ALIMENTO DIARIO Y MATUTINO (Jueves)
Hechos de los apóstoles
Semana 21 --- Pablo se purifica en Jerusalén
Jueves --- Leer con oración: Hch 19:2-12, 19, 21; 20:1-3, 6-12; Gá 3:3
“Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y así salió. Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente consolados” (Hch 20:11-12)
LOS HECHOS DEL ESPIRITU A TRAVÉS DE PABLO
En Hechos 19:1 vemos que, “Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Éfeso”, ya en su tercer viaje ministerial. Esa fue la segunda vez que fue hasta Éfeso, y ayudó a algunos discípulos, que ni habían oído que había Espíritu Santo. Ellos ya habían recibido el bautismo de Juan para arrepentimiento y fueron entonces bautizados en el nombre del Señor Jesús. Pablo les impuso las manos, y el Espíritu Santo vino sobre ellos, y hablaban en lenguas y profetizaban (vs. 2- 6). El Señor nos dio el encargo de, como afirma Pablo en su epístola a los gálatas, conducir a las personas a comenzar por el Espíritu (Gá 3:3). Nosotros las llevamos al Espíritu, para que lo reciban y anden por Él. Cuando creímos en el Señor, recibimos el Espíritu Santo en los dos aspectos: el aspecto esencial de vida y el económico, de poder.
En Hechos 19:8-10 vemos que, por tres meses, Pablo frecuentó la sinagoga en Éfeso, donde hablaba osadamente sobre el reino de Dios. Algunos de ellos se mostraban duros e incrédulos y hablaban mal del Camino. Por eso Pablo se apartó de ellos, separó a los discípulos y se fue a predicar diariamente en la escuela de Tirano. Eso duró dos años, dándoles así la oportunidad a todos los habitantes de Asia, tanto a judíos como a griegos, de oír la palabra del Señor. En Éfeso Pablo hizo dos tipos de obra: el predicaba a las personas y hacía milagros extraordinarios, sanando a los enfermos y expulsando demonios (vs. 10-12).
En el versículo 19 leemos que: “Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata”. Allí se terminó con el pasado, esto también debemos compartir a los recién convertidos, pues una vez bautizados, y terminado su pasado, pueden proseguir sin ningún impedimento.
En el versículo 21 leemos: “Pasadas estas cosas, Pablo se propuso en espíritu ir a Jerusalén, después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: Después que haya estado allí, me será necesario ver también a Roma”. Pablo quería ir a Jerusalén para ayudar a los santos necesitados, puesto que la región de Judea pasaba por gran hambre. Pablo, en su espíritu, tuvo un encargo personal por los santos judíos y quería levantar ofrendas en Macedonia y Acaya para llevarlas a Jerusalén. Antes de que pudiese promoverlo, surgió el gran alboroto en Éfeso donde corrió el riesgo de perder su vida y por eso salió.
Hechos 20:1-3a dice: “Después que cesó el alboroto, llamó Pablo a los discípulos, y habiéndolos exhortado y abrazado, se despidió y salió para ir a Macedonia. Y después de recorrer aquellas regiones, y de exhortarles con abundancia de palabras, llegó a Grecia. Después de haber estado allí tres meses”. Él quería embarcarse directamente para Siria, porque pudo haberse dirigido por el Mediterráneo, pero hubo una conspiración de parte de los judíos contra él, cuando estaba por embarcarse, por eso decidió volver a Macedonia (v. 3b). Cuando salieron de Filipos, navegaron a Troas, donde sucedió aquel episodio del joven, Eutico, que cayó de la ventana y murió, pero fue resucitado por Pablo (vs. 6-12).
No podemos olvidar que todos estos hechos de Pablo fueron en realidad, los hechos del Espíritu a través de él. Aunque el libro de los Hechos describa las acciones de los apóstoles, no podemos perder de vista que éste libro describe la propagación del Cristo resurrecto, en Su ascensión, por el Espíritu por medio de Sus testigos.
Punto Clave: La propagación de Cristo en ascensión
Pregunta: De acuerdo con el encargo de este día, compare con su experiencia: ¿Cristo se ha propagado a través de tí?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Arvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
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SEMANA 2 — DÍA 4
Alimento matutino
Jn. 5:19 …No puede el Hijo hacer nada por Sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.
