Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

18 Noviembre 1998
12.218
21
blogs.periodistadigital.com
Los hechos son así:

1- El consejo evangélico de Madrid decide organizar un congreso en la capital de España
2- Sabiendo que es, de largo, el protestante más conocido y con más influencia social de España, le piden a César Vidal que les haga el favor de hablar con la presidenta de la Comunidad autónoma de Madrid, doña Esperanza Aguirre, para que sea ella quien inaugure el congreso
3- César accede a la petición, habla con Esperanza y la misma cumple con el deseo de los organizadores
4- Vidal prepara una ponencia para el congreso. Como ese fin de semana viaja a Jerusalén para realizar desde la Ciudad Santa su programa durante dos días, le pide al pastor de la iglesia donde se congrega que le haga el favor de leer su ponencia.
5- Los organizadores censuran la ponencia e impiden que los asistentes la escuchen.


A ver, ¿cómo llamamos a eso? ¿qué adjetivos cabe aplicar a esos señores, en especial al tal Máximo García, secretario ejecutivo del Consejo Evangélico de Madrid? ¿en manos de quién está la credibilidad y representación de los evangélicos de este país y de Madrid en concreto? ¿cómo es posible que no se pida el cese inmediato de cualquier función de representatividad a los responsables del Consejo Evangélico de Madrid? ¿cómo es posible que a nadie se le caiga la cara de vergüenza ante esta acción que pone a los pies de los caballos a decenas de miles de evangélicos madrileños? ¿o es que piensan que doña Esperanza Aguirre no se ha enterado de lo ocurrido? ¿acaso creen que la presidenta de la Comunidad de Madrid puede volver a tomar en serio para algo a los protestantes de dicha comunidad mientras éstos no echen ipso facto a quienes les representan? ¿cómo es posible que al tal Máximo García no se le eche de una de las iglesias bautistas más importante de España después de que ha demostrado tener una actitud anticristiana, dictatorial e incompatible con la libertad de expresión? ¿qué va a hacer la FEREDE al respecto? ¿qué va a hacer el señor Tarquis? ¿qué va a decir Mariano Blázquez?

Los señores de la siguiente foto....

permanente.jpg


..... ¿no piensan hacer nada? ¿van a permanecer callados?

Estos son los datos del CEM, por si alguno queréis expresarles vuestra opinión acerca de lo ocurrido:

CONSEJO EVANGÉLICO DE MADRID
Nombre del Presidente: Gonzalo Soriano Ariza
Secretario Ejecutivo: Máximo García Ruiz
Dirección Postal:Apartado 225 Torrejón de Ardoz, Madrid
Teléfono:91-667-52-97
Oficinas: 91-381-89-88
E-Mail:[email protected][/EMAIL">[email protected]"][email protected]
Página Web:www.cemadrid.org


A la web no entréis que está muy desfasada (anuncian un concierto del año 2002).

---------


Webmaster, si no te importa, deja este mensaje fijo durante unos días para que no se pierda. Así podrán llamar o escribir más personas al email del CEM
 
Re: Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

Ponencia de César Vidal censurada en el I Congreso Protestante de Madrid, convocado por el Consejo Evangélico de Madrid (CEM)


