En estos días me he estado preguntando sobre que pensarán aquellos cristianos (católicos, evangélicos, mormones, TJ, adventista, etc, etc) que celebran la navidad con respecto al "espíritu de la navidad"....ciertamente muchos sienten que estas fechas navideñas traen unión familiar, buenas comidas, fiestas, alegria, arboles de navidad, pesebres, etc, etc...pues todo tiene un aspecto de mucha felicidad como seguramente muchos cristianos lo viven...ahora, el espíritu de la navidad es una creencia que se está expandiendo fuertemente en muchos paises del mundo hasta el punto que ya muchos lo consideran una "tradición especial" y no seria nada raro que esta creencia vaya adaptandose poco a poco entre los cristianos....cabe preguntarse entonces: está satanás detrás de todo esto? será que muchos cristianos caerán en la creencia del espíritu de la navidad? es esta creencia sana a la luz de la biblia? donde queda el espíritu Santo?
abajo les coloco una información más detallada de lo que es esta creencia, para tí que celebras la navidad y no sabías esto (siento mucho aguarles la fiesta navideña):
Fuente: http://www.terra.com.ve/especiales/navidad2005/esp%EDritu.htm
La Leyenda del Espíritu de la Navidad
La celebración de la llegada del Espíritu de la Navidad es una tradición de origen nórdico, que paulatinamente se va introduciendo en varios paises. Esta festividad toma la fecha del 21 de diciembre, día en que la Tierra entra en el Solsticio de Invierno, es decir, cuando el planeta se encuentra en el punto más lejano de su órbita respecto al sol; es la ocasión propicia para que, entre las diez y unos minutos pasada la medianoche (según el año) el Espíritu de la Navidad baje a la tierra y visite a los hombres de buena voluntad.
Cuenta la leyenda que, hace uno ochenta y dos mil años, un ser de una galaxia muy lejana llegó al planeta Tierra, específicamente en la zona que actualmente se conoce como Escandinavia. Este individuo, caracterizado por una contagiosa alegría, era un viajero errante que predicaba sus conocimientos sobre la vida en otras galaxias.
De contextura delgada, alto y apariencia juvenil, del cuerpo de aquel ser trascendente se desprendían destellos luminosos de color rojo y dorado. Estas emanaciones se transmutaban en oro y piedras preciosas, las cuales eran recibidas por los pobladores como obsequios de condensación de energía y no por una valía mercantil, inexistente en aquellos tiempos inmemorables.
Como todas las leyendas, esta maravillosa historia esconde un trasfondo realista. El ahora conocido como el Maestro de la Natividad fue un hombre muy bondadoso, característica que le mereció la inmortalidad en una figura magnánima que, cada año, está dispuesta a dar millones de regalos.
La gran sabiduría de este individuo se tradujo en la percepción generalizada de que era un anciano, el cual deambulaba por los fríos (y ahora inexpugnables) parajes en los que se recrea la leyenda. La apariencia de quien fuera el sustrato mortal para ese divino ser difiere mucho de su representación tradicional de una persona obesa con barba. La verdad olvidada: un hombre alto, rubio, con grandes ojos azules, cara ovalada y figura delgada.
En la agonía de cada año, el Espíritu de la Navidad desciende de forma etérea en todos los hogares que le dan la bienvenida, recibimiento que se retribuye con abundancia, paz y amor para los próximos doce meses.
Como recibir al Espíritu de la Navidad
La manera más sencilla de recibir y celebrar la llegada del Espíritu de la Navidad es con sana alegría, acompañando ese sentimiento con la ignición de velas rojas, doradas y violetas, siempre en números impares. La bienvenida se representa simbólicamente con la apertura de todas las puertas y ventanas, además del uso de esencias de mandarina en el hogar.
Posteriormente, se reza una oración muy personal y se procede a un acto de reflexión, pidiendo sinceramente el perdón por todas las faltas cometidas. De haberse celebrado previamente esta festividad, se recorta cada una de las peticiones de la lista del año anterior y, en la medida en que son incineradas individualmente, el momento es propicio para agradecer a Dios por los deseos cumplidos.
