ALIMENTO DIARIO Y MATUTINO (Lunes)
Hechos de los apóstoles
Semana 22--- Pablo va a Roma
Lunes --- Leer con oración: Hch 1:8; 10:11-16, 34-35, 45; 11:19-21; 28:16
“Acerca de su Hijo, que era del linaje de David según la carne, que fue designado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, Jesucristo nuestro Señor” (Ro 1:3-4)
LA EPÍSTOLA A LOS ROMANOS, EL EVANGELIO DE PABLO
El tema del mensaje de esta semana es “Pablo va a Roma” (Hch 28:16, 30-31). Debemos recordar que el libro de los Hechos de los Apóstoles, en realidad, nos habla de los hechos del Espíritu Santo por medio de los apóstoles, y que ese libro aún no fue concluido. Por el contrario, hoy tenemos la comisión de continuar escribiéndolo al predicar el evangelio y edificar a las iglesias, que son el reino de Dios aquí en la tierra, a fin de que Su voluntad sea hecha en la tierra, así como es hecha en los cielos.
Desde el comienzo de nuestro estudio de Hechos hablamos de manera muy clara sobre la voluntad de Dios de propagar el evangelio hasta lo último de la tierra (1:8). Inicialmente esta palabra fue propagada por los doce apóstoles, después por Esteban, uno de los siete diáconos, levantado para servir a las mesas (6:8-7:60); y también por Felipe, el evangelista, uno de los siete diáconos (8:26-40), así como por todos los santos dispersos (8:4; 11:19-21). Necesitamos ver que el Reino no se refiere solamente al pueblo de Israel, sino que incluye a todos los pueblos de la tierra. Por eso, el evangelio debe ser predicado a todas las naciones, para que más personas entren en el reino de Dios a través del nuevo nacimiento.
El Señor, por medio de una visión, le reveló a Pedro que el evangelio también debería ser predicado entre los gentiles (10:11-16, 34-35, 45; 11:17). Todo estaba preparado y la familia de Cornelio fue escogida para que la puerta del evangelio se abriese a los gentiles. Más tarde, el Señor levantó a Pablo para continuar los hechos de los apóstoles entre los gentiles. Antes prendía a los que invocaban el nombre del Señor, pero ahora él mismo se hizo uno de ellos. Fue bautizado invocando el nombre del Señor, y al hacerlo, fue introducido por el Espíritu en el Cuerpo de Cristo. Los doce apóstoles recibieron las enseñanzas del Señor Jesús por tres años y medio, durante Su ministerio terrenal, pero Pablo fue llevado por el Señor al tercer cielo, para tener las visiones y revelaciones (cfr. 2 Co12:1b-4).
Mencionamos anteriormente, que la epístola a los Romanos puede ser considerada el evangelio de Pablo, el cual describe desde la redención judicial hasta la salvación orgánica. Romanos nos habla de Jesucristo, nuestro Señor, “según la carne, que fue designado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos” (Ro 1:3-4). Por tanto, nos habla primero del Señor como el Hijo del hombre y después como el Hijo de Dios. Como Hijo del hombre, Él vino para realizar Su obra redentora por nosotros, para que nosotros cuando creamos en Él seamos justificados: esta es la redención judicial. Además, Dios también quiere introducirnos en el evangelio del Hijo de Dios, pues como creyentes regenerados, llegamos a ser hijos de Dios y ahora necesitamos crecer y madurar en vida. Esto no es solamente la redención judicial que recibimos por la fe, sino que se trata de la salvación orgánica, un proceso que dura toda nuestra vida cristiana. Necesitamos del crecimiento y la madurez de vida para poder ejercer plenamente la ciudadanía del reino de los cielos.
Una persona natural no puede recibir el reino de Dios, por eso, a pesar de que Pablo quería trabajar para el Señor, aún necesitaba ser trabajado por el Señor. Por ejemplo, él era bastante osado en predicar el evangelio (Hch 9:20-22, 27b), pero contendía con los judíos, como ocurrió en Damasco y también en Jerusalén (vs. 28-29). Discutir y contender es propio del hombre natural, pero a Dios no le agrada que contendamos con las personas. Sin duda, Pablo estaba en lo correcto, porque hablaba la palabra de Dios, pero cuando sus oponentes eran derrotados en las discusiones, el odio era despertado en el interior de ellos, y por eso procuraban matarlo.
Mañana continuaremos viendo la historia de Pablo.
Punto Clave: Crecer en vida para ser el pueblo del reino de los cielos
Pregunta: ¿Cuáles son los dos aspectos de Cristo en Romanos y cuál es su relación con la salvación completa de Dios?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a:Editora “Arvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
SEMANA 3 — DÍA 1 44
Alimento matutino
Hch. 10:9-10 …Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta … Y … le sobrevino un éxtasis.
