Buscando la mano que tiró la piedra.

7 Enero 2004
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Saludos:

Admito que puede parecer bastante ocioso mi epígrafe pero la verdad me interesó saber quién fue el primero en lanzar una agresión: los católicos o los no católicos. Y el primer mensaje que encontré fue de un no-católico:

Dirección:
FORO ANTERIOR DE IGLESIA.NET
Nick: Rogelio Villafuerte
Mensaje: Algunos errores de la Iglesia católica romana.
fecha: 1 de Diciembre de 1998

Ya lo demás lo sabemos. Contestaron los católicos y luego los no-católicos y pasaron al nuevo foro y sigue la mata dando después de más de 700 epígrafes.

Tenemos que admitir que a veces a los no-católicos nos pueden las ganas de querer desenmascar a otros. En fin, nos tocó ser la mano que lanzó la piedra.

bendiciones
 
Re: Buscando la mano que tiró la piedra.

Esteban Díaz: saludos.

Tú quisieras saber quien tiro la primera piedra en este foro. Yo quisiera saber, quien inició a enseñar Jeremías 31:33 como el Nuevo Pacto. Pues, aunque es una promesa de Dios. No constituye en si la totalidad del nuevo pacto.

Dios, explica el Nuevo Pacto por medio del profeta Isaías 42: 1-9

El nuevo pacto (el siervo de Jehová)

(1) He aquí mi siervo, yo lo sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre El mi Espíritu; El traerá justicia a las naciones.
(2) No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles.
(3) No quebrará la caña cascada, ni apagará el pabilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia.
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(4) No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley.
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(5) Así dice Jehová Dios, creador de los cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos; El que da aliento al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella andan:
(6) Yo Jehová te he llamado en justicia y te sostendré por la mano; te guardaré
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Y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones.
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(7) Para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.
(8) Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.
(9) He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes de que salgan a la luz, Yo os las haré notorias. ISAIAS 42: 1- 9.


Este pasaje de la Biblia explica que: “JESUS ES EL NUEVO PACTO” Y “ES PUESTO POR LUZ DE LAS NACIONES”. Como el lo afirmó.

Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo; tomad, comed; esto es mi cuerpo.
Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; PORQUE ESTO ES MI SANGRE DEL NUEVO PACTO, QUE POR MUCHOS ES DERRAMADA PARA REMISION DE LOS PECADOS. Mateo 26:26-28

Otra vez Jesús les habló diciendo: YO SOY LA LUZ DEL MUNDO; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Juan 8:12.

Entre tanto que estoy en el mundo, LUZ SOY DEL MUNDO. Juan 9:5.

El evangelio lo expone así:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénico, para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16.

Esto es, un pacto de fe en la sangre de Jesús (Romanos 3:25). No como el pacto (DE OBRAS, “LA LEY”) que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto. Jeremías 31:32.

Aquí podemos ver, que el nuevo pacto, no es como el anterior (de obras). El nuevo pacto, no es el decálogo escrito en el corazón, “JESUS ES PUESTO COMO PACTO”, la salvación es de Dios, no del hombre. Es de fe y así de gracia: por eso es de Dios. Porque la fe no se mezcla con las promesas y esperanzas vanas del hombre de que cumplirá con su parte, sino que ve lo que Dios ha hecho enviando a Su Hijo para hacer una obra acabada en la cruz.

Sacrificado por el pecado, y expuesto como la serpiente que fue levantada en el desierto.

Mirad a Mi, y sed salvos, todos los términos de la tierra. Porque Yo soy Dios, y no hay más. Isaías 45:22.

Dios expone así a Jesús, como un pacto de fe. Cuando lo aceptas, Dios se compromete (pacta) a lo siguiente: DARE MI LEY EN SU MENTE, Y LA ESCRIBIRE EN SU CORAZON; Y YO SERE A ELLOS POR DIOS, Y ELLOS ME SERAN POR PUEBLO. Jeremías 31:33.

¿A que ley se refiere, cuando dice, daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón?

Escudriñemos: en este mismo pasaje de la Escritura dice: no se cansará ni desmayará, hasta que ESTABLESCA EN LA TIERRA JUSTICIA; Y LAS COSTAS ESPERARAN SU LEY. Isaías 42:4

¿Cómo es que se estableció, en la tierra justicia? ¿Qué ley se espera del siervo de Dios?

A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, PARA MANIFESTAR SU JUSTICIA, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,
Con la mira de MANIFESTAR EN ESTE TIEMPO SU JUSTICIA, a fin de que El sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús. Romanos: 3:25-26.

¿Entonces? ¿Dónde, pues, está la jactancia? ¡Queda excluida! ¿Por cual ley?
¿Por la de las obras? NO, sino “POR LA LEY DE LA FE”. Romanos 3:27.

La jactancia quedó excluida en el momento que fue introducida “LA LEY DE LA FE” es decir el evangelio, cuando se ve la obra acabada de Cristo, se ve que todo viene de Dios y en ninguna manera del hombre. Los judíos a quien fue dada la ley, quedaron con la boca tapada, no había obra ni fundamento de ellos para jactarse.

