Alimento matutino (jueves)

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5 Septiembre 2001
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Alimento matutino
(Jueves)
Jn.12:24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
1 Co. 10:17 Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un Cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan.
12:24 …Pero Dios concertó el cuerpo…
Juan 12:24 dice que Cristo es el grano de trigo que cayó en tierra, murió y brotó en resurrección para producir muchos granos, que somos nosotros, Sus creyentes. Nosotros somos los muchos granos que son molidos hasta ser flor de harina para hacer la torta, el pan, de la iglesia. Aquí podemos ver el pensamiento de la compenetración que se menciona en la Biblia.
Luego en 1 Corintios 12:24 Pablo escribe: “Pero Dios concertó el cuerpo…”. Este versículo dice claramente que Dios ha concertado a todos los creyentes, ha hecho que se compenetren. Pero, ¿dónde está la compenetración en el recobro? Tal vez pensemos que la coordinación que tenemos en la iglesia es la realidad de la compenetración. Pero tengo que decirle a usted que aun la coordinación que existe en la iglesia no es la realidad del Cuerpo de Cristo. (Puntos prácticos en cuanto a la compenetración,pág. 19)
Lectura para hoy
Dios concertó el Cuerpo (1 Co. 12:24). La palabra concertó también significa reguló, armonizó, templó y mezcló … La palabra griega traducida concertó implica que se perdieron distinciones. Lo que distingue a cierto hermano tal vez sea su rapidez, y lo que distingue a otro hermano quizás sea su lentitud. Pero en la vida corporativa que es propia del Cuerpo de Cristo, tal lentitud desaparece, y se elimina la rapidez. Todas estas distinciones desaparecen. Dios concertó a todos los creyentes de todas las diferentes razas y colores. Para ser armonizados, concertados, regulados, mezclados y templados en la vida corporativa que es propia del Cuerpo, tenemos que pasar por la cruz y ser regidos por el Espíritu, impartiendo a Cristo en los demás por el bien del Cuerpo de Cristo. Los colaboradores y los ancianos deben aprender a aplicarse la cruz. Todo lo que hacemos lo debemos hacer por el Espíritu para impartir a Cristo … [y no] por nuestros propios intereses ni conforme a nuestras preferencias, sino por el bien de la iglesia. Si ponemos en práctica estos puntos, tendremos la debida compenetración.
Todos estos puntos significan que debemos tener comunión. Cuando un colaborador hace algo, debe tener comunión con los demás colaboradores. Un anciano debe tener comunión con los demás ancianos. La comunión nos templa, nos regula, nos armoniza y nos mezcla. Debemos olvidarnos de nuestra lentitud o rapidez y simplemente tener comunión con los demás. No debemos hacer nada sin tener comunión con los otros santos que coordinan con nosotros. La comunión requiere que nos detengamos cuando estamos a punto de hacer algo. En nuestra coordinación en la vida de iglesia, en la obra del Señor, todos debemos aprender a no hacer nada sin tener comunión.
Entre nosotros debe experimentarse la compenetración de todos Los miembros del Cuerpo de Cristo, la compenetración de todas las iglesias en los distritos, la compenetración de todos los colaboradores y la compenetración de todos los ancianos. La compenetración significa que siempre debemos detenernos para tener comunión con los demás. Entonces recibiremos muchos beneficios. Si nos aislamos y nos apartamos, perderemos mucho provecho espiritual. Aprendan a tener comunión; aprendan a compenetrarse. De ahora en adelante, las iglesias se deben reunir frecuentemente para compenetrarse. Tal vez no estemos acostumbrados a esto, pero después de empezar a practicar la compenetración unas cuantas veces, nos gustará. Esto es lo que más ayuda para guardar la unidad del Cuerpo universal de Cristo. Hoy es muy fácil compenetrarse por esta edad moderna con sus comodidades modernas.
Cuando nos compenetramos, tenemos la cruz y el Espíritu. Sin la cruz y sin el Espíritu, sólo tenemos la carne y las divisiones. No es fácil ser crucificados ni actuar por el Espíritu en nosotros mismos. Por eso debemos aprender a compenetrarnos. La compenetración requiere la aplicación de la cruz. La compenetración requiere que seamos regidos por el Espíritu para impartir a Cristo y para hacerlo todo por el bien de Su Cuerpo. (La esfera divina y mística, págs. 90-92)
Lectura adicional: Puntos prácticos en cuanto a la compenetración, cap. 2; La esfera divina y mística, cap. 6; La experiencia de la salvación orgánica de Dios equivale a reinar en la vida de Cristo, mensaje 6
Witness Lee
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