<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-comfficeffice" /><o></o> El que fuera secretario de Defensa estadounidense durante la crisis de los misiles en <?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-comffice:smarttags" /><st1:country-region w:st="on"><st1lace w:st="on">Cuba</st1lace></st1:country-region>, Robert McNamara, anda preocupado. Sabe lo cerca que hemos estado. Sus consejos ayudaron al presidente John F. Kennedy a evitar una catástrofe nuclear. Hoy cree que Estados Unidos tiene que dejar de utilizar las armas nucleares <st1:City w:st="on"><st1lace w:st="on">como</st1lace></st1:City> instrumento de política exterior. Es inmoral, ilegal y terriblemente peligroso.Robert McNamara
http://www.fp-es.org/jun_jul_2005/story_9_10.asp<o></o> [size=+0]APOCALIPSIS NO[/size] [size=+0]<o></o>[/size] Ya es hora –desde hace un tiempo, en mi opinión– de que Estados Unidos abandone su dependencia de las armas nucleares como instrumento de política exterior, propia de la guerra fría. A riesgo de parecer simplista y provocador, considero que la política actual de Washington en esta materia es inmoral, ilegal, militarmente innecesaria y terriblemente peligrosa. La posibilidad de un lanzamiento nuclear fortuito o inadvertido tiene una dimensión inaceptable. Y la Administración Bush, en vez de reducir ese peligro, ha declarado que está decidida a mantener este tipo de arsenal de EE UU <st1:City w:st="on"><st1lace w:st="on">como</st1lace></st1:City> puntal de su poder militar, una postura perjudicial para las normas internacionales que limitan, desde hace 50 años, la proliferación de armas nucleares y materiales fisibles. Gran parte de la política nuclear estadounidense actual está en vigor desde antes de que yo fuera secretario de Defensa. Además, en los años transcurridos desde entonces se ha vuelto más peligrosa y, desde el punto de vista diplomático, más destructiva. <o></o>
Hoy, Estados Unidos tiene desplegadas aproximadamente 4.500 cabezas nucleares estratégicas ofensivas. Rusia posee alrededor de 3.800. Las fuerzas estratégicas de Gran Bretaña, Francia y China son mucho menores, entre 200 y 400 armas en el arsenal de cada uno de esos países. Pakistán e <st1:country-region w:st="on"><st1lace w:st="on">India</st1lace></st1:country-region>, nuevos Estados nucleares, cuentan con menos de cien armas cada uno. Corea del Norte afirma que ha fabricado armas atómicas, y los servicios de inteligencia de Estados Unidos calculan que <st1:City w:st="on"><st1lace w:st="on">Pyongyang</st1lace></st1:City> acumula suficiente material fisible para fabricar entre dos y ocho bombas. <o></o>
¿Qué poder destructivo alcanzan estas armas? La cabeza estándar que posee Estados Unidos tiene un poder destructivo 20 veces mayor que el de la bomba de <st1:City w:st="on"><st1lace w:st="on">Hiroshima</st1lace></st1:City>. De las 8.000 cabezas estadounidenses activas u operativas, 2.000 están en alerta instantánea, listas para ser lanzadas en cualquier momento, con una advertencia de 15 minutos. ¿Cómo se supone que van a emplearse estas cabezas? Estados Unidos nunca se ha comprometido a una política de "no ser los primeros", ni durante mis siete años <st1:City w:st="on"><st1lace w:st="on">como</st1lace></st1:City> secretario ni después. Hemos estado y seguimos estando preparados para utilizar –por decisión de una sola persona, el presidente estadounidense– armas atómicas contra un enemigo, nuclear o no, siempre que creamos que nos interesa hacerlo. Durante décadas, las fuerzas nucleares de Estados Unidos han sido lo bastante fuertes <st1:City w:st="on"><st1lace w:st="on">como</st1lace></st1:City> para absorber un primer ataque y luego causar un daño inaceptable al enemigo. Ésta ha sido la base de nuestra disuasión y, mientras nos enfrentemos a un posible adversario dotado de armamento nuclear, debe seguir siéndolo.<o></o>
En mi época como secretario de Defensa, el jefe del Mando Aéreo Estratégico estadounidense (SAC, en sus siglas en inglés) llevaba siempre encima un teléfono seguro, fuera donde fuera, las 24 horas del día, todos los días de la semana, 365 días al año. El teléfono del comandante, cuyo cuartel general se hallaba en Omaha (Nebraska), estaba conectado al puesto de control subterráneo del Mando de la Defensa Aeroespacial Norteamericana (NORAD), en las entrañas de Montaña Cheyenne, en el Estado de Colorado, y con el presidente de EE UU, estuviera donde estuviera. El presidente siempre llevaba los códigos <st1:State w:st="on">del</st1:State> detonador nuclear a mano, en el llamado "balón de fútbol", un maletín que portaba constantemente a su lado un oficial <st1lace w:st="on"><st1:State w:st="on">del</st1:State></st1lace> ejército.