30 No puedo Yo hacer nada por Mí mismo; según oigo, así juzgo; y Mi juicio es justo, porque no busco Mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Mt. 28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
La realidad del Cuerpo de Cristo consiste en que un grupo de los que Dios redimió lleven la vida de un Dios-hombre en unión con el Dios-hombre, Cristo. En el universo, antes de la encarnación, crucifixión y resurrección de Cristo, Dios estaba en los cielos y el hombre estaba en la tierra. Pero en el universo no había ni un solo ser humano que fuera ambos: Dios y hombre…[Él] vivió en la tierra por treinta y tres años y medio…para establecer a través de su vivir el modelo de la vida de un Dios-hombre.
Después de Su muerte y resurrección, Él produjo a muchos hermanos quienes, junto con el Hermano mayor, llegan a ser un solo hombre en el universo, un hombre de grandes dimensiones. ¿Qué es este hombre? Es un Dios-hombre, alguien que es Dios y al mismo tiempo hombre, y alguien que es hombre y al mismo tiempo Dios. Primero, el Señor vivió en la tierra para establecer un modelo. ¿De qué manera vivió como Dios-hombre? Tenía la vida de un hombre, y ciertamente era un hombre en la tierra. Él tuvo hambre y sed, durmió, e incluso lloró y derramó lágrimas, y supo lo que era el cansancio y la fatiga. No solamente era semejante a un hombre, sino que Él era un hombre. Sin embargo, aunque era hombre, Él no vivió por la vida humana, sino por la vida divina que estaba en Él. Él vivía pero no por su propia cuenta. Él vivía no por Su propia vida sino en virtud de la vida divina. Él nos dijo claramente que habló y obró no por Su propia cuenta, sino por causa de Aquel que le había enviado (Jn. 5:19; 8:28). En Juan 6:57 Él dijo: “Me envió el Padre viviente, y Yo vivo por causa del Padre”. Pero, ¿con qué propósito le envió el Padre viviente?…Dios le envió para que fuese un hombre y viviese la vida de un Dios-hombre por la vida divina. Esta clase de vivir da por resultado un hombre universal de grandes dimensiones que es exactamente igual a Él: un hombre que lleva la vida de un Dios-hombre por la vida divina. (La cumbre de la visión y la realidad del Cuerpo de Cristo, págs.47-49)
Lectura para hoy
En Mateo 28:19 el Señor Jesús dijo a Sus discípulos: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones”.Estas naciones son los gentiles. Hacer discípulos a los gentiles es constituirlos discípulos de Cristo. El Señor Jesús, en particular, hizo discípulos a … Pedro, Andrés, Jacobo y Juan. Los hizo discípulos durante tres años y medio. Ellos siguieron al Señor y permanecieron con Él día y noche, viajando con Él, comiendo con Él y haciéndolo todo con Él. Vivían con Él y estaban en Su presencia todo el tiempo. Ellos vieron cómo se conducía este Dios-hombre. Lo observaron. Él era judío y sin duda tenía facciones judías. Tenía sangre y carne judías y también la vida y la naturaleza humanas. Sin embargo, Él vivía por otra vida en la vida humana que llevaba. Esta otra vida era la vida divina. Puesto que Él vivía Su vida divina a través de Su vida humana, Su vida humana llegó a ser mística, un misterio. De Su vida humana emanaba algo divino.
Los discípulos que siguieron al Señor por tres años y medio vieron lo que Él hizo, cómo se condujo y cómo habló. Esto es lo que los hizo discípulos. Ellos vieron el vivir humano de Cristo, Su muerte en la cruz, la cual duró seis horas, y lo vieron en la resurrección. Cristo usó estos tres procesos —Su vivir humano, Su muerte todo-inclusiva que pone fin a todo, que libera la vida divina y que crea al nuevo hombre, y Su resurrección que imparte la vida divina— a fin de hacer discípulos a Sus seguidores.
