PRACTICANDO EL LIBRO DE LOS HECHOS
Semana 14 --- La iglesia en Filipos
Viernes --- Leer con oración: 2 Co 8:1-4; Mt 25:15; Ro 12:8; Fil 4:16
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Fil 4:19)
UN EJEMPLO DE GENEROSIDAD EN OFRENDAR
Como vimos ayer, Pablo habla en 2 Corintios 8:1-4 sobre la gracia dada a las iglesias de Macedonia, de participar en la ofrenda para las iglesias de Judea, es decir, participar de la gracia de ofrendar. Los santos en Macedonia estaban en medio de mucha prueba de tribulación, al punto de que algunos habían muerto a causa de la persecución, pero aun así manifestaban la abundancia de su gozo, pues aunque estuviesen en profunda pobreza ellos ofrendaban, porque consideraban la ofrenda como gracia y no querían perderla. Ellos no sólo ofrendaban en la medida de sus posibilidades, sino aún más allá de ellas (v. 3). Además de esto, ellos se mostraron voluntarios, en nada forzados ni motivados por el aliento de otros, esto era algo espontáneo y voluntario, porque el Espíritu en ellos los orientaba y alentaba así.
Después de ofrendar una vez, quisieron hacerlo nuevamente, y Pablo pudo haber dicho: “Hermanos, ustedes son pobres y como ya ofrendaron una vez, eso es suficiente. No necesitan ofrendar por segunda vez”. Sin embargo, ellos pudieron haber respondido: “Pablo, ofrendar es una gracia para nosotros y nosotros no queremos ser impedidos de participar de ella”. Cuanto más ofrendamos, más gracia ganamos, finalmente, la ofrenda de los hermanos de las iglesias de Macedonia se convirtió en un ministerio de riquezas materiales.
Las ofrendas voluntarias regulares son el ejercicio del don de ofrendar, representado por los talentos, que cada uno de nosotros tiene (cfr. Mt 25:15). Generalmente, además de las ofrendas regulares, hay necesidades relacionadas con la obra de expansión del reino de Dios en la tierra: viajes, alquileres, construcción de nuevos locales de reuniones para las iglesias que están siendo establecidas en varias ciudades, y otras más. Los que también quieren participar de esa gracia y están dispuestos a ofrendar pueden desarrollar su don y multiplicar su talento, transformándolo en un ministerio.
Algunos pueden argumentar que ese ministerio es solamente para los que ganan bien, aquellos que tienen bastante dinero, lo que no es común en la mayoría de los hermanos. Sin embargo, todos pueden ser ministros de riquezas materiales, pues no se trata del monto y sí del encargo y de la actitud. De ese modo, todos pueden ganar gracia. Las iglesias de Macedonia pidieron con muchos ruegos la gracia de participar en la ministración a los santos (2 Co 8:4). Ellos tenían el ministerio de las ofrendas de riquezas materiales.
En 2 Corintios 8:2 leemos que: “la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad”. El término generosidad aquí es el mismo que liberalidad en Romanos 12:8. Cuando somos generosos en ofrendar, el Señor nos concede las riquezas de Su gracia. Por eso Pablo vio que las iglesias en Macedonia tenían el ministerio de las ofrendas de riquezas materiales y dio testimonio de eso a las iglesias de Acaya, para que otras iglesias también tuviesen ese deseo y de ese modo, las puso como ejemplo.
Al hablar sobre las ofrendas de los hermanos de la iglesia en Filipos, Pablo dijo: “pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades” (Fil 4:16). Los santos allí no pasaron necesidades por haber ofrendado, por el contrario el Señor les concedió más y ellos ofrendaron nuevamente. Seguidamente, ellos ofrendaron de nuevo, y el Señor les retribuyó, y así cada vez que ofrendaban, el Señor les retribuía mucho más. Ellos tuvieron la experiencia de ofrendar varias veces. Este es un ejemplo muy bueno.
En 2 Corintios 9:10 Pablo dice que ofrendar es como sembrar. Así como para cosechar en el campo es necesario primero sembrar, igualmente ofrendar es sembrar, para después cosechar.
Punto Clave: Cuanto más ofrendamos, más gracia ganamos
Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre el don y el ministerio de ofrendar?
Dong Yu Lan
SEMANA 5 — DÍA 5 88
Alimento matutino
1R. 3:9-10 Da, pues, a Tu siervo corazón entendido para juzgar a Tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá juzgar este Tu pueblo tan grande? Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto.
