Cita:
Amigo Pedro Blanco, Yerushalayim nos dice que las seiscientas o más leyes del viejo testamento son todas ley de Dios y hay que cumplirlas. Y el que quiera ser cristiano tiene que cumplir también con esa ley.
Tú, en cambio nos dices que ya no estamos bajo la ley del viejo testamento, sino bajo la ley de la gracia que nos predicó Jesucristo, y en esa discusión estoy viendo que están participando todos los demás. Nadie llega al sentimiento de que las leyes del viejo testamento hayan sido cambiadas en falsedad por la pluma mentirosa de los escribas.
Lo mismo los judíos, que los cristianos judaizantes, hacen ver que la Ley que recibió Moisés nunca fue olvidada ni copiada ni traducida ni destruida ni secuestrada ni aumentada con preceptos de hombres ni cambiada en falsedad por la pluma mentirosa de muchos escribas. Según estas doctrinas judías y judaizantes, nos quieren hacer ver que la ley fue guardada en una vitrina de cristal donde siempre estaba custodiada y vigilada por el pueblo y a la vista siempre de los hombres de buena voluntad.
Da la sensación de que se está diciendo que los sacerdotes del templo judío guardaron íntegra y pefecta la Ley que entregó Dios al pueblo de Israel, y que así, perfectamente custodiada por los sacerdotes santos y fieles a la ley, llegó la ley hasta Jesucristo y hasta nuestros días. Aquí, lo que tenemos que creer según enseñan judíos y judaizantes, es que todas las leyes del viejo testamento eran palabra de Dios y vinieron perfectamente custodiadas y escritas así como se las entregó Dios a Moisés.
El problema, según estas enseñanzas, no radica en los preceptos del viejo testamento..., pues todos los preceptos son palabra de Dios según ellos afirman; todo el problema venía porque el pueblo era rebelde a la ley de Dios escrita perfectamente en el viejo testamento, y la ley no era respetada por el pueblo. Y como los hombres no podían o no querían respetar la ley de Dios escrita perfectamente en los más de seiscientos preceptos del viejo testamento, entonces Jesucristo vino, cumplió con todos los preceptos del viejo testamento, desde el primero hasta el último.
Según esta enseñanza judaizante, Jesucristo cumplió con la ley del Talión "ojo por ojo, diente por diente", mandó matar a las mujeres adúlteras, mandó hacer guerra al enemigo, mandó que se matara a palos a los hijos desobedientes, que se quemara a las jóvenes que no llegaban vírgenes al matrimonio, que los hombres aplicaran penas de muerte contra las faltas, y que los hombres mataran a los culpables..., que se matara a los hombres que salían a recoger leña al campo en sábado, que no se amara al enemigo, que no se le perdonara, que cuando el enemigo fuera vencido, se le persiguiera por los campos a todos los supervivientes y se les degollara allí donde se encontraran y que luego se entrara a las ciudades y se matara a los niños inocentes y mujeres y ancianos, a todos.
Según los judaizantes, Jesucristo cumplió con todas estas leyes. Jesús fue un judío, completamente judío, seguidor de las lyes judías...
¡Que horror!... ¡Qué equivocación!... ¡Y qué doctrina más terrible!...
Precisamente, Jesucristo no cumplió con ninguna de esas cosas, sino que las abolió. Por eso los cristianos nunca más deben decir que Jesucristo cumplió con todas las leyes del viejo testamento. Y eso está perfectamente documentado en el Evangelio. Y Jesucristo no cumplió con ninguna de esas leyes judías, porque esas leyes no eran preceptos de Dios, sino de los hombres.
Ahora bien, Jesucristo sí cumplió con la Ley..., pero con la verdadera Ley de Dios dada a Moisés que muchos ya no seguían y otros no conocían; y esta Ley que Jesucristo cumplió es la verdadera Ley de Dios, que Él mismo nos vuelve a revelar en su Evangelio. Así nos dice el Señor:
"Haced con los hombres todo lo que queráis que ellos hagan con vosotros; porque ésta es la Ley y los Profetas" (Mateo 7,12)... Ésta es la Ley con la que Jesucristo cumplió.
Jesucristo vino a restablecer la verdadera Ley de Dios dada a Moisés en el Sinaí, porque los hombres no habían sido fieles a la Ley... ¿Y por qué no habían sido fieles a la Ley? ¿sólo poque no podían o no querían cumplir con ella? ¿o también porque la Ley de Dios había sido cambiada en falsedad por la pluma mentirosa de los escribas?...
