Es interesante visualizar que la Iglesia Adventista del Séptimo Día se organizó justamente luego del 1844, cuando se verificó el chasco milerista. Un grupo de los creyentes, que eran de iglesias diversas, decidió formar una iglesia que fundara su fe en el segundo advenimiento de Cristo y levantara todas las doctrinas bíblicas que habían sido olvidadas. Fue en el 1863, con su primer concilio generel, que se fundó esta iglesia.
El error milerista fue echado a un lado, y el nuevo pueblo vio en el 1844 el inicio del juicio pre advenimiento y comenzó a predicar el mensaje de Apocalipsis 14:7: "la hora del juicio ha llegado". He aquí porque esa última iglesia se llama "El Pueblo del Juicio".
Continuará.