Las costas esperarán su ley. ¿Qué ley trajo Jesús?

Puestos los ojos en Jesús, EL AUTOR Y CONSUMADOR DE LA FE, (por lo que puede decir con toda propiedad “mi ley”) el cual por el gozo puesto delante de El sufrió la cruz, menospreciando el oprobió, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:2.
Si Cristo es el autor y consumador de la ley de la fe, entonces, “LA FE ES” “LA LEY DE CRISTO”. Y POR TANTO, “LA LEY DE DIOS”. “PERFECTA LEY” “LEY DE LA LIBERTAD”. Pues por medio de la fe en Cristo se cumple, “para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casa de prisión a los que moran en tinieblas”. Vendita libertad.

Concluyo que la ley de la fe, es la ley a la que Dios se refiere cuando dice: daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón.

La ley de la fe esta escrita en el corazón del creyente, pues dice, CON EL CORAZON SE “CREE” PARA JUSTICIA, pero con la boca se confiesa para salvación. Romanos 10:10.

“Esta ley”, o principio, de fe, se refiere no solamente a nuestra justificación sino a cada aspecto de la vida posterior al creyente. (Pues esta escrita en el corazón)

Porque por fe andamos, no por vista 2Corintios 5:7

Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.1Corintios 16:13


La vida que ahora vivo en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a si mismo por mí. Galatas 2:20.

He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe 2Timoteo 4:7.

Esta es la ley de Dios. “LA FE”. (LEY DE CRISTO).

Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley. Hebreos 7:12

Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto (de gracia). Un pacto basado en “LA LEY DE LA FE”

Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe.


Bendiciones.

Nota: discúlpame, se que este no es el tema, pero me gustaría, me dieras tus comentarios sobre lo que escribo, busco a alguien que me ayude a entender bien la palabra de Dios. Pasa, que no comparto algunas cosas como la gran mayoría de los cristianos las entienden, esta es una de ellas.
 
Re: Buscando la mano que tiró la piedra.

“Plugo a Dios quebrantarlo”, “El castigo de nuestra paz fue sobre El”, “Despierta oh espada en contra de mi Pastor, en contra del Hombre compañero mió, dice Jehová de los ejércitos”, “Es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado”, “La copa (¿De que, sino de ira?) que mi Padre me ha dado, ¿no habré de tomarla?”, “Dios mió, Dios mió, ¿Por qué me has desamparado?” Por todo el nuevo testamento. Como en el antiguo, se enseña que la ira de Dios por el pecado cayó sobre Cristo en la cruz.

La ira por el pecado cayó sobre Cristo (sobre la semejanza de carne de pecado) pues Dios condenó el pecado en la carne. (Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne. Romanos 8:3.) Ciertamente no era cólera contra la persona de Cristo; El obedientemente tomaba la copa que su Padre le había dado, tampoco era ira contra el pecador: “De tal manera amó Dios.... que dio”. Era cólera en contra del pecado, el desbordamiento de la naturaleza infinitamente santa de Dios en contra del pecado. “Dios no perdonó a su Propio Hijo, sino que lo entregó por causa nuestra.”

La sangre de Cristo testifica que ha sido entregada una vida (si bien es la de un substituto, un Cordero que dios mismo ha provisto en amor). Allí celebró el juicio público del pecado humano, desplegando Su justicia absoluta al no perdonar a Su propio Hijo.

Cristo en la cruz no solo llevó nuestros pecados en su propio cuerpo, sino que además ese cuerpo fue hecho pecado, FUE HECHO LA COSA MISMA. (La desobediencia, causante de la ira de Dios).

Luego Dios el Padre, por su gloria, lo levantó de entre los muertos; “aquella obra de la fortaleza de su poder que manifestó en Cristo cuando lo levanto de entre los muertos”. Esta fue la más grandiosa manifestación del poder divino que jamás se ha conocido. Las palabras, “por la gloria del Padre,” hacen actuar todo lo que Dios es.

Y Dios levantó a Cristo de entre los muertos en glorioso triunfo. Seguidamente Cristo anduvo sobre la tierra por cuarenta días “en novedad de vida.” Fue el “primogénito de entre los muertos”; fue el último Adán, hecho ahora “un espíritu que vivifica (a los demás).” El Segundo Hombre, “un nuevo punto de partida de la raza humana.”

Pues esta escrito: fue hecho el primer hombre Adán, alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. 1Corinrios 15:45.

Pero el que se une al Señor, un espíritu es con El. 1Corintios 6:17.

La vida de resurrección no fue conocida hasta que Cristo fue levantado de entre los muertos. Lázaro, y el hijo de la viuda de Nain, y la hija de Jairo, fueron restituidos a esta vida terrena. En efecto se dice que cuando el Señor dijo, “muchacha levántate,” su “espíritu volvió” y ella se levantó instantáneamente. El espíritu, pues, había abandonado al cuerpo; la vida terrena había cesado; ésta recomenzaba.

