Mis respuestas a todos:
Mis respuestas a todos:
Procuraré contestar en el mismo orden que introdujeron sus aportes al epígrafe:
1 – a Robinson:
Uruguay también desde hace tiempo ha dispuesto de muelles y depósitos portuarios para el libre uso de nuestros dos países mediterráneos: Bolivia y Paraguay.
De este modo, llegan y salen por Montevideo los productos originarios o destinados para esos países, transportados por buques de ultramar, con trasbordos y/o reembarcos vía fluvial o carretera.
Pero acá y ahora no se trata de paliar el inconveniente geográfico de no tener salida propia al mar, sino de proveer alguna solución definitiva, digna y honrosa para los bolivianos, sin menoscabo de la honra y dignidad de chilenos y peruanos que con esta acción se vería incrementada a ojos de todo el mundo. La voluntaria y generosa concesión de puertos extranjeros es de todos modos una solución precaria, ya que a más del encarecimiento de los fletes, se es dependiente de las relaciones políticas entre los gobiernos, cuya estabilidad no puede garantizarse ni siquiera en el marco del MERCOSUR (Véase el caso de los puentes internacionales bloqueados por los piqueteros argentinos sobre el río Uruguay).
Como yo soy uruguayo y el gestor de esta campaña es chileno, no se nos puede acusar de orgullo nacionalista.
Bastante división interna ya padece Bolivia. Pero un buen suceso de esta iniciativa podría aunar a los bolivianos, comenzando por los mismos cristianos.-
2 - Mi querido hermano Dagoberto:
Agradezco tu comprensión.
No importa cuanta pudiera ser tu ignorancia geopolítica: ¡tu visión es admirable!
Aunque pareciera que esto pudiera ser asunto exclusivo de los expertos: políticos, militares, geógrafos, economistas, etc., ellos están en cierto modo atados de pies y manos, pues lo bueno, justo y más conveniente para su propio país y los vecinos, que quisieran hacer, no pueden, por compromisos asumidos en sus respectivos partidos y esferas donde conservan su prestigio.
La verdadera democracia es la del propio pueblo y no la de los políticos que elegimos confiando en sus promesas, para que con el voto ya en la urna y su banca parlamentaria asegurada, se olviden bien pronto de su locuacidad demagógica.
Quienes de entre ellos sean honestos y valientes, de seguro que apoyarán ésta u otras iniciativas mejores que todavía pudieran plantearse.
Pero de momento, esto es lo que tenemos ¡y aquí vamos!
Recibe mi fraterno abrazo.
Ricardo.
3 – A Carlos3477:
Si es como tú dices, que es el gobierno peruano el que no quiere darle mar a Bolivia, pues los cristianos podemos orar a nuestro Dios que inclina el corazón del gobernante a lo que Él quiere (Prov.21:1). Además, pueden los creyentes peruanos enseñar a su pueblo el camino de la justicia y la bendición de Dios sobre las naciones, que a su tiempo el Señor también las reunirá para juzgarlas (Mt.25:31-46).
4 – A el-católico
Tal parece que no sólo Uruguay a través de la hidrovía sino que también Chile y Perú han sigo generosos con sus corredores terrestres para facilitar en algo a Bolivia el tráfico comercial.
Lo que después de 130 años se requiere de chilenos y peruanos es que sean magnánimos.
Extensa por demás ha sido la penitencia impuesta a Bolivia.
No han cesado los argentinos sus reclamos sobre la más que secular ocupación británica de las Islas Malvinas, ¿y hemos de confinar a Bolivia tras la cordillera?
La dimensión de la faja que proyectamos sea boliviana es tan minúscula, que ni siquiera alcanza a al 0.24% del territorio que perdiera tras la guerra del Pacífico. Por ello, ni siquiera cabe hablar de recuperación o restitución, sino apenas de la dignidad de ejercer plena soberanía sobre un territorio asaz angosto pero propio ¡y que llega al mar!
Lo más justo, no puede ahora determinarlo las reminiscencias históricas, sino la voluntad de dar algo sabiendo que en compensación se ha de recibir mucho más.
5 – a Truenos:
Aunque acostumbramos hablar así (Bolivia y Perú atacaron a Chile), la realidad histórica no es que los países y los pueblos como tales se involucraron de buena gana en guerras entre hermanos (todos hijos de San Martín, Sucre, O´Higgins), sino que en el caso que nos ocupa, un presidente boliviano de pésima memoria (Hilarión Daza) arrastró a su gente a una infausta guerra en complicidad con su par peruano Mariano Ignacio Prado. Las guerras no se hacían con ciudadanos voluntarios que odiaran a sus vecinos, sino con levas en que eran forzados a marchar y combatir, no por la patria que con ellos moría, sino por los tiranos que generalmente sobrevivían en el exilio, junto a las mal habidas riquezas que habían acumulado. Que no se puede responsabilizar a los pueblos por sus presidentes, se advierte cuando reparamos que difícilmente alguno de ellos muriera en paz y longevo. Más bien, uno se levantaba contra el otro, lo mataba y gobernaba en su lugar. Igual que hacían los reyes europeos; sólo que aquí se daban el más republicano título de Presidente.
Siendo que en el 1881 los chilenos se apoderaron de Lima, con todo no se quedaron allí. El trato que el victorioso Chile le diera al Perú, no fue el mismo que recibiera Bolivia.
La confraternidad americana y los ideales bolivarianos siguen padeciendo de una vieja herida. Chile y Perú pueden contribuir a sanarla de una buena vez. El primero, con la magnanimidad del victorioso; el segundo, en solidaridad con su otrora confabulado.-
6 –A el-católico.