EL COMPROMISO POLÍTICO DEL CREYENTE
César Vidal


Los organizadores del Congreso Evangélico me pidieron hace unos meses que elaborara una ponencia sobre el compromiso político del creyente. Debo reconocer que la propuesta me provocó un cierto estupor al que debo referirme de manera obligada. A diferencia de otros creyentes que, históricamente, me han antecedido y que vendrán después de mi, yo no milito en ningún partido político. Se trata de una circunstancia que respeto, pero confieso que no tengo la menor intención de militar nunca en una formación de ese tipo y, si se me permite confesarlo, tendría serias dudas sobre un colectivo que se dedicara a esos menesteres y que aceptara integrarme en sus filas como militante. Dada esa circunstancia, pedirme que hablara del compromiso político no podía sino causarme sorpresa.
En segundo lugar, la propia formulación ahondó mi estupor. El término compromiso político no sólo no aparece en la Biblia sino que es, históricamente hablando, de muy reciente creación. Lo inventaron los partidos socialistas en un intento de convencer a determinadas personas poseedoras de cierto peso social para que les entregaran un respaldo estimable, como si, de esa manera, cumplieran con una ineludible obligación. Así, del escritor se esperaba que tuviera un compromiso político aunque como tal se entendía que apoyara con su nombre y su prestigio determinadas causas y campañas propagandísticas. Fue el caso, por ejemplo, de Anatole France que, a la vez, que escribía una novela justificando la rebelión de Lucifer contra Dios defendía este tipo de causas. Durante décadas los cristianos estuvieron excluidos de ese denominado compromiso porque el cristianismo era uno de los enemigos que había que abatir y resultaba absurdo pedir a sus miembros siquiera que se convirtieran en compañeros de viaje. La situación comenzó a experimentar un cambio a partir de los años treinta del siglo XX y, sobre todo, tras la segunda guerra mundial. De hecho, ya en los años veinte del siglo pasado, el italiano Antonio Gramsci comprendió, tras visitar la URSS, que el socialismo no lograría imponerse sobre una sociedad ni siquiera aunque el mecanismo de represión fuera tan despiadado como el de los bolcheviques rusos. No podría a menos que lograra llevar a cabo un adoctrinamiento que cambiara las mentes y corazones de millones de personas. Para alcanzar esa meta – señaló Gramsci - resultaba indispensable implicar en la lucha final a sectores como los cristianos. No es que a éstos les fuera a esperar un papel importante – si es que iban a tener alguno – tras la victoria, pero, de momento, se pedía que tuvieran un compromiso político. En realidad, se les instaba con un eufemismo a convertirse en instrumentos del camino hacia el socialismo, camino, por cierto, que le costó al género humano durante el pasado siglo la pavorosa cifra de más de cien millones de muertos.
Por supuesto, llegué a la conclusión de que no podía ser que los responsables de este congreso me pidieran desarrollar este punto de vista. Llegué así, pues, a la conclusión de que puesto que no pertenezco a ningún partido ni tampoco soy un defensor del concepto gramsciano de compromiso político, los organizadores tan sólo pretendían invitarme en calidad de dos circunstancias que se corresponden – esta vez sí – con mi realidad, las de que soy evangélico e historiador.
Lo cierto es que si repasamos histórica y actualmente la relación de los cristianos con la política hay que reconocer que las posiciones al respecto han sido muy variadas. Por supuesto, ha existido siempre un núcleo variable numéricamente, pero nada escaso que sostiene que la política no es ocupación para un creyente y que incluso abogaría por abstenerse en unas elecciones. Argumentos – justo es decirlo – no les faltan. En Lucas 4, 5 ss se nos enseña, por ejemplo, que Satanás tiene poder sobre los gobiernos de este mundo, tanto que puede ofrecérselos al que, postrado, le adore. No debería sorprendernos por ello que muchos hayan considerado que hay que mantenerse lo más alejados posible de esas esferas de acción diabólica.
Esa posición ha existido codo a codo con otras más participativas en las que los cristianos acababan dejando su impronta en la configuración política de una sociedad. Al respecto, el papel de los puritanos ingleses en las revoluciones inglesas del s. XVII y, sobre todo, en la norteamericana del siglo XVIII me parece extraordinariamente relevante. He dedicado una parte de mi trabajo como historiador a dejar de manifiesto que la democracia es un resultado directo de esas revoluciones que, a diferencia de la francesa o de las socialistas del s. XX, tenían un concepto pesimista del ser humano, pero que, precisamente partiendo de esa base bíblica, dieron lugar a sistemas de una notable libertad, justicia y solidez.
Sin embargo, la propia postura de los puritanos no fue la línea general. No debería sorprendernos porque la democracia es una forma de gobierno que fracasó estrepitosamente en el mundo clásico, que volvió a aparecer ayer por la noche en términos históricos y que, en buena medida, está ausente de la vida de la mayoría de los creyentes en el globo. Si se tiene en cuenta tan elementales principios no sorprende, por ejemplo, que nuestro Juan Pérez en pleno siglo XVI no soñara con una división de poderes y una toma democrática de decisiones. De hecho, en su Suplicazión a don Felipe II se conformaba con poder adorar a Dios de acuerdo con los principios contenidos en la Biblia y en poder enseñar a otros a hacerlo. En otras palabras, la libertad religiosa era el derecho primordial y de manera nada sorprendente, encontramos esa misma visión en Lutero, en Calvino y, si se me permite recordarlo, en la declaración de los representantes de las iglesias evangélicas españolas que nada más concluir la guerra civil saludaban la victoria de Franco en términos extraordinariamente positivos. La lectura de tan singular documento indica dos cosas. Primero, que nuestros hermanos de antaño se sentían muy felices de haberse librado de una experiencia como la soviética en territorio español y, segundo, que lo único que esperaban era que se les permitiera vivir libremente de acuerdo con su fe. La buena fe y el diálogo con las autoridades políticas – como se ve – no dan como suma necesaria la infalibilidad.
Todo lo dicho hasta ahora me permite aterrizar finalmente – y supongo que con alivio de los presentes – en la materia más perfilada de esta exposición. Una exposición que, a mi juicio, debería enunciarse como ¿qué debería esperarse políticamente de un cristiano? La respuesta, en términos bíblicos, en términos históricos y en términos prácticos, me parece – ahora sí – que resulta relativamente fácil de enunciar.
Lo que el Señor espera de un cristiano es que sea un buen ciudadano.
Quizá no sea suficiente para los que creen en la revolución, en la llegada de la utopía o en otras esperanzas políticas, pero la Biblia al respecto es muy clara.
El creyente debe someterse a las autoridades superiores. En ese sentido, el texto de Pablo en Romanos 13 resulta tan obvio que no merece la pena detenerse en él. La Biblia enseña que existe un principio de orden público que, incluso en una sociedad corrompida por el pecado, siempre es mejor que la anarquía o la ausencia de orden. Un buen cristiano se someterá a él independientemente de que le guste más o menos. Independientemente, en realidad, de que se ajuste o no a su cosmovisión. Pedro, escribiendo en un contexto claramente peligroso para los cristianos, señalaba:
“Por causa del Señor, someteos a esta institución humana, ya sea el rey, como a superior, ya a los gobernadores, como enviados por él para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen el bien. porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo el bien, hagáis enmudecer la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para encubrir la malicia, sino como siervos de Dios. Honrad a todos. Amad la fraternidad. Temed a Dios. Honrad al rey” (I Pedro 2, 13-17).
Desde luego, por si alguien tiene dudas acerca de la visión cristiana de Pedro podría seguir leyendo los versículos siguientes. En ellos, el apóstol presenta una visión del mundo laboral y conyugal que horrorizaría a muchos, pero que a mi me parece políticamente incorrecta y, por lo tanto, deliciosa. Aunque eso, en realidad, resulta secundario. En realidad, lo relevante es que es cristiana.
El creyente debe orar por sus gobernantes. Al respecto, Pablo – el Pablo encarcelado a la espera de que Nerón acabara con su vida – escribió a Timoteo (I Timoteo 2, 1 ss):
“Exhorto, pues, ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”.
Al respecto, resulta de interés recordar una cita de Tertuliano, escrita a inicios del s. III, en su Apología, una obra destinada a defender a sus correligionarios de la persecución imperial. Escribía Tertuliano: “Rogamos siempre por todos los emperadores, pidiendo para ellos una vida prolongada, un imperio tranquilo, una casa libre de peligros, ejércitos fuertes, un senado fiel, un pueblo leal, un mundo en paz”.

