¿AMAR A DIOS O TEMER A DIOS?

11 Diciembre 2007
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Cuando terminaban las vacaciones de este último verano, me despedía de mi amigo Julián, al que conozco hace ya más de treinta años, después de estar juntos unos días con la familia.
Julián es un hombre dinámico, optimista y deportista que aún juega a sus setenta años al tenis con sus hijos y a veces hasta les gana.
Este último verano tuvo que hacer un parón, pues un día estando en la pista, con cuarenta grados de calor, se cayó al suelo redondo. Tuvieron que llevarlo a un hospital para que le hicieran pruebas del corazón y aunque los médicos lo encontraron bien, le dijeron que no jugara por ahora o sólo un rato a la semana. Pero él, hombre de fuertes convicciones religiosas y una gran fe, temía que si Dios le había marcado una hora para llevárselo a ese cielo que tanto anhela, ya podía jugar o descansar que su final estaba decidido.
Sin embargo yo pienso que aún cuando cumple escrupulosamente todas las reglas de la Iglesia Católica y sostiene una fe inquebrantable, él no ama a Dios, sino que teme a Dios.
Y no entiendo como con toda esa fe que atesora, a veces teme que su esposa que sufre con tanta frecuencia dolores motivados por su avanzada artrosis, le siga reduciendo sus movimientos que cada día son más torpes y cortos. Teme que sus hijos o nietos se desvíen del buen camino. Teme no aceptar esa penitencia que no se busca que no se prepara. Esas penitencias que nos trae la vida con sus dolores, con sus amarguras por enfermedades, por invalideces, por tener que soportar en muchísimos momentos, soledad.
Y teme sobre todo que, por no cumplir alguna regla religiosa, el Todopoderoso pudiera condenarle a la hora de vérselas con Él,aunque desea llegar a la muerte limpio y puro y cree tanto él como su familia que ciertos vicios son consecuencia del pecado. Les gusta vivir recogidos, apretados en su círculo al que no pasarían nunca, por ejemplo, personas que no piensen como ellos en cuanto a religión se refiere.
Yo le digo que no tema tanto y ame; que ame a Jesús y a nuestro prójimo y vea con buenos ojos la proximidad de tantas gentes que nos llegan de mil sitios, especialmente de África y del este de Europa, perdiendo ciertos rasgos xenófobos.
Que mire más hacía el cielo azul y estrellado y contemplando la luna vea a Jesús de Nazaret, sintiéndose estar junto a Él. Porque Jesús está en la Luna, en el Sol, en los ríos limpios, en los prados verdes y en las rosas recién abiertas. Está en las gentes que se aman mutuamente, porque es el Jesús de Francisco de Asís, de Juan de la Cruz, de Teresa de Ávila, de la madre Teresa de Calcuta, etc.
No se pero me parece a mí que él cree que Dios algunas veces no debe escucharle abrumado por las peticiones que masivamente le hace, pues las soluciones que espera no llegan o si lo hacen no con la celeridad que el deseara.
En cualquier caso lo importante sería no temer a Dios sino tener fe, confianza y sobre todo esperanza en que se haga su santa voluntad dejando nuestros problemas en sus divinas manos, poniéndonos a su servicio y al de su evangelio.
De todas formas cuando todo parece perdido y la esperanza desaparece, dijo Jesús: “búscame estoy a tu lado aunque no me veas”.
Todo podrá ser, pues Las intenciones de Dios nadie las conoce.
 
Re: ¿AMAR A DIOS O TEMER A DIOS?

Que la PAZ esté contigo Manchego.

En Mateo 14:27, está escrito: Pero al instante les habló JESÚS, diciendo: Tened CONFIANZA, soy YO, NO TEMÁIS.
Tomando Pedro la palabra, dijo: SEÑOR, si eres tú, mándame ir a tí sobre las aguas. EL dijo: Ven. Banjando de la barca, anduvo Pedro sobre las aguas y vino hacia JESÚS. Pero viendo el viento fuerte, TEMIÓ y comenzando a hundirse, gritó: SEÑOR, sálvame. Al instante JESÚS le tendió la mano, le agarró, diciéndole: Hombre de POCA FÉ, ¿Por qué has DUDADO?

Hay mucha confusión acerca de la FÉ; pero en la FÉ, NO hay DUDA, NI hay TEMOR,......la FÉ es CONFIANZA PLENA y ABSOLUTA en DIOS.
Se AMA a DIOS en la CONFIANZA, NO en el TEMOR.

Que ÉL te Bendiga.
 
Re: ¿AMAR A DIOS O TEMER A DIOS?

El temor a Dios es una forma de amor porque le queremos obedecer por respeto, y el amor a Dios nos llevara inevitablemente a temer su nombre porque conocemos al ser sobrenatural y majestuoso creador de todo, amar y temer tarde o temprano iran de la mano. pero creo que Amandolo con todo el corazón es lo mas importante como dice el primer mandamiento. AMEN
 
Re: ¿AMAR A DIOS O TEMER A DIOS?

El temor a Dios es una forma de amor porque le queremos obedecer por respeto, y el amor a Dios nos llevara inevitablemente a temer su nombre porque conocemos al ser sobrenatural y majestuoso creador de todo, amar y temer tarde o temprano iran de la mano. pero creo que Amandolo con todo el corazón es lo mas importante como dice el primer mandamiento. AMEN
 
Re: ¿AMAR A DIOS O TEMER A DIOS?