Más no fue así en la resurrección de Cristo. El fue el Primogénito de entre los muertos, las primicias de los que durmieron. El no vino de nuevo a la antigua vida terrena de carne y sangre. El ciertamente, tenia Su cuerpo: “Palpadme y mirad.” “¿Tenéis algo de comer?” Sin embargo había derramado Su sangre. La vida de la carne estaba en la sangre (Lev. 17:11). HABIA ENTREGADO ESA VIDA. Es ahora un hombre celestial. Está en los cielos.

Junto con El está el cristiano que ha participado de la realidad de su muerte, de la cual hemos sobrellevado la semejanza (en el bautismo)

NUESTRO HOMBRE VIEJO FUE CRUCIFICADO CON CRISTO.

Y así como El no vino de nuevo a la antigua vida de carne y sangre, igual nosotros andamos en novedad de vida.

La carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios.

Si no morí con Cristo en la cruz, no puedo estar viviendo en El, levantado de los muertos, sino que estoy todavía en el viejo Adán en quien nací.

“CON CRISTO HE SIDO CRUCIFICADO, Y YA NO VIVO YO, MAS VIVE CRISTO EN MI”.

Mas, parece, que muchos van al bautismo, y resucitan, no ha vivir con Cristo, si no con su mismo viejo hombre, se levantan ha vivir la misma antigua vida en la carne, con la mismas normas (la ley) y con la misma carne, en sujeción al mismo señor (la ley). Para ellos no existe una novedad de vida, sus cosas no son nuevas.

Aunque se les diga, que nada perfeccionó la ley, insisten en tratar de ser perfeccionados de esa manera, en lugar de aceptar su muerte al pecado con Cristo, se presentan a él bien vivitos. Por mas que les digas que esa ley, solo causa la ira de Dios. Ellos la quieren grabada en su corazón. “No quieren dejar de ser almas vivientes”. Para ser un espíritu con Cristo.

Cuando se está en el primer Adán se es alma viviente (a ellos se les dio la ley).

Cuando se está en Cristo (espíritu vivificante) un espíritu se es con El. (Esto, por la ley de la fe)

Cuando se muere juntamente con Cristo, oficialmente, ya no se es de este mundo. Se obtiene una nueva ciudadanía, la cual está en el cielo. Un ciudadano del cielo (un espíritu con Cristo) ¿está sujeto a una ley terrenal? Que se le dio a almas vivientes.

Nuestra posición es en Cristo como el último Adán; nuestra membresía pertenece a esa bendita compañía social llamada “EL CUERPO DE CRISTO”, de la cual El es la cabeza.

BENDICIONES.
 
Re: Buscando la mano que tiró la piedra.

Saludos:

“El cumplimiento de la ley”.Y, “Su abrogación”

La palabra cumplir puede tomarse de dos maneras:

1.- hacer uno lo que debe. (Guardar la ley)

2.- Ejecutar la sentencia. (Pagar el precio)

Jesús vino a cumplir (pagar el precio), es un mandamiento que Dios le dio.

Por eso me ama el Padre, porque Yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que Yo de mi mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre. Juan 10: 17-18.


En cuanto a guardar la ley, Jesús dice: porque Yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, el me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y se que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que Yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho. Juan 12: 49-50.

En estos versículos, Jesús esta expresando su total sujeción al Padre. (100% sujeto al Padre). A los mandamientos que el Padre le dio, esos mandamientos están implícitos en las palabras y acciones de Jesús, en los evangelios.

Y el Padre sujetó todas las cosas a El Hijo, nada dejó que no sea sujeto a El. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a El, claramente se exceptúa aquel que sujetó a El todas las cosas.
1Corintios 15:27.

De tal manera, que la ley esta sujeta a Cristo, y no Cristo a la ley. Pues cuando dice. El Padre sujetó a El Hijo todas las cosas, es obvio, que la ley esta incluida. Pues solo se exceptúa al Padre (quien sujetó a El todas las cosas).

Jesús dijo: El Hijo del hombre es Señor aun del día de reposo. Lucas 6:5.

El principio de la ley dice: que si ofendieres en un punto, te haces culpable de todo.

Siguiendo el mismo principio, si se es señor de un punto, se es señor de todo.

Además, Jesús impuso su señorío sobre la ley. El dijo:

Oísteis que fue dicho a los antiguos; No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. (La ley)

Pero “YO OS DIGO” que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. Mateo 5:21-22.

En estos versículos, se aprecian dos señores.

1- la ley ¿acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que este vive? Romanos 7:1.

Yo no veo en la Biblia, que la ley se enseñoreé de Jesús.

2.- Jesús, “¡Más Yo os digo!” Yo veo a Jesús enseñoreándose de
La ley (El es señor de señores).

Esta, no es una actitud (la de Cristo), de sujeción a la ley de parte de Cristo. Más bien es una actitud de señorío total.


