ACERCA DE LOS APOSTOLES MODERNOS

10 Julio 2006
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EL CORAZÓN DE UN APÓSTOL

En estos últimos tiempos vemos cómo en muchos lugares se levantan personajes que proclaman ser apóstoles y sucesores de aquellos apóstoles de los tiempos bíblicos. Sus mensajes son bastante populares (vida sobrenatural, prosperidad económica, liberación demoníaca, etc.) y llevan a mucho pueblo tras de sí. No quiero tratar sobre la existencia o no de apóstoles en estos tiempos ya que las Escrituras parecen indicar que todos los ministerios continuarán hasta el fin del presente tiempo.

Efesios 4:11-13 11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo

1 Corintios 13:8-10 8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. 9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; 10 mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.

Prefiero dejar el asunto en las manos de Dios y él demostrará con el tiempo si esta restauración apostólica provino de su trono. Además, es notorio que algunos tienen ministerios dedicados a la edificación de la Iglesia. Pero, algo que sí debemos hacer es desenmascarar a aquellos que siguiendo un llamamiento espurio lo único que hacen es llevar al pueblo de Dios al error.

2 Corintios 11:13 13 Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo.

Apocalipsis 2:2 2 Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos

Estos son tiempos difíciles, no debemos dejarnos llevar por sermones histriónicos, ni por manifestaciones “sobrenaturales” solamente. Según los defensores de este movimiento de restauración apostólica, una de las principales marcas del apóstol es obrar señales, milagros y prodigios. Pero, me parece que nos estamos olvidando que las principales marcas del apostolado están en el corazón. A la luz de las Escrituras nos damos cuenta que la motivación de los apóstoles para cumplir su ministerio era el amor a Cristo. Este amor, que no puede ser falsificado por el enemigo ni por el esfuerzo humano, encendía en sus corazones pasión por al menos tres cosas:

PREDICAR EL EVANGELIO DE CRISTO

1 Corintios 9:16 Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!

Hechos 4:19-20 19 Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; 20 porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.

El principal tema de la predicación de un apóstol es Cristo, presentándolo como Salvador y Señor. Su corazón arde por exaltar al Hijo ante los hombres, llenar la tierra del evangelio de Cristo (Romanos 15:19). No gasta esfuerzos en que su nombre o ministerio sean conocidos, ya que como discípulo de Jesucristo no recibe la gloria de los hombres (Juan 5:41). Pero si busca ser escuchado por los hombres es para llevarlos hacia la cruz de nuestro Salvador. La visión que tiene es ver a Cristo reinando sobre cada hombre y sobre toda la creación.

LA EDIFICACIÓN DE CADA HIJO DE DIOS

Gálatas 4:19 19 Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros

3 Juan 1:4 4 No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.

El Espíritu Santo pone en el apóstol profundo amor de padre por los hijos de Dios. Impulsado por este amor, que para él no es gravoso, hace todo lo posible para que las vidas de sus hijos alcancen la madurez, el varón perfecto a la medida de la plenitud de Cristo, y alcancen además los propósitos que Dios tiene para cada uno. Se alegra al ver que sus hijos crecen y no tiene envidia si a alguno de ellos Dios le da mayor gracia que a él mismo. Es así que tampoco tiene problemas en establecer una relación llana, sincera, fraternal con sus hijos; porque sabe que Jesús no lo puso por encima de sus hermanos para ejercer desde allí autoridad sobre ellos; sino, que por el contrario fue llamado para servirles y guiarles en su crecimiento espiritual. Ama a los hijos de Dios como Cristo amó a sus discípulos.

AMOR POR LA IGLESIA DE CRISTO

2 Corintios 11:28 28 y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias.

El llamado de un apóstol va más allá de su iglesia local, su agrupación o denominación. Sus esfuerzos están dedicados, entonces, a la edificación de toda la Iglesia como columna y baluarte de la verdad (1 Timoteo 3:15). El sectarismo es incompatible con el ministerio apostólico. Su llamado es a poner el fundamento, es decir Cristo, con todo lo que se refiere a su persona y su obra. No lleva a la Iglesia a una “visión” personal, sino que sigue el rumbo trazado por Jesucristo y los primeros apóstoles. Está conciente que no fue escogido para ejercer dominio sobre la Iglesia, sino para edificarla con amor. Los apóstoles del primer siglo usaron instrumentos como la enseñanza directa y los escritos. Actualmente contamos con instrumentos (radio, TV, internet, etc.) que pueden ser más eficientes, pero que no lo serán si no son usados con amor.

Como mencioné al principio, las “señales” no son lo más importante, sino el corazón. Si ves a alguno de los apóstoles contemporáneos observa y pregúntate: ¿Qué lugar ocupa el Cristo crucificado en su predicación?, ¿es evidente su amor por sus hijos espirituales?, ¿busca su ministerio edificar a toda la Iglesia o sólo busca realizar un proyecto personal? La iglesia de Éfeso fue elogiada por Cristo por reconocer a los falsos apóstoles. Nosotros también debemos identificarlos, porque el riesgo que se corre es que pueden desviar a la Iglesia de los propósitos de Dios.
Hermanos, el Señor nos llama a tener en honra a sus buenos ministros, pero también nos advierte a estar alertas ante los obreros fraudulentos. Estos personajes pueden hacer más daño hoy que hace unos años atrás, pues la tecnología actual permite que masifiquen su mensaje falso. Los tiempos difíciles demandan que los cristianos estemos más atentos.

Judas 1:20-21 20 Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, 21 conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.

Por último, estos deseos del corazón de un apóstol provienen de Dios mismo, y son dados por el Espíritu Santo. No sólo los apóstoles deben tener este corazón, sino cada hijo de Dios en particular. Todo cristiano está llamado a proclamar a Cristo, a edificar al hermano y amar al cuerpo Cristo en conjunto. Tal vez no todos tengamos la oportunidad de estar frente a un púlpito, el mismo Jesús no usó de uno; pero Dios nos ha puesto estratégicamente en diferentes escenarios (casa, escuela, universidad, centro de trabajo, iglesia local, etc.) para cumplir esta misión. Ante la aparición de tantos falsos ministros la Iglesia y cada creyente deben combatir las mentiras con la verdad y el amor.