Cito:
Los pecados y yerros se expían por medio del proceso del arrepentimiento, que en hebreo se denomina teshuvá.
Existían algo así como 50 (CINCUENTA) tipos diferentes de sacrificios que se presentaban en el Templo (algunos de animales, otros varios de vegetales), de los cuales unos pocos eran para AYUDAR en el proceso del arrepentimiento... ¡unos pocos de 50!
Los sacrificios "por el pecado" por sí mismos no redimían, y de poco servían; sino que eran una ayuda para que la persona lograra tomar conciencia del daño que ocasionó, y por tanto se embarcara seriamente y con responsabilidad en el trabajo duro de arrepentirse.
Mientras tanto, lea lo que claramente dijo el profeta:
"Dice el Eterno: ''¿De qué Me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.
Cuando venís a ver Mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis Mis atrios?
No traigáis más ofrendas vanas. El incienso Me es una abominación; también las lunas nuevas, los sábados y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.
Cuando extendáis vuestras manos, Yo esconderé de vosotros Mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, Yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de Mis ojos. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda..."
(Ieshaiá / Isaías 1:11-17)
De nada sirven las multitudes de sacrificios y los litros de sangre derramada en sacrificios de expiación, si es que no están acompañados (más bien precedidos y continuados) por una conducta acorde a lo que Él demanda, esto es: CUMPLIMIENTO CABAL DE LOS PRECEPTOS (7 con sus derivados para los gentiles; 613 y los reglamentos rabínicos para los judíos).
Los sacrificios mecánicamente realizados y las plegarias vacías y las invocaciones superficiales son vanidad, si no hay cumplimiento fiel de Sus mandamientos, ni amor al prójimo tal como Él estipula en Su perfecta Torá.
Así es el mensaje que se reitera una y otra vez:
"¿Se complace tanto el Eterno en los holocaustos y en los sacrificios como en que la palabra del Eterno sea obedecida?
Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es mejor que el sebo de los carneros."
(1 Shemuel / I Samuel 15:22)
"¡Vuelve, oh Israel, al Eterno tu Elokim; porque por tu pecado has caído!
Tomad con vosotros estas palabras y volved al Eterno.
Decidle: ''Quita toda la iniquidad y acéptanos con benevolencia; en lugar de vacunos te ofrecemos [el fruto de] nuestros labios."
(Hoshea / Oseas 14:2-3)
Así que, para que Dios nos perdone tenemos que:
1. Reconocer a Dios, y darnos cuenta de nuestro extravío.
2. Arrepentirnos.
3. No volver a hacer lo negativo.
4. Pedirle perdón a Él por los pecados en Su contra.
5. Pedirle perdón al prójimo por los actos injustos en su contra.
6. Arreglar lo que podamos enmendar.
7. Cumplir los mandamientos que se ordenan en la Torá.