<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-comfficeffice" /><o></o> El que fuera secretario de Defensa estadounidense durante la crisis de los misiles en <?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-comffice:smarttags" /><st1:country-region w:st="on"><st1lace w:st="on">Cuba</st1lace></st1:country-region>, Robert McNamara, anda preocupado. Sabe lo cerca que hemos estado. Sus consejos ayudaron al presidente John F. Kennedy a evitar una catástrofe nuclear. Hoy cree que Estados Unidos tiene que dejar de utilizar las armas nucleares <st1:City w:st="on"><st1lace w:st="on">como</st1lace></st1:City> instrumento de política exterior. Es inmoral, ilegal y terriblemente peligroso.Robert McNamara
http://www.fp-es.org/jun_jul_2005/story_9_10.asp <o></o> [size=+0]APOCALIPSIS NO[/size] [size=+0]<o></o>[/size] Ya es hora –desde hace un tiempo, en mi opinión– de que Estados Unidos abandone su dependencia de las armas nucleares como instrumento de política exterior, propia de la guerra fría. A riesgo de parecer simplista y provocador, considero que la política actual de Washington en esta materia es inmoral, ilegal, militarmente innecesaria y terriblemente peligrosa. La posibilidad de un lanzamiento nuclear fortuito o inadvertido tiene una dimensión inaceptable. Y la Administración Bush, en vez de reducir ese peligro, ha declarado que está decidida a mantener este tipo de arsenal de EE UU <st1:City w:st="on"><st1lace w:st="on">como</st1lace></st1:City> puntal de su poder militar, una postura perjudicial para las normas internacionales que limitan, desde hace 50 años, la proliferación de armas nucleares y materiales fisibles. Gran parte de la política nuclear estadounidense actual está en vigor desde antes de que yo fuera secretario de Defensa. Además, en los años transcurridos desde entonces se ha vuelto más peligrosa y, desde el punto de vista diplomático, más destructiva. <o></o>
Hoy, Estados Unidos tiene desplegadas aproximadamente 4.500 cabezas nucleares estratégicas ofensivas. Rusia posee alrededor de 3.800. Las fuerzas estratégicas de Gran Bretaña, Francia y China son mucho menores, entre 200 y 400 armas en el arsenal de cada uno de esos países. Pakistán e <st1:country-region w:st="on"><st1lace w:st="on">India</st1lace></st1:country-region>, nuevos Estados nucleares, cuentan con menos de cien armas cada uno. Corea del Norte afirma que ha fabricado armas atómicas, y los servicios de inteligencia de Estados Unidos calculan que <st1:City w:st="on"><st1lace w:st="on">Pyongyang</st1lace></st1:City> acumula suficiente material fisible para fabricar entre dos y ocho bombas. <o></o>
¿Qué poder destructivo alcanzan estas armas? La cabeza estándar que posee Estados Unidos tiene un poder destructivo 20 veces mayor que el de la bomba de <st1:City w:st="on"><st1lace w:st="on">Hiroshima</st1lace></st1:City>. De las 8.000 cabezas estadounidenses activas u operativas, 2.000 están en alerta instantánea, listas para ser lanzadas en cualquier momento, con una advertencia de 15 minutos. ¿Cómo se supone que van a emplearse estas cabezas? Estados Unidos nunca se ha comprometido a una política de "no ser los primeros", ni durante mis siete años <st1:City w:st="on"><st1lace w:st="on">como</st1lace></st1:City> secretario ni después. Hemos estado y seguimos estando preparados para utilizar –por decisión de una sola persona, el presidente estadounidense– armas atómicas contra un enemigo, nuclear o no, siempre que creamos que nos interesa hacerlo. Durante décadas, las fuerzas nucleares de Estados Unidos han sido lo bastante fuertes <st1:City w:st="on"><st1lace w:st="on">como</st1lace></st1:City> para absorber un primer ataque y luego causar un daño inaceptable al enemigo. Ésta ha sido la base de nuestra disuasión y, mientras nos enfrentemos a un posible adversario dotado de armamento nuclear, debe seguir siéndolo.<o></o>
En mi época como secretario de Defensa, el jefe del Mando Aéreo Estratégico estadounidense (SAC, en sus siglas en inglés) llevaba siempre encima un teléfono seguro, fuera donde fuera, las 24 horas del día, todos los días de la semana, 365 días al año. El teléfono del comandante, cuyo cuartel general se hallaba en Omaha (Nebraska), estaba conectado al puesto de control subterráneo del Mando de la Defensa Aeroespacial Norteamericana (NORAD), en las entrañas de Montaña Cheyenne, en el Estado de Colorado, y con el presidente de EE UU, estuviera donde estuviera. El presidente siempre llevaba los códigos <st1:State w:st="on">del</st1:State> detonador nuclear a mano, en el llamado "balón de fútbol", un maletín que portaba constantemente a su lado un oficial <st1lace w:st="on"><st1:State w:st="on">del</st1:State></st1lace> ejército.