Eso de que Jesús guardó la ley (estaba en sujeción a la ley), no lo creo. Yo creo que Jesús guardo los mandamientos que el Padre le dio. Se sujetó por completo y Nunca desobedeció al Padre (nunca pecó). El estaba en obediencia “total” al Padre y no a la ley. De lo contrario nos hubiera dicho, el Padre que me envió, me dijo, guarda la ley. Pero esas palabras nunca salieron de Jesús. El dijo que venia a cumplir (pagar el precio) para que se cumpliera en El la sentencia de la ley. De ahí el nuevo pacto.

Que no abroga la ley, sino modifica la existencia del hombre en este mundo (ya no es de este mundo), muriendo a el, pero existiendo aun en el, sin la carne de pecado, pues esa carne fue dejada en al bautismo, que significa muerte, a el mundo, a la carne, al pecado, y el que es judío, también muere a la ley.

Pablo explica a los colosenses, lo que sucede en el bautismo:

En El también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, “AL ECHAR DE VOSOTROS EL CUERPO PECAMINOSO CARNAL”, “EN LA CIRCUNSICION DE CRISTO”:

Sepultados con El en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con El, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.

Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con El, perdonándoos todos los pecados. Colosenses 2: 11-13.

Pablo explica aquí, que cuando mueres juntamente con Cristo y eres sepultado juntamente con El, sucede algo maravilloso, se te hace una “circuncisión no hecha a mano”. Se te separa el cuerpo pecaminoso carnal y se hecha fuera de ti (queda en la sepultura). Esto se llama: “en la circuncisión de Cristo”.

Antes de morir juntamente con Cristo, estabas en la incircuncisión de vuestra carne. Eras un alma viviente. Estabas en el primer Adán.
1Corintios 15:45.

Luego pablo explica: fuisteis también resucitado con El, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Ahora eres un espíritu con El. 1Corintios 6:17.

Ahora, pablo explica: como ya no eres un alma viviente en el primer Adán, y ahora eres un espíritu con El. Se ha anulado para ti el acta de los decretos (la ley completa) que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.


Cristo, está hablando de su muerte cuando dice: no penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Mateo 5:17.

Pablo esta hablando de la resurrección con Cristo cuando expresa: Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia (pues nada perfecciono la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios. Hebreos 7:18.

Con lo cual, me queda claro, que ni Cristo, ni Pablo se contradicen, como algunos piensan.

La ley está vigente, con todas sus letras, ni una j, ni una tilde, han pasado de ella, para todos aquellos a quienes se les ha dado.

Para todo aquel, que se le dio la ley, pero ha muerto juntamente con Cristo, y ha resucitado también con El. Esa ley ha sido abrogada para él.

Por ahí escuche unas palabras muy acertadas, que decían:
EL CRISTIANISMO COMIENZA EN LA RESURRECION.

Bendiciones.
 
Re: Buscando la mano que tiró la piedra.

(LOS MANDAMIENTOS QUE JESUS GUARDO)

Pero ahora “aparte” de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas. Romanos 3:21.

La justicia de Dios, nos dice el apóstol Pablo claramente, es, “aparte” de la ley. Ella, esta, en la fe en la sangre de Jesucristo.

Esto esta claro, porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: mas el justo por la fe vivirá. Romanos 1:17.

Y, no esta en la ley, pues la escritura dice: concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. Romanos 3:28.

¿De donde, pues, nos viene la justicia de Dios?

Hay algunos versículos de la Biblia, que nos traerán un mejor entendimiento.

Así que, como por la transgresión de uno solo vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.

Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. Romanos 5: 18-19

La desobediencia de Adán, al mandato de Dios, de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Nos trajo la condenación.

Pero por la obediencia de Jesucristo, hemos sido justificados.

La pregunta es: ¿Qué fue lo que obedeció Jesucristo? ¿La ley? ¡Claro que no!, la justicia de Dios es “aparte” de la ley.

(La “no” sujeción de Cristo a la ley, es otro tema, que por lo pronto no tocaré, para no abarcar demasiado) lo dejamos pendiente.

Nos quedamos en que Jesucristo fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación. Romanos 4:25.

¿Entonces? ¿Como fue justificado por su obediencia, Jesús? ¿Y, que obedeció?

Veamos el misterio de la piedad, creo que ahí tenemos la respuesta.

E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:

Dios fue manifestado en carne,
JUSTIFICADO EN EL ESPIRITU,
Visto de los ángeles,
Predicado a los gentiles,
Creído en el mundo,
Recibido arriba en gloria. 1Timoteo: 3:16.

Si hubiera sido justificado en la ley, por su obediencia a ella, seria justificado en la carne y seria la justicia del hombre. Pues la justicia que es por la ley dice al hombre en la carne:
Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como El nos ha mandado. Deuteronomio 6:25. Esto se refiere al hombre en la carne.

Pero se trata de la Justicia de Dios (Jesús), y El fue justificado en el Espíritu. Por su obediencia al Padre.

Concluimos, pues, la justicia de Dios, fue manifestada por la obediencia del Hijo, al Padre, y esto, “aparte de la ley”.

