Hola Jorge DTB
Me encontré esta explicación en la Biblia del diario Vivir de Ed Caribe
11.31 Contrario a la opinión popular, nadie peca y se sale con la suya. El justo recibe recompensa por su fe. Al impío se le castiga por sus pecados. No piense ni por un momento que «no importa», ni que «nadie lo sabrá», ni que «no nos atraparán» (véase además 1 Pedro 4.18).
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.
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He buscado también la palabra RECOMPENSA en el Diccionario biblico Caribe y he hallado lo siguiente:
RECOMPENSA Lo que se recibe como justo pago por algún acto o servicio positivo
Su sentido es semejante al de Retribución, pero esta generalmente corresponde solo a un acto negativo. Sin embargo, la recompensa puede tener un sentido negativo y otro positivo; por ejemplo, en Salmo 91.8; Mateo 6.5, y en 1 Corintios 9.17 y Colosenses 3.24.
Dios ofrece recompensa o galardón solamente a los redimidos. A los perdidos ofrece en primer lugar salvación. Esta es un don gratuito (Ro 6.23), mientras la recompensa es algo merecido por obras (Mt 10.42; 1 Co 3.14). A veces a la recompensa se le llama «premio» (1 Co 9.24) o ® «Corona» (1 Co 9.25; 2 Ti 4.7, 8). La salvación es una posición que ya se tiene (Jn 5.24), mientras que la recompensa se recibirá en la vida venidera (Mt 16.27; 2 Ti 4.8).
Ante el «tribunal de Cristo» (2 Co 5.10), cada hijo de Dios un día será juzgado de acuerdo con las obras que haya hecho desde su conversión hasta su muerte. No debe confundirse este tribunal con el juicio del pecado (Ro 5.1). Es más bien una evaluación del servicio que cada creyente haya prestado a la causa de Cristo. El uso de los dones espirituales que Dios ha dado a cada uno será juzgado de acuerdo con los principios establecidos en la parábola de los talentos (Mt 25.14–30). Por tanto, el anhelo de cada creyente debe ser llegar a escuchar las palabras: «Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré» Mt 25.21). Para el servicio pobre, simbolizado por «madera, heno, y hojarasca», no hay recompensa; pero para el que es tan valioso como «oro, plata y piedras preciosas» hay amplia recompensa en el tribunal de Cristo (1 Co 3.12–15).
El que resiste la tentación recibirá corona (Stg 1.12), como también los pastores fieles (1 P 5.4), y los que permanecen firmes hasta la muerte (Ap 2.10). Es posible perder la recompensa (2 Jn 8), o por lo menos no recibir tanta recompensa en el caso de faltar en esta vida el fiel ejercicio de la mayordomía cristiana
Nelson, Wilton M., Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1998.
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RETRIBUCIÓN La Biblia considera que la vida presente es una prueba, y que en la futura todos los hombres serán premiados o castigados eternalmente conforme a su vida y fe sobre la tierra. No obstante, la bendición eterna de los redimidos no es resultado de sus buenas obras, sino el don de un Dios amante (Ef 2.8–9) que Cristo concede a los pecadores arrepentidos. Para Dios la maldición de una eternidad en el ® Infierno es una retribución justa e inevitable como «paga del pecado» (Ro 6.23). Dios siempre ha sido un Dios de retribución (Dt 32.35), y cada ser humano recibirá exactamente lo que merece porque la retribución de Dios es justa y correcta. Algunos erróneamente prolongan el amor de Dios hasta el punto en que diluyen su ® Justicia y eliminan la posibilidad de que pueda imponer una sentencia de ® Castigo eterno a los que no se arrepienten. Varios grupos de pasajes bíblicos subrayan el amor divino, pero en ellos está latente una justicia eterna:
1. Pasajes que «clasifican» a ciertos pecadores que no entrarán al Reino de los cielos: Mt 5.20; 7.13, 21–23; 18.13; Mc 10.23–25; Lc 13.24–28; Jn 3.3–5; 1 Co 6.9, 10; Gl 5.19–21; Ef 5.5; Heb 3.19; 4.1–3.
2. Pasajes que describen el estado final de los hombres buenos y el de los malos, poniendo en contraste los unos con los otros: Pr 10.28; Dn 12.2; Mt 3.12; 7.13, 14, 21; 8.11, 12; 13.30–43, 47–50; 24.46–51; 25.23–46; Mc 16.16; Lc 6.23, 24, 47–49; Jn 5.29; Ro 6.21–23; Gl 6.7, 8; Flp 3.17–21; 2 Ts 1.5–21; Heb 6:8, 9; 1 P 4.18.
3. Pasajes que califican el estado futuro en términos como «perdurable», «eterno», Mc 3.29; 2 Co 4.18; 2 Ts 1.9; 2 P 2.17; Jud 6, 7, 13; Ap 14.10, 11; 19.3; 20.10.
4. Pasajes que se refieren al castigo futuro con frases que implican su eterna duración: Mt 10.28; 12.31, 32; Mc 3.29; 9.43–48; Jn 3.36; Heb 6.2, 10.26, 27; Stg 2.13; 1 Jn 5.16.
5. Pasajes que enseñan que el cambio de corazón y la preparación para el cielo tienen que verificarse en esta vida: Pr 1.24–28; Is 55.6, 7; Mt 25.5–13; Lc 13.24–29; Jn 12.35, 36; 2 Co 6.1, 2; Heb 3.1–10; 12.15–25; Ap 22.11.
6. Pasajes que predicen las consecuencias de rechazar el evangelio: Sal 2.12; Pr 29.1; Hch 13.40–46; 20.26; 28.26, 27; 1 Co 1.18; 2 Co 2.15, 16; 4.3; 1 Ts 5.3; 2 Ts 1.8; 2.10–12; Heb 2.1–3; 4.1–11; 10.26–31, 38, 39; 12.25–29; 1 P 4.17, 18; 2 P 2.1–21; 3.7
Nelson, Wilton M., Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1998.
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Espero haberte servido de algo; al menos material para investigar , tienes
Bendiciones