4:29 Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón, como la arena que está a la orilla del mar.
Como anciano, una persona primero debe tener un corazón ensanchado. Anchura es la primera condición necesaria en cuanto al corazón de un anciano. En la Biblia hay un gobernante muy bueno: el rey Salomón … Si queremos encontrar un personaje típico en cuanto a la experiencia de la cruz, tenemos que ir a David. Pero para encontrar un personaje ejemplar en cuanto a la administración del pueblo de Dios, tenemos que ir a Salomón. Salomón era verdaderamente competente en cuanto a la administración. Debemos recordar, sin embargo, que el rey Salomón era competente respecto a la administración por dos razones: poseía sabiduría y anchura de corazón. En realidad, estos son dos aspectos de una misma cosa. (The Elders’ Management of the Church, págs. 38-39)
Lectura para hoy
[Salomón] pidió sabiduría de parte de Dios…Lo más necesario en cuanto a la administración es la sabiduría. Tener inteligencia no es suficiente, porque la inteligencia es común, mientras que la sabiduría es extraordinaria. Salomón sentía profundamente que para que un joven rigiera las miríadas del pueblo de Dios, necesitaba sabiduría de parte de Dios. Por eso es que él buscó sabiduría delante de Dios. Sin embargo, sorprendentemente, aunque él sólo pidió sabiduría, Dios también le concedió, además de sabiduría, un corazón ensanchado. En 1 Reyes 4:29 dice … que la anchura de corazón escomo la arena que está a la orilla del mar.
Cuando Dios dio sabiduría a Salomón, también le dio anchura de corazón. Tenemos que saber que todos los sabios tienen corazones ensanchados, y todos los necios son estrechos de corazón. Si usted quiere ser una persona necia…simplemente haga que su corazón sea estrecho … Si ensancha su corazón, llegará a ser la persona más sabia. No existe separación alguna entre un corazón ensanchado y la sabiduría y prudencia.
Una persona que vela por el pueblo de Dios necesita mucha sabiduría, pero el secreto de la sabiduría es tener anchura de corazón … Ustedes no tienen idea cuánto este asunto afecta a aquellos que sirven como ancianos. Muchos de los juicios inexactos de ustedes se deben a la estrechez de sus corazones. Aparentemente parece que les falta sabiduría, pero realmente el problema radica en la estrechez de vuestro corazón…Si tan sólo ensancharan su corazón, inmediatamente llegarían a ser personas llenas de sabiduría.
Por lo tanto, hermanos, aprendamos a ensanchar nuestro corazón en todo … Ya sea al aprender la verdad, al buscar ser espirituales, al tener contacto con los hermanos y hermanas, al discernir a otros o al administrar asuntos prácticos, debemos aprender a ser anchos de corazón. Siempre que administremos los asuntos prácticos de la iglesia o que toquemos algún asunto espiritual, debemos aprender a tener un corazón ensanchado. Una vez que visiten otros lugares, su corazón será ensanchado. Si las circunstancias lo permiten, sería aún mejor viajar al extranjero. Una vez que uno sale a visitar, su corazón se ensanchará … Usted debe aprender a ensanchar su corazón. Tener un corazón ensanchado no significa ser descuidado. Usted debe ser estricto consigo mismo, pero su corazón hacia otros debe ser ensanchado.
Por supuesto, la vida natural nunca puede aprender esta lección. Con frecuencia, un hombre natural pretenderá esforzarse por ensanchar su corazón. Pero para poder ensanchar nuestro corazón, necesitamos la abundante gracia del Señor. Por favor, recuerden que la capacidad para perdonar a otros es algo relacionado con la anchura de corazón. La capacidad para bendecir a aquellos que nos maldicen también tiene que ver con un corazón ensanchado. Nuestro corazón necesita ser tan ancho que si otros nos ofenden, podemos perdonarlos tan pronto ellos nos confiesen su ofensa. Aunque otros quizás nos persigan e inflijan daño, les seguimos amando. Ser capaz de perdonar a otros cuando nos hayan ofendido es algo relacionado con la anchura de corazón.¡Oh, la sabiduría que proviene de un corazón ancho es inmensurable! (The Elders’ Management of the Church, págs. 39-41, 42-43)
Lectura adicional: The Elders’ Management of the Church, cap. 3; The CollectedWorks ofWatchman Nee, tomo 37, cap. 13
Witness Lee
¡Jesús es el Señor!