Los seguidores de Cristo fueron hechos discípulos por medio de la vida humana que llevó Cristo en la tierra, una vida que sirvió como modelo de un Dios-hombre, en el sentido de que vivió a Dios negándose a Sí mismo en Su humanidad (Jn. 5:19, 30) y revolucionando los conceptos que Sus discípulos tenían acerca de lo que era un hombre (Fil. 3:10; 1:21a). Los conceptos que tenían los discípulos cambiaron radicalmente al ver ellos la manera en que el Señor Jesús vivió a Dios negándose a Sí mismo en Su humanidad. (Los grupos vitales, págs. 16-17, 18-19)
Lectura adicional: La cumbre de la visión y la realidad del Cuerpo de Cristo, caps. 3-4; Los grupos vitales, mensaje 2; Puntos prácticos en cuanto a la compenetración, caps. 2-3
Witness Lee
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Hechos de los apóstoles
Semana 21 --- Pablo se purifica en Jerusalén
Jueves --- Leer con oración: Hch 19:2-12, 19, 21; 20:1-3, 6-12; Gá 3:3
“Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y así salió. Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente consolados” (Hch 20:11-12)
LOS HECHOS DEL ESPIRITU A TRAVÉS DE PABLO
En Hechos 19:1 vemos que, “Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Éfeso”, ya en su tercer viaje ministerial. Esa fue la segunda vez que fue hasta Éfeso, y ayudó a algunos discípulos, que ni habían oído que había Espíritu Santo. Ellos ya habían recibido el bautismo de Juan para arrepentimiento y fueron entonces bautizados en el nombre del Señor Jesús. Pablo les impuso las manos, y el Espíritu Santo vino sobre ellos, y hablaban en lenguas y profetizaban (vs. 2- 6). El Señor nos dio el encargo de, como afirma Pablo en su epístola a los gálatas, conducir a las personas a comenzar por el Espíritu (Gá 3:3). Nosotros las llevamos al Espíritu, para que lo reciban y anden por Él. Cuando creímos en el Señor, recibimos el Espíritu Santo en los dos aspectos: el aspecto esencial de vida y el económico, de poder.
En Hechos 19:8-10 vemos que, por tres meses, Pablo frecuentó la sinagoga en Éfeso, donde hablaba osadamente sobre el reino de Dios. Algunos de ellos se mostraban duros e incrédulos y hablaban mal del Camino. Por eso Pablo se apartó de ellos, separó a los discípulos y se fue a predicar diariamente en la escuela de Tirano. Eso duró dos años, dándoles así la oportunidad a todos los habitantes de Asia, tanto a judíos como a griegos, de oír la palabra del Señor. En Éfeso Pablo hizo dos tipos de obra: el predicaba a las personas y hacía milagros extraordinarios, sanando a los enfermos y expulsando demonios (vs. 10-12).
En el versículo 19 leemos que: “Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata”. Allí se terminó con el pasado, esto también debemos compartir a los recién convertidos, pues una vez bautizados, y terminado su pasado, pueden proseguir sin ningún impedimento.
En el versículo 21 leemos: “Pasadas estas cosas, Pablo se propuso en espíritu ir a Jerusalén, después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: Después que haya estado allí, me será necesario ver también a Roma”. Pablo quería ir a Jerusalén para ayudar a los santos necesitados, puesto que la región de Judea pasaba por gran hambre. Pablo, en su espíritu, tuvo un encargo personal por los santos judíos y quería levantar ofrendas en Macedonia y Acaya para llevarlas a Jerusalén. Antes de que pudiese promoverlo, surgió el gran alboroto en Éfeso donde corrió el riesgo de perder su vida y por eso salió.
Hechos 20:1-3a dice: “Después que cesó el alboroto, llamó Pablo a los discípulos, y habiéndolos exhortado y abrazado, se despidió y salió para ir a Macedonia. Y después de recorrer aquellas regiones, y de exhortarles con abundancia de palabras, llegó a Grecia. Después de haber estado allí tres meses”. Él quería embarcarse directamente para Siria, porque pudo haberse dirigido por el Mediterráneo, pero hubo una conspiración de parte de los judíos contra él, cuando estaba por embarcarse, por eso decidió volver a Macedonia (v. 3b). Cuando salieron de Filipos, navegaron a Troas, donde sucedió aquel episodio del joven, Eutico, que cayó de la ventana y murió, pero fue resucitado por Pablo (vs. 6-12).
No podemos olvidar que todos estos hechos de Pablo fueron en realidad, los hechos del Espíritu a través de él. Aunque el libro de los Hechos describa las acciones de los apóstoles, no podemos perder de vista que éste libro describe la propagación del Cristo resurrecto, en Su ascensión, por el Espíritu por medio de Sus testigos.
Punto Clave: La propagación de Cristo en ascensión
Pregunta: De acuerdo con el encargo de este día, compare con su experiencia: ¿Cristo se ha propagado a través de tí?
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SEMANA 2 — DÍA 4
Alimento matutino
Jn. 5:19 …No puede el Hijo hacer nada por Sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.
