APOCALIPSIS, ¿AHORA?

25 Noviembre 2001
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Apaga tu TV , tu COMPUTADOR , tu …

“Además su tierra está llena de ídolos,
y se han arrodillado ante la obra de sus manos
y ante lo que fabricaron sus dedos
”.
Isaías 2-8

Basados en el cuento "Apocalipsis" del escritor Marco Devani, hemos realizado la siguiente versión:

APOCALIPSIS, ¿AHORA?

La extinción de la raza de los seres humanos ocurrió así: las máquinas habían alcanzado tal perfección que los humanos ya no necesitaban comer, ni dormir, ni leer, ni hablar, ni escribir, ni pensar, ni relacionarse entre sí y con el entorno en modo alguno, ni mucho menos amar. Les bastaba con apretar botones y las máquinas lo hacían todo por ellos. Sistemáticamente fueron desapareciendo las Biblias así como la esencia del mensaje contenido en éstas; los aromáticos frutales y las verdes alamedas; las mesas y los sillones; la sublime inmensidad de las selvas y los territorios abisales de los mares; las rosas y las violetas; las granjas y los jardines; los delfines y los tigres; la contagiosa risa de la niñez y el singular semblante, pleno de placer y dolor, de la vejez; los flamencos y las ardillas; la poesía de los árboles, destilada en el néctar de los zumos de sus frutos; la tertulia amable matizada con el recuerdo de tiempos mejores y los cantos del silencio; el círculo y todas las cosas amorfas. Sólo había lugar para las máquinas y sus líneas rectas en la vida de hombres y mujeres. Así pues, inmersos en el turbulento dédalo de la inconsciencia y en cuanto víctimas del terrorismo espiritual propiciado por el MUNDO (el sistema del mundo o Babilonia o Egipto o la Cultura), de su completa e incondicional entrega al poder se hacían, perdieron la aptitud para discernir entre lo Verdadero y lo Falso; lo Noble y lo Indigno; lo Bello y lo Feo. Prisioneros de La Nada a la que en su mecanizada necedad confundían con El Todo, apenas notaron que la calidad del vivir disminuía día a día, que ellos mismos iban desapareciendo gradualmente, mientras que las máquinas se multiplicaban y multiplicaban. Poco tiempo bastó para que su número quedase reducido a la mitad y el de las máquinas aumentase al doble. Las máquinas terminaron por ocupar todo el espacio disponible. Nadie podía moverse sin tropezar con alguna de ellas. Finalmente, mientras cantaban al unísono y constantemente “CALIDAD ES VELOCIDAD Y REPETITIVIDAD DAD DAD DAD-DAD-DAD, LAS MAQUINAS SON MÁS RÁPIDAS Y REPETITIVAS QUE NOSOTROS, TRA-LA-LA-LA-LA-LA…”, los humanos desaparecieron.

Obviamente, el último de los humanos fue incapaz de desconectar a nuestra Comandante en Jefe, la máquina que nos rige y que ha regido a todas las instituciones de la Tierra en los últimos tiempos, la 666. De tal suerte que, desde entonces, hemos estado funcionando permanentemente.

y enciende tu VIDA

“Además su tierra está llena de ídolos,
y se han arrodillado ante la obra de sus manos
y ante lo que fabricaron sus dedos
”.
Isaías 2-8