Lo que el Señor espera de un cristiano es que defienda la libertad religiosa.
Creo que, en buena medida, este principio queda contemplado en el anterior. Las oraciones de los creyentes persiguen el bien del reino y que ese bien incluya un disfrute tranquilo de la libertad de adorar a Dios de acuerdo a lo enseñado en la Biblia. No deja de ser significativo, al respecto, que en Hechos 4, 19-20, Pedro y Juan indicaran a las autoridades que debían juzgar si era justo que las obedecieran antes que a Dios porque no podían “menos de decir” lo que habían visto y oído.
Los apóstoles no esperaban que las autoridades del Templo o el gobernador romano les concediera un pie de igualdad con el sistema sacerdotal. Mucho menos hubieran esperado subvenciones. En realidad, ni siquiera parece que nada de eso les preocupara lo más mínimo. Lo que sí les importaba era afirmar su derecho a predicar el Evangelio. Permítaseme subrayarlo: a predicar el Evangelio. Si por alguna razón, ese derecho era conculcado, desobedecerían a las autoridades porque no podían en conciencia dejar de comunicar el mensaje de salvación por medio de la fe en el sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz.
La defensa de la libertad religiosa está relacionada, desde mi punto de vista, con algo tan elemental como el derecho a la libertad de enseñanza, pero no puedo detenerme ahora en ese aspecto. Permítaseme, sin embargo, recordar una anécdota de hace casi treinta años atrás. Sucedió en Barcelona, en casa del conocido teólogo José Grau. Cuando yo, que era un joven bastante despistado, me permití identificar laicismo con libertad religiosa – sí, lo sé, es una verdadera estupidez, pero ruego de la clemencia de los presentes que se considere un pecadillo de juventud - Grau me comentó que era mucho mejor tener clase de religión. Una de sus hijas, sin ir más lejos, sufría en la clase de ética a un docente que utilizaba como texto el “Por qué no soy cristiano” de Bertrand Russell. Me temo que cuando, en lugar de un enseñante aislado, es todo un programa el que va en esa línea, hay que llegar a la conclusión de que la libertad religiosa tendrá que defenderse en las aulas lo mismo que en las iglesias.
Lo que el Señor espera de un cristiano es que de un testimonio profético.
Mencionaba hace unos instantes a Tertuliano y su Apología. Permítaseme que reincida. Hace más de milenio y medio, el conocido padre de la iglesia escribía: “Para nosotros (obviamente los cristianos), indiferentes ante el afán de la gloria y la ambición de poder, no hay necesidad alguna de partidos y ninguna cosa es más ajena que los asuntos de política; una única república, común a todos, reconocemos: el mundo”. Esta declaración de principios la indica Tertuliano, para, acto seguido, desgranar de manera profética, una verdadera diatriba de la sociedad en la que vivía. Comenzando por las diversiones de su tiempo, el autor va señalando la inmundicia de la sociedad pagana para recalar, al final, en una descripción de las iglesias de su tiempo que – lo creo sinceramente – debería servirnos de elemento de reflexión hoy en día. Lamentablemente, no podemos hacerlo ahora.
Tertuliano no era, desde luego, original. En su obra, resuena el Pablo que en los primeros capítulos de la carta a los romanos indica que conductas como la injusticia, la fornicación, la avaricia, la homosexualidad, la murmuración, la insolencia, la desobediencia a los padres o la falta de piedad son frontalmente opuestas a Dios y que además están insertas en un proceso perverso de degeneración. Se trata de un proceso en el que, primero, se perpetra el mal; luego se justifica el mal y, finalmente, se persigue a los que no se prestan a defender ese mal como si fuera un bien indiscutible. Desde luego, cuando se observa cómo nuestra sociedad ha ido, en mayor o menor medida, aceptando los presupuestos de los grupos de presión homosexuales o los principios antifamiliares de algunas utopías educativas hay que concluir que Pablo no describía sólo la realidad de mediados del s. I, sino un proceso de deterioro moral con manifestaciones en todos los tiempos.
El ejemplo paulino tiene claros paralelos en otras partes de la Biblia. Pedro, por ejemplo, indica cómo la falta de arrepentimiento acarrea el juicio de Dios (2 Pedro 3, 1 ss) y no otro fue el mensaje de Jesús cuando lloraba ante Jerusalén. Todos ellos amaban a sus contemporáneos y, precisamente por eso, les habían comunicado el Evangelio. Sin embargo, también precisamente por ello, les resultaba obvio que debían anunciar a la vez el juicio profético. Una sociedad que no se arrepiente, a fin de cuentas, como cualquier individuo sólo se está colocando en el camino del juicio de Dios y, como señaló Ezequiel, aquel creyente que, debiendo hablar, calla, se coloca en una situación de responsabilidad. El principio es obvio:
“Convertios y volveos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina” (Ezequiel 18, 30)
Me consta que la idea de que Dios ejecuta juicios no está en los primeros lugares en la escala de popularidad de la gente. El que así sea, sin embargo, no debería afectar a nuestro cumplimiento del deber. Seguramente, a Joel no le gustó anunciar una plaga de langostas por la falta de arrepentimiento, pero lo hizo. Seguramente a Ezequiel no le agradó señalar el final del sistema político judío, pero lo hizo. Seguramente a Elías no le entusiasmó anunciar una sequía terrible, pero lo hizo. Creo sinceramente que esa situación sigue estando vigente en el día de hoy.
Una sociedad en la que, de manera legal, se decide el asesinato de decenas de miles de criaturas en clínicas abortistas no escapará del juicio de Dios.
Una sociedad en la que, de manera legal, se ataca a la familia como institución de manera sistemática y programada no escapará del juicio de Dios.
Una sociedad en la que, de manera legal, se decide institucionalizar el matrimonio de homosexuales – una práctica que ni siquiera se dio en las encanalladas sociedades paganas – no escapará del juicio de Dios.
Una sociedad en la que, de manera legal, se permite la adopción de niños por parejas homosexuales no escapará del juicio de Dios.
Una sociedad en la que, de manera legal, la eutanasia puede convertirse en una realidad mañana no escapará del juicio de Dios.
A decir verdad – y si juzgamos por los no escasos precedentes que presentan la Biblia y la Historia – en una sociedad así lo lógico sería esperar que a la sequía siga la crisis económica y a ésta, el colapso político a menos... a menos que se vuelva hacia Dios.
Anunciar, pues, el Evangelio, las consecuencias de rechazarlo y el juicio futuro constituyen, por lo tanto, una parte esencial e irrenunciable de lo que el Señor espera de un cristiano.
La Biblia y la Historia muestran que las relaciones entre los cristianos y el poder político no siempre han sido fáciles. De manera bien significativa, en el Nuevo Testamento, no encontramos diatribas contra el imperialismo romano pronunciadas por Jesús o Pablo, tampoco referencias a la socialización de los latifundios imperiales, ni mucho menos la formación de grupos de resistentes cristianos partidarios de lograr la independencia de Roma. Sí aparecen repetidos hasta la saciedad principios esenciales.
Son los principios que dicen que:
Siempre debemos ser buenos ciudadanos incluso aunque los gobiernos sean pésimos.
Siempre obedeceremos las leyes a menos que se opongan a la ley de Dios.
Siempre oraremos por los gobiernos para que Dios los oriente, tengamos paz y, si fuera Su voluntad, los conduzca al arrepentimiento.
Siempre anunciaremos el Evangelio de la salvación por la fe en el sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz.
Siempre daremos un testimonio profético de juicio que le espera a una sociedad y a unos individuos que rehusan arrepentirse y dan la espalda a Dios, y
Siempre seremos conscientes de que “nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transfigurará el cuerpo de nuestro estado de humillación, conformándolo al cuerpo de la gloria suya, en virtud del poder que tiene también para someter a si mismo todas las cosas”.