Ef. 1:17-18 Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el pleno conocimiento de Él, para que, alumbrados los ojos de vuestro corazón…
1 Co. 12:27 Ahora bien, vosotros sois el Cuerpo de Cristo…
Hoy, todo lo que estamos hablando con respecto al Cuerpo de Cristo es invisible e intrínseco … necesitamos orar: “Señor, te pedimos que nos des un éxtasis. Por años hemos estado en una esfera en la que hemos entendido Tu Palabra santa conforme a nuestro concepto natural y según una visión natural. Requerimos un éxtasis que nos saque de nuestro concepto natural y nos introduzca en otra esfera, para que podamos ver lo que el hombre no puede ver en su entendimiento natural”.
Cuando Jesús fue crucificado, yo fui crucificado juntamente con Él. Luego, Dios el Padre me vivificó con la vida de resurrección de Cristo como elemento … Tengo una carga muy pesada porque deseo que todos veamos dicha visión. Anhelo que Dios nos conceda Su misericordia dándonos un éxtasis. No debemos permanecer más en la esfera antigua, sino que debemos entrar en un éxtasis para ser trasladados a otra esfera. Necesitamos ver qué es intrínsecamente el Cuerpo de Cristo. (La visión intrínseca del Cuerpo de Cristo, págs. 62, 63-64)
Lectura para hoy
En primer lugar, debemos ver la economía de Dios. Luego, tenemos que ver el Cuerpo de Cristo. Hablando con propiedad, lo que Dios procura obtener es un Cuerpo para Cristo … El resultado final del primer capítulo de Efesios es la iglesia, el Cuerpo de Cristo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. Cristo es Aquel que todo lo llena en todo y, como tal, necesita que la iglesia sea Su plenitud para que Él tenga Su plena expresión. Cristo no sólo es Aquel que lo es todo, sino también Aquel que todo lo abarca, pues Él todo lo llena en todo. Este Cristo maravilloso necesita un Cuerpo que sea Su complemento para expresarlo.
La iglesia, la asamblea de los que Dios llamó, no es una organización, sino un organismo: el Cuerpo de Cristo. Tenemos que ver esto. El Cuerpo es uno solo y único, y posee un único Dios el cual es tres: el Padre, el Hijo y el Espíritu. Efesios 4 nos revela que nosotros somos constituyentes de este organismo.
Por un lado, el Cuerpo es una constitución orgánica; por otro, es un edificio. Este edificio no está hecho de piedras o ladrillos que no pueden crecer; sino que este edificio es producido por el incremento del Dios Triuno, un ente orgánico, en el ser mismo de los creyentes, quienes crecen en todo en aquel que es la Cabeza, Cristo (Col. 2:19; Ef. 4:15). El propio Dios Triuno es el constituyente del Cuerpo, el cual es edificado por medio de su propio crecimiento (v. 16). Tenemos que crecer en todo en aquel que es nuestra Cabeza, Cristo. Efesios 4:16 dice que el Cuerpo se edifica a sí mismo mediante tal crecimiento; así, todo el Cuerpo causa el crecimiento del Cuerpo para la edificación de sí mismo en amor.
Si vemos el Cuerpo, no seremos capaces de causar problemas en el recobro. No nos preocupará quién está equivocado y quien no lo está. De hecho, si causamos problemas, automáticamente estamos equivocados.
Se han suscitado muchos conflictos por una sola razón: no conocemos el Cuerpo … Siempre que hagamos algo debemos tomar en consideración el Cuerpo … Si tenemos en cuenta el Cuerpo y nos preocupamos por él, no habrá ningún problema.
Todo lo que se lleva a cabo en el recobro no tiene como fin el beneficio de algún individuo o de alguna iglesia local, sino el beneficio del Cuerpo. Si deseamos hacer algo, debemos considerar antes cómo el Cuerpo, el recobro, reaccionará. Todos los problemas que se suscitan se deben a que no vemos el Cuerpo y que no nos preocupamos por el Cuerpo. Es necesario que todos nosotros retomemos la verdad bíblica; y poner en práctica la verdad equivale a tener en cuenta el Cuerpo. A veces el Cuerpo está fuerte, y otras veces no lo está, pero aun así, sigue siendo el Cuerpo. Si retomamos la verdad y tenemos en cuenta el orden que es propio del Cuerpo, éste será fortalecido de inmediato. Todos los problemas se deben a un solo factor: no ver el Cuerpo, no conocerlo ni preocuparnos por él. Debemos honrar al Cuerpo. (The Problems Causing the Turmoils in the Church Life, págs. 28, 35)
Lectura adicional: La visión intrínseca del Cuerpo de Cristo, cap. 4;
El resultado de la dispensación de la Trinidad procesada y la transmisión del Cristo que lo transciende todo, cap. 5
Witness Lee
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¡Jesús es el Señor!
