“Orad sin cesar”.
1 TESALONICENSES 5:17
Oración incesante
Nuestro Señor Jesucristo en estas palabras asegura que tú puedes orar sin cesar. No hay tiempo alguno en el que no puedas orar. No hay ni un solo momento impuro en la hora ni una hora en el día o el año inaceptable para orar. Doquiera buscamos al Señor de todo corazón Él es hallado por nosotros; siempre que le clamamos, Él nos oye.
He aquí que tú tienes permiso para venir al sillón de la misericordia cuando quieras ya que el velo que cubre el lugar del Altísimo ha sido rasgado en dos partes de arriba abajo, de modo que nuestro acceso al sillón de la misericordia sea indiscutido e indiscutible. El monarca cuyo palacio estaba en Susa no permitía acceso alguno a él a menos que él mandara a buscar a la gente; mas el Rey de reyes ha llamado a TODO SU PUEBLO y éste puede venir a Él todo el tiempo. Los que se presentaban ante el trono del rey Asuero eran asesinados, a menos que él extendiera su cetro hacia ellos; pero nuestro Rey nunca retira Su cetro, éste siempre está extendido y cualquiera que desee venir a Él puede venir AHORA y a CUALQUIER HORA. Entre los persas había unos pocos de la nobleza que tenían el peculiar y especial derecho de tener una audiencia con el rey en cualquier momento que ellos escogieran. Ese peculiar derecho de unos pocos y de los muy importantes es el privilegio de CADA HIJO DE DIOS. Los HIJOS DE DIOS podemos venir ante el Rey a toda hora, en todo tiempo. La madrugada no es demasiado tarde para Dios; el descollar del día, cuando el primer y débil rayo de luz se ve en el horizonte, no es demasiado temprano para el Altísimo; al mediodía Él no está demasiado ocupado y cuando se avecina la noche Él no está demasiado cansado o aburrido con las oraciones de Sus hijos. Orar continuamente es uno de los más dulces y preciosos permisos que EL CREYENTE –AUTÉNTICO CREYENTE- tiene para abrir su pecho ante el Señor a toda hora, en todo tiempo.
Las PUERTAS DEL TEMPLO del DIVINO AMOR no serán cerradas. Nada ni nadie puede poner barrera alguna entre un alma orante y su Dios. El camino de los ángeles y de las oraciones está siempre abierto. Permitámonos enviar fuera la paloma de la oración y podemos estar seguros que ella ha de retornar a nosotros con una rama de oliva de paz en su boca. Eternamente el Señor ha tomado en cuenta las súplicas de Sus servidores y espera ser misericordioso con ellos.
Señor Jesús, Tú abriste las puertas del templo para siempre. ¡Que mi corazón siempre more allí! ¡Amen!
Amado, amada, que me escuchas: Si este mensaje (traducido a la lengua castellana y proveniente de un inspirado hermano en Cristo Jesús que ahora mora con el Señor) te ha sido de edificación y deseas leer otros de la misma cosecha, te ruego entonces que abras los vínculos siguientes:
— 01 ORACIÓN, divino tesoro - ¡LLAMA A LA PUERTA!
— 02 ORACIÓN, divino tesoro - ¡NO TE PREOCUPES!
— 03 ORACIÓN, divino tesoro – ADOPCIÓN: EL ESPÍRITU y EL GRITO
— 04 ORACIÓN, divino tesoro – ORACIÓN EFICAZ
— 05 ORACIÓN, divino tesoro – ORANDO EN EL ESPÍRITU
— 06 ORACIÓN, divino tesoro – ORACIÓN VERDADERA, ¡VERDADERO PODER!
1 TESALONICENSES 5:17
Oración incesante
Nuestro Señor Jesucristo en estas palabras asegura que tú puedes orar sin cesar. No hay tiempo alguno en el que no puedas orar. No hay ni un solo momento impuro en la hora ni una hora en el día o el año inaceptable para orar. Doquiera buscamos al Señor de todo corazón Él es hallado por nosotros; siempre que le clamamos, Él nos oye.
He aquí que tú tienes permiso para venir al sillón de la misericordia cuando quieras ya que el velo que cubre el lugar del Altísimo ha sido rasgado en dos partes de arriba abajo, de modo que nuestro acceso al sillón de la misericordia sea indiscutido e indiscutible. El monarca cuyo palacio estaba en Susa no permitía acceso alguno a él a menos que él mandara a buscar a la gente; mas el Rey de reyes ha llamado a TODO SU PUEBLO y éste puede venir a Él todo el tiempo. Los que se presentaban ante el trono del rey Asuero eran asesinados, a menos que él extendiera su cetro hacia ellos; pero nuestro Rey nunca retira Su cetro, éste siempre está extendido y cualquiera que desee venir a Él puede venir AHORA y a CUALQUIER HORA. Entre los persas había unos pocos de la nobleza que tenían el peculiar y especial derecho de tener una audiencia con el rey en cualquier momento que ellos escogieran. Ese peculiar derecho de unos pocos y de los muy importantes es el privilegio de CADA HIJO DE DIOS. Los HIJOS DE DIOS podemos venir ante el Rey a toda hora, en todo tiempo. La madrugada no es demasiado tarde para Dios; el descollar del día, cuando el primer y débil rayo de luz se ve en el horizonte, no es demasiado temprano para el Altísimo; al mediodía Él no está demasiado ocupado y cuando se avecina la noche Él no está demasiado cansado o aburrido con las oraciones de Sus hijos. Orar continuamente es uno de los más dulces y preciosos permisos que EL CREYENTE –AUTÉNTICO CREYENTE- tiene para abrir su pecho ante el Señor a toda hora, en todo tiempo.
Las PUERTAS DEL TEMPLO del DIVINO AMOR no serán cerradas. Nada ni nadie puede poner barrera alguna entre un alma orante y su Dios. El camino de los ángeles y de las oraciones está siempre abierto. Permitámonos enviar fuera la paloma de la oración y podemos estar seguros que ella ha de retornar a nosotros con una rama de oliva de paz en su boca. Eternamente el Señor ha tomado en cuenta las súplicas de Sus servidores y espera ser misericordioso con ellos.
Señor Jesús, Tú abriste las puertas del templo para siempre. ¡Que mi corazón siempre more allí! ¡Amen!
Amado, amada, que me escuchas: Si este mensaje (traducido a la lengua castellana y proveniente de un inspirado hermano en Cristo Jesús que ahora mora con el Señor) te ha sido de edificación y deseas leer otros de la misma cosecha, te ruego entonces que abras los vínculos siguientes:
— 01 ORACIÓN, divino tesoro - ¡LLAMA A LA PUERTA!
— 02 ORACIÓN, divino tesoro - ¡NO TE PREOCUPES!
— 03 ORACIÓN, divino tesoro – ADOPCIÓN: EL ESPÍRITU y EL GRITO
— 04 ORACIÓN, divino tesoro – ORACIÓN EFICAZ
— 05 ORACIÓN, divino tesoro – ORANDO EN EL ESPÍRITU
— 06 ORACIÓN, divino tesoro – ORACIÓN VERDADERA, ¡VERDADERO PODER!