Muchas gracias. Que Dios les bendiga.
 
Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

Luis Fernando dijo:
Los hechos son así:

1- El consejo evangélico de Madrid decide organizar un congreso en la capital de España
2- Sabiendo que es, de largo, el protestante más conocido y con más influencia social de España, le piden a César Vidal que les haga el favor de hablar con la presidenta de la Comunidad autónoma de Madrid, doña Esperanza Aguirre, para que sea ella quien inaugure el congreso
3- César accede a la petición, habla con Esperanza y la misma cumple con el deseo de los organizadores
4- Vidal prepara una ponencia para el congreso. Como ese fin de semana viaja a Jerusalén para realizar desde la Ciudad Santa su programa durante dos días, le pide al pastor de la iglesia donde se congrega que le haga el favor de leer su ponencia.
5- Los organizadores censuran la ponencia e impiden que los asistentes la escuchen.
Luis Fernando:

César Vidal le cae mal a toda la progresía evangélica que no le llegan ni a la suela de los zapatos ni como evangélico ni como historiador. El que dirija La Linterna de la COPE hace que muchos, entre los que me encontré yo en su momento, hayan pensado que renegaba de su fe evangélica. Después comprobé que no era así y he rectificado mi error. Los evangélicos tenemos que reconocer que los cargos de responsabilidad en el evangelismo, a la sombra de un gobierno claramente laicista, están envueltos en una confusión sin precedentes. Creo que la mayoría no ven claro el peligro que supone el laicismo para la fe cristiana, sea cual su credo.

En cuanto a la censura de César Vidal sinceramente creo que no van a hacer nada. Ojalá me equivoque. Lo que podemos hacer nosotros es darle la máxima difusión a la conferencia de César Vidal, ya que esta web tiene probablemente más audiencia que el Consejo Evangélico de Madrid. Yo subiré al área de ficheros el texto editado que tú enviaste al foro y que el webmaster disponga de él del modo que mejor le parezca.

