La salvación se pierde??



La obra Redentora no está sujeta, no está supeditada a ningún acto, contingencia, o a lo que el hombre haga o deje de hacer. LA OBRA REDENTORA DEPENDE PURA Y EXCLUSIVAMENTE DEL PROPÓSITO ETERNO DE DIOS. Y esto está claramente revelado en la gloriosa cadena de la salvación que se nos revela en Romanos cap 8 versículos 28 al 30, donde se mencionan UNA SERIE DE ACTOS DIVINOS, en donde las obras o las actitudes del hombre brillan por su ausencia.

Dios conoció en la eternidad, o lo que es lo mismo, Dios amó en la eternidad, porque, aunque Dios amó al mundo, amó de manera especial a los escogidos,

2 ) Dios predestinó a los que escogió y se los dió a su Hijo (Juan cap 17) .

3) Dios Llamó eficazmente a los escogidos, mediante un llamamiento que no puede ser resistido por cuanto mediante la previa regeneración capacita a los llamados para creer y recibir a Cristo (Juan 6;44, 2 de Timoteo cap 1; 9, Efesios cap 2;1) .

4) Dios justifica a los llamados, mediante una justificación definitiva e irrevocable, y no podría ser de otra manera, porque de no ser definitiva, en tal caso estaría supeditada a algo, es decir a obras, y en tal caso la justificación ya no dependería sólo del sacrificio de Cristo sino también de las obras de perseverancia, lo cual es una herejía y es lo que sostiene Roma.

5) A los que Justificó, a éstos también glorificó es decir quienes han sido llamados eficazmente y justificados, inexorablemente serán glorificados.
Romanos 8; 28-30 sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

Ahora bien, lo que sí está supeditado a contingencias humanas es la madurez y el crecimiento espiritual (1). Es decir, el labrador para participar de los frutos tendrá que trabajar intensamente. Lo mismo que él, atleta que si viola las reglas quedará descalificado, es decir eventualmente podría quedar fuera de la carrera para obtener una recompensa eterna además de la salvación (2). En tal caso sería salvo, pero, así como por fuego (3). Manejarse en ese terreno podría significar que Dios determine cortar de esta vida a un redimido y llevárselo prematuramente al cielo, PERO JAMÁS CONDENARLO (4).

1) 2 de Pedro Ca1; 3-11
2) 2 de Timoteo Cap 2 3-6
3) 1 de Corintios Cap 3 ; 12-15.
4) 1 de Corintios Cap 11 ; 27-32.

Solo a Dios sea La Gloria.


 


🔎1 Corintios 1:18-31
A leer a leer 📖
Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
Pues está escrito:Destruiré la sabiduría de los sabios,Y desecharé el entendimiento de los entendidos.
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?
Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.
Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría;
pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura;
mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.
Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;
y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es,
a fin de que nadie se jacte en su presencia.
Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;
para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.