Esta última opción y forma de entender las enseñanzas de Jesucristo siempre ha sido rechazada por los judíos y judaizantes: "la piedra rechazada por los constructores ha venido a ser la piedra principal".
Así que deberíamos dejarnos ya de tanta fábula judía y judaizante y atenernos fielmente a lo que nos dicen los profetas, Jesucristo y los Apóstoles. Y así nos dicen:
"Ay de los que dan leyes inicuas y de los escribas que escriben prescripciones tiránicas para apartar del tribunal a los pobres y conculcar el derecho de los desvalidos de mi pueblo, para despojar a las viudas y robar a los huérfanos" (Isaías 10,1-2)
"Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado" (Isaías 29,13).
El viejo testamento nos dice que Dios mandó hacer muchos sacrificios y holocaustos, pero nos dicen los profetas:
"Así dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel. Añadid vuestros holocaustos a vuestros sacrificios y comeos la carne. Que cuando yo saqué a vuestros padres del país de Egipto, no les hablé ni les mandé nada tocante a holocausto y sacrificio". (Jeremías 7, 21-22).
"Porque yo quiero amor, no sacrificios; conocimiento de Dios, que no holocaustos" (Oseas 6,6).
"Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas. Los sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron consternados; he aquí que aborrecieron la palabra de Yavé; ¿y qué sabiduría tienen?" (Jeremías 8:7-9).
"Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Yavé de los ejércitos". (Malaquías 2,7)
"Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley" (Sofonías 3:4).
Jesucristo, cuando comenzó a predicar, nos dijo que Él no venía a abolir la Ley, sino a cumplirla... Él era Dios y venía a cumplir con la Ley que Él mismo nos enseña: "Haced con los hombres todo lo que queráis que ellos hagan con vosotros; porque ésta es la Ley y los Profetas"; y ésta es la Ley con la que cumplió el Señor...
MANDAMIENTOS CRUELES E IMPERFECTOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO QUE JESUCRISTO DEJA ABOLIDOS.
" Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido" (MATEO 5:18).
"Haced con los hombres todo lo que queráis que ellos hagan con vosotros; porque ésta es la Ley y los Profetas" (Mateo 7,12).
De esta Ley, que es la verdadera Ley de Dios, no pasará ni una jota ni una tilde. Entonces todos los mandamientos crueles del Antiguo Testamento que Jesucristo cambia o deja abolidos es que no eran mandamientos de Dios..., porque la Ley de Dios no pasará "hasta que todo se cumpla". Ahora veamos algunos preceptos que el Señor deja abolidos:
"Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego". (Mateo 5,21-22).
Los escribas judíos habían escrito en el A. T. muchos preceptos que mandaban torturar y matar a los hermanos cuando estos faltaban a algunos preceptos de sus leyes. El Señor dejó abolidos esos preceptos.
"Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón". (Mateo 5,27-28).
Ahora el adulterio ya no es solamente la infidelidad a Dios, pues ahora todo el que mire a una mujer para codiciarla (tenerla en propiedad) ya adultera en su corazón. Y es que los judíos tenían a las mujeres igual que tenían a los esclavos, como parte de su propiedad, y esto faltaba a la misericordia porque las mujeres no tenían derecho a ser libres como los hombres. El Señor deja abolidas estas costumbres de querer tener a las personas en propiedad.
"También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio". (Mateo 5,31-32).
Aquí recuerda otra vez Jesucristo otra injusticia de los judíos, pues las mujeres no tenían autoridad para separarse de sus maridos. Siempre eran esclavas de ellos, pero los hombres, en cambio, cuando ya se cansaban de una mujer, podían echarla de casa con cualquier excusa, exponiéndolas al peligro de la calle, de la soledad y del hambre. Estos preceptos judíos también faltaban a la justicia y a la misericordia..., y el Señor los deja abolidos.
En otra ocasión también nos dice el Señor que, por la dureza de corazón de muchos hombres de Israel, Moisés cambió la Ley dada desde el principio en cuanto al divorcio (el abandono de las mujeres):
"Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera". (MATEO 19:7-9).
La declaración que encierran estos versículos parece dura de oír. Pero la realidad es que Moisés permitió a los hombres hacer algo que no era así desde el principio. Entonces, en el principio había una Ley dada por Dios que Moisés cambió por la dureza de los hombres... El viejo testamento en cuanto a los divorcios nos dice:
"Si un hombre toma una mujer y se casa con ella, y resulta que esta mujer no halla gracia a sus ojos, porque descubre en ella algo que le desagrada, le redactará un libelo de repudio, se lo pondrá en su mano y la despedirá de su casa". (Deuteronomio 24,1).
