10 ORACIÓN, divino tesoro – ADORACIÓN

25 Noviembre 2001
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10 ORACIÓN, divino tesoro – ADORACIÓN

A él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades,
por los siglos de los siglos.
Amén
”.
EFESIOS 3:21


El trono de la gracia

En este versículo encontramos ADORACIÓN; no oración, el apóstol Pablo ya había orado. Encontramos adoración—ni siquiera demasiada alabanza en el completo sentido de lo que ésta es— y mucho más de ésta que lo que podemos interpretar. A duras penas puedo describir la adoración. La alabanza es un río que fluye jubiloso en su propio cauce, con orillas de cada lado que le permiten correr hacia su único objetivo, en tanto que la adoración es el mismo río desbordándose por encima de todas sus orillas, inundando el alma y cubriendo la naturaleza entera con sus grandiosas aguas, las cuales no se mueven ni se agitan demasiado cuando al permanecer todavía en profundo reposo, reflejan LA GLORIA QUE BRILLA SOBRE ÉSTA tal como el sol del verano brilla sobre un mar de vidrio. Adoración no es buscar la divina presencia, pero se hace consciente de ésta a un grado impronunciable y, por tanto, está llena de sobrecogimiento y paz tal como el mar de Galilea cuando sus olas sentían el toque de los sagrados pies. Adoración es plenitud, lo alto y lo profundo, lo largo y ancho de la alabanza. Adoración me parece que es como el cielo estrellado que está siempre manifestando la GLORIA DE DIOS aunque “no hay lenguaje ni palabras ni es oída su voz” (Salmos 19:3). Es el elocuente silencio de un alma que igualmente está lleno de lenguaje. Postrarte en el polvo en humildad y, no obstante, remontar vuelo en sublime pensamiento; hundirte en el mero centro de la nada y aún ser tan dilatado como para ser llenado con toda la plenitud de Dios; no tener pensamiento alguno y aún tener todos los pensamientos; perderte dentro de la grandeza de Dios; ESTO ES ADORACIÓN.

Es menester que fijemos un buen espacio de tiempo para esta cita sagrada. Redundará en nuestro mayor enriquecimiento si hacemos de la adoración parte fundamental de nuestra cotidiana oración de modo que el Espíritu bendito nos lleve frecuentemente fuera de nosotros mismos y nos eleve por encima de las preocupaciones subalternas que nos rodean HASTA QUE SEAMOS CONSCIENTES SOLAMENTE DE DIOS Y SU ABUNDANTE GLORIA. OH que Él nos sumergiera dentro del más profundo océano del Altísimo hasta que nos perdiésemos en Su inmensidad y pudiéramos exclamar maravillados, “¡OH qué profundidades! ¡OH qué profundidades!” Aparta tus ojos de todo lo otro para Él, el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero. Considéralo a Él, tan sólo a Él, y ríndele a Él gloria.



Gloria a Ti, Eterno. Por siempre jamás Tú eres Dios. ¿Me permites perderme en la plenitud de Tu Santo Espíritu? ¡Amén!

Amado, amada, que me escuchas: Si este mensaje (traducido a la lengua castellana y proveniente de un inspirado hermano en Cristo Jesús que ahora mora con el Señor) te ha sido de edificación y deseas leer otros de la misma cosecha, te ruego entonces que abras los vínculos siguientes:

* 01 ORACIÓN, divino tesoro - ¡LLAMA A LA PUERTA!
* 02 ORACIÓN, divino tesoro - ¡NO TE PREOCUPES!
* 03 ORACIÓN, divino tesoro – ADOPCIÓN: EL ESPÍRITU y EL GRITO
* 04 ORACIÓN, divino tesoro – ORACIÓN EFICAZ
* 05 ORACIÓN, divino tesoro – ORANDO EN EL ESPÍRITU
* 06 ORACIÓN, divino tesoro – ORACIÓN VERDADERA, ¡VERDADERO PODER!
* 07 ORACIÓN, divino tesoro – INCESANTE ORACIÓN
* 08 ORACIÓN, divino tesoro – HÁGASE TU VOLUNTAD
* 09 ORACIÓN, divino tesoro – EL TRONO DE LA GRACIA
 
¡Discúlpenme!

¡Discúlpenme!

Discúlpenme, en realidad, éste debió ser el encabezado de este mensaje:

A él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades,
por los siglos de los siglos.
Amén
”.
EFESIOS 3:21


Adoración