Un saludo.
 
Re: Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

Luis Fernando
Católico Fecha de Ingreso: Nov 1998
Edad: 37
Mensajes: 7.303

Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

--------------------------------------------------------------------------------

Los hechos son así:

1- El consejo evangélico de Madrid decide organizar un congreso en la capital de España
2- Sabiendo que es, de largo, el protestante más conocido y con más influencia social de España, le piden a César Vidal que les haga el favor de hablar con la presidenta de la Comunidad autónoma de Madrid, doña Esperanza Aguirre, para que sea ella quien inaugure el congreso
3- César accede a la petición, habla con Esperanza y la misma cumple con el deseo de los organizadores

4- Vidal prepara una ponencia para el congreso. Como ese fin de semana viaja a Jerusalén para realizar desde la Ciudad Santa su programa durante dos días, le pide al pastor de la iglesia donde se congrega que le haga el favor de leer su ponencia.
5- Los organizadores censuran la ponencia e impiden que los asistentes la escuchen.

¿Donde está la petición de una ponencia?
Vidal preparó algo que no le fué solicitado. Luego estaba fuera de programa.
Y si estaba fuera de programa no fué censurada. Simplemente no se incluyó en el mismo.
¿O es que el preció de invitar a Esperanza Aguirre era la dichosa ponencia? ¿Lo hizo constar así, Cesar Vidal? ¿O es pura imaginación de LFP y de su adlater que lo ha ampliado?
¿Respuestas?
 
Re: Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

Pues según esta noticia, César Vidal sí iba a participar:

http://www.elmundo.es/elmundo/2005/11/24/madrid/1132831523.html

http://es.news.yahoo.com/051124/4/4f6xm.html

También tengo la revista con el anuncio de su ponencia, si lo desea, se la escaneo.

Así que o está mal informado o está mintiendo deliberadamente.

Puede buscar en Google y encontrará más fuentes que citan la presencia de César Vidal para ese congreso.

Bendiciones.

Bart.
 
Re: Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

Bart dijo:
Pues según esta noticia, César Vidal sí iba a participar:

http://www.elmundo.es/elmundo/2005/11/24/madrid/1132831523.html

http://es.news.yahoo.com/051124/4/4f6xm.html

También tengo la revista con el anuncio de su ponencia, si lo desea, se la escaneo.

Así que o está mal informado o está mintiendo deliberadamente.

Puede buscar en Google y encontrará más fuentes que citan la presencia de César Vidal para ese congreso.

Bendiciones.

Bart.

He cuidado. Eso de que estoy mintiendo no es de recibo. Me he limitado a comentar la aportación de LFP y en esta solo hay una petición: la que hace referencia a la Presidenta de la Comunidad de Madrid. (Es lo que he remarcado en negrita) De aquí mis preguntas

En la famosa ponencia de Cesar Vidal leo lo de José Grau y su hija (¿no seria más bien su nieta?)
Por lo visto el Sr. Vidal ignora lo que es un Estado Laico. Laico es contrario a Confesional y si se rechaza este significa que se acepta el otro, el confesional. (Claro, que, tambien es posible pervertir al Estado laico y convertirlo en antirreligioso. Cosa que no veo en el Gobierno actual. Quien desee calses de religión confesional en las escuelas privadas, que se la pague de su propio bolsillo. Los que no la desean no tienen por que pagar el profesorado de los que si la desean y eso va tanto para católicos como para protestantes)
Por lo que manifiesta Cesar Vidal muestra que prefiere el bendito Nacional Catolicismo con el que fuimos obsequiados desde el 1939 hasta el 1975.
Y añade que la aceptación de un Estado Laico fue un pecado de su juventud y este pecado, consecuentemente, fué el rechace del Nacional Catolicismo. Pues vaya.
Como puedes ver, hermano Bart, yo me limito a considerar lo que hay en las aportaciones y no me es posible adivinar lo que haya más allá de eso.
Fraternalmente
 
Re: Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

Tobi, por más que quieras no vas a poder esconder la realidad. Y esta es, ni más ni menos, que al protestante con mayor proyección social de este país le pidieron el favor de que solicitara a Esperanza Aguirre que inaugurara el congreso organizado por el Consejo Evangélico de Madrid, a lo cual ella accedió. Su ponencia estaba anunciada (¿cómo no iba a intervenir en un congreso así el cristiano evangélico más conocido de toda España?) y fue censurada por el secretario ejecutivo de ese Consejo.
Y claro, de esto se van a enterar hasta en las Islas Maldivas.

Por tanto, o ese sujeto dimite y/o le echan, o los representantes oficiales del protestantismo español van a quedar como una panda de impresentables, censores y aprovechados interesados. De hecho, me pregunto cómo es posible que nadie montara un pollo de impresión en pleno congreso ante la censura a Vidal. A mí es que se me caería la cara de vergüenza de intervenir en un congreso donde se comete una censura tan vergonzante para todo el protestantismo evangélico español.

Pero oye, si tú tienes otra opinión, si te parece bien lo ocurrido, pues nada, dilo. Aquí todos somos libres para expresarnos dentro de los límites de las normas del foro. Acá no hay censura. Hasta aquí no llegan las influencias de protestantuchos censores que tienen de cristianos lo que César Vidal de lama tibetano.