Semana 14 --- La iglesia en Filipos
Viernes --- Leer con oración: 2 Co 8:1-4; Mt 25:15; Ro 12:8; Fil 4:16
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Fil 4:19)
UN EJEMPLO DE GENEROSIDAD EN OFRENDAR
Como vimos ayer, Pablo habla en 2 Corintios 8:1-4 sobre la gracia dada a las iglesias de Macedonia, de participar en la ofrenda para las iglesias de Judea, es decir, participar de la gracia de ofrendar. Los santos en Macedonia estaban en medio de mucha prueba de tribulación, al punto de que algunos habían muerto a causa de la persecución, pero aun así manifestaban la abundancia de su gozo, pues aunque estuviesen en profunda pobreza ellos ofrendaban, porque consideraban la ofrenda como gracia y no querían perderla. Ellos no sólo ofrendaban en la medida de sus posibilidades, sino aún más allá de ellas (v. 3). Además de esto, ellos se mostraron voluntarios, en nada forzados ni motivados por el aliento de otros, esto era algo espontáneo y voluntario, porque el Espíritu en ellos los orientaba y alentaba así.
Después de ofrendar una vez, quisieron hacerlo nuevamente, y Pablo pudo haber dicho: “Hermanos, ustedes son pobres y como ya ofrendaron una vez, eso es suficiente. No necesitan ofrendar por segunda vez”. Sin embargo, ellos pudieron haber respondido: “Pablo, ofrendar es una gracia para nosotros y nosotros no queremos ser impedidos de participar de ella”. Cuanto más ofrendamos, más gracia ganamos, finalmente, la ofrenda de los hermanos de las iglesias de Macedonia se convirtió en un ministerio de riquezas materiales.
Las ofrendas voluntarias regulares son el ejercicio del don de ofrendar, representado por los talentos, que cada uno de nosotros tiene (cfr. Mt 25:15). Generalmente, además de las ofrendas regulares, hay necesidades relacionadas con la obra de expansión del reino de Dios en la tierra: viajes, alquileres, construcción de nuevos locales de reuniones para las iglesias que están siendo establecidas en varias ciudades, y otras más. Los que también quieren participar de esa gracia y están dispuestos a ofrendar pueden desarrollar su don y multiplicar su talento, transformándolo en un ministerio.
Algunos pueden argumentar que ese ministerio es solamente para los que ganan bien, aquellos que tienen bastante dinero, lo que no es común en la mayoría de los hermanos. Sin embargo, todos pueden ser ministros de riquezas materiales, pues no se trata del monto y sí del encargo y de la actitud. De ese modo, todos pueden ganar gracia. Las iglesias de Macedonia pidieron con muchos ruegos la gracia de participar en la ministración a los santos (2 Co 8:4). Ellos tenían el ministerio de las ofrendas de riquezas materiales.
En 2 Corintios 8:2 leemos que: “la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad”. El término generosidad aquí es el mismo que liberalidad en Romanos 12:8. Cuando somos generosos en ofrendar, el Señor nos concede las riquezas de Su gracia. Por eso Pablo vio que las iglesias en Macedonia tenían el ministerio de las ofrendas de riquezas materiales y dio testimonio de eso a las iglesias de Acaya, para que otras iglesias también tuviesen ese deseo y de ese modo, las puso como ejemplo.
Al hablar sobre las ofrendas de los hermanos de la iglesia en Filipos, Pablo dijo: “pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades” (Fil 4:16). Los santos allí no pasaron necesidades por haber ofrendado, por el contrario el Señor les concedió más y ellos ofrendaron nuevamente. Seguidamente, ellos ofrendaron de nuevo, y el Señor les retribuyó, y así cada vez que ofrendaban, el Señor les retribuía mucho más. Ellos tuvieron la experiencia de ofrendar varias veces. Este es un ejemplo muy bueno.
En 2 Corintios 9:10 Pablo dice que ofrendar es como sembrar. Así como para cosechar en el campo es necesario primero sembrar, igualmente ofrendar es sembrar, para después cosechar.
Punto Clave: Cuanto más ofrendamos, más gracia ganamos
Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre el don y el ministerio de ofrendar?
Dong Yu Lan
SEMANA 5 — DÍA 5 88
Alimento matutino
1R. 3:9-10 Da, pues, a Tu siervo corazón entendido para juzgar a Tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá juzgar este Tu pueblo tan grande? Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto.