Los mandamientos, que según entiendo, Jesús obedeció del Padre, son los que el Padre le dio, al enviarlo al mundo, ellos están implícitos en las explicaciones que Cristo hace en los evangelios.

Porque Yo no he hablado por mi propia cuenta: el Padre que me envió, el me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y se que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que Yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho. Juan 12: 49-50.

Todo lo que Cristo dijo, cada palabra que Jesús expresó en este mundo, le fue mandado por el Padre.

Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. Juan 17:4

El Padre le dio mandamiento (lo envió para), que glorificara su nombre en la tierra.

He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. Juan 17: 6

El Padre lo mandó ha manifestarnos su nombre (Jehová justicia nuestra).

Por eso me ama el Padre, porque Yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que Yo de mi mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre. Juan 10: 18.

Lo mandó ha poner su vida por rescate. Y mediante el Espíritu eterno se ofreció a si mismo sin mancha a Dios.

Y fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz.

Yo creo que ha estos “mandamientos del Padre” se refiere Jesús, cuando dice:

Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, ASI COMO YO HE GUARDADO LOS MANDAMIENTOS DE MI PADRE, y permanezco en su amor. Juan 15:10.

Así se manifestó la justicia de Dios, por la obediencia del Hijo. Y por esa obediencia, los muchos serán constituidos justos.

¡Y ESTO, APARTE DE LA LEY!


Bendiciones.
 
Re: Buscando la mano que tiró la piedra.

Saludos.

“la terminación de la ley, para obtener justicia”.

“porque el fin de la ley es Cristo”, para justicia a todo aquel que cree. Romanos 10:4


Romanos 10:4 normalmente, no se comprende bien, pues la palabra “fin”, algunos la toman como si fuera un propósito, es cierto, que uno de los propósitos de la ley es ese, llevar al pecador a Cristo. Pero este versículo, no se esta refiriendo a la ley como un propósito, sino como una “terminación” de la obtención de justicia por medio de la ley.

La ley dice:

Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como El nos ha mandado. Deuteronomio 6:25.

Esto, se ha enseñado siempre a los judíos, en sus sinagogas, y ellos saben muy bien, que al guardar la ley, están buscando su propia justicia.

Es el motivo por el cual, el apóstol Pablo dice a los romanos:

Ro: 10:3. Porque ignorando la justicia de Dios (Jesucristo). Y procurando establecer la suya propia (la de la ley), no se han sujetado a la justicia de Dios.

Pablo les explica: pero ahora, “APARTE DE LA LEY”, se ha manifestado la justicia de Dios. Por medio de la “FE” en Jesucristo.

Ellos han preferido correr tras una ley de justicia propia, tratando de ser aceptos a Dios por sus propios méritos. Ignorando a Cristo como el don de justicia de Dios.

Ahora Dios les regala su propia justicia y no la aceptan, prefieren buscarla por si mismos. En la ley.


Ro: 10:5. Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas.

Pero la justicia que es por la fe dice así:

Ro: 10:10. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

Estos versículos te están diciendo, que para Dios, existen dos maneras de obtener justicia, la justicia del hombre (que es por la ley, y es así: el hombre que haga estas cosas vivirá por ellas)

Y la justicia de Dios, que es “aparte de la ley” (pero ahora aparte de la ley se ha manifestado la justicia de Dios, la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo Romanos 3:21-22)

Pablo les dice:

Para justicia a todo aquel que cree:( todo aquel que cree ha obtenido la justicia de Dios que es Jesucristo).

Esto constituye el fin de la ley para la obtención de su propia justicia, pues si ya tiene la justicia de Dios, de que le sirve su propia justicia.

O sea el versículo al revés:

Para justicia a todo aquel que cree, el fin de la ley es Cristo. Romanos 10:4.

Mas claro:

Para la obtención de justicia ya no es necesaria la ley (fin de la ley), pues todo aquel que cree en Cristo, tiene ya la justicia de Dios.

Abrogada, pues, la ley, para todo aquel que esta en Jesucristo.

Obvio, que para todo aquel (judío) que no esté en Jesucristo, la ley está vigente, con todas sus letras.

Bendiciones.
 
Re: Buscando la mano que tiró la piedra.

¡Dos mandamientos!

Y he aquí un interprete de le ley se levanto y dijo, para probarlo: Maestro ¿haciendo que cosa heredaré la vida eterna?
El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?
Aquel respondiendo, dijo: Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo.
Y LE DIJO: BIEN HAS RESPONDIDO; HAZ ESTO, “Y VIVIRAS”.
San Lucas 10:25-28.

Jesús le está diciendo, a este interprete de la ley, que guardando la ley se ganaría la vida eterna.

Igual lo dijo el Padre: por tanto, guardareis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre vivirá en ellos. YO JAHOVA. Levíticos 18:5.

Jesús dijo que la ley se resume en dos mandamientos, a saber:
1.- Amarás al señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente.
2.- y a tu prójimo como a ti mismo.