Hechos de los apóstoles
Semana 22--- Pablo va a Roma
Lunes --- Leer con oración: Hch 1:8; 10:11-16, 34-35, 45; 11:19-21; 28:16
“Acerca de su Hijo, que era del linaje de David según la carne, que fue designado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, Jesucristo nuestro Señor” (Ro 1:3-4)
LA EPÍSTOLA A LOS ROMANOS, EL EVANGELIO DE PABLO
El tema del mensaje de esta semana es “Pablo va a Roma” (Hch 28:16, 30-31). Debemos recordar que el libro de los Hechos de los Apóstoles, en realidad, nos habla de los hechos del Espíritu Santo por medio de los apóstoles, y que ese libro aún no fue concluido. Por el contrario, hoy tenemos la comisión de continuar escribiéndolo al predicar el evangelio y edificar a las iglesias, que son el reino de Dios aquí en la tierra, a fin de que Su voluntad sea hecha en la tierra, así como es hecha en los cielos.
Desde el comienzo de nuestro estudio de Hechos hablamos de manera muy clara sobre la voluntad de Dios de propagar el evangelio hasta lo último de la tierra (1:8). Inicialmente esta palabra fue propagada por los doce apóstoles, después por Esteban, uno de los siete diáconos, levantado para servir a las mesas (6:8-7:60); y también por Felipe, el evangelista, uno de los siete diáconos (8:26-40), así como por todos los santos dispersos (8:4; 11:19-21). Necesitamos ver que el Reino no se refiere solamente al pueblo de Israel, sino que incluye a todos los pueblos de la tierra. Por eso, el evangelio debe ser predicado a todas las naciones, para que más personas entren en el reino de Dios a través del nuevo nacimiento.
El Señor, por medio de una visión, le reveló a Pedro que el evangelio también debería ser predicado entre los gentiles (10:11-16, 34-35, 45; 11:17). Todo estaba preparado y la familia de Cornelio fue escogida para que la puerta del evangelio se abriese a los gentiles. Más tarde, el Señor levantó a Pablo para continuar los hechos de los apóstoles entre los gentiles. Antes prendía a los que invocaban el nombre del Señor, pero ahora él mismo se hizo uno de ellos. Fue bautizado invocando el nombre del Señor, y al hacerlo, fue introducido por el Espíritu en el Cuerpo de Cristo. Los doce apóstoles recibieron las enseñanzas del Señor Jesús por tres años y medio, durante Su ministerio terrenal, pero Pablo fue llevado por el Señor al tercer cielo, para tener las visiones y revelaciones (cfr. 2 Co12:1b-4).
Mencionamos anteriormente, que la epístola a los Romanos puede ser considerada el evangelio de Pablo, el cual describe desde la redención judicial hasta la salvación orgánica. Romanos nos habla de Jesucristo, nuestro Señor, “según la carne, que fue designado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos” (Ro 1:3-4). Por tanto, nos habla primero del Señor como el Hijo del hombre y después como el Hijo de Dios. Como Hijo del hombre, Él vino para realizar Su obra redentora por nosotros, para que nosotros cuando creamos en Él seamos justificados: esta es la redención judicial. Además, Dios también quiere introducirnos en el evangelio del Hijo de Dios, pues como creyentes regenerados, llegamos a ser hijos de Dios y ahora necesitamos crecer y madurar en vida. Esto no es solamente la redención judicial que recibimos por la fe, sino que se trata de la salvación orgánica, un proceso que dura toda nuestra vida cristiana. Necesitamos del crecimiento y la madurez de vida para poder ejercer plenamente la ciudadanía del reino de los cielos.
Una persona natural no puede recibir el reino de Dios, por eso, a pesar de que Pablo quería trabajar para el Señor, aún necesitaba ser trabajado por el Señor. Por ejemplo, él era bastante osado en predicar el evangelio (Hch 9:20-22, 27b), pero contendía con los judíos, como ocurrió en Damasco y también en Jerusalén (vs. 28-29). Discutir y contender es propio del hombre natural, pero a Dios no le agrada que contendamos con las personas. Sin duda, Pablo estaba en lo correcto, porque hablaba la palabra de Dios, pero cuando sus oponentes eran derrotados en las discusiones, el odio era despertado en el interior de ellos, y por eso procuraban matarlo.
Mañana continuaremos viendo la historia de Pablo.
Punto Clave: Crecer en vida para ser el pueblo del reino de los cielos
Pregunta: ¿Cuáles son los dos aspectos de Cristo en Romanos y cuál es su relación con la salvación completa de Dios?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a:Editora “Arvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
SEMANA 3 — DÍA 1 44
Alimento matutino
Hch. 10:9-10 …Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta … Y … le sobrevino un éxtasis.