4:29 Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón, como la arena que está a la orilla del mar.
Como anciano, una persona primero debe tener un corazón ensanchado. Anchura es la primera condición necesaria en cuanto al corazón de un anciano. En la Biblia hay un gobernante muy bueno: el rey Salomón … Si queremos encontrar un personaje típico en cuanto a la experiencia de la cruz, tenemos que ir a David. Pero para encontrar un personaje ejemplar en cuanto a la administración del pueblo de Dios, tenemos que ir a Salomón. Salomón era verdaderamente competente en cuanto a la administración. Debemos recordar, sin embargo, que el rey Salomón era competente respecto a la administración por dos razones: poseía sabiduría y anchura de corazón. En realidad, estos son dos aspectos de una misma cosa. (The Elders’ Management of the Church, págs. 38-39)
Lectura para hoy
[Salomón] pidió sabiduría de parte de Dios…Lo más necesario en cuanto a la administración es la sabiduría. Tener inteligencia no es suficiente, porque la inteligencia es común, mientras que la sabiduría es extraordinaria. Salomón sentía profundamente que para que un joven rigiera las miríadas del pueblo de Dios, necesitaba sabiduría de parte de Dios. Por eso es que él buscó sabiduría delante de Dios. Sin embargo, sorprendentemente, aunque él sólo pidió sabiduría, Dios también le concedió, además de sabiduría, un corazón ensanchado. En 1 Reyes 4:29 dice … que la anchura de corazón escomo la arena que está a la orilla del mar.
Cuando Dios dio sabiduría a Salomón, también le dio anchura de corazón. Tenemos que saber que todos los sabios tienen corazones ensanchados, y todos los necios son estrechos de corazón. Si usted quiere ser una persona necia…simplemente haga que su corazón sea estrecho … Si ensancha su corazón, llegará a ser la persona más sabia. No existe separación alguna entre un corazón ensanchado y la sabiduría y prudencia.
Una persona que vela por el pueblo de Dios necesita mucha sabiduría, pero el secreto de la sabiduría es tener anchura de corazón … Ustedes no tienen idea cuánto este asunto afecta a aquellos que sirven como ancianos. Muchos de los juicios inexactos de ustedes se deben a la estrechez de sus corazones. Aparentemente parece que les falta sabiduría, pero realmente el problema radica en la estrechez de vuestro corazón…Si tan sólo ensancharan su corazón, inmediatamente llegarían a ser personas llenas de sabiduría.
Por lo tanto, hermanos, aprendamos a ensanchar nuestro corazón en todo … Ya sea al aprender la verdad, al buscar ser espirituales, al tener contacto con los hermanos y hermanas, al discernir a otros o al administrar asuntos prácticos, debemos aprender a ser anchos de corazón. Siempre que administremos los asuntos prácticos de la iglesia o que toquemos algún asunto espiritual, debemos aprender a tener un corazón ensanchado. Una vez que visiten otros lugares, su corazón será ensanchado. Si las circunstancias lo permiten, sería aún mejor viajar al extranjero. Una vez que uno sale a visitar, su corazón se ensanchará … Usted debe aprender a ensanchar su corazón. Tener un corazón ensanchado no significa ser descuidado. Usted debe ser estricto consigo mismo, pero su corazón hacia otros debe ser ensanchado.
Por supuesto, la vida natural nunca puede aprender esta lección. Con frecuencia, un hombre natural pretenderá esforzarse por ensanchar su corazón. Pero para poder ensanchar nuestro corazón, necesitamos la abundante gracia del Señor. Por favor, recuerden que la capacidad para perdonar a otros es algo relacionado con la anchura de corazón. La capacidad para bendecir a aquellos que nos maldicen también tiene que ver con un corazón ensanchado. Nuestro corazón necesita ser tan ancho que si otros nos ofenden, podemos perdonarlos tan pronto ellos nos confiesen su ofensa. Aunque otros quizás nos persigan e inflijan daño, les seguimos amando. Ser capaz de perdonar a otros cuando nos hayan ofendido es algo relacionado con la anchura de corazón.¡Oh, la sabiduría que proviene de un corazón ancho es inmensurable! (The Elders’ Management of the Church, págs. 39-41, 42-43)
Lectura adicional: The Elders’ Management of the Church, cap. 3; The CollectedWorks ofWatchman Nee, tomo 37, cap. 13
Witness Lee
¡Jesús es el Señor!