¿Quieres guardar perfectamente la ley?” HAS ESTO Y VIVIRAS”

¿QUIEN DIJO QUE LA LEY NO FUE PUESTA, PARA GANARSE LA VIDA ETERNA POR SI MISMO?

Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.

El dijo, ¿y no hará?
Habló, ¿y no lo ejecutará?

Hay, algunos que predican, que se debe de guardar la ley, no para lo que Dios dijo (para ganar la vida eterna), sino, que según ellos, por amor a Dios. Pues, que poco amor le tienen, desobedeciéndolo y haciendo caso omiso de sus palabras.

Palabras que están bien claras:

Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal;
Porque yo te he mandado hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posición de ella.

A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante” LA VIDA Y LA MUERTE”, “LA BENDICION Y LA MALDICION”; escoge, pues, la vida, para que vivas tu y tu descendencia. Deuteronomio 30: 15-19.

Mas claro, ni el agua: si obedeces perfectamente, “la vida y la bendición”, si desobedeces en un solo punto, “la maldición y la muerte”.

Es una tonta locura tratar de eludir el manifiesto y claro significado de tales palabras.

Existen otras declaraciones de Dios con respecto a la ley, pero para entenderlas, debemos comprender primero, la promesa hecha por Dios a Abraham.

Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Génesis.
Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham, y el respondió heme aquí.
Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada: porque yo conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. Génesis 22: 10-12.

Y luego viene la promesa:

Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo.
Y dijo: POR MI MISMO HE JURADO, DICE JEHOVA, QUE POR CUANTO HAS HECHO ESTO, Y NO ME HAS REHUSADOTU HIJO, TU UNICO HIJO.
DE CIERTO TE BENDECIRE, Y MULTIPLICARE TU DECENDENCIA COMO LAS ESTRELLAS DEL CIELO Y COMO LA ARENA QUE ESTA A LA ORILLA DEL MAR; Y TU DECENDENCIA POSEERA LAS PUERTAS DE SUS ENEMIGOS.
“EN TU SIMIENTE SERAN BENDITAS TODAS LAS NACIONES DE LA TIERRA, POR CUANTO OBEDECISTE A MI VOZ.
Génesis 22:15-18.

Dios juró por si mismo, que por cuanto Abraham no le había negado a su único hijo, el ofrecería su unigénito por el pecado del mundo, y en El serian benditas todas las naciones de la tierra.

Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.

Esto, pues, digo: el pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, “no lo abroga”, para invalidar la promesa.

Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa: pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa.

Entonces, ¿para que sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa: y fue ordenada por medio de ángeles en manos de un mediador. Galatas 3: 16-19.

LA LEY SE INTRODUJO “PARA QUE EL PECADO ABUNDACE”: mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia. Ro 5:20

Todo aquel que norme su vida en base a la ley, en su vida abunda el pecado. Pues la ley se introdujo para que el pecado abundase. (La palabra de Dios no puede ser quebrantada).

Ahora, bien, una notable declaración en la Biblia (Romanos 5: 13 y 13). Aunque había pecado en el mundo en los primeros 2500 años desde Adán hasta Moisés, no se imputa no habiendo ley.

El pecado que existió desde Adán hasta Moisés, fue el pecado de un hombre (Adán) y de ese modo la muerte pasó a todos los hombres por cuanto todos pecaron.

Fue a Adán y no a nosotros, a quien Dios dijo: “El día que comieres de él, de seguro morirás.”

Fue a Israel, por medio de Moisés, a quien Dios dio la ley.

Analicemos:

1.- ya había pecado en el mudo, entre Adán y Moisés.

2.- la raza humana (por medio de Adán) había rechazado la luz y estaba sin excusa,
aunque estaban “sin ley”

3.- había una obra escrita (obrando) en sus corazones, a la cual testificaba su
conciencia, ya acusándolos o excusándolos, y que esta obra necesariamente
coincidía moralmente con cualquier ley para ser revelada posteriormente por Jehová.

4.- en aquellos tiempos al llenarse la copa de iniquidad, venían merecidos castigos tales
como el Diluvio, la demolición de Sodoma y la destrucción de los canaanitas, porque
aquellos pecadores no solo hollaron sus propias conciencias sino que habían
heredado la culpa de las generaciones anteriores.

5.- no obstante, los pecados, entre Adán y Moisés no produjeron la sentencia de muerte
sobre la humanidad, por mucho que los que los individuos o las naciones
precipitaran sobre ellos la sorpresa de la muerte. Porque estas gentes, aunque
pecaron, “no pecaron a l manera de la trasgresión de Adán, la cual fue una violación
deliberada de un mandamiento directo de un Dios revelado.

6.- por consiguiente, debemos considerar la raza humana bajo una sentencia de muerte
que ellos no provocaron: pero la muerte reinó desde Adán hasta Moisés.
Diferentemente de Adán y de Israel después de Moisés, los que vivieron entre los
Dos no tuvieron una positiva ley divina externa, la infracción de la cual seria una
Transgresión directa y traería por eso amenazas de muerte.

