1 de junio >><< Nuestro mediador
“...TENIENDO UN GRAN SUMO SACERDOTE..., JESÚS EL HIJO DE DIOS...” (Hebreos 4:14)
Hebreos 4:14-16 nos presenta una verdad que puede cambiar nuestra vida de oración. Se centra en la persona y la obra de Cristo, nuestro gran Sumo Sacerdote quién nos ayuda en nuestras oraciones. Tenemos “...un gran Sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios...” (Hebreos 4:14). Toma nota: Jesús es nuestro Mediador. El Dr. Tony Evans escribió: “El hecho más importante sobre nuestro Sumo Sacerdote es su identidad: Jesús, el Hijo de Dios, indicando a la vez su humanidad como Jesús y su divinidad como el Hijo de Dios. Él es único tanto en el tiempo como en la eternidad porque Él es el Hijo de Dios hecho hombre. Siendo hombre, puede sentir como nosotros y como el Hijo de Dios, puede arreglar aquello que hace que nos sintamos mal”.
Cuando el patriarca Job fue acusado por sus amigos y trataba de defenderse, dijo: “Él [Dios] no es un hombre como yo, para que yo le replique y comparezcamos juntos en un juicio. No hay entre nosotros árbitro que ponga su mano sobre ambos...” (Job 9:32-33). Job buscaba a alguien que pudiera “asirse a la mano de Dios”, identificarse con Él y juntar a los dos. Job sentía que el Señor estaba fuera de su alcance. Pero ¡nosotros no debemos sentirnos así! ¿Por qué? Porque Jesús se puso en la brecha entre Dios y los hombres. Él puede entender por lo que estamos pasando cuando clamamos a Él y tiene el poder para actuar a nuestro favor. Sabiendo esto nos da la confianza que necesitamos para acercarnos a Él en cualquier momento para exponerle cada asunto que nos preocupe.
Por Bob y Debbie Gass, con la colaboración de Ruth Gass Halliday
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¿Qué te parece si aconsejas a tus amigos mandar un e-mail a
[email protected]
“...TENIENDO UN GRAN SUMO SACERDOTE..., JESÚS EL HIJO DE DIOS...” (Hebreos 4:14)
Hebreos 4:14-16 nos presenta una verdad que puede cambiar nuestra vida de oración. Se centra en la persona y la obra de Cristo, nuestro gran Sumo Sacerdote quién nos ayuda en nuestras oraciones. Tenemos “...un gran Sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios...” (Hebreos 4:14). Toma nota: Jesús es nuestro Mediador. El Dr. Tony Evans escribió: “El hecho más importante sobre nuestro Sumo Sacerdote es su identidad: Jesús, el Hijo de Dios, indicando a la vez su humanidad como Jesús y su divinidad como el Hijo de Dios. Él es único tanto en el tiempo como en la eternidad porque Él es el Hijo de Dios hecho hombre. Siendo hombre, puede sentir como nosotros y como el Hijo de Dios, puede arreglar aquello que hace que nos sintamos mal”.
Cuando el patriarca Job fue acusado por sus amigos y trataba de defenderse, dijo: “Él [Dios] no es un hombre como yo, para que yo le replique y comparezcamos juntos en un juicio. No hay entre nosotros árbitro que ponga su mano sobre ambos...” (Job 9:32-33). Job buscaba a alguien que pudiera “asirse a la mano de Dios”, identificarse con Él y juntar a los dos. Job sentía que el Señor estaba fuera de su alcance. Pero ¡nosotros no debemos sentirnos así! ¿Por qué? Porque Jesús se puso en la brecha entre Dios y los hombres. Él puede entender por lo que estamos pasando cuando clamamos a Él y tiene el poder para actuar a nuestro favor. Sabiendo esto nos da la confianza que necesitamos para acercarnos a Él en cualquier momento para exponerle cada asunto que nos preocupe.
Por Bob y Debbie Gass, con la colaboración de Ruth Gass Halliday
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