Jesucristo deja abolida esta ley sobre los divorcios y vuelve a restablecer la Ley del principio dada por Dios. La enseñanza que se desprende de estos versículos es que la Ley que desde el principio había dado Dios a los hombres, no solamente fue cambiada posteriormente por los escribas, como nos dice el profeta Jeremías (Jeremías 8,8), sino en este caso también por Moisés. Examinando estos versículos, después podemos entender mejor a Juan, cuando refiriéndose a Moisés nos dice:
"Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo". (Juan 1:17).
OTRAS LEYES ABOLIDAS
"Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede". (Mateo 3,33-37).
Los judíos tenían costumbre de jurar en muchos casos... El Señor deja abolidos estos preceptos.
LA LEY DEL TALIÓN: "Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses". (Mateo 3,38-42).
Los judíos tenían la costumbre de aplicar la ley del Talión en sus juicios (ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura..., etc. (Éxodo 21,24-25)), pero esta ley faltaba a la misericordia y no contemplaba tampoco el perdón que debemos a los hermanos... El Señor deja abolida la ley del Talión.
Esta ley del Talión es una ley cruel que no contempla el perdón y la misericordia; entonces, si esta ley no comtempla el perdón ni la misericordia... ¿cómo va a ser palabra de Dios? Jesucristo dejó abolida esa ley como nos dice el Evangelio...; y si la cambió o la dejó abolida, ¿cómo va a ser palabra de Dios si Jesucristo, que es Dios, nos dice: "ni una jota ni una tilde pasará de la Ley hasta que todo se cumpla" (Mateo 5,18)?
El pacto verdadero que guarda la palabra de Dios no es imperfecto, es eterno y nunca será abolido:
"Redención ha enviado a su pueblo; Para siempre ha ordenado su pacto" (Salmos 111,9)
Entonces, todo precepto del viejo testamento que Jesucristo deja abolido, no era palabra de Dios..., porque el Pacto de Dios es para siempre.
El amor que debemos a todos los hombres:
"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen" (Mateo 5,43-44).
Los judíos, siguiendo las tradiciones de los pueblos vecinos, habían endurecido sus corazones con las guerras y las penas de muerte, y en muchos casos no tenían compasión con los enemigos vencidos, pues en muchos casos los degollaban o los ahorcaban, etc. Jesucristo deja abolidos los preceptos que mandan aborrecer al enemigo.
Sobre las penas de muerte que aplicaban los judíos:
"Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. (Juan 8:3-7).
Entonces, si Jesucristo es Dios y Él nos dice que el que no haya pecado nunca, que tire la primera piedra..., y como todos los hombres somos pecadores, nadie tiene autoridad ni nunca la tuvo para matar a sus semejantes. Las leyes del Antiguo Testamento que mandan torturar y matar a las personas quedaron abolidas.
Cuando Jesucristo nos dice "Oísteis que fue dicho......" y luego nos dice "Pero yo os digo.......", el Señor deja abolido el precepto imperfecto del viejo testamento y en su lugar nos enseña la verdadera Ley de Dios.
En el Evangelio podemos observar también en otros capitulos cómo Jesucristo sigue enseñando a los judíos una Ley diferente a la que ellos tenían: LA ORACIÓN (Mateo 6,5-15)... LOS JUICIOS (Mateo 7,1)... LA VERDADERA LEY (Mateo 7,12)... LOS FALSOS RELIGIOSOS (Mateo 7,21)... LOS AYUNOS (Mateo 9,14-15)...
También en el Concilio de Jerusalén se declaró qué Ley debían guardar los cristianos (Hechos 15)... En Gálatas 5 se nos dice que Jesucristo nos libró del viejo testamento... En Hebreos 7 se nos dice que el viejo pacto fue abrogado a causa de su debilidad e ineficacia y porque la ley vieja nada llevaba a la perfección... Y en Hebreos 8 se nos dice que el viejo pacto era defectuoso y por eso Jesucristo puso en su lugar el Nuevo Pacto (el Evangelio).
Cuando se discute sobre la verdadera Ley de Dios, hay que dejar por un momento aparte las doctrinas judías y judaizantes y poner atención a todas estas citas bíblicas de los Profetas, de Jesucristo y de los Apóstoles..., porque, de lo contrario, nunca vamos a entender nada y siempre vamos a estar defendiendo a los constructores que despreciaron la Piedra (la enseñanza) Principal.