Según la web oficial de la ARQUIDIÓCESIS DE BUCARAMANGA, PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA, podemos ir viendo que creen y en que se basan los católicos romanos para sostener el deber y obligación, del Diezmo.
Para ello, nomás voy a ir trayendo, y debatiendo, en base a un libro en formato PDF, titulado: AL DAR TU DIEZMO, LA IGLESIA CRECE. Y el cual se lo pueden descargar de aquí mismo:
Empieza así:
LA PASTORAL DEL DIEZMO:
“Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones. Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común; vendían sus posesiones y sus bienes y repartían el precio entre todos, según la necesidad de cada uno. Acudían al templo todos los días con perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan por las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo.” (Hechos 2,42.44-47)
Al observar la experiencia de la primera comunidad cristiana descubrimos cuatro aspectos que se constituyen en fundamento de este “nuevo modo de vida”: la enseñanza de los apóstoles (catequesis), la comunión (caridad), la fracción del pan (Eucaristía) y la oración (individual y comunitaria).
Y todo esto lo vivían como una “espiritualidad de comunión”: vivían unidos y tenían todo en común, con un mismo espíritu, un solo corazón y una misma alma, se repartía a cada uno según su necesidad.
Teniendo como telón de fondo esta vivencia vamos a profundizar en uno de los aspectos: la caridad, la comunión cristiana de bienes manifestada específicamente en la Ofrenda del Diezmo.
Este estudio lleva por nombre “La Pastoral del Diezmo”. Pondremos nuestra mirada en el Diezmo, como “forma muy particular de amor a Dios, amor a la Iglesia y amor a nuestros hermanos más pobres”, y como experiencia concreta de la “espiritualidad de comunión”.
Nosotros tenemos que convencernos que el Diezmo no es una pura cuestión
administrativa o económica; el diezmo supone un grado de conciencia y de vida cristiana suficientemente madura como para descubrir que el dar a la Iglesia es una forma de dar a Dios y de incluso darse a Dios. Es conveniente hacer comprender al pueblo de Dios que dar a la propia comunidad de manera estable es una responsabilidad y al mismo tiempo una bendición. Participar en las acciones pastorales y en el sostenimiento de la comunidad desarrolla en las personas, poco a poco, un mayor sentido de pertenencia y compromiso comunitario.
Continuará con: LA ORACIÓN DEL DIEZMO.
Para ello, nomás voy a ir trayendo, y debatiendo, en base a un libro en formato PDF, titulado: AL DAR TU DIEZMO, LA IGLESIA CRECE. Y el cual se lo pueden descargar de aquí mismo:
Empieza así:
LA PASTORAL DEL DIEZMO:
“Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones. Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común; vendían sus posesiones y sus bienes y repartían el precio entre todos, según la necesidad de cada uno. Acudían al templo todos los días con perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan por las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo.” (Hechos 2,42.44-47)
Al observar la experiencia de la primera comunidad cristiana descubrimos cuatro aspectos que se constituyen en fundamento de este “nuevo modo de vida”: la enseñanza de los apóstoles (catequesis), la comunión (caridad), la fracción del pan (Eucaristía) y la oración (individual y comunitaria).
Y todo esto lo vivían como una “espiritualidad de comunión”: vivían unidos y tenían todo en común, con un mismo espíritu, un solo corazón y una misma alma, se repartía a cada uno según su necesidad.
Teniendo como telón de fondo esta vivencia vamos a profundizar en uno de los aspectos: la caridad, la comunión cristiana de bienes manifestada específicamente en la Ofrenda del Diezmo.
Este estudio lleva por nombre “La Pastoral del Diezmo”. Pondremos nuestra mirada en el Diezmo, como “forma muy particular de amor a Dios, amor a la Iglesia y amor a nuestros hermanos más pobres”, y como experiencia concreta de la “espiritualidad de comunión”.
Nosotros tenemos que convencernos que el Diezmo no es una pura cuestión
administrativa o económica; el diezmo supone un grado de conciencia y de vida cristiana suficientemente madura como para descubrir que el dar a la Iglesia es una forma de dar a Dios y de incluso darse a Dios. Es conveniente hacer comprender al pueblo de Dios que dar a la propia comunidad de manera estable es una responsabilidad y al mismo tiempo una bendición. Participar en las acciones pastorales y en el sostenimiento de la comunidad desarrolla en las personas, poco a poco, un mayor sentido de pertenencia y compromiso comunitario.
Continuará con: LA ORACIÓN DEL DIEZMO.