Vemos entonces, que desde Adán hasta Moisés, la muerte reinó como rey por causa del pecado de Adán. Pablo ha dicho (Romanos 4:15), DONDE NO HAY LEY, TAMPOCO HAY TRANGRESION. Por tanto, los que pecaron entre Adán y Moisés no tendiendo mandamientos directos de Dios, no infringieron, por lo tanto, mandamientos conocidos, como había hecho Adán. Sin embargo, la transgresión de Adán comprometió a toda su raza.

Pero, una vez dada la ley, ya había mandamiento al cual atender, y empezó en le raza humana la abundancia de pecado. Por lo cual dijo Jehová a Moisés. AL QUE PECARE CONTRA MI, A ESTE RAERE YO DE MI LIBRO. (Éxodo 32:33).

Pues, apenas les dio la ley, y ya Israel ya estaba pecando a la manera de la transgresión de Adán, al fabricar por medio de Aarón el becerro en Sinal, lo cual provoco consecuencias judiciales tanto para otros como para ellos mismos. Porque en Éxodo 32:34 leemos de una visitación futura sobre Israel, por causa de aquel pecado de Sinai cometido por sus padres: En el día de mi visitación, yo visitaré en ellos su pecado. Esto sucederá en los días de la aflicción de Jacob, en la gran tribulación, mucho después de la adoración del becerro, a la verdad ¡todavía en el futuro!

¡CUIDADO! usted puede pecar a la manera de la transgresión de Adán, si usted toma la ley como norma de vida. Pues el mandamiento esta ahí y le aseguro, no esta abrogado, ni una coma, ni una tilde. Mateo 5:18.

EL MANDAMIENTO ES: HAS ESTO, “Y VIVIRAS”. San Lucas 10:25-28

“La ley se introdujo para que el pecado abundase: mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia. Romanos 5:20.

Bendiciones.
 
Re: Buscando la mano que tiró la piedra.

La fe contada por justicia

“El hombre es justificado por fe sin las obras de la ley” Romanos 3:28.

Mas al que no obra (no guarda la ley), sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. Romanos 4:5

Según la natural lealtad de nuestro corazón, hablamos siempre de nuestra propia bondad y nuestros méritos, apegados a la idea de que debe de haber algo de bueno en nosotros para merecer que Dios se ocupe de nuestra persona. Pero Dios que bien conoce todos nuestros engaños, sabe que no hay bondad ninguna en nosotros y declara que no hay justo, ni aun uno. El sabe que todas nuestras justicias son como trapos de inmundicia y por lo mismo el Señor Jesús no vino al mundo para buscar bondad y justicia entre los hombres, sino para traer consigo bondad y justicia para entregárselas a las personas que carecen de ellas. No vino porque éramos justos, sino para hacernos justos, justificando al impío.

Solo necesita ser justificado quien carezca de justicia propia. Los sanos no necesitan medico sino los enfermos dice el Señor.

La ley es para los que se rodean de la justicia propia (para derribar su orgullo): el evangelio para los perdidos. Los que tienen hambre y sed de justicia.

Los modernos fariseos (secta que siempre ha buscado la justificación por medio de la ley) enseñan la ley como norma de vida. Estos fariseos tienen la idea de que su sumisión a la ley les da derechos a bendiciones especiales como hijos de Abraham. El apóstol Pablo les recuerda “todos los que dependen de las obras de la ley (cuya vida esta caracterizada por ella) están bajo maldición”. Aquellos que están bajo la ley se hallan condenados, y no bendecidos ni justificados. El apóstol cita las escrituras para demostrar este extremo: <maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerla> Deuteronomio 27:26. Una persona bajo la ley queda maldecida si deja de ofrecer perfecta obediencia a la ley (en todas las cosas) continua o continuadamente (“permaneciere”). Difícilmente podría pretender un Judío haber guardado a la perfección la ley; mucho menos un gentil pagano. Los transgresores están sujetos a la ira divina y esperan su destrucción final. ¿Por qué compartir la suerte de ellos?

La fe en Cristo y en su obra constituye la base de la justificación. Al ejercitar el creyente la fe, es justificado y recibe vida. Entonces va viviendo la vida cristiana de la fe.

La ley no tiene fe, sino las obras como el principio fundamental de su existencia Galatas 3:12 y dice el que hiciere estas cosas vivirá por ellas. Esta cita muestra la necesidad de un comportamiento perfecto bajo la ley a fin de conseguir la aprobación divina. Esta manera de comportarse está mucho mas allá de lo que podemos alcanzar, tenemos entonces que arrojarnos en los brazos de Dios con fe.

La fe tiene justificación y vida en el mismo instante en que empieza; hacer la obra de la ley solamente conseguirá la obtención de la vida cuando el cumplirlas hubiera finalizado por completo. Pero el énfasis que Pablo está marcando es que fe y hacer son cosas opuestas. Hacer provee lo que se demanda legalmente y de derecho, la fe recibe lo que se otorga de una forma gratuita.