Después del acto de purificación, se hace una nueva lista de peticiones para el período venidero, siempre usando una sola cara de una hoja papel, para así contar con el espacio suficiente al momento de recortar cada solicitud. El número de las peticiones también debe ser impar, en cada una de las siguientes categorías:
Por la Humanidad
Por el País
Por nuestros amigos y familiares
Por nosotros mismos
Es importante destacar la presencia de las peticiones espirituales, pues tienen mayor fuerza que las materiales, las cuales llegarán por añadidura. Entre las solicitudes que se pueden hacer, unos buenos ejemplos serían: comprensión, armonía (en la pareja, relaciones comerciales o empresariales), salud, el abandono de malos hábitos o vicios, etc. La lista de peticiones es algo muy personal que se ha de guardar celosamente hasta el siguiente año, cuando se hace una evaluación de las solicitudes cumplidas.
abajo les coloco una información más detallada de lo que es esta creencia, para tí que celebras la navidad y no sabías esto (siento mucho aguarles la fiesta navideña):
Fuente: http://www.terra.com.ve/especiales/navidad2005/esp%EDritu.htm
La Leyenda del Espíritu de la Navidad
La celebración de la llegada del Espíritu de la Navidad es una tradición de origen nórdico, que paulatinamente se va introduciendo en varios paises. Esta festividad toma la fecha del 21 de diciembre, día en que la Tierra entra en el Solsticio de Invierno, es decir, cuando el planeta se encuentra en el punto más lejano de su órbita respecto al sol; es la ocasión propicia para que, entre las diez y unos minutos pasada la medianoche (según el año) el Espíritu de la Navidad baje a la tierra y visite a los hombres de buena voluntad.
Cuenta la leyenda que, hace uno ochenta y dos mil años, un ser de una galaxia muy lejana llegó al planeta Tierra, específicamente en la zona que actualmente se conoce como Escandinavia. Este individuo, caracterizado por una contagiosa alegría, era un viajero errante que predicaba sus conocimientos sobre la vida en otras galaxias.
De contextura delgada, alto y apariencia juvenil, del cuerpo de aquel ser trascendente se desprendían destellos luminosos de color rojo y dorado. Estas emanaciones se transmutaban en oro y piedras preciosas, las cuales eran recibidas por los pobladores como obsequios de condensación de energía y no por una valía mercantil, inexistente en aquellos tiempos inmemorables.
Como todas las leyendas, esta maravillosa historia esconde un trasfondo realista. El ahora conocido como el Maestro de la Natividad fue un hombre muy bondadoso, característica que le mereció la inmortalidad en una figura magnánima que, cada año, está dispuesta a dar millones de regalos.
La gran sabiduría de este individuo se tradujo en la percepción generalizada de que era un anciano, el cual deambulaba por los fríos (y ahora inexpugnables) parajes en los que se recrea la leyenda. La apariencia de quien fuera el sustrato mortal para ese divino ser difiere mucho de su representación tradicional de una persona obesa con barba. La verdad olvidada: un hombre alto, rubio, con grandes ojos azules, cara ovalada y figura delgada.
En la agonía de cada año, el Espíritu de la Navidad desciende de forma etérea en todos los hogares que le dan la bienvenida, recibimiento que se retribuye con abundancia, paz y amor para los próximos doce meses.
Como recibir al Espíritu de la Navidad
La manera más sencilla de recibir y celebrar la llegada del Espíritu de la Navidad es con sana alegría, acompañando ese sentimiento con la ignición de velas rojas, doradas y violetas, siempre en números impares. La bienvenida se representa simbólicamente con la apertura de todas las puertas y ventanas, además del uso de esencias de mandarina en el hogar.
Posteriormente, se reza una oración muy personal y se procede a un acto de reflexión, pidiendo sinceramente el perdón por todas las faltas cometidas. De haberse celebrado previamente esta festividad, se recorta cada una de las peticiones de la lista del año anterior y, en la medida en que son incineradas individualmente, el momento es propicio para agradecer a Dios por los deseos cumplidos.
Después del acto de purificación, se hace una nueva lista de peticiones para el período venidero, siempre usando una sola cara de una hoja papel, para así contar con el espacio suficiente al momento de recortar cada solicitud. El número de las peticiones también debe ser impar, en cada una de las siguientes categorías:
Por la Humanidad
Por el País
Por nuestros amigos y familiares
Por nosotros mismos
Es importante destacar la presencia de las peticiones espirituales, pues tienen mayor fuerza que las materiales, las cuales llegarán por añadidura. Entre las solicitudes que se pueden hacer, unos buenos ejemplos serían: comprensión, armonía (en la pareja, relaciones comerciales o empresariales), salud, el abandono de malos hábitos o vicios, etc. La lista de peticiones es algo muy personal que se ha de guardar celosamente hasta el siguiente año, cuando se hace una evaluación de las solicitudes cumplidas.