O el protestantismo español se libra de esa bazofia o seguirá en las catacumbas mediáticas otras 3 décadas. De momento, la imagen que habéis dado ante la persona que quizás llegue algún día a presidir el país, es penosa.
 
Re: Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

Yo les he escrito esto hoy mismo:

<TABLE id=INCREDIMAINTABLE cellSpacing=0 cellPadding=2 width="100%" border=0><TBODY><TR><TD id=INCREDITEXTREGION style="FONT-SIZE: 12pt; FONT-FAMILY: Arial" width="100%">Estimados hermanos,

Soy un cristiano evangélico -XXXXX- de XXXXX.

Os escribo para manifestaros que si lo que se dice, que censurasteis al señor César Vidal en el Congreso Evangélico de Madrid, siendo como es ¡por una vez! Un eminente evangélico español que no se avergüenza de su fe y que la expone en sus libros y artículos y al que muchos cristianos evangélicos de España consideramos como el más influyente cristiano evangélico de España en su historia. Si es cierto que lo censurasteis no dejando que se leyese su ponencia sobre el cristiano y la política, que merecéis todo nuestro desprecio. No nos representáis y tarde o temprano este tipo de acciones partidistas y sectarias se os vendrán encima a vosotros.

Así le luce el pelo al cristianismo evangélico español, que por apoltronarse y recibir subvenciones está dispuesto a someterse a la progresía radical que nos gobierna y a ceder en temas como el matrimonio homosexual y otros similares.

¡¡Así nos luce el pelo!! Mi más claro desprecio hacia los autores de ese atropello.

</TD></TR><TR><TD id=INCREDIFOOTER width="100%"><TABLE cellSpacing=0 cellPadding=0 width="100%"><TBODY><TR><TD width="100%"></TD><TD id=INCREDISOUND vAlign=bottom align=middle></TD><TD id=INCREDIANIM vAlign=bottom align=middle></TD></TR></TBODY></TABLE></TD></TR></TBODY></TABLE>
 
Re: Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

Luis Fernando dijo:
O el protestantismo español se libra de esa bazofia o seguirá en las catacumbas mediáticas otras 3 décadas. De momento, la imagen que habéis dado ante la persona que quizás llegue algún día a presidir el país, es penosa.

En esto doy la razón a Pérez-Reverte,

Somos un país de envidiosos, de mierdecillas y de caínes, y así nos luce el pelo. Los cristianos evangélicos no nos libramos. Resulta que la derecha española que siempre nos ha mirado con recelo comienza a interesarse y a respetar nuestra fe por causa de César Vidal y vamos y lo ponemos a parir en cada ocasión que se tercia. Yo leo sus libros: por ejemplo recomendé "Historias de la inquisición" y veo el Evangelio en cada ocasión donde lo puede exponer, sin torcimientos y sin compromisos. Le leen centenares de miles de personas en España y fuera que reciben el evangelio así, de esa manera, y esos mierdas del consejo evangélico lo censuran. ¡La leche!!

Le prefiero mil veces en la católica COPE a Vidal que a esos mierdecillas que se dicen evangélicos y que por unas mierdas de subvenciones socialistas y unos despachitos con secretaria aceptan el matrimonio homosexual, el aborto y otras barbaridades de este gobierno de iluminados de extrema izquierda que tenemos.

Como me alegro de pertenecer a iglesias evangélicas independientes para no participar de esos pecados.

Que verguenza.

<><
 
Re: Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

No dejo de alucinar. César me acaba de confirmar de que efectivamente le habían pedido, por email y por teléfono, que hablara con Esperanza Aguirre. ¿Adivináis quién fue la persona que se lo pidió?
Sí, el mismo... ese en quienes estáis pensando: ¡¡¡El GRAN MÁXIMO GARCÍA!!!
César está buscando los emails. Como encuentre alguno, me lo enviará y acá lo copiaré para mayor vergüenza de ese señor
 
Re: Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

Te has olvidado, amigo Luis, que entre nosotros no tenemos papas.
No lo es Cesar Vidal ni tampoco Máximo Garcia Ruiz.
Eso de protestante preeminente tiene un tufo raro.
Opino lo mismo que Gregorio I que prefería ser conocido por sus virtudes y no por títulos rimbombates.
En cuanto a las tres décadas de catacumbas...allí se esta fresco en verano y cálico en invierno. Además ya nos acostumbraron a ello vuestros prelados del Nacional Catolicismo y actualmente mas del 80% de españoles prefieren las catacumbas.
 
Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

Luis Fernando dijo:
O el protestantismo español se libra de esa bazofia o seguirá en las catacumbas mediáticas otras tres décadas. De momento, la imagen que habéis dado ante la persona que quizás llegue algún día a presidir el país, es penosa.
Estimado Luis:

Los protestantes de a pie, es decir, los que no ostentamos cargos directivos en ningun organismo evangélico, no podemos hacer gran cosa ante esta movida que crece como las setas al amparo de la maloliente humedad zapateril. Espero que el deterioro y la pérdida de credibilidad del liderazgo evangélico en España, con su repercusión negativa en la vida de las iglesias, sirva a la larga de revulsivo contra el engaño de las limosnitas con que los laicistas pretenden sobornar nuestras conciencias, por ejemplo, la retransmisión el día 23 por la TVE 2 del primer culto evangélico de la historia.