Amigo, como expreso en mi modesto trabajo, pienso que a Dios solo se le dede amar y se le ama amando a todos los que nos rodean en este mundo.
A los que nos caen bien y a los que no nos caen tan bien. El amor es lo
más bonito que Dios nos ha dejado para compartir.
¿Tener a Dios?. Quizás si nos negamos a seguir el camino que el nos la marcado, podríamos defraudarlo, pero... temerlo.
Desde España un saludo
 
Re: ¿AMAR A DIOS O TEMER A DIOS?

yo conozco mucha gente que se dicen creyentes, pero la verdad es que ni le temen ni aman nada, pues andan en pasos que ellos mismos denominan "incorrectos" de existir el infierno o castigo divino, la gente no cometería tantas estupideces para luego dizque arrepentirse para hacerlo de nuevo...
ni los mismos creyentes se creen lo que predican, todo es una farsa.
 
Re: ¿AMAR A DIOS O TEMER A DIOS?

Cuando terminaban las vacaciones de este último verano, me despedía de mi amigo Julián, al que conozco hace ya más de treinta años, después de estar juntos unos días con la familia.
Julián es un hombre dinámico, optimista y deportista que aún juega a sus setenta años al tenis con sus hijos y a veces hasta les gana.
Este último verano tuvo que hacer un parón, pues un día estando en la pista, con cuarenta grados de calor, se cayó al suelo redondo. Tuvieron que llevarlo a un hospital para que le hicieran pruebas del corazón y aunque los médicos lo encontraron bien, le dijeron que no jugara por ahora o sólo un rato a la semana. Pero él, hombre de fuertes convicciones religiosas y una gran fe, temía que si Dios le había marcado una hora para llevárselo a ese cielo que tanto anhela, ya podía jugar o descansar que su final estaba decidido.
Sin embargo yo pienso que aún cuando cumple escrupulosamente todas las reglas de la Iglesia Católica y sostiene una fe inquebrantable, él no ama a Dios, sino que teme a Dios.
Y no entiendo como con toda esa fe que atesora, a veces teme que su esposa que sufre con tanta frecuencia dolores motivados por su avanzada artrosis, le siga reduciendo sus movimientos que cada día son más torpes y cortos. Teme que sus hijos o nietos se desvíen del buen camino. Teme no aceptar esa penitencia que no se busca que no se prepara. Esas penitencias que nos trae la vida con sus dolores, con sus amarguras por enfermedades, por invalideces, por tener que soportar en muchísimos momentos, soledad.
Y teme sobre todo que, por no cumplir alguna regla religiosa, el Todopoderoso pudiera condenarle a la hora de vérselas con Él,aunque desea llegar a la muerte limpio y puro y cree tanto él como su familia que ciertos vicios son consecuencia del pecado. Les gusta vivir recogidos, apretados en su círculo al que no pasarían nunca, por ejemplo, personas que no piensen como ellos en cuanto a religión se refiere.
Yo le digo que no tema tanto y ame; que ame a Jesús y a nuestro prójimo y vea con buenos ojos la proximidad de tantas gentes que nos llegan de mil sitios, especialmente de África y del este de Europa, perdiendo ciertos rasgos xenófobos.
Que mire más hacía el cielo azul y estrellado y contemplando la luna vea a Jesús de Nazaret, sintiéndose estar junto a Él. Porque Jesús está en la Luna, en el Sol, en los ríos limpios, en los prados verdes y en las rosas recién abiertas. Está en las gentes que se aman mutuamente, porque es el Jesús de Francisco de Asís, de Juan de la Cruz, de Teresa de Ávila, de la madre Teresa de Calcuta, etc.
No se pero me parece a mí que él cree que Dios algunas veces no debe escucharle abrumado por las peticiones que masivamente le hace, pues las soluciones que espera no llegan o si lo hacen no con la celeridad que el deseara.
En cualquier caso lo importante sería no temer a Dios sino tener fe, confianza y sobre todo esperanza en que se haga su santa voluntad dejando nuestros problemas en sus divinas manos, poniéndonos a su servicio y al de su evangelio.
De todas formas cuando todo parece perdido y la esperanza desaparece, dijo Jesús: “búscame estoy a tu lado aunque no me veas”.
Todo podrá ser, pues Las intenciones de Dios nadie las conoce.

Hermano, el temor de Dios es un don, es un temor reverente, un temor no de horror, sino de reverencia ante su majestad y omnipotencia.

El principio de la sabiduria es el temor de Dios.

Asi como el hijo teme a su padre que este lo reprenda cuando hace alguna rebeldia, tiene temor ante su autoridad y a medida que recibe la instruccion del padre va entendiendo cual es el camino correcto, lo que se debe hacer y lo que no, y sabe que lo que el padre desea es su felicidad y que crezca en un camino de justicia, y en ese proceso se va dando cuenta que su padre lo ama con todo su corazon y el tambien lo ama, y va comprendiendo cual es su voluntad.

Cuando descubras lo que es el temor de Dios, te daras cuenta, por ejemplo, que aborreceras el pecado, y no querras pecar para no ofenderlo, y porque sabes que es lo que le agrada y que ama la justicia y la santidad y te quiere puro asi como el es puro. El temor de Dios es el pricipio de la sabiduria porque tiene como fruto este el mas grande mandamiento : Amaras al señor tu Dios con toda tu mente, con toda tu alma y con todo tu corazon.

Teme a Dios y guarda sus mandamientos porque ese es el todo del hombre

Acuerdate de la relacion entre el padre y el hijo.

El hijo tiene un temor reverente hacia su padre, de obediencia (hablando de lo comun, de lo natural, no de los casos dificiles) , pero sabe que lo ama y que le da lo mejor para su crecimiento. Es una relacion de amor entre padre e hijo, por lo tanto el amor de Dios con todo el corazon implica temor ante el, el guardar sus mandamientos, que son para tu bien y ante su soberana majestad de un padre justo y santo.

Dios te guarde