Ef. 1:17-18 Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el pleno conocimiento de Él, para que, alumbrados los ojos de vuestro corazón…
1 Co. 12:27 Ahora bien, vosotros sois el Cuerpo de Cristo…
Hoy, todo lo que estamos hablando con respecto al Cuerpo de Cristo es invisible e intrínseco … necesitamos orar: “Señor, te pedimos que nos des un éxtasis. Por años hemos estado en una esfera en la que hemos entendido Tu Palabra santa conforme a nuestro concepto natural y según una visión natural. Requerimos un éxtasis que nos saque de nuestro concepto natural y nos introduzca en otra esfera, para que podamos ver lo que el hombre no puede ver en su entendimiento natural”.
Cuando Jesús fue crucificado, yo fui crucificado juntamente con Él. Luego, Dios el Padre me vivificó con la vida de resurrección de Cristo como elemento … Tengo una carga muy pesada porque deseo que todos veamos dicha visión. Anhelo que Dios nos conceda Su misericordia dándonos un éxtasis. No debemos permanecer más en la esfera antigua, sino que debemos entrar en un éxtasis para ser trasladados a otra esfera. Necesitamos ver qué es intrínsecamente el Cuerpo de Cristo. (La visión intrínseca del Cuerpo de Cristo, págs. 62, 63-64)
Lectura para hoy
En primer lugar, debemos ver la economía de Dios. Luego, tenemos que ver el Cuerpo de Cristo. Hablando con propiedad, lo que Dios procura obtener es un Cuerpo para Cristo … El resultado final del primer capítulo de Efesios es la iglesia, el Cuerpo de Cristo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. Cristo es Aquel que todo lo llena en todo y, como tal, necesita que la iglesia sea Su plenitud para que Él tenga Su plena expresión. Cristo no sólo es Aquel que lo es todo, sino también Aquel que todo lo abarca, pues Él todo lo llena en todo. Este Cristo maravilloso necesita un Cuerpo que sea Su complemento para expresarlo.
La iglesia, la asamblea de los que Dios llamó, no es una organización, sino un organismo: el Cuerpo de Cristo. Tenemos que ver esto. El Cuerpo es uno solo y único, y posee un único Dios el cual es tres: el Padre, el Hijo y el Espíritu. Efesios 4 nos revela que nosotros somos constituyentes de este organismo.
Por un lado, el Cuerpo es una constitución orgánica; por otro, es un edificio. Este edificio no está hecho de piedras o ladrillos que no pueden crecer; sino que este edificio es producido por el incremento del Dios Triuno, un ente orgánico, en el ser mismo de los creyentes, quienes crecen en todo en aquel que es la Cabeza, Cristo (Col. 2:19; Ef. 4:15). El propio Dios Triuno es el constituyente del Cuerpo, el cual es edificado por medio de su propio crecimiento (v. 16). Tenemos que crecer en todo en aquel que es nuestra Cabeza, Cristo. Efesios 4:16 dice que el Cuerpo se edifica a sí mismo mediante tal crecimiento; así, todo el Cuerpo causa el crecimiento del Cuerpo para la edificación de sí mismo en amor.
Si vemos el Cuerpo, no seremos capaces de causar problemas en el recobro. No nos preocupará quién está equivocado y quien no lo está. De hecho, si causamos problemas, automáticamente estamos equivocados.
Se han suscitado muchos conflictos por una sola razón: no conocemos el Cuerpo … Siempre que hagamos algo debemos tomar en consideración el Cuerpo … Si tenemos en cuenta el Cuerpo y nos preocupamos por él, no habrá ningún problema.
Todo lo que se lleva a cabo en el recobro no tiene como fin el beneficio de algún individuo o de alguna iglesia local, sino el beneficio del Cuerpo. Si deseamos hacer algo, debemos considerar antes cómo el Cuerpo, el recobro, reaccionará. Todos los problemas que se suscitan se deben a que no vemos el Cuerpo y que no nos preocupamos por el Cuerpo. Es necesario que todos nosotros retomemos la verdad bíblica; y poner en práctica la verdad equivale a tener en cuenta el Cuerpo. A veces el Cuerpo está fuerte, y otras veces no lo está, pero aun así, sigue siendo el Cuerpo. Si retomamos la verdad y tenemos en cuenta el orden que es propio del Cuerpo, éste será fortalecido de inmediato. Todos los problemas se deben a un solo factor: no ver el Cuerpo, no conocerlo ni preocuparnos por él. Debemos honrar al Cuerpo. (The Problems Causing the Turmoils in the Church Life, págs. 28, 35)
Lectura adicional: La visión intrínseca del Cuerpo de Cristo, cap. 4;
El resultado de la dispensación de la Trinidad procesada y la transmisión del Cristo que lo transciende todo, cap. 5
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