Aun cuando a Chile correspondiera ceder parte del territorio tomado a Bolivia, parece justicia esperar igual liberalidad del tercero en el conflicto.
Siendo que el litoral marítimo del Perú es de aproximadamente 2.600 kilómetros, ¿qué puede representar a su integridad territorial la cesión a Bolivia de apenas un kilómetro de costa oceánica? Chile, por otra parte, mide unos 4.300 kilómetros de norte a sur. Un solo kilómetro en la frontera, ¿será perceptible en algún mapa aunque sea de mayor escala? Sé que más de un lector chileno o peruano ahora se dirá:
- ¿A Bolivia? ¡Ni un palmo! ¡Ni un milímetro cuadrado de nuestro territorio!
Pero si esos ciudadanos son cristianos, será oportuno que relean la historia de David en 1Samuel 25. Todos podemos reaccionar con la necedad de un Nabal o la prudencia de Abigail. Dios juzgó a Nabal por su necedad y así el Señor también lo hará con las naciones (Mateo 25:31-46).-
7 – A GabrielaSyme:
Porque han resultado fallidos los intentos anteriores - tanto como podrán seguir siéndolo los futuros -, es que al presente algunos cristianos estamos creyendo que Dios puede tocar las conciencias de sus hijos a fin de que incidan positivamente sobre pueblos y gobiernos.
Aunque el reino de nuestro Señor no es de este mundo, los herederos del reino de los cielos podemos vivir acá como si ya estuviésemos allá. Como somos extranjeros y advenedizos en este mundo, estamos verdaderamente libres para plantear las soluciones a los problemas que políticos y gobernantes prefieren - o se ven forzados a - perpetuar.-
8 – A Robinson:
Cuando llegaron los conquistadores españoles a la región andina, ¿dónde estaban las fronteras comunes de Bolivia, Chile y Perú? Ciertamente que el imperio inca ni tenía cómo imaginar las divisiones administrativas que impondría el Virreinato. Pero ellas son tan caprichosas como las que delimitaron los europeos en sus colonias africanas.
Que Chile pierda su frontera con Perú podría verse como ventaja y no como inconveniente.
Además, tampoco la tendría tan lejana sino apenas a dos kilómetros, como para recorrerla a pie en menos de una hora.
Como dices bien, que mucha gente – por no informada – se opondría al gobierno que así hiciera, es necesario antes que lograr la aprobación de los gobiernos, conseguirla en forma entusiasta de los mismos pueblos. Para esto, hay que educarlos. Esto no es un campeonato de fútbol.
Como si fuesen círculos concéntricos, la tendencia del hombre es tolerar y hasta simpatizar con los más lejanos, y recelar de los más cercanos. La proximidad de otros, los atemoriza. Las guerras más cruentas de la antigüedad se daban entre naciones aledañas, cuando no en revueltas internas. Los cristianos trascendemos las fronteras y amamos a lejanos y cercanos, sin reparar en el color de su bandera.
La pequeñez de mi país me brinda el privilegio de ser bien acogido en todas partes.
Es cierto que la pobreza no viene por estar lejos del mar. Muchos países de amplias costas viven en profunda pobreza. Pero también es una realidad que la salida al mar de Bolivia reactivaría el comercio, la industria y el turismo en una forma nunca vista dando trabajo y empleo a bolivianos de todas las etnias, nivel social y educación. Otra Bolivia, haría sentir su benéfica influencia en todo el entorno sudamericano.-
9 - Andrew Wiggin
1 – Ya he explicado anteriormente que no se puede perpetuar la culpabilidad de una nación por la desgracia a que fue arrastrada por el mandamás de turno. No podemos responsabilizar a los nueve millones de bolivianos contemporáneos nuestros por los que promovieron las guerras del Pacífico y del Chaco. A tantas víctimas que morían sin saber el motivo, mayormente por enfermedad, hambre y sed, ¿vamos todavía a atarles las generaciones que siguieron y las que ahora viven, condenadas nada más que por haber sido derrotadas en una guerra que no era la suya?
¿A dónde se fue a dormir nuestro sentido de justicia?
2 – Por más que sean inviables los intentos hasta ahora propuestos y fallidos, los electores de los presidentes y congresistas deben hacerse oír, ya que sabemos que apenas son necesarios para votarlos a ellos, y después “olvidate”. En una democracia auténtica, los representantes nacionales en el Parlamento, deberían legislar y votar conforme la voluntad de sus representados, y no al revés, como se hace: el representante manda y el representado obedece. La pura idea republicana es que el elegido represente la voluntad de su elector.
3 – El sentido común, buen juicio y sano criterio, bastan para resolver muchos problemas cuando hay voluntad de actuar como homo sapiens y no como aquellos que con su orín marcan territorio.
En cuanto a la SOLUCION que propones:
- Bolivia tiene actualmente Presidente, gobernantes y parlamentarios elegidos en comicios libres y democráticos tal como en cualquier república que se precie de tal. Seguramente que ellos mismos, que conocen mejor sus problemas, son los indicados para hallarles solución.
Bolivia no necesita ayuda de nadie. Solamente que se le de la oportunidad.
La salida al mar puede proveérsela.
El bloque de países del MERCOSUR (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) puede garantizar el logro alcanzado, en cuanto a que ninguna eventual ambición territorial será alimentada, siendo la paz y buena convivencia esencial a lo que se pretende.
La memoria de Artigas, Bolívar, O´Higgins, San Martín y Sucre, podrá por fin descansar en paz. De otro modo, ¿de qué sirve que levantemos monumentos a los próceres si olvidamos sus ideales?
Mis cordiales saludos a todos.
Ricardo.