Un saludo.
 
Re: Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

Sí, sí podéis hacer cosas. Podéis protestar (nunca mejor dicho). Podéis invadir el email del CEM con cartas de protesta. Podéis escribir a Protestante Digital denunciando lo ocurrido. Podéis pedir a vuestros pastores que hagan oír su voz en las instituciones que, os guste o no, os representan ante el Estado.
Lo que no podéis hacer es callar. Porque si calláis, otorgáis. Y si hoy censuran a César, mañana querrán taparos la boca al resto. Y para ello utilizarán las migajas económicas que el gobierno socialista les ponga en sus manos.
 
Re: Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

Luis Fernando dijo:
Sí, sí podéis hacer cosas. Podéis protestar (nunca mejor dicho). Podéis invadir el email del CEM con cartas de protesta. Podéis escribir a Protestante Digital denunciando lo ocurrido. Podéis pedir a vuestros pastores que hagan oír su voz en las instituciones que, os guste o no, os representan ante el Estado. Lo que no podéis hacer es callar. Porque si calláis, otorgáis. Y si hoy censuran a César, mañana querrán taparos la boca al resto. Y para ello utilizarán las migajas económicas que el gobierno socialista les ponga en sus manos.

Hombre, esas cosas sí las hacemos. A mí en Protestante Digital me deben odiar a muerte por los continuos mensajes de protesta que les envío y al CEM acabo de escribirle hace unos minutos. A mi pastor y a los hermanos que tienen e-mail les voy a mandar ahora la conferencia de César Vidal con la información sobre lo sucedido. En la COPE supongo que ya lo sabrán de sobra por boca del mismo César.
 
Re: Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

No, César no ha dicho nada en la COPE. Y lo entiendo
 
Re: Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

He aquí al censor

garcía_maximo.jpg


Máximo García Ruiz, es secretario ejecutivo del Consejo Evangélico de Madrid y presidente del I Congreso Protestante de Madrid. [Foto: Manuel López.]