Si la ley no está vigente para el creyente ahora que Cristo ha venido. ¿Para que sirve? Pablo se apresura a explicar: fue añadida a causa de las transgresiones.

Fue añadida en vista de las transgresiones que específica, pronunciándolas de esta manera para constituir a partir de entonces transgresiones de la ley. El designio que tenía se deduce de su propio contenido. Las prohibiciones que hallamos en los diez mandamientos revelan su propio propósito: fueron promulgadas a fin de reprimir la adoración a los falsos dioses, la idolatría, la blasfemia, el desprecio al sábado, la desobediencia a los padres, el asesinato, el adulterio, el robo, el falso testimonio, la codicia. Estos pecados prevalecieron antes de la ley, pero al pronunciarlos como transgresiones definidas introdujeron el temor de la ira de Dios para reforzar la debilidad del sentido moral y educar la conciencia del hombre.

La ley, empero, entró al lado (del pecado) para que la transgresión (de la ley) abundase. Para que en el acto del quebrantamiento de la ley, Israel vano y confiado de si mismo (¡como un ejemplo publico para todos nosotros!) pudiera ver la norma de Dios para los que están en el primer Adán, y prometiendo cumplirla, fracasara, y conociera así el pecado con el fin de que la gracia sobreabundase, de esta suerte, donde el pecado reinó, la gracia reinase como rey, por la obra justa de Cristo en la cruz. Para vida eterna, por medio de nuestro Señor Jesucristo.

De manera que la ley no puede perfeccionar al hombre, ni lo perfeccionará, por el contrario, en contradicción a la idea de que la ley pudiera justificar, la función de ella era la de “encerrarlo todo bajo pecado”

La calamidad más grande que pudiera llegarle aun hombre no es la pobreza, ni la muerte, ni el sufrimiento, ni la cárcel. Su necesidad más urgente no es quitar cualquiera de estos males o todos. Su insoportable maldición consiste en que es por naturaleza un hijo de ira (Ef. 2:3). No tiene paz (Is.48:22) sino una horrenda expectación de juicio (Heb. 9:27) de tal forma que ni siquiera puede gozar plenamente de las bendiciones naturales que Dios derrama sobre él. Lo que necesita más que ninguna cosa es que su culpabilidad le sea quitada. “¿Cómo se justificará el hombre con Dios?” (Job 9:2; 25:4).

No obstante, en su condición de pecador totalmente perdido, el hombre falla al no entender que por su propio esfuerzo jamás podrá hacer desaparecer su complejo de culpabilidad y conseguir la paz. A través de los años y los siglos el hombre ha empleado diversos métodos y medios para justificarse a si mismo (Lc.10:29); tales como, un esfuerzo acérrimo por guardar la ley, la tortura física, los sacrificios para aplacar a las deidades, la invocación de ángeles o santos, la compra de indulgencias, las misas, el humanitarismo, el someterse a psicoanálisis, etc. ninguno de estos intentos tiene éxito. El hombre, muerto en sus delitos y pecados, no es capaz de dar expiación por la culpa del hombre o de traer una ofrenda que pueda redimirle a él o a su hermano (Sal. 49:7). Además, es totalmente incapaz para efectuar ni siquiera un solo acto perfecto. A los ojos de Dios ningún hombre vivo es justo (Sal. 143:2; Job 9:3; 25:4; 40:4; 42:5-6; Ro.3:9-20)

La justificación por la fe, ofrecida por el evangelio como don gratuito de Dios a todos los hombres, sin tomar en cuenta la raza, la posición social, las riquezas, la educación, el sexo, etc. es una invitación al arrepentimiento y aceptar la justicia de Cristo, que incluye el perdón de pecados (Sal. 130:3-4; Is.1:18) y la vida eterna (Is.45:22; 50:8; 53:11; Jn.3:16; Ro.3:23-24; 5:19; 2Co. 5:20-21).

Depender de la ley significa depender de uno mismo. Ejercer la fe significa depender de Cristo. Consideradas como caminos por los cuales el hombre procura obtener la salvación, la ley y la fe no pueden mezclarse. Son totalmente antagónicas. Pablo mismo nos da el mejor comentario: “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor al hombre, nos salvó, no en virtud de obras que nosotros hayamos hecho en justicia, sino según su misericordia por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo” (Tit. 3:4-5) Jn. 1:17. Aquellos que esperan ser justificados por haber observado todos los estatutos y ordenanzas de la ley deben recordar que “el que las hace vivirá por ellas”. Son aun mas necios que aquellos que imaginan que pueden apagar su sed bebiendo agua salada. Levíticos 18:5 ahora llega a ser su denunciador ¡Pero la culpa es de ellos!

El que viendo su culpa y su absoluta incapacidad de desecharla, cesa completamente de sus esfuerzos para obtener el favor de Dios mediante sus propios hechos y cree al evangelio. Dios computa al tal, el glorioso beneficio de la muerte y resurrección de Cristo a favor de los pecadores. Y de tal creyente pecador, Dios declara que “la fe le es contada por justicia”.

Bendiciones.