30 No puedo Yo hacer nada por Mí mismo; según oigo, así juzgo; y Mi juicio es justo, porque no busco Mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Mt. 28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
La realidad del Cuerpo de Cristo consiste en que un grupo de los que Dios redimió lleven la vida de un Dios-hombre en unión con el Dios-hombre, Cristo. En el universo, antes de la encarnación, crucifixión y resurrección de Cristo, Dios estaba en los cielos y el hombre estaba en la tierra. Pero en el universo no había ni un solo ser humano que fuera ambos: Dios y hombre…[Él] vivió en la tierra por treinta y tres años y medio…para establecer a través de su vivir el modelo de la vida de un Dios-hombre.
Después de Su muerte y resurrección, Él produjo a muchos hermanos quienes, junto con el Hermano mayor, llegan a ser un solo hombre en el universo, un hombre de grandes dimensiones. ¿Qué es este hombre? Es un Dios-hombre, alguien que es Dios y al mismo tiempo hombre, y alguien que es hombre y al mismo tiempo Dios. Primero, el Señor vivió en la tierra para establecer un modelo. ¿De qué manera vivió como Dios-hombre? Tenía la vida de un hombre, y ciertamente era un hombre en la tierra. Él tuvo hambre y sed, durmió, e incluso lloró y derramó lágrimas, y supo lo que era el cansancio y la fatiga. No solamente era semejante a un hombre, sino que Él era un hombre. Sin embargo, aunque era hombre, Él no vivió por la vida humana, sino por la vida divina que estaba en Él. Él vivía pero no por su propia cuenta. Él vivía no por Su propia vida sino en virtud de la vida divina. Él nos dijo claramente que habló y obró no por Su propia cuenta, sino por causa de Aquel que le había enviado (Jn. 5:19; 8:28). En Juan 6:57 Él dijo: “Me envió el Padre viviente, y Yo vivo por causa del Padre”. Pero, ¿con qué propósito le envió el Padre viviente?…Dios le envió para que fuese un hombre y viviese la vida de un Dios-hombre por la vida divina. Esta clase de vivir da por resultado un hombre universal de grandes dimensiones que es exactamente igual a Él: un hombre que lleva la vida de un Dios-hombre por la vida divina. (La cumbre de la visión y la realidad del Cuerpo de Cristo, págs.47-49)
Lectura para hoy
En Mateo 28:19 el Señor Jesús dijo a Sus discípulos: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones”.Estas naciones son los gentiles. Hacer discípulos a los gentiles es constituirlos discípulos de Cristo. El Señor Jesús, en particular, hizo discípulos a … Pedro, Andrés, Jacobo y Juan. Los hizo discípulos durante tres años y medio. Ellos siguieron al Señor y permanecieron con Él día y noche, viajando con Él, comiendo con Él y haciéndolo todo con Él. Vivían con Él y estaban en Su presencia todo el tiempo. Ellos vieron cómo se conducía este Dios-hombre. Lo observaron. Él era judío y sin duda tenía facciones judías. Tenía sangre y carne judías y también la vida y la naturaleza humanas. Sin embargo, Él vivía por otra vida en la vida humana que llevaba. Esta otra vida era la vida divina. Puesto que Él vivía Su vida divina a través de Su vida humana, Su vida humana llegó a ser mística, un misterio. De Su vida humana emanaba algo divino.
Los discípulos que siguieron al Señor por tres años y medio vieron lo que Él hizo, cómo se condujo y cómo habló. Esto es lo que los hizo discípulos. Ellos vieron el vivir humano de Cristo, Su muerte en la cruz, la cual duró seis horas, y lo vieron en la resurrección. Cristo usó estos tres procesos —Su vivir humano, Su muerte todo-inclusiva que pone fin a todo, que libera la vida divina y que crea al nuevo hombre, y Su resurrección que imparte la vida divina— a fin de hacer discípulos a Sus seguidores.
Los seguidores de Cristo fueron hechos discípulos por medio de la vida humana que llevó Cristo en la tierra, una vida que sirvió como modelo de un Dios-hombre, en el sentido de que vivió a Dios negándose a Sí mismo en Su humanidad (Jn. 5:19, 30) y revolucionando los conceptos que Sus discípulos tenían acerca de lo que era un hombre (Fil. 3:10; 1:21a). Los conceptos que tenían los discípulos cambiaron radicalmente al ver ellos la manera en que el Señor Jesús vivió a Dios negándose a Sí mismo en Su humanidad. (Los grupos vitales, págs. 16-17, 18-19)
Lectura adicional: La cumbre de la visión y la realidad del Cuerpo de Cristo, caps. 3-4; Los grupos vitales, mensaje 2; Puntos prácticos en cuanto a la compenetración, caps. 2-3
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