I Congreso Protestante de Madrid
Entrevista: Manuel López, MADRID, España, Noviembre 10, 2005
Máximo García Ruiz, secretario ejecutivo del Consejo Evangélico de Madrid y presidente del I Congreso Protestante de Madrid (1CPM), responde gentilmente las interrogantes de ALC sobre el Congreso Protestante y sobre la realidad eclesial de España.
García es licenciado en Sociología y doctor en Teología; rector del Instituto Superior de Estudios Teológicos de España y miembro de la Asociación de Teólogos Juan XXIII y de la Asociación de Teólogos Usoz y Río.
Entrevista: Manuel López
-"Lo perfecto es enemigo de lo bueno" es una frase que usted cita a menudo en reuniones, para reconducir al terreno práctico de lo abordable y realizable la propuesta en cuestión que esté sobre la mesa. ¿Cuánto de perfecto quedará por alcanzar y cuánto de bueno cabe esperar del Primer Congreso Protestante de Madrid?
-No creo que quede nada perfecto, en el sentido de completo, de aquello que reúne todas las cualidades deseables. El Congreso debe ser una plataforma de encuentro, de diálogo, de debate, de contraste de opiniones, de reflexión, capaz de impulsar a los líderes y a las congregaciones a conquistar metas más ambiciosas, reforzando los vínculos y las entidades que ya tenemos establecidos, como son el propio Consejo Evangélico de Madrid, al que deberían estar vinculadas todas las iglesias, asociaciones y entidades de carácter evangélico, órgano que las representa ante las autoridades civiles y que ofrece una imagen de unidad y de fortaleza.
-Dos meses antes de la celebración del 1CPM [24-27 de noviembre de 2005] estallaron las primeras críticas publicadas, en el sentido de que el 1CPM estaría pensado para "agradar a las autoridades", en vez de para proclamar el Evangelio. ¿Qué tiene que decir a esto?
-Si alguien ha dicho eso lo habrá hecho a impulsos de la ignorancia o de la mala fe. En ningún momento ha estado el Comité del Congreso condicionado por la opinión que pudieran extraer las “autoridades”.
Hacer afirmaciones de ese calibre es un atentado contra la inteligencia y contra la verdad. El Congreso es, en el mejor y más extenso sentido del término, una imagen pública, un congreso de evangelización, ya que ofrece a las iglesias un respaldo social y la oportunidad de aproximar a sus “contactos” a la iglesia, aprovechando este espacio intermedio entre ella y la sociedad. Esperamos que las iglesias sepan aprovechar esta gran oportunidad.
-Las irrupciones más recientes de entornos evangélicos ante la opinión pública sobre el modelo de familia han sido de un marcado cariz conservador. ¿Hasta qué punto estima que tiene derecho a representarnos la derecha religiosa?
-Forma parte de nuestra historia como protestantes que no somos una iglesia estructurada bajo una jerarquía compacta. La característica más destacada que nos identifica es la diversidad. Somos plurales en las formas y en los énfasis que nos identifican.
Por otra parte, somos herederos de determinadas corrientes “evangélicas” procedentes de otras culturas que condicionan nuestra línea ideológica.
Ahora bien, en el tema concreto del modelo de familia, como en tantos otros temas de interés, nos falta un debate interno, que marque nuestra línea de pensamiento. Ese es uno de los temas que vamos a tratar en el I Congreso Protestante de Madrid, y esperamos poder llegar a marcar algunas líneas que identifiquen nuestra postura al respecto.
-¿Puede hablarse de paridad real de trato de la Administración española hacia la Iglesia Protestante, en relación con el trato que dispensa a la Iglesia Católica o las comunidades islámicas?
-Obviamente no en lo que se refiere a la Iglesia Católica. Esa sigue siendo la asignatura que tiene pendiente la Administración, tanto la regional como la estatal. La Iglesia Católica sigue siendo la gran favorecida de la Administración, no importa cuál sea el gobierno de turno.
Con respecto a las comunidades islámicas, en la medida en que se van haciendo cada vez más visibles socialmente van alcanzando mayores cotas de atención por parte de la Administración.
-Si no se produce un milagro, la Iglesia de Filadelfia [de etnia gitana] será la gran ausente en el Primer Congreso Protestante de Madrid. ¿Cabe esperar el milagro, o le parece que mejor dejamos de creer en ellos?
-No sé si se trata de milagros o de vocación. La iglesia de Filadelfia ha sido invitada a formar parte del Comité Organizador. Ha sido convocada a cuantas reuniones se han convocado. Se les ha dado el estatus de hermanos al mismo nivel que el resto de denominaciones o familias protestantes. Incluso intervendrá en una parte del Congreso un miembro de sus iglesias. ¿Estarán ausentes? No lo sé. Desde luego son bienvenidos.
-Otro colectivo que no estará debidamente representado es el de los inmigrantes. ¿Qué hacer? ¿No le parece que las iglesias españolas carecen de imaginación para articular la acogida e incorporación de hermanos en la fe procedentes de otras latitudes?
-Algunos de los participantes en el Congreso proceden de la inmigración. Uno de los dos coros que intervendrán está formado por inmigrantes rumanos. Incorporar a los hermanos procedentes de la inmigración en nuestras iglesias es uno de los retos más significativos de los tiempos que corren, efectivamente.
Ni nuestras iglesias, ni nuestra sociedad, estaban preparadas para recibir el gran contingente de inmigrantes que están llegando, y tanto a nivel político como religioso no hacemos otra cosa que improvisar. Los líderes religiosos tienen que esforzarse en abrir foros de diálogo en los que intervengan nacionales e inmigrantes, para encontrar formas de integración fraternal, tanto a nivel de creyentes individualmente, como de las propias iglesias en el entramado asociativo.
-El necesario programa de inculturación de los inmigrantes, ¿hasta qué punto no sería extensible también a los feligreses protestantes madrileños, en el sentido de incorporar la Reforma -tanto Magisterial como la Radical- en los programas de educación cristiana de las iglesias?
-Integrar exige poner en tensión a los que reciben y a los que se incorporan. Ambas partes tienen que estar dispuestas a renunciar o, mejor aún, a enriquecerse mutuamente. Las iglesias no pueden vivir de espaldas a esta realidad y harían bien en incorporar programas de educación en ambas direcciones y de convivencia cristiana.
Para ello hay que cambiar la mentalidad en el sentido de renunciar al sentimiento de que “esta es mi tierra”, “esta es mi iglesia”, y estar en condiciones de dar a los que llegan el trato de hermanos en el mismo plano de igualdad y derechos.
-¿Cómo le gustaría que fuese recordado el 1CPM para la historia?
-Como un evento en el que los evangélicos madrileños se han sentido como un pueblo con intereses comunes y que han sido capaces de soñar con proyectos de futuro. Siempre suena bien aquello de que marque una nueva época para el Protestantismo madrileño, pero me parece un poco grandilocuente. Tal vez que se cree conciencia de la necesidad de fortalecer nuestros vínculos en medio de la diversidad.


-----------
 
Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

Luis Fernando dijo:
He aquí al censor

garc%C3%ADa_maximo.jpg


Máximo García Ruiz, es secretario ejecutivo del Consejo Evangélico de Madrid y presidente del I Congreso Protestante de Madrid.
miembro de la Asociación de Teólogos Juan XXIII
Si es miembro de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, ¿de qué te sorprendes? ¡¡¡Pobre Juan XXIII!!!
 
Re: Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

Así que el protestante más conocido y con más influencia social de España tiene que desaparecer precisamente el día que le habían invitado a hacer su ponencia en el 1er Congreso Protestante de Madrid. ¿Eso ya lo avisó el día que aceptó la invitación?

Que sospechoso.

:kaffeetri
 
Re: Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

Jonathan Navarro dijo:
Así que el protestante más conocido y con más influencia social de España tiene que desaparecer precisamente el día que le habían invitado a hacer su ponencia en el 1er Congreso Protestante de Madrid. ¿Eso ya lo avisó el día que aceptó la invitación?

Que sospechoso.

:kaffeetri


El día que aceptó la invitación no sabía que ese iba a ser el fin de semana en el que tendría que ir a Jerusalén para, por primera vez en la historia de la radio española, realizar su programa desde Tierra Santa.

De todas formas, ¿a ti no se te cae la cara de vergüenza de sugerir que el culpable de la censura es el propio César?
¿va a resultar que el sospechoso es el censurado?

¡Qué vergüenza ajena dais algunos! ¡Qué bochorno!
 
Re: Ante la censura del Consejo Evangélico de Madrid a César Vidal

Demócrito, ya señalé en un mensaje anterior que ese dato era MUY significativo